El riesgo químico: una amenaza invisible en la Unión Europea

La contaminación química es una de las mayores amenazas planetarias de nuestro tiempo, junto con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, al tratarse de un riesgo invisible, se le presta poca atención en los ámbitos sociales y políticos.

Tatiana Santos, responsable de políticas de sustancias tóxicas en la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB), aborda en esta artículo, como la ciudadanía europea se enfrenta a la exposición continua a sustancias químicas peligrosas, tanto a través del agua, los alimentos y el aire contaminado, como por medio de productos de uso diario, con graves consecuencias para la salud y que, a pesar de los esfuerzos legislativos en Europa, hay una gran preocupación sobre la eficacia de la regulación actual. Este texto profundiza en esta cuestión, evaluando si existe o no un control adecuado y ofreciendo recomendaciones de mejora.

La ciudadanía europea ya está altamente contaminada. La Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana,1 un programa de cinco años que involucra a 116 agencias gubernamentales, laboratorios y universidades de toda Europa, ha analizado la presencia de 18 de los grupos de sustancias químicas más problemáticos en muestras de orina y/o sangre de más de 13 000 personas de 28 países europeos. Esta investigación ha descubierto que la población está expuesta a niveles «alarmantemente altos de sustancias químicas peligrosas, especialmente en el caso de niños y niñas», según uno de los coordinadores del programa.2 Los científicos describen a los bebés como nacidos «pre-contaminados».3 Han encontrado PFAS, las sustancias químicas eternas en todos los cordones umbilicales de las casi 30 000 muestras analizadas.4

Los contaminantes químicos están presentes en nuestra agua, alimentos, aire y en una amplia variedad de productos cotidianos, desde juguetes y artículos de cuidado infantil hasta recipientes para alimentos, cosméticos, muebles y textiles. Muchas de estas sustancias comprometen nuestra salud, causando enfermedades,5 infertilidad,6 deterioro cognitivo 7 y muerte prematura, y tienen impactos desproporcionados en mujeres, niños y futuras generaciones. Por ejemplo, los ftalatos, que se encuentran comúnmente en plásticos y productos de cuidado personal, están relacionados con  problemas de salud reproductiva y endocrina al poder interferir con el sistema hormonal humano, causando efectos adversos en la salud.8 La exposición diaria a mezclas de sustancias tóxicas se relaciona con la disminución de las poblaciones de insectos,9aves y mamíferos.10 La contaminación química es una crisis de salud pública profunda que infringe el derecho humano fundamental a un medio ambiente seguro y saludable.

Las lagunas normativas y la falta de responsabilidad de la industria química han impedido que las regulaciones eviten los riesgos ocasionados por las sustancias peligrosas

La comunidad científica advierte de que la amenaza persistente de la contaminación por sustancias químicas peligrosas ha traspasado ya el límite planetario,11 y presenta un desafío alarmante y sin precedentes que amenaza nuestra supervivencia y la estabilidad de la Tierra. Las agencias Europeas de Sustancias Químicas y de Medio Ambiente han advertido que la producción de las sustancias químicas más dañinas (cancerígenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción) sigue aumentando, mientras que «se necesita más trabajo para hacer que las sustancias químicas sean seguras y sostenibles» e indican la necesidad de un cambio de paradigma.12

 

¿Por qué son importantes las regulaciones de sustancias químicas de la Unión Europea?

La Unión Europea (UE) establece las reglas que todos sus países miembros deben seguir. Esto es importante porque asegura que disponemos de una protección similar, independientemente del país de la UE en el que vivamos.

Europa es reconocida como una de las regiones más avanzadas del mundo en la regulación de los riesgos de las sustancias químicas peligrosas. Sin embargo, en la práctica, las lagunas normativas y la falta de responsabilidad de la industria química han impedido que estas regulaciones eviten los riesgos ocasionados por las sustancias peligrosas . No se ha dado suficiente importancia a los costes reales de la exposición química sobre nuestra salud y bienestar, y esto ha desembocado en un problema generalizado de inacción política. Rápidos en aprobar su uso y dolorosamente lentos para ponerse al día con los peligros que estas sustancias entrañan, los responsables políticos se muestran reacios a hacer cumplir la normativa, y necesitan más de una década para regular sustancias que ya se conoce que causan graves daños a las personas y al medio ambiente.13

Según las encuestas, la ciudadanía europea muestra una alta preocupación por la presencia de sustancias peligrosas en los productos cotidianos. El 84% de la ciudadanía europea cree que la legislación ambiental de la UE es esencial y el 92% afirma que las empresas deberían asumir los costes de la limpieza de la contaminación.14 El Pacto Verde de la Comisión Europea, anunciado en diciembre de 2019, reconoció la amenaza y la preocupación pública e incluyó la «ambición de cero contaminación para un entorno libre de tóxicos» y un «juramento verde: no hacer daño».15

La Estrategia de Sustancias Químicas para la Sostenibilidad (CSS por sus siglas en inglés),16 publicada por la Comisión Europea en octubre de 2020 fue un intento encomiable de abordar brechas históricas en las políticas químicas de la UE ya que reconoció la «necesidad urgente de aumentar significativamente las protecciones» legales y prometió «reforzar considerablemente la aplicación de las normas de la UE», lo que incluye la mejora de la información sobre peligros y usos de las sustancias, la introducción de medidas de simplificación regulatoria y el compromiso de prohibir las sustancias químicas más dañinas que todavía se utilizan en los productos de consumo.

Las sustancias químicas tóxicas PFAS, que contaminan progresiva y permanentemente nuestros cuerpos, serían prohibidas en todos los usos, excepto en los «esenciales». Se pondría fin a la práctica poco ética de vender a naciones menos desarrolladas millones de toneladas anuales de sustancias químicas peligrosas prohibidas en la UE. Europa dejaría de intentar «vaciar el mar con una cuchara»17 al regular las sustancias químicas una por una y, en su lugar, pondría fin a familias químicas enteras. Para ello, proponía revisar el Reglamento de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas (REACH) en una regulación.

 

¿Dónde estamos cuatro años después de la estrategia química?

Aunque la CSS demostró ambición para mejorar la protección de las personas y el medio ambiente contra sustancias químicas nocivas, los esfuerzos de los responsables políticos y la efectividad de las medidas adoptadas han resultado insuficientes.

Cuatro años después de su anuncio, aún queda mucho por hacer. De las trece acciones clave prometidas, solo una, la revisión del Reglamento de Clasificación, Etiquetado y Embalaje de sustancias químicas (CLP), se ha implementado con el nivel de ambición previsto. Importantes expedientes siguen pendientes, como la revisión del Reglamento REACH y la implementación de la Hoja de Ruta de Restricciones para eliminar progresivamente las sustancias químicas más dañinas en los productos de consumo. Estas son herramientas esenciales para controlar las sustancias químicas en Europa. Otras medidas no se han implementado en absoluto, como es el caso de la prohibición de las exportaciones tóxicas. La mayoría de las otras acciones solo han visto una implementación parcial o mínima. En general, existe un preocupante y escandaloso bajo nivel de cumplimiento de las promesas de la CSS, que muestra la falta de determinación entre los responsables políticos para tomar medidas esenciales para salvaguardar la salud pública y el medio ambiente de sustancias químicas peligrosas.

Por otro lado, se han perdido oportunidades para alinear la CSS con otras legislaciones, como las de clima, biodiversidad y economía circular, así como para incentivar la sustitución, lo que subraya la necesidad de un enfoque más integral para asegurar la sostenibilidad química dentro del marco regulatorio de la UE.

Desafortunadamente, la transformación dramática que nos prometió el Pacto Verde parece poco probable, al menos por ahora.

 

Los costes de la inacción

La Comisión Europea retrasa de manera generalizada las decisiones de prohibición de tóxicos, a menudo incumpliendo los plazos legales y pasando por alto el impacto más amplio de las sustancias químicas peligrosas, que incluye el coste de la inacción18 para la salud y el bienestar. Esto causó una gran preocupación el año pasado al Defensor del Pueblo Europeo.19

Los costes de la inacción y los retrasos en la respuesta regulatoria son financieramente onerosos y perjudiciales para la salud pública

Es importante recordar que los funcionarios son responsables de la seguridad pública y ambiental. Cada día de retraso significa miles de bebés que nacen en Europa pre-contaminados por sustancias químicas no reguladas, personas que enferman y muertes prematuras causadas por la contaminación química. Es un asunto muy serio. Incluso cuando los riesgos son claros, la Comisión Europea y los gobiernos tardan años en responder. Esto refleja una falta de sentido del deber público y exacerba los riesgos de las sustancias químicas peligrosas. Por ejemplo, un ftalato considerado como sustancia altamente peligrosa, el DEHP, sigue utilizándose desde hace una década debido a una autorización de facto debida a la ausencia de una decisión de la Comisión Europea sobre si debe ser autorizado o no. A la UE le tomó once años prohibir un PFAS, el PFOA, una sustancia química detectada en la sangre humana ya en los años cincuenta, cuarenta años después de que los científicos comenzaran a expresar preocupaciones sobre sus efectos dañinos. Esto ilustra que los costes de la inacción y los retrasos en la respuesta regulatoria son financieramente onerosos y perjudiciales para la salud pública .

Este tipo de inacción es una forma de mala administración, lo que genera altos costes públicos y pone en peligro vidas.

 

Principales deficiencias

¿Cuáles son los principales cuellos de botella que actualmente dificultan el control efectivo de las sustancias químicas en Europa? Esta pregunta podría contestarse explorando las lagunas políticas y obstáculos que llevaron a la contaminación generalizada con sustancias químicas eternas per- y polifluoroalquiladas (PFAS) en toda Europa.

Fuente: Forever Pollution Project

Se puede acceder al mapa original en: https://foreverpollution.eu/maps-and-data/maps/

Los PFAS son una familia de químicos fabricados por el hombre que abarca más de 10 000 sustancias diferentes. Son conocidos como los químicos eternos (forever chemicals), como consecuencia de su extremada persistencia en el medioambiente, al permanecer en el entorno natural sin apenas degradarse. Es posible encontrar PFAS en el medioambiente de prácticamente cualquier país del mundo y también podemos detectarlos en nuestra sangre.

Deficiencias en el conocimiento y la implementación: reguladores dando palos de ciego. Uno de los principales obstáculos del control químico es que persiste la falta de conocimiento por parte de las autoridades de los peligros, usos y exposición a las sustancias. El incumplimiento generalizado de las obligaciones de información del reglamento REACH por parte de las empresas, junto con la comunicación ineficaz a lo largo de la cadena de suministro, han llevado a usos no reportados de sustancias químicas peligrosas y un control limitado sobre los usos industriales y las emisiones. El principio de «sin datos, no hay mercado» que rige la norma REACH, se elude rutinariamente, lo que empeora el problema al permitir el uso de sustancias sin una supervisión adecuada y sin consecuencias para las empresas que incumplen la ley.

Normativa impotente a industria irresponsable. El control de sustancias químicas en Europa es notablemente lento. El sistema normativo obliga a las autoridades a autorizar la comercialización de sustancias químicas en no más de tres semanas, sin revisar adecuadamente los datos de seguridad química de la industria. Sin embargo, la regulación de una sustancia preocupante puede tomar una década o más. La ausencia de consecuencias para las empresas por la presentación de datos inadecuados perpetúa la cultura del incumplimiento y compromete la efectividad de las regulaciones. La falta de responsabilidad de la industria, junto con la ingenuidad de REACH y su dependencia del cumplimiento voluntario por parte de las empresas, plantean desafíos sustanciales para una regulación efectiva. La ausencia de mecanismos de aplicación estrictos permite a las empresas evitar proporcionar información crítica. Además, el fracaso en implementar efectivamente el principio de precaución contribuye aún más a niveles sin precedentes de contaminación.

Enfoque sustancia por sustancia: vaciar el mar con una cuchara. Las ineficiencias del enfoque actual de regular sustancias una a una, enfatizan los retrasos en abordar la contaminación de manera integral. Algunas sustancias químicas pertenecen a grupos de sustancias similares, de la misma familia, de miles de distintos compuestos químicos, como es el caso de los PFAS. Regular este y otros grupos, analizado cada sustancia individualmente, supondría un siglo de esfuerzo y recursos ingentes de los gobiernos.

 Un modelo de industria química insostenible. Abordar y revertir los daños causados por la contaminación química es prohibitivamente caro. El modelo tradicional de la industria química es insostenible e inasequible. Solo limpiar la contaminación por PFAS se estima que costará más que el PIB global y, aun así, estas sustancias se siguen produciendo y liberándose en el medio ambiente.

Inacción y falta de responsabilidad por parte de las autoridades. La preocupante falta de responsabilidad de las autoridades, particularmente la Comisión Europea, agrava aún más los desafíos regulatorios. Esto se debe principalmente a la falta de plazos legalmente vinculantes para que la Comisión presente sus propuestas normativas. La tendencia de la Comisión Europea hacia la inacción, a menudo influenciados por las partes interesadas de la industria, la insuficiente consideración de la evidencia científica, el desprecio por los costes de la inacción, junto con la falta generalizada de aplicación del principio de precaución, comprometen el control de las sustancias químicas peligrosas.

Insuficiente empoderamiento de la ciudadanía europea: las víctimas olvidadas de la contaminación química. Finalmente, el insuficiente empoderamiento de la ciudadanía europea para proteger sus derechos frente a los peligros químicos es una barrera significativa para un control efectivo de sus riesgos . Esto incluye el derecho a conocer las sustancias químicas peligrosas presentes en los productos cotidianos, la capacidad para exigir acción preventiva pública o para recibir compensación por parte de los contaminadores. La falta de mecanismos para la participación ciudadana y acceso a la justicia debilita la capacidad del marco regulatorio para abordar de manera efectiva las preocupaciones de salud y medioambientales de los individuos y comunidades afectadas.

Foto de la gran manifestación (8 de octubre de 2017, Lonigo) en la que participaron 11 000 personas y gracias a la que la Región del Veneto rebajó los límites de PFAS en el agua potable.

Fuente: Mamme No PFAS

En una decisión histórica, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a favor de un grupo de más de 2 000 mujeres suizas de 75 años y más que argumentaron que las políticas climáticas inadecuadas del Gobierno suizo violaban sus derechos humanos. El tribunal europeo reconoció los impactos climáticos como graves e irreversibles y estableció un precedente legal que reconoce que los gobiernos son responsables por su inacción climática, y que el cambio climático representa una amenaza directa a los derechos humanos. La decisión también llamó a los gobiernos a una acción más decidida para proteger a sus ciudadanos y el medio ambiente. Una victoria para la justicia intergeneracional y una llamada a los gobiernos para que actúen con mayor firmeza y urgencia para proteger la salud pública y el medio ambiente que pronto podría trasladarse al campo de la contaminación química.

 

Recomendaciones

 En respuesta a estos hallazgos, la Oficina Europea de Medio Ambiente, el EEB por sus siglas en inglés, propone una serie de recomendaciones para mejorar las políticas de control de sustancias químicas.

 Acelerar la regulación de sustancias químicas peligrosas. Es crucial utilizar la información científica disponible para agilizar la regulación de sustancias químicas peligrosas. Para el año 2030, debemos lograr que los productos de consumo estén libres de sustancias tóxicas. Para ello, se deben prohibir las sustancias más dañinas en usos de consumo, profesionales e industriales no esenciales.

Las sustancias químicas más dañinas, como los disruptores endocrinos y sustancias persistentes, identificados ya el siglo pasado como «amenazas emergentes»,20 nunca deberían haber sido permitidas en productos de uso cotidiano. Las personas esperan que los productos a los que tienen acceso sean seguros, lo cual debe ser una prioridad.

 Fortalecer la aplicación de REACH y la responsabilidad de la industria. Para que el Reglamento REACH sea verdaderamente efectivo, es fundamental introducir sanciones armonizadas y disuasorias en todos los países europeos. Esto significa que las sanciones deben ser consistentes y lo suficientemente fuertes como para desincentivar cualquier incumplimiento. Además, es esencial incorporar un mecanismo que permita retirar del mercado aquellos productos que no cumplan con los requisitos de seguridad, bajo el principio de «sin datos, no hay mercado».

Las empresas químicas deben ser responsables del daño que sus productos puedan causar. Esto implica que deben asumir la responsabilidad financiera para cubrir los costes de monitoreo, compensación a los afectados y remediación del daño ambiental. Es crucial incorporar en la legislación el principio de «quien contamina paga», asegurando así que las empresas que causan daños sean las que se encarguen de reparar y mitigar esos impactos. Este enfoque no solo incentivará a las empresas a ser más cuidadosas, sino que también aliviará a los ciudadanos y a los gobiernos de los costes asociados a la contaminación.

Cumplir con las promesas pendientes de la Estrategia de Sustancias Químicas para la Sostenibilidad. Es crucial implementar rápidamente las acciones pendientes de la Estrategia de Sustancias Químicas. Esto incluye prohibir sin demora las sustancias más peligrosas en productos de consumo. Adoptar el concepto de «uso esencial» es fundamental; esto significa que solo se debe permitir el uso de sustancias peligrosas, si son realmente necesarias para garantizar la salud, la seguridad o el buen funcionamiento de la sociedad, y solo cuando no existan alternativas más seguras.

Además, debemos detener la exportación de sustancias químicas prohibidas en Europa para garantizar que no afecten a otras regiones del mundo.

Mejorar la responsabilidad de las autoridades. Es fundamental fortalecer los mecanismos de responsabilidad de la Comisión Europea y las autoridades nacionales encargadas del control de sustancias químicas. Debemos empoderar a estas autoridades y exigirles que tomen acciones decisivas para abordar los riesgos químicos emergentes.

Solo mediante una mayor responsabilidad y acciones efectivas por parte de las autoridades podremos garantizar un control adecuado de las sustancias químicas y proteger tanto la salud pública como el medio ambiente.

Empoderar a la ciudadanía y establecer mecanismos de compensación. Empoderar a la ciudadanía y asegurar la justicia es esencial para un entorno más seguro y saludable. Para ello, es crucial proporcionar información accesible sobre los riesgos químicos y permitir la participación de ciudadanas y ciudadanos en los procesos de toma de decisiones. Además, debemos establecer acceso a la justicia y mecanismos de compensación para las víctimas de la contaminación química. Esto asegura que los individuos y comunidades afectadas tengan vías claras para obtener reparación y remediación.

Integrar químicos, materiales y productos intrínsecamente seguros y sostenibles, y promover la sustitución. Los productos químicos, materiales y productos deberían ser intrínsecamente seguros y sostenibles en todos los sectores de la industria y la vida cotidiana. Para lograrlo, debemos implementar políticas e instrumentos económicos que incentiven el uso de estas alternativas, y promover estrategias de sustitución. Además, se necesita establecer un centro de apoyo a la sustitución a nivel de la UE, que facilite la transición hacia opciones más seguras y sostenibles.

Cerrar la brecha de datos. No podemos vivir en la ignorancia y seguir dando palos a ciegas.  Hay que priorizar los esfuerzos para solucionar la falta de datos sobre sustancias químicas, asegurando que las empresas proporcionen información completa sobre peligros, usos y exposición. Además, debemos mejorar la accesibilidad de esta información para las autoridades y partes interesadas a lo largo de las cadenas de suministro. Esto incrementará la transparencia y la trazabilidad de las sustancias químicas en materiales, productos y residuos.

Conclusiones

 Aunque la Estrategia de Sustancias Químicas para la Sostenibilidad representa un paso encomiable hacia la gestión sostenible de sustancias químicas, su implementación ha encontrado desafíos significativos, como lo demuestra el escándalo de la contaminación por PFAS en toda la UE. Sin una aplicación estricta, la contaminación de hoy se convierte en el legado de mañana, sin justicia ni reparaciones por el daño causado .

Para romper este ciclo, debemos hacer asumir responsabilidades, poniendo fin a la impunidad con la que operan los contaminadores químicos.

Debemos actuar ahora para combatir la contaminación tóxica. El cambio es un imperativo atrasado. Ignorar el problema no hará que desaparezca. No podemos permitirnos esperar décadas para solucionar lo que sabemos que ya está roto.

Al abordar estos problemas y adoptar las recomendaciones aquí expuestas, los responsables políticos pueden mejorar la efectividad de la CSS, prevenir futuras catástrofes similares a la de los PFAS y asegurar un paisaje químico más seguro y sostenible para Europa.

Es nuestro deber generacional salvaguardar el futuro, construir resiliencia, apoyar la innovación y asegurar que dejemos un entorno saludable para quienes nos sucedan.

NOTAS

1 Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana, disponible en: https://www.hbm4eu.eu/wp-content/uploads/2017/03/Spanish-1.pdf

2 «All Europeans are exposed to chemical substances», Vito, 2 de mayo de 2022, disponible en: https://vito.be/en/news/all-europeans-are-exposed-chemical-substances

3 Kyle Bagenstose, «’Polluted’ babies, millions dead: Scientists sound alarm on global pollution», Phys Org, 18 de mayo de 2022, disponible en: https://phys.org/news/2022-05-polluted-babies-millions-dead-scientists.html

4 Tom Perkins, «‘Forever chemicals’ detected in all umbilical cord blood in 40 studies»,  The Guardian, 23 de septiembre de 2022,  disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2022/sep/23/forever-chemicals-found-umbilical-cord-blood-samples-studies

5 Organización Mundial de la Salud, The public health impact of chemicals: knowns and unknowns, OMS, Ginebra, 2016, disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/WHO-FWC-PHE-EPE-16.01-eng

6 Joseph Pizzorno, , «Environmental Toxins and Infertility», Integr Med (Encinitas), abril de 2018, 17(2), pp. 8-11, disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6396757/

7 Philippe Grandjean y Philippe J. Landrigan, «Neurobehavioural effects of developmental toxicity», The Lancet Neurology, marzo de 2014, 13(3), pp. 330-338, disponible en: https://www.thelancet.com/journals/laneur/article/PIIS1474-4422(13)70278-3/fulltext

8 Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana, Factsheet –  Phthalates, s/f,  disponible en: https://www.hbm4eu.eu/factsheets/phthalates/

9 Damian Carrington,  «Warning of ‘ecological Armageddon’ after dramatic plunge in insect numbers», The Guardian, 18 de octubre de 2017, disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2017/oct/18/warning-of-ecological-armageddon-after-dramatic-plunge-in-insect-numbers

10 Damian Carrington, «Orca ‘apocalypse’: half of killer whales doomed to die from pollution», The Guardian, 27 de septiembre de 2018, disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2018/sep/27/orca-apocalypse-half-of-killer-whales-doomed-to-die-from-pollution

11 Damian Carrington, «Chemical pollution has passed safe limit for humanity, say scientists», The Guardian, 18 de enero de 2022, disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2022/jan/18/chemical-pollution-has-passed-safe-limit-for-humanity-say-scientists

12 ECHA y EEA, «EU Agencies: more work needed to make chemicals safe and sustainable», 17 de abril de 2024, disponible en: https://echa.europa.eu/-/eu-agencies-more-work-needed-to-make-chemicals-safe-and-sustainable

13 Tatiana Santos, Vito Buosante, Hélène Loonen y Geraldine Borja, «Need for Speed – Why it takes the EU a decade to control harmful chemicals and how to secure more rapid protections», European Environmental Bureau (EEB), julio de 2022, disponible en: https://eeb.org/library/the-need-for-speed-why-it-takes-the-eu-a-decade-to-control-harmful-chemicals-and-how-to-secure-more-rapid-protections/

14 Eurobarómetro de la Comisión Europea, disponible en: https://europa.eu/eurobarometer/surveys/detail/3173

15 Comisión Europea, Pacto Verde Europeo, 2019, disponible en: https://commission.europa.eu/strategy-and-policy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es

16 Comisión Europea, Estrategia de sostenibilidad para las sustancias químicas, 2020, disponible en: https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:52020DC0667&from=DE

17 EEB, «From Risk to Resilience: Navigating Towards a Toxic-Free Future», 2024, disponible en: https://eeb.org/library/from-risk-to-resilience-navigating-towards-a-toxic-free-future/

18 El coste de la inacción se refiere a las consecuencias negativas y costos que resultan de no tomar medidas para evitar problemas.

19 Defensor del Pueblo Europeo, «The risk management of dangerous chemical substances by the European Commission», 2023, disponible en: https://www.ombudsman.europa.eu/en/opening-summary/en/170893

20 Comisión Europea, Estrategia comunitaria en materia de alteradores endocrinos, 1999, disponible en: https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:1999:0706:FIN:Es:PDF

Acceso al texto del artículo en formato pdf: El riesgo químico: una amenaza invisible en la Unión europea. 

 

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