Cambiar de economía

Los Economistas aterrados, Cambiar de Economía, FUHEM Ecosocial / La Catarata, Madrid, 2012, 288 págs.

La regulación del sistema financiero, la reforma fiscal que garantice que contribuyan más aquellos que mayores beneficios obtienen del funcionamiento de la economía, la renovación y mejora de los servicios públicos, la defensa de un empleo de calidad, la reforma de los tratados europeos para poner fin a la competencia fiscal y social, la suficiente inversión pública que haga posible la transición hacia una sociedad más sostenible en el plano ecológico, son cuestiones importantes sobre las que Los Economistas Aterrados formulan sus propuestas en este libro con el fin de abrir nuevas perspectivas.

Los Economistas Aterrados son un colectivo de economistas franceses que, tras el éxito de su célebre Manifiesto, se han reunido para formar una asociación que tiene como objetivo estimular la reflexión colectiva y la expresión pública de quienes no se resignan a la dominación de la ortodoxia neoliberal en el pensamiento económico y consideran necesario cambiar el paradigma de las políticas económicas en Europa y en el mundo.

 Los Economistas Aterrados rechazan la globalización al servicio de las finanzas y critican la construcción de una Europa donde el empleo y la protección social se han convertido en los factores de ajuste ante las desmesuradas exigencias de rentabilidad de los accionistas, mediante la instrumentalización de la deuda pública. Y es que el trabajo también es víctima de la búsqueda de rentabilidad financiera. Las diferencias en los costes salariales en diferentes países conlleva, inevitablemente, la competencia entre países que acentúa la presión sobre las condiciones de trabajo y las precariza. Ante esta realidad, hablan de pleno empleo, pero no solo en clave de disminución de paro sino de recuperación de derechos. Por ejemplo, la reducción de la duración colectiva del trabajo es uno de los instrumentos que proponen para luchar contra el desempleo, además de que representa una medida de salud pública.

En resumen, en este libro se analiza la economía en su dimensión más práctica para plantear al lector el debate de las alternativas desde la óptica de la ecología: una disciplina que se asocia al largo plazo y a los intereses colectivos, es decir, a dos dimensiones que el mercado y la búsqueda de beneficio están lejos de asumir.

 

Sumario

Nota del editor

INTRODUCCIÓN. ¡Aterrados, pero no resignados! Sí, hay alternativas…

CAPITULO 1. ¿Qué política económica? Muertes y resurrecciones del keynesianismo
Henri Sterdyaniak

CAPITULO 2. La política económica en Europa
Michel Dévoluy, Dany Lang, Cathérine Mathieu, Jacques Mazier y Henri Sterdyniak

CAPITULO 3. Los retos de una transformación ecológica que sea social
Jean Marie Harribey, Philippe Quirion y Gilles Rotillon

CAPITULO 4. Por una nueva fiscalidad
Philippe Légé

CAPITULO 5. Elogio del gasto público
Christophe Ramaux

CAPITULO 6. Empresas: salir de la financiarización
Benjamin Coriat, Thomas Coutrot, Roland Pérez y Olivier Weinstein

CAPITULO 7. Dotar de un nuevo porvenir al trabajo
Philippe Askenazy y Philippe Méhaut

CAPITULO 8. Un empleo de calidad para todos
Mireille Bruyère, Christine Erhel y Sabinne Issehnane

CAPITULO 9. Por un sistema de financiación emancipado de los mercados financieros
Frédéric Boccara, Edwin Le Héron y Dominique Plihon

CAPITULO 10. La pavorosa pasividad de la “re-regulación financiera”
Frédéric Lordon

 

Introducción

¡Aterrados, pero no resignados! Sí, hay alternativas…

En el momento en que, tanto en Europa como en Estados Unidos, la recesión se instala de nuevo y en el que se preparan en Francia elecciones presidenciales y legislativas, los economistas aterrados hemos decidido participar en el debate público con este libro. La ideología neoliberal —el tristemente célebre pensamiento único—, cuyo fracaso es sin embargo manifiesto, continúa impregnando las mentes de los expertos, de quienes toman las decisiones, y de la mayor parte de los editorialistas. Es importante dar vida a un pensamiento libre, crítico, independiente de los poderes económicos y financieros. Un pensamiento que muestre por qué es necesario comprometerse de una manera decidida en nuevas vías si se quiere abrir una posibilidad de escapatoria a la catástrofe económica que se anuncia.

Con esta nueva obra, que se inscribe en la línea de las dos precedentes1, damos un nuevo paso exponiendo nuestras ideas de manera más detallada y proponiendo políticas económicas alternativas. Para abandonar la trayectoria que ha conducido a la economía mundial, corroída por las finanzas, a explotar en pleno vuelo, son necesarios cambios importantes y, a la vez, urgentes. Intentamos mostrar que también son posibles y que un buen número de ellos ya pueden ponerse en marcha.
Fieles a nuestra vocación y al espíritu que nos anima, queremos, a través de este libro, situar en el debate opciones y orientaciones que rompan con las políticas neoliberales, hoy en día en quiebra, asumiendo plenamente nuestras diferencias, cuando es el caso.

En el verano de 2011 la crisis económica y financiera entró en una nueva fase, que anuncia nuevos desastres. En 2007-2008, el epicentro del seísmo se encontraba en Estados Unidos (con las hipotecas subprime). En 2009- 2010 se desplazó hacia la zona euro, poniendo de manifiesto los múltiples fallos de su constitución y de su arquitectura institucional. La crisis de la deuda soberana en Europa ha revelado la inconsistencia de una unión monetaria establecida entre Estados con estructuras dispares, condenados a librar una competencia social y fiscal desenfrenada. Los “remedios” neoliberales, puestos en práctica hasta el presente por los gobernantes nacionales o por las instancias europeas, obedecen a un mismo principio: se trata de “tranquilizar a los mercados financieros” radicalizando las políticas de austeridad y de competencia fiscal y social, a pesar de sus patentes, repetidos y sistemáticos fracasos. Ya han agotado sus posibilidades de éxito.
A partir de 2011 el conjunto del mundo “desarrollado” recae en la recesión. La nueva crisis bancaria que se perfila podría provocar un desastre tanto más grave en la medida en que los Estados están profundamente divididos en cuanto a las soluciones a poner en práctica. En este contexto, las medidas cosméticas anunciadas por la Unión Europea o por el G-20 no servirán para cambiar nada.

Frente a estos desafíos, hemos elegido intervenir sobre un número reducido de cuestiones estratégicas. Las respuestas aportadas determinarán profundamente el porvenir de nuestras sociedades y la posibilidad de vivir juntos en una Europa en la que prosperidad, pleno empleo, cohesión social y democracia sean los valores cardinales, en lugar de la estabilidad de los precios.

Todos los capítulos que componen este libro reposan, cada uno a su manera, sobre la amplia base de las convicciones que nos unen y que se oponen al pensamiento único. Se trata, en principio, del rechazo a una globalización al servicio de las finanzas y de la crítica de una construcción europea donde el empleo, el trabajo y la protección social se han convertido en los factores de ajuste ante las desmesuradas exigencias de rentabilidad de los accionistas. Rechazamos un modelo de desarrollo que se afirma, cada día más, como destructor de recursos y de talentos. Queremos poner fin a las políticas de contrarrevolución fiscal siempre al servicio de los más ricos. Rechazamos, por último, la instrumentalización de la deuda pública, hoy esgrimida como un espantajo y utilizada como un pretexto para atacar con mayor decisión los fundamentos básicos del Estado social.

A partir de la constatación compartida de que tres decenios de puesta en práctica de la ortodoxia neoliberal nos han conducido a un callejón sin salida, cada capítulo formula propuestas que muestran con claridad que políticas alternativas son, a la vez, deseables y posibles. El “realismo” ha cambiado hoy de campo: después de 30 años de ceguera, las políticas neoliberales han perdido toda credibilidad. Es urgente invertir el curso de los acontecimientos para volver a dar vida y esperanza a nuestras sociedades.

Las reformas que proponemos abordan las dimensiones clave de la crisis actual y están pensadas para abrir una vía de salida. Desarme de los mercados financieros, reorientación del sistema bancario, reforma fiscal profunda, renovación de los servicios públicos, refundación de los tratados europeos para poner fin a la competencia fiscal y social y construir una convergencia por arriba, incremento de las inversiones públicas para financiar el empleo y la transición ecológica, políticas activas de empleo, nuevas maneras de gobernar y gestionar las empresas, y muchas otras propuestas formuladas en estas páginas ofrecen puntos de apoyo sobre los cuales construir una nueva perspectiva.

En el enunciado de nuestras propuestas, no hemos querido ocultar, en ningún caso, nuestras diferencias, incluso cuando se han revelado sustanciales. Más bien al contrario. Sobre cada una de las grandes cuestiones tratadas hemos abierto el debate, solicitado y expresado puntos de vista variados. A través de los intercambios, a los que este libro ha dado y dará lugar, se acercaron puntos de vista allí donde fue posible. Estos intercambios permitieron también clarificar los términos del debate y someterlos al arbitraje de los ciudadanos, a fin de cuentas los únicos con derecho a efectuarlos.

Dejamos que el lector se sumerja en cada uno de los capítulos, centrado sobre una cuestión precisa y aportando su contribución al edificio. Sin embargo, antes de ir más lejos, nos parece útil evocar ciertos temas tratados en el corazón de la obra y sobre los que el debate y las opciones, entre los “aterrados” permanecen abiertos.

¿Qué hacer con la deuda deuda?

Sobre la deuda y sus orígenes, así como sobre los desafíos que plantea su existencia, los análisis de los “aterrados” convergen. La crisis financiera ha hecho explotar los déficits y las deudas públicas, que la reducción de impuestos sobre los más ricos y sobre las empresas había contribuido ya a hinchar. Como los Estados están obligados por los tratados europeos a buscar fondos en los mercados financieros, estos pueden ejercer un chantaje permanente y mortal sobre las políticas presupuestarias, particularmente en la zona euro.

Consideramos unánimemente que no se puede salir de las garras de los mercados con políticas de austeridad, que, además de provocar daños sociales, afectan al crecimiento y no mejoran los saldos presupuestarios de los países. Para reducir los déficits públicos, se necesita una política de desarrollo en la que el indispensable giro ecológico sea planificado y financiado por el ahorro de los europeos, canalizado por bancos públicos de desarrollo sostenible. Los déficits deben también reducirse con una nueva contrarrevolución fiscal, que restaure la potestad de los países para recuperar la capacidad de cobrar impuestos a sus bancos, a sus organismos financieros, a sus multinacionales y a los más ricos de sus hogares. Por haberse beneficiado con la explosión de las desigualdades de renta y con la especulación financiera e inmobiliaria, responsables de la crisis, todos ellos deberán aportar sus recursos para financiar los déficits que han contribuido a ahondar.

Los países de la zona euro deben recuperar su capacidad para practicar políticas presupuestarias autónomas. A corto plazo, un plan coordinado debe permitir a los Estados miembros con dificultades superar sus problemas temporales. Dicho plan se apoyaría en políticas expansionistas (alza de los salarios y de los gastos sociales) en el conjunto de la zona —más sostenidas aún en los países del norte a fin de reabsorber los desequilibrios comerciales—, políticas de lucha contra la evasión fiscal y la corrupción (principalmente en los países del sur), inversiones públicas para políticas de vivienda y transporte que propicien la transición ecológica así como políticas de reindustrialización (particularmente en el sur).

Algunos de nosotros estimamos que la supervivencia de la zona euro pasa por el compromiso del Banco Central Europeo (BCE) de garantizar las deudas de los Estados miembros y por la expresión de una solidaridad total entre estos últimos, en el marco de una coordinación de las políticas económicas orientada hacia el desarrollo económico y social. Esos mismos rechazan poner en cuestión el carácter no arriesgado de las deudas públicas. Piensan que el BCE tiene los medios para mantener duraderamente los tipos de interés de la zona euro por debajo de su tasa de crecimiento, de manera que la carga neta de la deuda permanezca baja. Los tipos de interés desmesurados que los mercados han impuesto a los Estados miembros con problemas desde comienzos de 2009 deberán ser unilateralmente reconducidos a los tipos de los títulos sin riesgo; deberá cuestionarse la transferencia de la deuda bancaria, asociada a la crisis, hacia deuda pública (particularmente en Irlanda).

Otros “aterrados” piensan que, teniendo en cuenta la fragilidad de la zona euro y la gran diversidad económica y política de los países que la componen, los operadores financieros dudarán siempre de la solidez de las garantías ofrecidas por las instituciones europeas y por el BCE. Piensan, por ello, que el objetivo a alcanzar —retirar a los mercados financieros la llave de la financiación de los Estados— debe basarse en el préstamo directo de los hogares y en la financiación directa del BCE. Por otro lado, y como algunos textos de los aterrados vienen anunciando desde hace tiempo, consideran que una reestructuración de las deudas públicas en Europa es, en este momento, deseable e inevitable. Dicha reestructuración, que ya ha empezado en Grecia, pero a niveles insuficientes para yugular la crisis, debe extenderse y organizarse de forma satisfactoria, haciendo caer el peso de su coste sobre los grandes inversores institucionales. En este sentido, la utilización de “auditorías ciudadanas” de las deudas públicas constituye una tarea urgente y esencial.

¿Qué hacer con el crecimiento?

La crisis mundial es sistémica, lo que quiere decir que todas sus dimensiones se articulan y refuerzan mutuamente. Más allá de las contradicciones sociales del sistema, que le impiden deshacerse de su sobreproducción, el fracaso de las políticas neoliberales se refuerza por el hecho de que su objetivo de acumulación sin fin tropieza con los límites del planeta y de sus recursos, sin los cuales ninguna expansión es posible. Igualmente, el modelo de desarrollo (asimilado solamente al crecimiento económico) sin fin está hoy en día cuestionado.

Este libro hace un esfuerzo para clarificar los retos de una transición que sea a la vez ecológica y social. ¿Basta con hacer un poco más verde el crecimiento capitalista? ¿Basta con emprender un proceso de decrecimiento de la producción, como a menudo se señala? Proponemos salir de este falso dilema, favoreciendo, por un lado, el crecimiento de las actividades destinadas a asegurar la reconversión ecológica de nuestras economías a través de grandes inversiones, la relocalización de algunas actividades y el equilibrio de los territorios; y, por otro lado, organizando el decrecimiento de las actividades que contaminan o agotan los recursos naturales.

Este debate, que se intensifica en la sociedad, se extiende también a los “economistas aterrados”. Algunos de ellos confían en las posibilidades de un crecimiento favorable a los equilibrios ecológicos; otros son más escépticos y prefieren iniciar ya un desacoplamiento entre el crecimiento global y la mejora del bienestar. Pero nosotros pensamos que es posible concebir un nuevo tipo de desarrollo humano, orientado hacia la calidad social y ecológica de la producción. En esta perspectiva, el debate democrático deberá elegir entre posibles asignaciones de las mejoras de productividad obtenidas sin intensificación del trabajo y sin deterioro irremediable de la naturaleza: crecimiento de las actividades útiles y sostenibles, inversiones de reconversión, protección social, educación y reducción del tiempo de trabajo.

Estas propuestas, como todas las contenidas en los capítulos que siguen, son presentadas para la discusión y el debate ciudadano. Cambiar de economía, ya que ese es el objetivo mostrado y asumido, no será posible en un día. Señalando el fundamento de los cambios que nos parecen necesarios, justificándolos, haciendo explícitas sus implicaciones, y no escondiendo las dificultades a las que las reformas preconizadas se enfrentan y que habrá que superar, consideramos que recogemos los compromisos adoptados en nuestro manifiesto, que es nuestra seña de identidad: combatir las “falsas evidencias” sobre las que se han construido durante decenios las políticas que nos han conducido al desastre actual, y abrir un espacio al debate ciudadano para contribuir a pensar en vías alternativas.

Notas
1. Manifieste d’économistes aterrés, París, Les liens qui libèrent, y 20 ans d’aveuglement. L’Europe au bord du gouffre, París, Les liens qui libèrent, 2011. De ambos textos existe traducción al español: Manifiesto de economistas aterrados, Barcelona, Editorial Barataria, 2011 y Europa al borde del abismo. Economistas aterrados, Barcelona, Editorial Barataria, 2012 (N. del T.).

 

Títulos de la colección Economía crítica & ecologismo social

1. La nueva economía del agua, de Federico Aguilera Klink

2. Cienco cincuenta preguntas sobre el nuevo desorden, de Carlos Taibo

3. Un futuro sin petróleo. Colapsos y transformaciones socioeconómicas, de Roberto Bermejo

4. Prácticas económicas y economía de las prácticas. Crítica del postmodernismo liberal, de Luis Enrique Alonso

5. El porqué de las crisis financieras y cómo evitarlas, de Frédéric Lordon

6. Capitalismo desatado. Finanzas, globalización y bienestar, de Andrew Glyn

7. Economía contracorriente. Antología de David Anisi, edición de Rafael Muñoz de Bustillo y Fernando Esteve

8. La Gran Recesión y el capitalismo del siglo XXI, de José A. Tapia y Rolando Astarita

9. El trabajo de cuidados. Historia, teoría y políticas, de Cristina Carrasco, Cristina Borderías y Teresa Torns (eds.)

10. Cambiar de economía, de Los Economista aterrados

11. La financiarización de las relaciones salariales. Una perspectiva internacional, de Luis E. Alonso y Carlos J. Fernández Rodríguez (eds.)

12. La responsabilidad de la economía española en el calentamiento global, de Jordi Roca Jusmet (coord.), Vicent Alcántara, Iñaki Arto, Emilio Padilla y Mònica Serrano

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