Diálogo: respuesta vecinal a la COVID-19
Diálogo con Asociaciones Barriales sobre la respuesta vecinal durante la COVID-19
FUHEM ECOSOCIAL[1]
En las primeras semanas de la COVID-19, en la primavera de 2020, cuando se multiplicaban el desempleo y los ERTE, y empezaban a hacerse visibles los impactos sociales y económicos de la pandemia en las “colas del hambre”, numerosas asociaciones de barrio redoblaron sus actividades para dar respuesta a esta emergencia y apoyar a sus vecinos y vecinas en esta difícil situación. Hemos hablado con tres de estas asociaciones, Somos Tribu, la Red de Solidaridad Popular de Latina-Carabanchel, ambas de Madrid, y la Xarxa de Suport Mutu de Poblenou, en Barcelona. Esta conversación coral cuenta con una introducción de la periodista Helena López, de El periódico, quien retrató en sus artículos la respuesta de las organizaciones de la sociedad civil organizada de Barcelona en aquellos duros momentos.[2]
La respuesta fue inmediata y prácticamente unánime. En cada rellano, en cada escalera, en cada calle. Barrios en los que ya había, por necesidad o tradición, o seguramente por ambas cosas, redes de apoyo mutuo tejidas décadas antes del covid, y barrios en los que no. Lo primero fue preguntar a la vecina mayor que vivía sola si necesitaba que le trajeran algo de la farmacia, pero, al poco tiempo, fue darse cuenta de que más que subirle el carro de la compra, en demasiadas ocasiones el problema era cómo llenarlo. En ciudades turísticas, como Barcelona, además, el crack social que siguió a la COVID dejó en evidencia el espejismo de las bondades del modelo. Cientos de vecinos que vivían al día gracias a empleos vinculados de una forma u otra al turismo se quedaron de un día para el otro sin nada. Literalmente. Trabajadores sin contrato, muchos, o con contratos de la mitad de horas de las que realmente hacían, muchos otras, que ni siquiera podían acceder a esos ERTES que llegaron tarde y de forma caótica. Cocineros, camareros, limpiadores… empleos precarios y sin contrato que permitían a miles de vecinos vivir, pero por supuesto no ahorrar, con lo que a los pocos días del encierro total se quedaron completamente fuera de juego.
Ante ese panorama desolador, cuyo epicentro en Barcelona fue el barrio del Raval, donde los conflictos siempre emergen con más fuerza, la respuesta vecinal fue tan ejemplar como desoladora era la situación. Ver en las calles desiertas a ciudadanos filipinos, siempre tan discretos, desesperados, pidiendo ayuda. Personas que jamás habían acudido a los servicios sociales, con lo que desconocían el circuito, se vieron de un día para el otro totalmente desorientadas, con unos servicios sociales ya saturados con sus usuarios habituales.
Sandra Pardo, la presidenta de la Fundació Pare Manel, que trabaja con familias en el barrio de Verdum, en el distrito de Nou Barris, lo tiene claro: «las redes de apoyo han sido el “airbag” de la pandemia». Lo mismo señalan en las decenas de redes creadas en la capital catalana, muchas de las cuales, como la del Poblenou, cuya voz está presente en este texto, un año después todavía duran, igual que la necesidad.
Helena López
Periodista de El Periódico
FUHEM Ecosocial: ¿Qué os movió a actuar en vuestros barrios en los primeros meses de la pandemia? ¿Qué no se estaba atendiendo desde las instituciones que os llevó a actuar?
Xarxa de Poblenou: A principios de la pandemia de COVID nos dimos cuenta que muchas vecinas del barrio tenían falta de recursos, se quedaban sin trabajo, o bien porque les ponían en ERTE o entraban al paro. Por ello se empezó a activar dentro de la Xarxa de apoyo mutuo del barrio la iniciativa de una recogida de dinero entre las vecinas y vecinos solidarios y la compra de productos para satisfacer las necesidades de todas las familias. Al estar en pleno confinamiento, muchas familias y personas mayores no podían o tenían miedo de salir de casa y se hacia el reparto a domicilio. A medida que iba avanzando la pandemia la situación de crisis se fue acentuando, por tanto las personas que venían a pedirnos ayuda fue aumentando, pero la conciencia de vecinos y vecinas solidarias también iba creciendo. De esta forma se consolidó una xarxa de alimentos propia y autónoma de la red o xarxa de recursos inicial, gracias al trabajo de personas voluntarias que se iban integrando y a un barrio receptivo y participativo que iba colaborando.
Red de Solidaridad Popular de Latina-Carabanchel: Nosotras llevamos trabajando con familias en riesgo de exclusión desdel año 2014, con lo cual cuando arrancó el confinamiento estábamos trabajando, y nos llevó a seguir actuando ante las llamadas de familias pidiendo ayuda. Las instituciones nunca han ayudado a las familias en el tema alimentario, no existen recursos especificos para ello, ni ahora ni antes.
Somos Tribu: No surgimos porque las instituciones no estaban haciendo lo necesario. Somos Tribu VK nace en previsión, conociendo la realidad del distrito de Puente de Vallekas, y con el apoyo de la dinamizadora vecinal de San Diego y de un vecino muy activista del barrio se decidió montar una red para apoyar a vecinos y vecinas en recados para que no tuvieran que salir de casa.
El 14 de marzo de 2020 se declaró el Estado de alarma en todo el país. En Madrid se cerraron los colegios y los centros de mayores el día 12 de marzo. Ese día mediante grupos de Whatsapp nace Somos Tribu VK para apoyarnos mutuamente y superar las dificultades ante la crisis de la COVID-19. El primer grupo se llenó en unas horas, y se crearon grupos de cada barrio del distrito de Puente de Vallekas. Los vecinos y vecinas se organizaron colgando sábanas en los balcones con teléfonos de contacto. Se contactó con los centros de salud, farmacias y hospitales de referencia. Se elaboró un protocolo de seguridad. Estábamos a día 15 de marzo y ya teníamos una cuenta de correo electrónico, perfiles en redes sociales, más de 10 grupos de Whatsapp…
¿Qué estaba haciendo la Administración mientras tanto? No estaba, la gente llamaba a Servicios Sociales y nadie les cogía el teléfono, llamaban al 010 y tampoco, nosotras sí. No nacemos para sustituir la labor de la administración, surgimos para apoyarnos entre todas. Iban a venir tiempos complicados, y un barrio unido es más fuerte para salir adelante ante una crisis como la de la COVID-19.
Hablamos con el departamento de Servicios Sociales, porque se trataba de sumar, y hemos sido de los pocos distritos que ha estado en coordinación constante con la Administración, derivando familias y exigiendo refuerzos necesarios para toda la demanda que había y la que estaba por llegar.
FUHEM Ecosocial: ¿Qué tipo de acciones decidísteis poner en marcha y cómo han ido evolucionando?
Xarxa de Poblenou: A partir del crecimiento en la demanda mencionado antes se decidió cambiar un poco la estrategia, además de seguir recogiendo fondos económicos para la compra de recursos, se vio importante visibilizar la Xarxa al barrio con la petición de “Vecinas ayuda a otras vecinas”. Así se empezó a ir con un carrito y los carteles de la xarxa a la salida de los supermercados a buscar alimentos y productos de limpieza. De esta forma además de recoger lo necesario para poder repartir los sábados a las familias apuntadas, iba aumentando la conciencia solidaria en el barrio, creciendo también el número de personas dispuestas a colaborar.
Otro tema importante fue crear conciencia cooperativa y principio de apoyo mutuo a todas las personas apuntadas en las listas para que no solo vinieran a buscar pasivamente los productos como una actividad de beneficencia, sino que la organización y la participación se realizara entre todas con un nivel importante de implicación.
Al ir trabajando a nivel de barrio creamos otras comisiones, como la de escuelas, para divulgar entre los jóvenes la situación social del barrio, el valor de la solidaridad, nuestra actividad reivindicativa como xarxa, acompañado de una crítica al capitalismo, causante de estas desigualdades y esta crisis.
La comisión de proximidad inició un contacto con comercios concretos del barrio, extendiendo los valores de la xarxa y potenciando que el comercio de proximidad respondiera de forma solidaria ofreciéndose como puntos fijos de recogida.
A partir del 8 de marzo se creó la comisión “Feminismos en la xarxa” que se unió al movimiento de mujeres feministas del barrio y a sus acciones. Esta comisión está en desarrollo, aunque las necesidades urgentes del momento impiden poder ejercer una suficiente dedicación, dado que la mayoría de personas que vienen a recoger alimentos son mujeres y muchas inmigrantes, con importantes cargas familiares, poca autonomía, poca formación y poca socialización. La idea es realizar grupos o talleres de temas que puedan interesar a las mujeres, empezando por cursos de español o catalán e ir yendo hacia un empoderamiento y una concienciación feminista.
Red de Solidaridad Popular de Latina-Carabanchel: Durante el confinamiento lo único que se podía hacer era repartir alimentos, la RSP Latina-Carabanchel lleva casi siete años realizando múltiples actividades a parte de la despensa, pero el julio 2020 pusimos en marcha una asesoría del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y la Renta Mínima de Inserción (RMI) para ayudar en las tramitaciones, asesoría por la que han pasado más de 300 personas.
Somos Tribu: Desde el primer momento fue increíble la respuesta de la vecindad de Vallekas y sus movimientos. En el segundo día del nacimiento de la red, para mejorar la proximidad y como respuesta a la sobresaturación de los grupos de Whatsapp se dividió Vallekas en 5 barrios (Entrevías/El Pozo, Palomeras, San Diego, Numancia/Portazgo y Doña Carlota) destinados a realizar recados a las vecinas del barrio que no tenían esa posibilidad. Surgieron comisiones de trabajo específicas para solventar muchas de las problemáticas sucedidas por la falta de acción y paralización de la Administración. El grupo de maternidad y el de apoyo laboral son el mayor ejemplo. Nacieron a su vez otras comisiones para fomentar y potenciar los valores y la cultura de nuestro barrio, siendo ejemplo ‘’Somos creatividad’’.
Para consolidar la red y llegar a toda la población de Vallekas se hicieron diferentes campañas de difusión desde vídeos y cartelería por farmacias y comercios hasta sábanas colgadas de los balcones, pero fue utilizar el altavoz que proporcionan los medios de comunicación más relevantes a nivel estatal cuando aflora la necesidad de las familias y vecinas de nuestro barrio que vieron en SomosTribu la herramienta necesaria para superar sus dificultades.
Este incremento de peticiones hace que el modelo establecido no sea eficaz por lo que surge hace un año justamente (mediados de abril) la primera despensa en Palomeras, siguiéndola el resto de barrios y evolucionando a una red donde la solidaridad, autogestión, el apoyo mutuo y el generar vínculos barriales se convierten en los pilares fundamentales de la red, de las familias y vecinas que forman parte, tengan necesidad de alimentos o no, siendo todas partícipes.
Del grupo de creatividad surge una comisión de cultura, donde participan todas las comisiones y despensas, siendo capaces de generar un festival online solidario de unas cinco horas, donde a través de una pantalla, podíamos ver teatro, poesía, grupos de música de nuestro barrio y un sinfín de actividades que culminaron con un documental que fue posible gracias a los compas de #404comunicación (Que siguen al pie del cañón).
Son este el tipo de dinámicas que de una u otra forma van evolucionando y que dan continuidad a las raíces del nacimiento de SomosTribuVk… Cada día que pasa nos conocemos más entre las vecinas, tomamos conciencia de nuestros derechos para reivindicarnos y aportamos desde la humildad un grano de arena que puede mejorar nuestro querido barrio del que tenemos un sentimiento profundo de pertenencia y es un orgullo.
FUHEM Ecosocial: ¿De qué formas la pandemia ha agravado situaciones de pobreza y precariedad preexistentes?
Xarxa de Poblenou: Ha creado un aumento de vulnerabilidad en toda la población, y en concreto en nuestros barrios. Se ha aumentado el número de desempleo, la gente se ha encontrado sin ingresos, sin trabajo, sin recursos y a veces sin techo. Existe cantidad de familias, muchas veces numerosas, que viven en malas condiciones en asentamientos o viviendas con pobreza energética, sin luz, sin gas o sin agua. Son también unos barrios donde hay mucha inmigración, mucha de ella vive en casas o viviendas ocupadas, y es precisamente en este sector de la población donde recae más la crisis económica y social. Pero a esto debemos añadirle familias de clases medias que se han quedado sin trabajo, sin su pequeño negocio y sin recursos y tienen que hacer lo que nunca hubieran imaginado: ir a Servicios Sociales o ante su poca eficiencia y dedicación a una Xarxa solidaria a buscar la comida para subsistir.
Al principio la Xarxa se inició con unas 40 familias, aproximadamente unas 150 personas, actualmente la lista de la xarxa consta de 140 famílias con un total de 450 personas, más 60 familias en lista de espera y se ha tenido que cerrar las inscripciones por imposibilidad de medios y organización.
Red de Solidaridad Popular de Latina-Carabanchel: Durante los peores meses del confinamiento atendimos a más de 1.800 familias, entregándoles un lote para un mes, con lo cual la mayoría de ellas pasaron tres o cuatro veces por nuestra despensa.
Somos Tribu: Vallecas es un muy humilde y un barrio obrero, por lo que la pandemia nos golpeó de lleno. Muchxs de los vecinxs se dedican a la venta ambulante en mercadillos, muchas a trabajar como limpiadoras o cuidadoras de ancianxs o menores, trabajos que en la inmensa mayoría de los casos son trabajos en B, el índice de inmigración es muy alto, todas estas variables dan como resultado una gran precariedad laboral y la economía sumergida es muy habitual. Otro perfil muy extendido es el de las madres que viven solas con hijos que tienen muy difícil el acceso al mercado laboral. También tenemos muchos vecinos que han estado en ERTE o continúan estando, muchos de ellos no han cobrado aún, por lo que la economía en las familias vallecanas se ha visto muy resentida durante la pandemia.
Recibimos solicitudes de ayuda de todo tipo, familias que no cuentan con ingresos de ningún tipo, con situaciones irregulares, muchxs ancianxs que no llegan a fin de mes con su pensión, familias que nunca se habían visto en una situación crítica y que ahora necesitan ayuda, familias monoparentales, estudiantes, personas dependientes, etc…
Actualmente repartimos más de 500 cestas de comida semanales y hay familias en lista de espera. Estamos en contacto con Servicios Sociales y Cáritas para poder atender la gran demanda de alimentos que recibimos a diario.
FUHEM Ecosocial: ¿Qué tipo de medidas institucionales creéis que serían necesarias para paliar la pobreza extrema que se vive en los barrios?
Xarxa de Poblenou: En realidad la pobreza siempre ha existido aunque la pandemia la haya aumentado. En un principio dicha xarxa se planteó como algo temporal, como un parche a lo que no abarcaban las instituciones, pero la dimensión de la crisis y el aumento que va teniendo la demanda semana tras semana hace que desconozcamos cuál va a ser su evolución, y no descartamos su futura flexibilidad.
Creemos que una salida real de la crisis social y económica debería ir acompañada de un aumento del presupuesto de gastos sociales, una absoluta mejora de los Servicios Sociales tanto en centros, en profesionales, como en presupuesto, un aumento de vivienda social pública y accesible, la creación de sitios de trabajo para todas las personas en paro y desocupadas a través de una economía social solidaria, una mejora de la educación pública universal a lo largo de la vida que sirva para promocionar todas las personas que quieran y además la consecución de papeles y permisos de residencia y nacionalidad para la inmigración. Todo esto es lo que pedimos a las instituciones.
Red de Solidaridad Popular de Latina-Carabanchel: Nuestra actividad lleva desarrollándose desde 2014, con lo cual somos conocedores de que las instituciones ni las del 2014, ni las que llegaron en el 2015, ni la institución actual han hecho nada para solucionar el problema alimentario en la ciudad de Madrid.
Somos Tribu: Nuestra acción nace del apoyo mutuo vecinal que siempre estuvo y estará presente en nuestro barrio. Es verdad que la red surge durante la pandemia, pero como ya hemos explicado somos portadores de la larga herencia de solidaridad y lucha vecinal vallecana. Somos Tribu no pretende sustituir la acción de los responsables políticos y de la Administración para atender las necesidades y asegurar los derechos de nuestras vecinas y vecinos. Nos encantaría poder dedicarnos a un apoyo mutuo vecinal centrado en otras cuestiones menos vitales, pero, a día de hoy, las despensas solidarias y el resto de grupos y comisiones siguen siendo muy necesarias.
Desgraciadamente, no parece que vayan a venir tiempos mejores, y Somos Tribu seguirá ahí mientras sea necesario pero sin dejar de denunciar y señalar a los responsables de esta situación.
En cuanto a las medidas institucionales más necesarias, resulta fundamental agilizar la recepción del ingreso mínimo vital. Por otro lado, se debería aumentar notablemente la inversión en servicios sociales y en sanidad pública. Los recursos económicos y humanos que se dedican a atender a la población de los barrios son claramente insuficientes. Cuando cerraron los colegios y los comedores escolares, la Comunidad de Madrid no aumentó el presupuesto en servicios sociales, pero tuvieron la «brillante» idea de enviar pizzas a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
En plena pandemia, el Ayuntamiento de Madrid se está dedicando a expulsar a las despensas solidarias de sus locales como ha sucedido con el Espacio Vecinal Arganzuela.
FUHEM Ecosocial: Muchas gracias a las tres organizaciones y a Helena López por atender nuestras preguntas y por vuestra valiosa labor.
NOTAS:
[1] Recopilación de respuestas y edición del diálogo: Susana Fernández y Nuria del Viso, miembros de FUHEM Ecosocial.
[2] Sus artículos pueden encontrarse en este enlace: https://www.elperiodico.com/es/autor/helena-lopez-16719
Acesso al Diálogo en formato pfd: Diálogo con Asociaciones Barriales sobre la respuesta vecinal durante la COVID-19
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