Día Mundial de la Población 2020

El 11 de junio se celebra el Día Mundial de la Población.

Por este motivo traigo como recomendación de lectura el Informe del Estado de la Población Mundial 2020 del Fondo de Poblacion de Naciones Unidas -UNPF (siglas en inglés)

Bajo el título: Contra mi voluntad. Desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y niñas e impiden la igualdad, el UNPF quiere visibilizar situaciones de violencia contra las mujeres en todo el mundo: la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados, y el desamparo por la condición de mujer.

Día tras día, a decenas de miles de niñas se les arrebata la salud, los derechos y la salud, los derechos y su futuro, ya que son sometidas a prácticas que les causan daños físicos o psicológicos —o ambos— con el conocimiento y el consentimiento plenos de sus familias, amigos y comunidades

Estas prácticas reducen y limitan su capacidad para participar plenamente en la sociedad y desarrollar todo su potencial. Las consecuencias se propagan por toda la sociedad y apuntalan los mismos estereotipos y la desigualdad de género que motivaron aquellos actos tan perjudiciales.

Mutilación Genital Femenina

200 millones de mujeres y niñas que viven en la actualidad se ven afectadas por la mutilación genital femenina. Se calcula que 52 millones de mujeres y niñas han sido sometidas a la mutilación genital femenina por médicos, personal de enfermería y de partería. En cualquier circunstancia, la mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos y la ética médica.

La mutilación genital femenina vulnera los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas —a la salud, la integridad física, la ausencia de discriminación y a no sufrir un trato cruel o degradante—.

Esta práctica puede provocar lesiones físicas y psicológicas graves que se prologan a lo largo de toda la vida de la mujer. Puede llegar a matarlas.

4.1 millones de niñas y mujeres se enfrentan al riesgo de sufrir la mutilación genital femenina este año.

Matrimonio infantil

Comprometidas, entregadas, comercializadas, vendidas

La escolarización de una niña normalmente acaba en el momento en que la casan. Comienza la maternidad, las oportunidades se evaporan, las puertas del futuro se cierran de golpe.

Esta práctica nociva es impuesta por lo general a las niñas por los miembros de su familia, de su comunidad o de la sociedad en su conjunto, independientemente de si la víctima otorga su consentimiento o es capaz de otorgarlo de forma plena, libre e informada.

El matrimonio infantil está prohibido prácticamente en todo el mundo. Pero cada día se producen 33.000 a escala mundial; la práctica trasciende países, culturas, religiones y grupos étnicos.

Compradas y vendidas

El matrimonio infantil suele tener carácter transaccional, y se casa a las niñas para aliviar una carga o asegurar el compromiso de su cuidado. En el caso de la dote y el pago de una cantidad por la novia, se trata de transacciones financieras y directas.

Las dotes son abonadas por la familia de una novia al novio, en principio, para el mantenimiento de la esposa.

El precio de la novia es abonado por el novio o su familia para “comprarla”

Tales prácticas, las cuales son más habituales entre las personas pobres y con menos formación, se agravan en tiempos de crisis y desplazamientos, refuerzan el matrimonio infantil y contribuyen a su mayor prevalencia, ya que cuanto más joven sea la niña, menor será la dote o mayor el precio de la novia: una mujer más joven o una niña se considera más valiosa, ya que tiene más años por delante para la maternidad y el servicio doméstico.

Si bien estas prácticas han sido prohibidas en la mayoría de países, la aplicación resulta complicada.

 

Preferencia por los hijos varones

Desdeñada, desamparada, anulada

Cuando se valora más a los niños que a las niñas, la presión para dar a luz a un varón es abrumadora. Esta predilección puede llegar a ser tan acusada como para que las parejas no escatimen esfuerzos para que no nazca una niña o, si ya tienen una hija, no se encarguen de su salud y bienestar porque anteponen el de un hijo.

La selección del sexo con sesgo de género: la interrupción de un embarazo si el feto es de sexo femenino, la determinación y la elección del sexo antes de implantar el embrión y la clasificación de espermatozoides para la fecundación in vitro

La selección posnatal del sexo: se mide por el exceso de mortalidad entre las niñas recién nacidas y de corta edad que refleja la discriminación y el abandono continuados de las niñas

140 millones de mujeres y niñas son consideradas desaparecidas

 

 

 

 

 

 

La causa subyacente: la desigualdad de género

Las prácticas nocivas perpetúan la supremacía de los hombres y los niños sobre las mujeres y las niñas al atribuirle menor valor a estas. Pero estos daños no solo refuerzan la subordinación de la mujer, además son herramientas de control de su sexualidad y fecundidad.

Mutilación Genital Femenina

La mutilación genital femenina se basa en la creencia errónea de que mejora la fecundidad, favorece el placer sexual masculino, reprime la sexualidad femenina, mejora la higiene, evita la infidelidad, satisface las demandas de las instituciones religiosas o propicia la aceptación de la comunidad. Tiene por objeto salvaguardar la pureza, el honor y la limpieza de las niñas con el propósito de aumentar sus posibilidades de matrimonio y controlar su sexualidad.

Matrimonio infantil

El matrimonio infantil suele estar motivado por el deseo de preservar la virginidad de la niña para su marido. Muchos progenitores creen que el matrimonio precoz protegerá a sus hijas de la violencia sexual, y así depositan la responsabilidad por la seguridad de su hija en manos del marido y la familia de este. Raras veces se considera la posibilidad de que el marido sea la fuente de la violencia sexual.

Preferencia por los hijos varones

La preferencia por los hijos varones, cuando se manifiesta como selección del sexo con sesgo de género, representa también el ejercicio de las preferencias sociales y familiares en relación con la fecundidad de la mujer.


Este año marca el comienzo de una “década de acción” encaminada a alcanzar para 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que abarcan en su meta 5.3 la eliminación de este tipo de prácticas. Si queremos conseguir nuestro propósito y proteger la integridad física de millones de mujeres y niñas en peligro, ha llegado el momento de poner todavía más empeño. Es imperativo que avancemos con más celeridad

Los gobiernos han de cumplir con su deber de salvaguardar a las mujeres y las niñas. Los tratados de derechos humanos como la Convención sobre los Derechos del Niño guían a las autoridades para que adopten “todas las medidas eficaces y apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud de los niños”.