Semana de Acción por el Clima

FUHEM desea mostrar su apoyo a las movilizaciones de la Semana de Acción por el Clima convocada por Fridays for Future – Juventud por el Clima del 20 al 27 de septiembre, que culminará con la convocatoria de una Huelga Mundial por el Clima, coincidiendo con los actos con la Cumbre Acción Climática 2019 de las Naciones Unidas que está teniendo lugar en Nueva York desde el 23 de septiembre.

Tanto estas movilizaciones como el manifiesto que las respalda resultan especialmente pertinentes en la medida en que resaltan el hecho de que la crisis climática afecta a múltiples planos, especialmente el ecológico y el social, intrínsecamente ligados, como consecuencia de un modelo económico profundamente injusto e insostenible.

La crisis climática es por tanto una de las muchas aristas de una crisis ecosocial causada por un modelo de producción y consumo, globalizado y extractivista, centrado esencialmente en el beneficio privado y que mina las propias bases sobre las que se asientan nuestras sociedades, poniendo en riesgo la supervivencia humana y la de un gran número de otras especies y ecosistemas. Una realidad que está afectando ya a las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo. No obstante, la región mediterránea no está siendo ajena a los efectos del cambio climático, y los datos indican que lo será progresivamente en mayor medida que otros espacios geográficos.

Las alertas de la comunidad científica acerca del deterioro de los ecosistemas y su biodiversidad, así como sobre la necesidad de frenar con urgencia las emisiones que causan el calentamiento global, justifican rotundamente la necesidad de hablar hoy de emergencia climática, de modo que, evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5 °C ha de convertirse ya en una prioridad de la humanidad.

Las actuales movilizaciones por el clima han de servir, por lo tanto, para ejercer una fuerte presión desde la ciudadanía a las instituciones políticas internacionales,  estatales, así como a los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos. Una presión en favor de una transición ecosocial que ponga en el centro cuestiones como la reducción de la demanda de consumo energético, la producción energética renovable local, la movilidad sostenible, la agroecología, la reformulación de las relaciones campo-ciudad, y por supuesto, planes de adaptación en clave de justicia social.

Como bien señala el manifiesto de estas movilizaciones, el primer paso ha de ser asumir la urgencia de la situación actual admitiendo el diagnóstico, las indicaciones y las sendas de reducción reflejadas en el último informe del IPCC. En España, esto pasa necesariamente por reconocer la brecha de carbono existente entre los compromisos españoles y las indicaciones científicas y actuar en consecuencia.

Además, este 27 de septiembre puede ser un momento clave para repensar qué podemos hacer a nivel individual para frenar el cambio climático, y reflexionar sobre las distintas acciones que podemos desarrollar en nuestro día a día que, combinadas con las políticas públicas, nos ayuden a tomar conciencia y a actuar en consecuencia.