Dialogar sobre las cosas importantes

Niños, niñas, adolescentes y todas las personas estamos continuamente expresándonos. Nuestros infantes y jóvenes dedican la mayor parte de lo que hacen a ver y vivir su entorno, tratando de darle sentido, generando hipótesis y construyendo su propia realidad, autoestima y autoimagen. La pregunta es, ¿facilitamos espacios y tiempos para que puedan expresarse libremente?, ¿para que puedan construirse como personas?

(Fotograma de la película: Solo es el principio, que regoge las sesiones de filosofía en una escuela infantil de Francia).

 

Sólo es necesario estar junto a ellos para saber que todos los temas que les rodean aparecen cada año. Desde los más sencillos para un adulto como las cosas de la vida cotidiana hasta los más complejos como la muerte, los valores o los tabús.
Nos hemos preguntado alguna vez cómo creamos un clima de confianza para que puedan expresarse libremente, ¿qué palabras y gestos devolvemos a sus acciones y producciones?

A finales de los años setenta, Mathew Lipman, filósofo y educador, se dio cuenta de que “todo niño debería ser alentado a desarrollar y articular su propio modo de ver las cosas” y creó la filosofía para niños con el objetivo de aprender a pensar creativamente y actuar de forma ética.

La filosofía para niños se articula mediante comunidades de investigación que utilizan el diálogo como valor y cómo método. A partir de esta base, aprenden a pensar a través habilidades de pensamiento (percepción, investigación, conceptualización, razonamiento y traducción), y aprenden a actuar a través de actitudes y valores éticos (convivencia, normas, lenguaje, mundo, identidad, etc.).

“Tan importante es la calidad ética de las personas como su capacidad de razonamiento y lógica”. Parece complicado pero se consigue utilizando el arte (pintura, música, cine…), la narrativa y los juegos como recursos para pensar. A través de estos elementos se busca el diálogo, el análisis, el pensar por uno mismo en compañía, el construir y construir-se.

¿Qué podemos hacer? Facilitar espacios de diálogo natural y creativo que ayuden a saborear, averiguar, formular hipótesis, definir, relacionar o incluso improvisar. Hablar con normalidad los temas que nos ocupen; aprovechar cada recurso cultural para sacarle el máximo partido y seguir ayudándoles a construirse como personas comprometidas, críticas y creativas.

Si queréis animaros a seguir este camino, os propongo los siguientes recursos:

– Película Solo es el principio: Filosofía con niños y niñas de 3 y 4 años.
Proyecto Noria: propuesta educativa de 3 a 12 años elaborada por el GrupIREF.
– Libro: Educar en el asombro. Catherine L’ecuyer