En épocas difíciles, ¡el carnaval nos hizo felices!

 

Año tras año, curso tras curso, soñamos, nos ilusionamos y nos disfrazamos, como tantos otros: niños y niñas, mayores y pequeños, padres y abuelos, tú y yo.

Damos la bienvenida con entrantes en verso para ir haciendo boca, poco a poco. Un pregón que nos preparan los mayores de sexto, con chispas de mayores que todavía no dominan y con sentimientos de despedida pues dentro de nada ya serán de ESO.

Hoy en Montserrat
es un día muy especial.
ha llegado la hora
de celebrar el carnaval.

Un día de felicidad
sin tener que estudiar,
el desfile va a empezar
todos juntos reiremos sin parar.

Los indios con sus flechas
los payasos con bocinas
músicos para cantar
nos harán disfrutar.

La sardina hay que quemar
y a los profes ver saltar.
con la sardina recordamos
que lo bueno y que lo malo
vienen juntos de la mano.

En este mes de febrero
todo ocurre con esmero;
en estas épocas difíciles,
¡el carnaval nos hace felices!

Todas las caras pintadas
¿en qué nos hemos convertido?
con disfraces ingeniosos
¿a ti, qué se te ha ocurrido?

Los caníbales devorarán
los romanos conquistarán,
y los peques del colegio
todo lo decorarán.

De la crisis, olvidarnos
y el carnaval, celebrarlo
soltémonos el cinturón
y a disfrutar del fiestón.
Que mucho estrés y mucha cosa
se nos acumulado en casa.

Recordad a los que mandan
que queremos educarnos,
y que los profes tengan
todo lo necesario.

Esto solo ocurre
en un día genial.
y ahora gritar conmigo
¡Viva el carnaval y el colegio Montserrat!

 

Empezamos a servir los manjares: desde los más tiernos a los que tienen un toque picante al final; regados todos ellos, con los mejores caldos charangueros.

Los pequeños se creen unos indios únicos, que con sus lanzas de papel asustan a los mayores para que se porten bien. Los hombrecitos de la prehistoria cazan ilusiones y los payasos tocan sus tambores, despertándonos un mundo de colores y sonrisas.

Llegan más tarde, al compás de los infantiles, los primeros lectores que escriben cartas en pentagramas llenos de notas alegres con sus nombres y sus primeras composiciones de cuentos y narraciones.

A ellos se les van uniendo los faraones, los primeros constructores con mayúsculas de las primeras civilizaciones, los sabios, los ilusionistas de la vida, personajes de las mil y una noches o quizás de las millones de noches de sueños de algodón de azúcar y piruletas de chocolate.

Se van acercando los mayores (ya están en 5º y 6º) imitando a sus personajes de cuentos, de pandillas, “de lo que no me dejan en casa”, dicen. “Yo roquero, tú pirata y él de chica y ella de chico”, tú me imitas yo te imito y ¡Cuánto nos reímos!

Terminamos esta fiesta, como no, con los postres. Elaborados con los mejores ingredientes: sardina, escamas de colores, una pizca de pegamento y tijeras y un buen chorretón del mejor aceite que mande muy lejos nuestras pesadillas y malos sabores. Ya todo servido, acudimos a la hoguera, despidiendo entre llamas el carnaval, a la sardina, y a lo que no me gusta.

Año tras año, curso tras curso, soñamos, nos ilusionamos, nos disfrazamos; como tantos otros: niños y niñas, mayores y pequeños, padres y abuelos, tú y yo. ¡Hasta el curso que viene!