El debate del Libro Blanco aborda participación, convivencia y acción tutorial

En el marco de las reflexiones que se vienen organizando a lo largo de este año en torno al Libro Blanco de la Educación en los centros de FUHEM, el pasado 20 de noviembre tuvo lugar una nueva sesión de debate abierta a la comunidad educativa y social que llevó por título: “Elementos de mejora de la cultura escolar y el clima del centro. Participación, convivencia y acción tutorial”.

La sesión contó con las aportaciones iniciales de dos personas expertas en los aspectos planteados: Lars Bonell, Socio trabajador de CSE (Tangente Grupo Cooperativo) y profesor asociado CSEU La Salle-UAM; y Juan Carlos Torrego, Profesor titular de Educación en la Universidad de Alcalá de Henares y Director del Máster sobre Convivencia y Resolución de conflictos. La sesión fue coordinada por Mª Carmen Cava, Directora del Colegio Santa Cristina de FUHEM, quien además de sugerir algunas cuestiones relacionadas con la acción tutorial moderó el debate posterior.

Mª Carmen Cava: Una participación activa y real es clave para crear escuelas más democráticas y preparar mejor a los alumnos para su vida adulta.

Mª Carmen Cava, Directora del Colegio Santa Cristina de FUHEM, destacó la importancia de los temas a abordar en la sesión ya que la participación de las familias y la acción tutorial son aspectos fundamentales que pueden contribuir a la mejora de la convivencia de los centros y prevenir conflictos. Partiendo de su experiencia personal en Santa Cristina, respondió qué significa ser tutor exponiendo que se trata de una experiencia intensa que solo se puede abarcar desde el grupo, estableciendo relaciones sinceras y una comunicación fluida que permita transmitir a todos los miembros de la comunidad escolar la ilusión por el proyecto educativo, con cercanía. Así, explicó que los problemas se plantean como oportunidades para aprender, y no son competencia únicamente del tutor, sino de todo el equipo educador. En esta línea, la Directora del Colegio Santa Cristina, expuso que la acción tutorial se basa en la comunicación con el resto de compañeros, con el alumnado y con los vecinos y las entidades sociales e institucionales que están próximas al centro escolar. Los colegios no son solo un espacio donde se vinculan alumnos y docentes, sino que deben estar abiertos al entorno.

Ante la pregunta de si el tutor actúa a nivel individual o colectivo, Mª Carmen Cava explicó que hay que combinar ambas, para promover el aprendizaje personal y de grupo, algo que se logra creando un clima que facilite la intervención y la comunicación; con una actitud siempre comprensiva, ya que el tutor cuenta con una visión parcial del grupo. Hay que propiciar reuniones en las que los alumnos se expresen con libertad, y los tutores sean intuitivos, empáticos, discretos, cercanos y observadores para comprender la situación, y a partir de ahí, sugerir y ofrecer propuestas a todos: profesores, familias y alumnos.

Por último, la directora del Colegio Santa Cristina se refirió a que la cultura participativa no surge sola, sino que requiere de participación, compromiso, intercambio de ideas y una conciencia de grupo por parte de todos los miembros de la comunidad escolar. Por eso, hay que crear espacios de cooperación, colaboración y diálogo. Al final, Mª Carmen Cava señaló varios retos que afrontan los docentes hoy: la innovación pedagógica, las nuevas formas de aprendizaje, el uso de las nuevas tecnologías, la apertura a los problemas de la sociedad… Ante todo ello, destacó la importancia de una participación activa y real que sirva de aprendizaje para lograr comunidades más democráticas en las que el papel de los educadores no sea el de conductores del conocimiento sino el de guías de los alumnos y alumnas, para acompañarles, escucharles y darles alternativas con las que ellos puedan resolver los problemas que les irán surgiendo en sus vidas.

Juan Carlos Torrego: 8 claves para compartir las lecciones aprendidas en la mejora de la convivencia.

Juan Carlos Torrego, profesor titular de Educación en la Universidad de Alcalá de Henares y director del Máster sobre Convivencia y Resolución de conflictos, comenzó su intervención señalando que hoy en día no se puede hablar de calidad sin hablar de convivencia puesto que en una escuela pacífica se enseña mejor. En esta línea, subrayó que la convivencia no puede ser entendida como un programa estrella que llega y se va, sino que ha de estar integrada dentro del proyecto educativo; y también apuntó que en una sociedad tan tecnológica como la actual, que genera mucha soledad, es bueno trabajar a favor de la convivencia.

Una vez sentadas estas bases, Juan Carlos Torrego comenzó a exponer una serie de lecciones aprendidas en mejora de la convivencia, a lo largo de ocho claves.

1. La necesidad de establecer un marco de comprensión compartido en las comunidades educativas sobre conflicto y convivencia: como el conflicto es inevitable en todos los espacios de la vida, es necesario que la escuela sepa atenderlo creando un proyecto educativo común en el que todas las partes se impliquen en su mejora.

2. Necesidad de contar con equipos de mejora de la convivencia (EMTC) que deben actuar dentro de un modelo de intervención global sobre la convivencia. Contar con un modelo integral, que aúne lo relacional y lo punitivo, permite que haya una estructura, con responsables y tareas; y también procesos de construcción democrática de normas, herramientas y un proceso del que todos aprenden de forma muy humanizada una vez se resuelven los conflictos.

3. Estamos descubriendo la importancia de transferir corresponsabilidad al alumnado y otros miembros de la Comunidad Educativa en la gestión de la convivencia. A la vista de la experiencia queda claro que el profesor no puede actuar solo en este tema. Pero para que otros actores participen es necesario también que estén formados y acompañados en esa tarea. También es bueno que los papeles de ayudante y ayudado sean rotativos, porque el aprendizaje de ese proceso dará unas herramientas buenas para su vida.

4. Otorgar sentido a la mediación, comprendiendo sus fundamentos y asumiendo que es algo más que una técnica y que cumple una función relevante en el nuevo escenario social y educativo, en el que está presente el problema de la exclusión social y de la violencia.

5. Integrar en un único sistema de autoridad el marco cívico de resolución de conflictos: contar con la figura del mediador, juez, árbitro y con la negociación, y evaluar qué interesa más en cada momento.

6. Adoptar decisiones en el núcleo de los procesos de enseñanza/aprendizaje e integrar los contenidos de resolución de conflictos en los programas de enseñanza. Lo que no se enseña no se aprende… de ahí la necesidad de integrar estas cuestiones en el currículo, y emplear metodologías de colaboración y cooperación que refuercen el aprendizaje y la responsabilidad individual.

7. La forma en cómo nos organizamos emite un mensaje de convivencia. Y el modo de organizarse requiere que el centro cuente con una serie de elementos como: plan de convivencia, coordinación de convivencia, equipo de convivencia, acción tutorial, comités de acogida, participación, formación en el ámbito de la convivencia, protocolos de gestión de conflictos y colaboración con las familias.

8. Garantizar liderazgo compartido: directivo, pedagógico e institucional.

Para concluir su intervención, Juan Carlos Torrego recordó que es cierto que la Administración con sus decisiones puede condicionar los procesos de convivencia. En esta línea, señaló que está bien dar autoridad a los docentes, pero si un tutor puede gestionar bien un conflicto o una discusión, también está ganando en autoridad. Y para ello, es fundamental que los docentes cuenten con los recursos necesarios.

Lars Bonell: 7 claves para explicar la importancia de la participación familiar en la escuela.

Mostrando su acuerdo con los puntos expuestos hasta ese momento, Lars Bonell, Socio trabajador de CSE (Tangente Grupo Cooperativo) y profesor asociado CSEU La Salle-UAM, centró su intervención en la importancia del papel de las familias, que desgranó a lo largo de siete claves sobre la participación familiar en la escuela.

1. Todas las familias tienen mucho que aportar al aprendizaje escolar de sus hijos e hijas. Cuando las familias confían en sus capacidades, se interesan por la vida escolar y buscan tiempo para implicarse en ella, todo eso incide en el aprendizaje puesto que el niño no sólo aprende en la escuela sino en todos los espacios de interacción, y es bueno que todos ellos estén coordinados.

2. La participación de las familias en la escuela mejora el rendimiento escolar y la convivencia en el centro. No es la única manera de aumentar el éxito escolar pero es una de las más efectivas. No obstante, la participación no ha de ser entendida como una actividad suelta o un plan de relaciones públicas, sino de participación real.

3. Se pueden construir alianzas fructíferas entre los centros educativos y las familias. Para ello es importante desarrollar relaciones de confianza y respeto mutuo, con un diálogo igualitario, sincero y sin coacciones. Para construir esos lazos, se pueden explorar distintas líneas de trabajo: ejercer como padres, mejorar la comunicación, realizar tareas de voluntariado y de colaboración con la comunidad, aprender en casa y participar en la toma de decisiones.

4. La participación familiar beneficia a todas las familias. Si la escuela lo hace bien, puede contrarrestar y transformar la realidad, apoyando a las familias en desventaja social que cuentan con mayores barreras para la participación.

5. La participación familiar puede cobrar múltiples formas. De todas ellas, la participación en la toma de decisiones, la evaluativa y la educativa son las que más contribuyen al éxito escolar. Para fortalecer la participación decisoria y evaluativa, hay muchas vías, entre las que se pueden apuntar: lograr consejos escolares y AMPAS representativos y promover espacios de participación y representación (asambleas periódicas de aula, ciclo, centro…, grupos de mejora, comisiones mixtas…). En cuanto a fortalecer la participación educativa, se puede optar por vías como apoyar al profesorado en el aula, grupos Interactivos, actividades de lectura dialógica, bibliotecas y aulas digitales tutorizadas, extensión del horario de aprendizaje y la formación de familiares.

6. Las familias tienen mucho que aportar a la escuela. Por su capacidad para transformar su contexto; porque cuentan con información y perspectivas útiles para la mejora del aprendizaje y la convivencia; y por su buen desempeño en el papel de guías, referentes y mediadores para sus hijos.

7. La participación familiar es un componente esencial en la democratización de las escuelas relativa a los procesos de aprendizaje.

Tras la enumeración y explicación de estas siete claves, Lars Bonell concluyó su intervención diciendo que las escuelas democráticas, orientadas al servicio público, responsables del aprendizaje integral de su alumnado, preocupadas porque ninguno de ellos y ellas se quede atrás, comprometidas con su entorno y dirigidas a la mejora de la sociedad, necesitan desarrollar una alianza profunda con su comunidad de referencia.

Aportaciones del coloquio: Puesta en común de las dificultades y las alternativas para romper inercias y lograr mejores resultados

Tras las aportaciones de los ponentes sobre la acción tutorial, la convivencia en el centro y la participación de las familias, el debate posterior sirvió para un interesante intercambio de pareceres entre todos los asistentes. Hacemos el resumen de algunas intervenciones:

– Lo más difícil para lograr la participación y la implicación de toda la comunidad escolar es romper las inercias de los centros.

– Ver el sentido de la transformación que se puede lograr a partir del consenso del profesorado, la implicación familiar y un buen liderazgo no es fácil, pero es posible.

– No es tan importante el cambio que generan los fuegos de artificio y las acciones puntuales como la innovación sostenible. Para lograrla es importante contar con un liderazgo pedagógico y emocional, porque el cuidado del grupo es también fundamental. La innovación es una disrupción y hay que saber acompañar ese proceso de cambio para que sea vivido de forma positiva.

– ¿Cómo pueden participar las familias en los procesos de mediación? El enfoque ha de ser de comunidad educativa. Para ello hay que compartir formación en habilidades para la resolución de conflictos porque estos pueden surgir entre los distintos actores de la comunidad educativa. Y está bien la actuación entre iguales pero es más rico si intervienen todos. Solo hay una salvedad, y es que normalmente, no se recomienda que el equipo directivo sea mediador.

– A veces encontramos casos de personas que no creían en la mediación y después reconocen el aprendizaje que les ha aportado. Esto se da porque la escuela es un centro moral donde todo lo que se hace tiene una dimensión ética que revierte en las personas que participan en este tipo de experiencias. Por tanto, es bueno incluir a cuentas más personas, mejor.

– Está muy bien señalar todo lo bueno que aportan la mediación, la participación, la convivencia… Pero los alumnos no solo reciben influencia de la escuela y la familia, sino de todo el entorno social, de los medios de comunicación, etc. La pregunta que hay que hacerse es ¿qué ocurre cuando se dan contradicciones entre las actitudes y los valores de la escuela y los que son dominantes a nivel social? ¿Se dificulta el aprendizaje si el alumno percibe la posición antagónica entre los valores del centro y los de la sociedad? Porque si fuera así, estaríamos corriendo el riesgo de crear ciudadanos vulnerables que se van a desenvolver en un contexto distinto al que han sido formados. La clave sería lograr que no sean más frágiles en un entorno inhóspito.

– Para la conexión entre el centro y un entorno más amplio, es importante que se dé un flujo y que sea la familia la que conecte los conocimientos que ofrece la escuela para que los chicos y chicas aprovechen todo. La escuela está obligada a dotarles de las competencias que necesitarán para su vida adulta y hay que prepararles para todo lo que se van a encontrar, aunque estemos en contra de lo que ocurre. Y sobre todo, preparar a aquellos que lo tienen más difícil.

– Un buen ejemplo de esto podría ser inculcar valores cooperativos sabiendo que salen a una sociedad tremendamente competitiva. No está tan claro que incluso en este contexto saber cooperar sea peor que asumir una competencia feroz con el otro. Implicarse en procesos de diálogo permite acercarse y superar el yo para llegar al nosotros. No obstante, cuando hay conflictos de valores, estos sirven para ver lo que hay, tolerar los valores de todos y crear una constelación de valores. Y es importante dialogar y argumentar sobre esos valores que entran en contradicción. Es cierto que nuestra sociedad es competitiva pero también está demandando cooperación. Los chicos y chicas van a requerir de todo, las destrezas, las competencias y los valores han de ir juntos.

– Resulta preocupante que cuando se abordan estos temas se vean como un añadido a la tarea docente. La tutoría, la participación, los equipos de mediación… no son algo al margen, sino que están en el centro de lo que significa ser profesor. La acción tutorial no puede ser un cajón de sastre donde entre todo lo que no encaja en las área curriculares porque todo lo que se ha visto hoy puede entrar en todas las áreas. ¿Por qué trabajar solo el tutor en prevención de drogodependencias si tenemos asignaturas como Educación Física, Biología, Química…? Si nuestro alumnado puede pasar entre quince y dieciocho años en nuestra institución, deberíamos tener tiempo para trabajar estos temas dentro de lo curricular porque estos temas deberían centrar mucho más la acción docente que el currículum.

– Es necesario recibir formación en estos temas. Lo digo desde la experiencia de mi centro, donde estamos haciendo talleres de mediación. El centro tiene la preocupación, quiere hacerlo, sistematizarlo… pero como profesores deberíamos integrarlo en los contenidos curriculares y no tenemos esas habilidades.

– El posibilismo, la prudencia y el paso a paso suelen funcionar bien, pero todo esto no hay que verlo como competencias extracurriculares. El taller ofrece competencias básicas. Simplemente, cambiando y mejorando las competencias en comunicación, el colegio va a mejorar. Esa persona, ese docente que escucha, por ejemplo, una queja de un docente que viene de los alumnos o de las familias; que pone en común la versión de las partes y que devuelve la información obtenida va a generar una confianza y un cambio. Si por el contrario, se cierra en banda y alimenta el resquemor entre las familias y los docentes, las cosas irán a peor.

– La situación más habitual es la de docentes agotados y familias ausentes. Es necesario contar con recursos y dar formación a alumnado, familias y docentes cuanto antes. Además, los alumnos y alumnas nos enseñan todos los días y ellos pueden ser agentes movilizadores. Estamos aquí para cambiar las cosas y eso es difícil con profesores agotados y estresados. Esto nos lleva a la financiación… y el dinero está y habrá que usarlo para estas cuestiones que son las importantes.

– Voy a contar mi experiencia personal de trabajo en un aula con niños con trastorno del espectro autista (TEA). Son niños que necesitan interacción social con su grupo de referencia. Para ello, busqué información, me formé… y me di cuenta de que éstas son cuestiones que se trabajan bien en Infantil y Primaria y se abandonan en la ESO. Cuando intervenía en un grupo de referencia estaba presente el tutor, y yo misma he visto el cambio que experimentan: de ser remisos a introducir las habilidades sociales a contagiarse después, y pedirme más formación en este sentido porque con ellas pueden trabajar mejor en todas las materias y generan que el aprendizaje cognitivo salga adelante. Con una tarea de lengua o de matemáticas se pueden trabajar las habilidades sociales y poco a poco se logra cambiar la cultura de centro.

– Se han expuesto conceptos clave como la participación de todos los estamentos de la comunidad escolar, el diálogo constructivo y la creación de una cultura compartida. En mi centro tuvimos un equipo de mediación, ayudantes mediadores… pero lo importante era la cultura que implicaba todo eso. Al final, hay que lograr sentido de comunidad y que eso permita poder hablar y resolver los problemas. Pero la gran dificultad es estabilizarlo en el tiempo. Incluso contando con estructura es difícil sumar a nuevos profesores y alumnos y lograr una cierta estabilidad de esos grupos.

– En un modelo integrado, es bueno que un alumno pida ir a mediación para evitar una sanción. Pero el programa de diálogo tiene que estar estructurado. La clave no es empezar sino sostener. Reconozcamos que la innovación a coste cero es imposible. Hay que gratificar, reconocer, animar… A veces los centros se embarcan en muchas cosas muy costosas y sería cuestión de priorizar.

– No todo es un tema de recursos. En mi caso, el de Santa Cristina, se trata de un colegio muy humilde en recursos económicos pero no en recursos humanos. Sabemos que es importante aprender de los errores y volver a intentarlo. A veces, solo los profesores empujan un proyecto y acaba por ser abandonado. No podemos contar siempre con los mismos alumnos y los mismos docentes. Y en un momento dado, nos dimos cuenta de que teníamos que haber contado con las familias. Tenemos que compartir más y romper las estructuras que tenemos. Y esto es un proceso de largo plazo.

– Aun estando en un colegio que tiene una clara conciencia de comunidad escolar, un proyecto común y una buena participación de las familias, me hago la pregunta de cómo lograr la confianza de otras familias que siguen sin compartir todo eso, que siguen a parte y no consideran al profesorado como un guía para su hijo. De momento, no estamos llegando a todas las familias y no sabemos cómo hacer para que todos compartamos esa confianza mutua. ¿Puede un Plan de convivencia generar más confianza hacia el profesorado?

– El profesorado no puede lograr que las familias se impliquen. En ese sentido, es importante que unas familias sean difusoras hacia otras. También existen distintas estrategias para que las familias participen y vean la labor del profesorado en el aula, porque cuando lo ven desde dentro cambian su visión y valoran más al docente. También se rompen barreras y estereotipos cuando trabajan juntos. Por tanto, es importante que las familias entren en el núcleo y que su participación no sea periférica. Que participen en lo que a ellos les interesa, y también en la toma de decisiones desde posiciones de igualdad.

– Para evolucionar en la participación de las familias hay que avanzar en la formación y el empoderamiento de las familias. Requiere de un proceso, pero no hace falta algo grande. Basta con preguntar a las familias cómo quieren participar, aprovechar sus fortalezas y las de los docentes. Hay muchas experiencias de familias que se quedan escondidas en los despachos y en las memorias y habría que sacarlas a la luz. Y es importante contar con un liderazgo compartido y un reparto de responsabilidades para que estas iniciativas no resulten elementos aislados sin continuidad.

– Los colegios tienen que distribuir el liderazgo tanto en lo que afecta a la convivencia como en la participación. Y los profesores tienen que descartar frases como las de “se quita tiempo de lengua o de matemáticas”. Estas inercias son perjudiciales. Y es cierto que puede haber cansancio, pero la redistribución de los recursos posibilita hacer cosas y tenemos que trabajar en esa dirección.

Sigue el debate en el blog del Libro Blanco

En relación a este debate, el Blog del Libro Blanco ofrece algunos documentos de apoyo a este debate, en los apartados de “Evaluación, Organización de centros y procesos de participación” y “Asesoramiento, orientación y acción tutorial”.

Además, si no pudiste seguir la sesión en directo, puedes ver el video en este enlace a nuestro canal de FUHEM Educación en Youtube.

Como siempre, os animamos a que participéis en el debate a través de los comentarios y aportaciones que se pueden hacer en el Blog de Libro Blanco, que cuenta con nuevos contenidos, documentos, comentarios y videos.