Alumnos de los colegios de FUHEM ante la obra de Juan Gelman

Alumnos de Secundaria de distintos centros educativos de FUHEM, (los de Montserrat, Santa Cristina y Lourdes), acudieron al Círculo de Bellas Artes para escuchar la respuesta que Juan Gelman daba a sus preguntas. Previamente, los alumnos habían leído y trabajado sus poemas en clase. De sus lecturas y curiosidades frente a este autor y su obra, surgieron muchas cuestiones que iban formulando Juan Barja, director del Círculo de Bellas Artes, y Carlos Ruta, rector de la Universidad de San Martín (Buenos Aires) y amigo de Gelman.

En total, fueron quince preguntas. Más de una provocó comentarios en la mesa que compartía Gelman con sus interlocutores: “¡menuda pregunta!”, se oyó más de una vez. Los alumnos querían saber más de lo que es la poesía. Juan Gelman les daba su propia opinión: “la poesía es una razón de vida, para el que escribe y para sus fieles lectores. Descubre territorios interiores, que uno no sabe que los tiene”.

En su trabajo previo, los alumnos también habían reflexionado sobre la forma poética del premio Cervantes y preguntaban sobre su uso del lenguaje poético: los neologismos, los silencios, las rupturas con el lenguaje convencional. Otras preguntas giraron sobre su vida y las experiencias que más han marcado su obra literaria: el compromiso político y social, el exilio, los desaparecidos de Argentina, entre los que están su hijo y su nuera. En este sentido, el escritor argentino explicaba la relación entre la vida y la escritura, plasmada incluso en la forma de esa escritura: “En determinados momentos, en particular durante el exilio, el lenguaje me resultaba insuficiente para expresar lo que sentía y ahí chocaba con los límites del lenguaje, lo que me llevó a jugar con el lenguaje y con el silencio. El silencio de los muertos, los desaparecidos y del propio lenguaje”.

El auditorio, en el que se encontraba Antonio Gamoneda, fue cómplice y ovacionó a Gelman a su entrada y a su salida. Sus palabras animaron aún más a profundizar en su obra y a conocer la obra de otros muchos autores, como un camino para conocer al hombre.

En el mismo edificio del Círculo de Bellas Artes, dos plantas más arriba de donde tenía lugar el encuentro con Gelman, los alumnos de varios colegios de FUHEM apoyaban el desarrollo de la lectura continuada del Quijote, organizando los turnos de quienes iban a leer y aportando su voz a algunos pasajes.