Covandonga: sentirse familia en un centro educativo pionero

El pasado 14 de noviembre celebramos, en el marco de las celebraciones por el 60º aniversario de FUHEM y del lanzamiento de Comunidad FUHEM, el reencuentro de la comunidad educativa del Colegio Covadonga, un centro educativo que cerró sus puertas en 2008 y que fue un referente de la educación madrileña durante los más de cincuenta años que permaneció en activo.

Al acto acudieron representantes de la dirección, el profesorado, el alumnado y las familias para recordar los buenos momentos vividos entre las paredes del Covadonga, que tuvo su sede en el número 16 de la calle Cadarso de Madrid.

Tras los emotivos reencuentros y abrazos, el acto comenzó con la presentación de Agustín Martínez Menéndez, alumno (1960-1967), profesor (1979-2008) y último director del Centro, desde 1998 hasta su cierre en 2008. En su intervención, Agustín recordó su paso por el Covadonga: «soy una persona que se ha formado en FUHEM, lo que subyace sigue estando ahí” y recordó cómo profesores de la talla de Gregorio Peces Barba, Luis Gómez Llorente o Eugenio García Colomo impartieron clases en las aulas del Covadonga.

A continuación, tomó la palabra quien fuera alumno y más tarde compañero de claustro de Agustín Martínez: Alejandro Labourdette Díaz, docente durante más de veinte años en Covadonga (1987-2008) y actual profesor en el Colegio Montserrat FUHEM, quien reconoció la importancia del Covadonga en su formación: «quedaron su metodología innovadora y su educación en valores, la solidaridad y la crítica; y un grupo de profesores que mostraban su afán en formar personas». Subrayó el hecho de que sus vivencias coincidieran con una época tan convulsa como fue la transición de la dictadura a la democracia: anécdotas ambientadas en los finales de los ‘70 y principios de los ‘80 también fueron recordadas por Alejandro, destacando el espíritu democrático y asociativo del colegio Covadonga, que perdura en los centros de FUHEM en la actualidad.

A continuación, tomó la palabra quien fuera alumno y más tarde compañero de claustro de Agustín Martínez: Alejandro Labourdette Díaz, docente durante más de veinte años en Covadonga (1987-2008) y actual profesor en el Colegio Montserrat FUHEM, quien reconoció la importancia del Covadonga en su formación: «quedaron su metodología innovadora y su educación en valores, la solidaridad y la crítica; y un grupo de profesores que mostraban su afán en formar personas». Subrayó el hecho de que sus vivencias coincidieran con una época tan convulsa como fue la transición de la dictadura a la democracia: anécdotas ambientadas en los finales de los ‘70 y principios de los ‘80 también fueron recordadas por Alejandro, destacando el espíritu democrático y asociativo del colegio Covadonga, que perdura en los centros de FUHEM en la actualidad.

A continuación, tomaron la palabra tres profesoras que comenzaron su carrera docente en Covadonga y que, tras el cierre, han seguido trabajando en otros colegios de FUHEM: Lola Manga, profesora de Lengua entre los años 2003-2008; Miriam Cobo, profesora de Lengua y Literatura (2003-2012) y Carmen Villarroel (1990-2008), que actualmente son docentes del Colegio Lourdes.
Carmen Villarroel nos recordó su aterrizaje en Covadonga, cuando todavía había tres turnos, de mañana, tarde y noche: “mi enganche en el Colegio fue total, me gustaba el trabajo, mis compañeros y empecé a hacer amigos”.

Lola Manga explicó sus peripecias y agradeció Agustín Martínez y Pepe Cabrera, en el equipo directivo del Colegio a su llegada, que le dieran la oportunidad de dedicarse a la docencia: “de cada uno de vosotros me llevé aprendizajes que me han acompañado durante toda mi vida”.
Miriam Cobo recordó el momento traumático del cierre del Centro y lo importante que fueron los covadongos: “me enorgullece muchísimo haber pertenecido a esa comunidad educativa y, sobre todo, haber sido parte de un claustro que fue un ejemplo de resiliencia y ganas, que sirvieron de estímulo al alumnado que atravesaba sus puertas”.

Entre el público, se encontraba Roberto Rey, quien fue director de Covadonga y de otros centros escolares de FUHEM, así como del Área Educativa en su conjunto. En su intervención, recordó cómo el Colegio fue pionero en educación inclusiva, dando oportunidades a alumnado con necesidades especiales, en una época en la que su integración no era tan común y con perfiles que nunca antes habían tenido una oportunidad educativa inclusiva, hasta llegar al centro de la Fundación.
También se recordaron con emoción las aulas de enlace o las aulas de inmersión para alumnado que prácticamente no hablaba castellano, en los primeros años de presencia de alumnado inmigrante de otros países y culturas en nuestras aulas. Experiencias así y otras vinculadas a ser centro experimental en las primeras reformas educativas democráticas marcaron el carácter pionero de Covadonga.
Al acto acudió también una nutrida y diversa muestra del antiguo alumnado, que, con mucha emoción y la voz temblorosa, en ocasiones, explicaron cómo habían sentido la necesidad de acudir al reencuentro, sobre todo, para dar las gracias públicamente a quienes les habían formado personas y quienes habían encauzado sus vidas tanto a nivel personal como profesional. La gratitud fue el denominador común de la mayor parte de las intervenciones junto con el relato de alguna que otra trastada que, como en todo centro educativo, también formaron parte del día a día de un colegio como fue el Covadonga, entre la complicidad y las risas del público que disfrutó del reencuentro y supo reconocerse en otras generaciones y experiencias.

Partiendo de ese acervo compartido y, al igual que ha ocurrido en los reencuentros previos celebrados en torno a Santa Cristina, Begoña, Lourdes, Montserrat e Hipatia, el propósito de FUHEM es seguir reuniendo a esas personas tan afines en Comunidad FUHEM, y que la actividad y el contacto se mantengan.

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