La experiencia de los voluntari@s de los Grupos Interactivos en HIPATIA

Sin duda, la experiencia de participar en el Proyecto de Experiencias Educativas de Éxito ha sido todo un descubrimiento, un despertar hacia nuevas formas de entender el colegio y la labor del profesor/a.

La verdad es que lo de los grupos interactivos impresionaba bastante al principio. Teníamos preguntas sobre qué hacer, cómo actuar, cómo reaccionarán los chicos y chicas cuando nos vieran entrar en las clases, entre muchas otras cuestiones.

Sobre el papel pintaba muy bien, pero las dudas eran muchas. Quizá en Infantil y Primaria sería más fácil… Pero, en secundaria, ¿cómo será participar de este proyecto con chicos y chicas en plena efervescencia?

Cabe destacar que, aunque las dudas fuesen muchas, las instrucciones iniciales eran sencillas y claras: mucho refuerzo positivo, muchas interacciones, no saber nada y preguntar mucho, todos y todas participan y cada una merece su tiempo. Entrar en las aulas ha sido una experiencia muy positiva, te ayuda a entender lo que supone estar en una clase con más de 25 chicos y chicas, con sus individualidades, sus necesidades y todo esto, ¡para una sola persona!

Poder estar con 4 ó 5 chicos y chicas, facilita la labor. Tienes entre doce y quince minutos para centrarte solo en ellos y, generalmente, no nos lo han puesto muy difícil. Quizás vernos dentro del aula y ver, cómo personas de manera desinteresada y voluntaria les dedicaban su tiempo, hacía que estuvieran más dispuestos a aceptar que veníamos a trabajar con ellos.

Si por algo ha merecido la pena el esfuerzo dedicado durante estos meses ha sido por ver cómo avanzaban: cada día entendían mejor la dinámica de la clase y cómo se trabaja en grupos interactivos. Además de poder empatizar más con los profesores y profesoras, y ver cómo los chicos y chicas avanzaban disfrutando y siendo los verdaderos protagonistas. Hemos experimentado que tenemos un sitio en el colegio, que va más allá de dejar a tu hija o tu hijo e ir a recogerles cuando llega la hora; sientes que eres una pieza más del engranaje que persigue un objetivo común: que todos y todas aprendan. También ha servido para que los familiares que hemos participado en el proyecto nos conociésemos más y mejor, contribuyendo a cumplir uno de los principales objetivos de Hipatia, hacer colegio.

Para el curso 15/16, según nuestro criterio, es más que recomendable continuar con este proyecto y extenderlo, si cabe, a otras actuaciones educativas de éxito, pero desde luego depende y mucho, de que las familias nos impliquemos y participemos más como voluntarias; que se busque, si existe, otra organización que permita que las familias participen del proyecto; que empecemos antes y acabemos más tarde; que sigamos formándonos en este proyecto y que se continúe con la experiencia en los cursos posteriores a los que se han iniciado este curso para que el esfuerzo invertido tenga sus frutos.

Como conclusión: el esfuerzo, que no ha sido poco, merece la pena. Si no lo conoces, pregunta en el colegio Hipatia, toda una experiencia a exportar.