REFERENTES: Erik Olin Wright. Utopías reales

Presentación

Santiago Álvarez Cantalapiedra

A Erik Olin Wright se le conoce, sobre todo, por su esfuerzo de reconstruir desde el marxismo un marco teórico con que analizar la estructura de clases en el capitalismo contemporáneo. Sin embargo, al iniciarse la década de los noventa, buena parte de sus energías las empleó en el estudio de las utopías, tema por el que ya había mostrado un inusitado interés en sus tiempos de estudiante.

El contexto en el que Wright inicia este proyecto no era nada halagüeño. Los años noventa del siglo pasado nacieron marcados por la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética. El neoliberalismo gobernaba las principales economías y dominaba las políticas de los gobiernos de la mayoría de las democracias capitalistas.

Eran tiempos de desencanto y repudio a cualquier idea de socialismo tras el fracaso y el descrédito de las economías de planificación centralizada. La afirmación de Thatcher de que no existía alternativa terminó convirtiéndose en el principal dogma de fe de la época: fuera del capitalismo no había salvación. Desde el mundo intelectual se decretó, en coherencia con los signos de los tiempos, el fin de la historia, con el liberalismo como la única forma universal de gobierno. Todavía tenía que pasar una década para que un incipiente movimiento alterglobalizador empezara a proclamar que otro mundo era posible.

No obstante el contexto tan adverso, Wright comenzó un proyecto de investigación centrado en la búsqueda de alternativas realizables bajo el título de Utopías reales. ¿Por qué utopías? ¿y por qué reales? Utopías, porque la ausencia de una alternativa sistémica al capitalismo global hacía que la posibilidad de superar este sistema se concibiera como algo utópico. Ha llegado a resultar tan inconcebible ese acontecer que Jameson considera, ejerciendo de fedatario de las creencias de la época, que para el común de los mortales resulta más fácil hoy imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.1

El adjetivo de reales se entiende mejor cuando repasamos los intentos de rehabilitación del pensamiento utópico dentro de la tradición marxista. Las utopías concretas (Bloch) o las utopías realizables (Marcuse) no eran concebidas como ideales fuera de la historia sino como programas políticos que por ambiciosos y radicales podían parecer en un determinado momento irrealizables, pero en ningún caso imposibles. A diferencia de la utopía abstracta, las utopías concretas y realizables empiezan a diseñar la sociedad ideal del mañana sin ignorar las características de la sociedad del presente con todas sus dinámicas y contradicciones. En esa estela hay que entender las utopías reales de Wright.

Antes de señalar los rasgos específicos del proyecto Utopías reales, hay sin embargo una cuestión de la que era consciente Wright y que se relaciona mucho con la forma en que encaraba el asunto de las utopías Paco Fernández Buey, el otro autor seleccionado para esta sección de Referentes.

Wright sabía que la expresión “utopías reales” podía parecer una contradicción en los términos. A pesar de ello, la asumió de buen grado, porque la idea del proyecto era precisamente revelar esa tensión entre los sueños y el mundo práctico poniendo de manifiesto que los primeros forman parte también de la realidad, y que lo que puede llegar a ser posible nunca deja de ser totalmente independiente de nuestra imaginación, ya que nuestra forma de ver es la que suscita la voluntad política que puede propiciar o entorpecer los cambios sociales radicales.

A Paco Fernández Buey las expresiones utopía realizable, concreta o real también le sonaban a oxímoron y paradoja, lo que le llevó a afirmar que «de la vieja utopía lo salvable, si algo queda, sería, pues, la ironía, las diversas modalidades del humor», pues la reivindicación de la ironía, la parodia y la sátira es un punto compartido por todas las personas que defienden la utopía, tanto de aquellas que la utilizan como recurso metafórico como por las que la contemplan como elemento motivador de la acción política o les preocupa su fundamento antropológico al concebirla como expresión de ese heroísmo del espíritu que nos hace inconformistas y nos incita a luchar contra la catástrofe.

Pero volvamos al proyecto de Wright. El objetivo que se propuso fue formular unos principios institucionales capaces de inspirar alternativas emancipadoras al mundo existente. Algo que se encuentra a medio camino entre el simple debate sobre los valores morales que justifican el empeño y el minucioso detalle de las características institucionales que toman cuerpo en una sociedad radicalmente diferente. Hay cosas que no están al alcance de un investigador porque corresponden a la praxis social, pero lo que sí puede anticipar en un plano, si se quiere, más teórico es «determinar los principios organizativos esenciales de las alternativas a las instituciones existentes, los principios que orientarán las tareas de constitución de instituciones basadas en la práctica de la prueba y el error».2

Con ese propósito, el proyecto inició un largo proceso jalonado de publicaciones y un número aún mayor de versiones que el autor fue presentando para su discusión y sometimiento al escrutinio público en el seno de diferentes encuentros de grupos y asociaciones, como las reuniones anuales de la Asociación Americana de Sociología, la Sociedad para el Adelanto de la Socioeconomía o el Grupo de Marxismo Analítico con el que mantuvo siempre cierta vinculación.

Una primera síntesis de las ideas centrales apareció en un artículo publicado en la New Left Review en el año 2006.3 También en el nº 117 de nuestra revista Papeles publicamos en el año 2012 un artículo de Wright en el que profundizaba en uno de los aspectos centrales de su propuesta: los equilibrios entre la sociedad civil, el mercado y el Estado.4

Erik O. Wright sitúa a la democracia y al poder social enraizado en la sociedad civil en el centro de la transformación del capitalismo, replanteando el socialismo en términos de poder social y democracia radical. Pero la versión más acabada y desarrollada del trabajo de Wright quedó reflejada en Construyendo utopías reales, libro publicado por Akal en el año 2014, del que extraemos el texto que a continuación reproducimos gracias a la amabilidad y a las facilidades brindadas por la editorial.

En este libro Wright piensa las utopías en el marco más amplio de una ciencia social emancipadora. Un marco que comprende tres tareas:

1) el diagnóstico crítico de las instituciones y estructuras que dañan a las personas,

2) la formulación de las alternativas propiamente dichas y 3) la articulación de estrategias de transformación social que permitan la implantación de las alternativas. El diagnóstico y la crítica del presente se encuentran estrechamente relacionadas con la formulación de una teoría de la justicia que permite, además de comprender, evaluar la realidad. En esta teoría, nociones como buena vida o plenitud humana (o las equivalentes de bienestar o calidad de vida) juegan un papel fundamental. En la segunda tarea, Wright se sirve de tres criterios (deseabilidad, viabilidad y factibilidad) que actúan a modo de un cedazo que criba las propuestas, diferenciando aquellas que no pasan de meros desiderátums hasta llegar a las que adquieren visos de probabilidad. Finalmente, el proceso de cambio social que posibilita la implantación real de las utopías exige conocer los mecanismos de reproducción social, las grietas, las contradicciones y las rupturas del sistema, así como sus inercias y trayectorias, para que las estrategias y luchas colectivas de los sujetos sociales puedan aprovechar las oportunidades o eludir los obstáculos que se encuentran al avanzar hacia los objetivos democráticos igualitarios históricamente asociados con la idea del socialismo. El extracto que reproducimos a continuación se centra en los criterios con que elaborar y evaluar las diferentes alternativas sociales.

Acceso al artículo en formato pdf: Erik Olin Wright. Utopías reales.

NOTAS

1  Frederic Jamenson, «Future city», New Left Review nº 21, mayo-junio, 2003.

2  Erik Olin Wright, Construyendo utopías reales, Akal, Madrid, 2014, p. 24.

3  Erik Olin Wright, «Los puntos de la brújula. Hacia una alternativa socialista», New Left Review, nº41, pp. 81-109.

4  Erik Olin Wright, «El modelo ‘triádico’ de sociedad en Genealogies of Citizenship de Somers», Papeles de Relaciones ecosociales y cambio global, n º117, pp. 27-42.