Un hasta siempre agradecido y cómplice

Entre las cosas más satisfactorias que en mi vida profesional y personal he encontrado, sin duda, destaco el contacto con los alumnos/as, que me han enseñado a entender la vida y verla con sus ojos. Esto me ha servido para acompañarles en su día a día y darme cuenta que ellos me han aportado más de lo que yo les haya podido transmitir.

Su juventud, su manera de ver el mundo, sus miradas… su complicidad, los viajes compartidos, como el propio curso que es un viaje, me han aportado expectativas enriquecedoras y me han ido dando ánimo todos los días para llegar al aula con una sonrisa.

Cuando he estado en el aula con vosotros he disfrutado con el tema que tocaba y con vuestras reacciones, preguntas e innumerables anécdotas que soléis intercalar. Así hemos aprendido y disfrutado juntos del aprendizaje.

Y es más, cuando os vais del cole y nos encontramos en los caminos, a veces distantes, encuentro vuestra cercanía, pues me recordáis comentarios y…. vuelve la complicidad de antaño.

Esto no es un adiós… porque mi vida ha estado y estará siempre, ligada al Lourdes.