Juntos y revueltas salimos adelante

No es hacia abajo ni hacia atrás la vida.

Pablo Neruda

Este curso ha comenzado rodeado de dos circunstancias que lo hacen especial. La primera de ellas es que la crisis económica, con las crisis social y ambiental que lleva asociadas, se nota cada vez más en nuestro Colegio. Está presente cuando hay alumnas y alumnos que comentan, con cierta vergüenza, que no pueden ir a las salidas extraescolares porque en casa no hay dinero para pagarlas; cuando algunos no van a acabar aquí su escolarización porque sus padres, después de temporadas grandes de paro, tuvieron que decidir volver a sus países de origen, con la ilusión y los sueños de conseguir un futuro mejor para sus hijos truncados; cuando antiguos alumnos se acercan a contarnos que no tienen dinero para pagar este curso las tasas de la universidad o cuando hay que decirle a las familias que ya no hay becas para el comedor.

 

Echar la vista atrás, a veces ayuda a recuperar una memoria histórica que a menudo olvidamos que existe, y este Colegio, el Santa como le dicen los chavales, tiene dentro y fuera de sus paredes el legado de otras épocas que tampoco fueron fáciles y de las que salió reforzado, mejorado, innovado. Y ese es uno de los retos que nos planteamos para este curso, saber mirar más allá de lo que ocurre dentro de nuestras aulas para hacer que nuestra práctica docente se adapte a las circunstancias actuales y sepamos dar una respuesta en forma de propuestas de cambio y de alternativas para nuestro alumnado y las familias.

Sabemos que hay un solo camino para conseguir sacar adelante un proyecto de centro de estas características, y ese camino se transita con un equipo docente capaz y con ganas de hacer un trabajo colectivo. Por lo que la tarea de hacer equipo también será una de las cosas que trabajemos en profundidad durante este curso.

Pero hay otra circunstancia que también hace de este un curso especial, y es que es el penúltimo curso en el que el Colegio permanecerá abierto. Somos menos profesores y profesoras, menos alumnos, menos trabajadoras de la limpieza, menos familias entrando y saliendo. Y esto supone un reto para el profesorado, porque tenemos mucho trabajo por delante y una oportunidad educativa excelente para hacer mejor eso que tanto nos gusta y que ya hemos trabajado muchas veces: hacer proyectos entre distintas etapas educativas, coordinarnos entre diferentes departamentos. Mantener las ganas y la ilusión, valorando la excelente oportunidad formativa y educativa que supone un colegio más pequeño, será una de las líneas de trabajo que tendremos este curso.