El contexto social, económico y ecológico de la educación escolar

Bajo el título: “Contexto social, económico y ecológico de la educación escolar”, esta nueva convocatoria sirvió para continuar el debate sobre el contexto de la educación, poniendo el énfasis en la situación económica, político-social y ecológica en la que se desarrolla el Proyecto Educativo de FUHEM, con el doble objetivo de identificar y analizar los aspectos contextuales que condicionan nuestro Proyecto y establecer los principios y líneas de acción que permitan afrontarlos con un espíritu crítico y un propósito transformador.

En la mesa de ponentes, participaron el economista y periodista, Joaquín Estefanía; Justa Montero, experta en género, miembro de la Asamblea Feminista y del Patronato de FUHEM; y Yayo Herrero, Directora General de FUHEM. A sus intervenciones, siguió un animado debate, que se prolongó por más de una hora, con las aportaciones de docentes de colegios de FUHEM, directivos y expertos del ámbito educativo vinculados a nuestra entidad y padres y madres de alumnos.

Joaquín Estefanía: “Una crisis que cambiará el mundo que conocemos”

En su intervención, Joaquín Estefanía expuso que la situación actual de crisis está cambiando el mundo tal y como era hasta ahora. Reconociendo que hay una crisis global, el periodista y economista destacó que no en todas las zonas geo-políticas se está afrontando con los mismos resultados, al tiempo que se consolida una nueva separación de pobreza y riqueza dentro de cada país, al margen de que esté en el Norte o el Sur.

Estefanía explicó que hemos llegado a la crisis de la economía real, la que afecta a las personas (con el paro, el cierre de empresas, el empobrecimiento de las clases medias…), porque no se ha puesto solución a la cadena de crisis que se han sucedido previamente: la crisis hipotecaria de las ‘subprime’ a las que siguió la de la carestía de petróleo y alimentos (commodities), las dificultades de los bancos (liquidez y solvencia), y los problemas de endeudamiento (déficit). Para el caso de España, Estefanía destacó que, con respecto a nuestro entorno, el elemento diferencial es el paro, que deja a millones de personas excluidas en unos momentos en los que el sistema de protección general está siendo recortado, haciendo la situación mucho más difícil, casi explosiva y expandiendo de forma brutal las desigualdades.

El otro gran rasgo que caracteriza la realidad española es, según Estefanía, la percepción que tienen los ciudadanos de lo que está ocurriendo, en la que predomina el temor que genera la situación económica unido a la sensación de que el marco legal y las instituciones democráticas no son capaces de corregir los evidentes fallos del mercado, no sólo por la falta de herramientas para la intervención, sino porque la democracia en sí está siendo igualmente intervenida y debilitada. Ante esta situación, planteó la necesidad de reivindicar una democracia que no se limite a elegir representantes, sino que defienda y garantice los derechos civiles, políticos y sociales de los ciudadanos.

Justa Montero: “Organizarnos para satisfacer las necesidades y garantizar los derechos de las personas”

Justa Montero, experta en género, miembro de la Asamblea Feminista y del Patronato de FUHEM, centró su exposición en las consecuencias sociales que está teniendo una política económica al servicio de los mercados. Reconociendo que antes de la crisis había muchas personas a las que se les negaron derechos básicos, el caso de muchas mujeres inmigrantes que estaban trabajando en España, explicó que actualmente esta situación se amplía a más personas en un momento en el que se están cuestionando derechos básicos como el trabajo, la salud y la vivienda, lo que genera situaciones de clara exclusión social.

Justa Montero señaló que los dos pilares que organizaban la sociedad y dotaban un marco de convivencia se basaban en el Estado de Bienestar, marco en el que se ejerce la ciudadanía y los derechos económicos que se obtenían, sobre todo, a través del trabajo asalariado. En unos momentos en los que ambos se están limitando, asistimos también a un retroceso en relación a los derechos de las personas, lo que compromete incluso el “derecho a tener derechos”, ya que estos pasan a considerarse, más que derechos, privilegios. Destacó Justa Montero, como uno de los casos más significativos, el caso de la ley de dependencia, donde los recortes están llevando a que sean las familias y especialmente las mujeres, las que carguen con un trabajo de cuidados que ya no cotiza y que es poco remunerado, trasladando un problema de todos al ámbito familiar, lo que supone una salida en falso del problema y favorece el deterioro de las relaciones familiares.

Todo este proceso, explicó Montero, tiene una profunda carga ideológica, ya que apelando a valores como la solidaridad, el amor y el cuidado mutuo, se están legitimando retrocesos y recortes sociales. Ante esto, consideró que la pregunta clave que hay que formularse es: “cómo participar y reformular las necesidades de las personas” para que la democracia las contemple y garantice como derechos y pueda ejercerse la ciudadanía de forma plena. En este sentido, apuntó que los movimientos ciudadanos horizontales en defensa de lo común están siendo una buena respuesta en la que habrá que profundizar con el fin de organizarse ante la crisis.

Yayo Herrero: “Comprender que vivimos en un planeta limitado”

Por último, Yayo Herrero abordó los aspectos ecológicos. La directora de FUHEM expuso que el sistema económico se ha desarrollado de espaldas al funcionamiento de la naturaleza, declarando la guerra a las personas y al territorio, olvidando que los seres humanos somos seres “ecodependientes” que respiramos, comemos y vivimos… a partir de la naturaleza.

Tras resumir que la economía parte de recursos no renovables y de otros renovables, Yayo Herrero explicó con distintos ejemplos cómo desde hace años estamos superando los límites físicos del planeta. La conclusión es que no se puede crecer ilimitadamente si los recursos son finitos; y que la economía no puede, como hasta ahora, contabilizar todo en función del dinero, de modo que la guerra y la enfermedad sumen más al PIB que la salud y la paz.

En su intervención, Yayo Herrero concluyó que el decrecimiento de la esfera material de la economía no va a ser una elección sino una imposición, y que la relación de este futuro con la educación pasa por la formación de personas críticas que sepan lo que ocurre y donde viven, que generen estrategias de apoyo mutuo para sobrevivir; y que puedan elegir en qué quieren trabajar y se formen para ello y también para unirse a otros con el fin de ser más fuertes y desenvolverse mejor.

Un coloquio con aportaciones plurales

Una vez que terminaron las intervenciones de la mesa, la palabra pasó al auditorio, desde el que surgieron muchas y muy diversas intervenciones. Como resumen, ofrecemos un breve apunte de algunas de ellas:

– Tenemos que saber para qué educamos a nuestros alumnos… Si es para que se queden en un país donde la mayoría de los jóvenes están en el paro o para que opten por irse a otro lugar… Si formarles para que puedan sobrevivir sin un trabajo estable o para pelear por un puesto de trabajo.

– Ante el panorama planteado por los ponentes, se impone la urgencia y la necesidad de revisar el currículo escolar. Todo parece indicar que un sistema de asignaturas parceladas no es la mejor opción para que los niños y jóvenes entiendan y se puedan enfrentar a un futuro marcado por la crisis energética, las desigualdades sociales en alza y los problemas de gobernanza nacionales y globales. Si en algún momento el sistema educativo se ha planteado educar para la solidaridad, la colaboración, el espíritu crítico y la aceptación del otro, podemos decir que, en términos generales, no lo hemos conseguido.

– ¿Cómo educar para la vida desde un punto de vista progresista, sin que se entienda la defensa de la vida y la familia como se hace desde los sectores más conservadores de la sociedad? y ¿cómo hacer compatible la educación en valores que defiende nuestro proyecto con la necesidad de que nuestro alumnado se inserte en una sociedad plural en la que pueden coexistir o incluso prevalecer valores contrapuestos o antagónicos?

– Ante la pregunta de ¿Cuál es el margen de maniobra de una entidad educativa ante la normativa estatal y autonómica de referencia?, algunas intervenciones apuntaron que el margen de maniobra es amplio, aunque viene siendo sistemáticamente más restrictivo (por la supresión de materias de contenido social, el énfasis en evaluaciones diagnósticas, reválidas, etc.). Es posible trabajar en la línea deseada a pesar de un marco restrictivo por muchos motivos: por la posibilidad de concretar el Currículo en cada centro; por la existencia de contenidos oficiales que abordan estos aspectos y también por la posibilidad de enfocar muchos contenidos con una óptica diferente. Pero, además, por la posibilidad de cambiar las culturas de los centros, de hacerlos más participativos y de aprovechar espacios más “informales” para trabajar los valores que defendemos, aunque tal vez sea necesario dotar al profesorado de tiempos, espacios y estructuras para mejorar su práctica.

– El valor del ejemplo del profesor. El niño pasa muchas horas en el colegio, y sus profesores van a ser un modelo de vida. El profesor ha de ser también un referente ético: que lo que haga y lo que diga vayan unidos.

– La importancia de impulsar comunidades de aprendizaje en las que no pese tanto lo que se aprende en distintas asignaturas sino un aprendizaje competencial y un aprender a convivir.

– Defender algunas asignaturas cuyos contenidos se estaban consolidando ahora y que, siendo muy útiles para explicar a los alumnos el mundo en el que viven, se ven limitadas en su desarrollo futuro ante cambios legales. Este sería el caso de Ciencias para el mundo contemporáneo y Educación para la Ciudadanía.

– Los Principios Educativos de FUHEM y su trayectoria son elementos más que suficientes para dar respuesta a cada una de las distintas comunidades escolares que conforman su proyecto y para hacerlo con el nivel de compromiso ético que se ha apuntado, sin necesidad de hacer cambios radicales. Parece adecuado “revitalizar” estas palabras y tener en cuenta la diversidad de los centros para seguir mejorando. Debemos creernos y tomar en serio los principios que inspiran la educación en FUHEM. Es necesario, sin embargo, un impulso decidido para que no sean pronunciamientos vacíos.

La jornada acabó con una breve ronda de intervenciones de los ponentes y de algunos directivos de FUHEM. En estas últimas intervenciones, se insistió en la necesidad de realizar un debate sobre el Proyecto Educativo de FUHEM, no con ánimo de destruir para construir algo nuevo sino con el propósito de evaluar para mejorar, prestando especial atención a aquellas cuestiones, como las explicadas en la sesión, que no formaban parte de la realidad hace unos años y que hoy suponen aspectos insoslayables en la formación de los ciudadanos del presente y del futuro. La sociedad ha cambiado en los últimos veinte años y FUHEM no puede quedar al margen de esos cambios: reivindicando sus logros pero también incorporando nuevas respuestas a nuevos desafíos.

Para finalizar, se recordaron las próximas convocatorias y se animó a la participación de todos, en especial, a través del blog del Libro Blanco, que está abierto a las contribuciones de todos y se ha puesto en marcha con el objetivo de enriquecer la pluralidad de voces y enfoques necesarios en la configuración de un Proyecto Educativo de calidad.