Controversias sobre la valoración del medio natural

Controversias sobre la valoración del medio natural

Clive L. Spash, Frédéric Hache, Iulie Aslaksen, Per Arild Garnåsjordet, Tone Smith, Pedro L. Lomas, Monica Di Donato.

La valoración monetaria de la naturaleza es una vieja aspiración del mundo de la Economía convencional para extender el pensamiento y el marco económico dominantes hoy día hacia aspectos donde no estaba presente directamente. Sin embargo, en su fuerte empuje actual también se está extendiendo por otros espacios asociados a la temática ambiental, incluida la política ambiental, donde pretende, como en tantas otras ocasiones y espacios, sustituir el ámbito de la deliberación (opinión, debate, subjetividad, etc.) por una forma de supuesta dirección experta del medio ambiente a partir del marco teórico de la economía ortodoxa.

El objetivo teórico es el de ser capaces de incluir a la naturaleza y sus “servicios” dentro del marco contable del análisis coste-beneficio, con el objetivo de asignar los recursos de manera eficiente, sobre la ingenua idea de que el valor de la naturaleza es tan alto que siempre resultará más rentable conservar que destruir, y que este proceso será eficiente en términos económicos, es decir, optimizará el beneficio de todos los actores implicados.

Como veremos en los artículos de este dosier, las herramientas, en términos microeconómicos, se han desarrollado a partir del concepto de externalidad y de la teoría del valor de la economía convencional o de la aproximación de capitales, a través de todo tipo de métodos de preferencias reveladas y preferencias desveladas. Actualmente, dentro del marco del VET (Valor Económico Total) o de la aproximación de capitales, son populares, sobre todo, los métodos de la denominada transferencia de beneficios y la valoración/elección contingente. Por su parte, las herramientas, en términos macroeconómicos, se han desarrollado a partir del teorema de Coase, sobre la suposición de que el mercado, en condiciones de derechos de propiedad claros, es el mecanismo que asigna mejor los recursos a fines alternativos. A partir de ahí se han generado todo tipo de herramientas, desde los pagos por servicios ambientales (PES) hasta los mercados de servicios ambientales (mercado de carbono, por ejemplo). Bancos de hábitats, comercio de emisiones, etc., son también herramientas a tener en cuenta dentro de este ámbito.

El empeño por hacer de este marco un enfoque predominante en el ámbito de la conservación de la naturaleza, ha evolucionado en varias etapas:1

Una primera etapa sería la de desarrollo conceptual y metodológico de la aproximación, que tuvo lugar en las universidades y departamentos de Economía, seguidos con mucho interés por multitud de profesionales dedicados a la conservación de la naturaleza.

En una segunda etapa, comenzó a desarrollarse a través de publicaciones científicas que comenzaban a plantear casos de estudio en los que, supuestamente, se demostraba la utilidad y el alcance de esta aproximación.

En una tercera etapa, con la consolidación del marco, comenzó a expandirse a otras disciplinas y ámbitos de la administración.

En una cuarta etapa, se empezó a aplicar como método convencional para dar soporte a proyectos de conservación, especialmente en los proyectos de los denominados bienes y servicios ambientales, servicios de los ecosistemas, etc., tanto desde el ámbito institucional como desde el ecologismo o la academia.

Algunos ejemplos de proyectos internacionales que pretenden llevar este desplazamiento a cabo serían la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio y sus continuaciones globales, regionales y nacionales, el proyecto de Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB), el Sistema de Cuentas Económico-Ambientales (SEEA) de Naciones Unidas, o la Revisión Dasgupta, algunos de los cuales se tratarán aquí.

Todo este despliegue de evaluaciones y herramientas de valoración conlleva una soterrada sustitución de un modelo de conservación parcialmente basado en los valores intrínsecos de la naturaleza (los ecosistemas merecen ser conservados por lo que son, incluyendo en lo que son todos aquellos aspectos que proporcionan las condiciones vitales para la existencia del ser humano) por un modelo basado fundamentalmente en los valores instrumentales (los ecosistemas merecen ser conservados por lo que aportan al ser humano). Este giro de la conservación, que desde el ecomodernismo se vende como un intento por superar “viejos” esquemas de conservación en un mundo irremediablemente humanizado dentro del contexto del Antropoceno,2 está contribuyendo a poner al mismo sistema que ha causado la destrucción ambiental y la crisis que actualmente vivimos a los mandos de la conservación.

Además, esto está causando que muchos de aquellos que teóricamente se encargaban de entender lo que son los ecosistemas y obtener información sobre los mismos, actualmente se dediquen fundamentalmente a contabilizar lo que aportan, en un momento de cambio global en el que necesitaremos mucha de esa información para tratar de impedir un cambio irreversible en las condiciones que posibilitan nuestra existencia.

En este dosier se abordarán de modo crítico dos de las principales herramientas que a nivel internacional se están usando en este sentido: la Revisión Dasgupta y el Sistema de Contabilidad Económico-Ambiental (SEEA) de Naciones Unidas.

En su artículo, el profesor Clive Spash y su colega Frédèric Hache, nos dan una panorámica crítica de lo que supone la denominada Revisión Dasgupta, el último de los intentos de hacer hegemónico este tipo de herramientas no sólo para la biodiversidad y los ecosistemas, sino para cualquier otra dimensión.

Por otra parte, en sendos artículos, la profesora Iulie Aslaksen, del instituto nacional de estadísticas noruego, y la profesora Tone Smith, de la Universidad de Viena, nos ilustran sobre los principales fallos del sistema de contabilidad económico-ambiental de Naciones Unidas (SEEA), y el coste de oportunidad que tendría, en términos no sólo monetarios, sino también de tiempo, en un momento de emergencia ambiental como el que vivimos.

1 Erik Gómez-Bagghetun, Rudolf De Groot, Pedro L. Lomas y Carlos Montes, «The history of ecosystem services in economic theory and practice: From early notions to markets and payment schemes», Ecological Economics, núm. 69, 2010, pp. 1209-1218.

2 Pedro L. Lomas, Óscar Carpintero, Jesús Ramos-Martín y Mario Giampietro, El granfalloon de la valoración de los servicios de los ecosistemas, Foro de Transiciones, Madrid, disponible en: https://forotransiciones.org/wp-content/uploads/sites/51/2017/12/2017_LOMASetal.pdf; Pedro L. Lomas, «Las
falsas soluciones y sus peligros para la sostenibilidad: el caso del ecomodernismo», en José María Enríquez Sánchez, Carmen Duce y Luis Javier Miguel González, (eds.), Repensar la sostenibilidad, UNED, Madrid, 2020, pp. 131-145.

 

Si quieres leer el texto completo del Dosier Ecosocial, aquí tienes el acceso en formato pdf: Controversias sobre la valoración del medio natural

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Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de FUHEM y no refleja necesariamente la opinión del MITERD.