La militarización de las grandes empresas tecnológicas

La militarización de las grandes empresas tecnológicas

El auge de la industria de defensa de Silicon Valley

Roberto J. González

Las grandes empresas tecnológicas y las fuerzas armadas de los Estados Unidos están cada vez más interrelacionadas como consecuencia de la financiación, los proyectos, la investigación y la infraestructura comunes. Desvincularlas será clave para evitar guerras interminables en el extranjero y el control policial militarizado dentro del país.

En septiembre de 2011, personal de la CIA y las fuerzas armadas de los Estados Unidos, con autorización del entonces presidente Barack Obama, lanzaron un ataque con drones en Yemen. El clérigo musulmán nacido en los Estados Unidos, Anwar al Awlaki, fue asesinado en el ataque. Quienes organizaron el ataque apuntaron a Awlaki, sobre la base de datos de geolocalización supervisados por la Agencia de Seguridad Nacional como parte de un programa de vigilancia.1 Dos semanas más tarde, otro ciudadano estadounidense fue asesinado en un ataque con drones lanzado por la CIA, en el que se utilizó el mismo tipo de datos: se trataba del hijo de al Awlaki, Abdulrahman al Awlaki, que tenía de 16 años de edad.2

Aunque al Awlaki fue asesinado en forma deliberada por fuerzas estadounidenses, otros ciudadanos estadounidenses –y miles de civiles en Afganistán y otros países de Asia Central y Oriente Medio– fueron asesinados por drones en forma accidental.3 Estos casos presagian un defecto grave en la versión más reciente de la guerra automatizada: la imprecisión de las tecnologías y el enorme margen de error de los nuevos sistemas armamentísticos más sofisticados. En su forma más avanzada, las herramientas computarizadas utilizan inteligencia artificial y aprendizaje automático y pronto podrían tener capacidades autónomas.

Los dispositivos digitales de bolsillo conectados a Internet han transformado a miles de millones de personas de todo el mundo en máquinas de producción de datos, que transmiten información a cientos o incluso miles de algoritmos al día. Aunque hemos integrado rápidamente a los teléfonos inteligentes y las tabletas en nuestras vidas, no solemos reflexionar sobre la facilidad en que los datos almacenados y transmitidos por estos dispositivos pueden militarizarse. Por ejemplo, informes recientes describen el modo en que la Agencia de Inteligencia de la Defensa de los Estados Unidos, junto con el Departamento de Defensa, utiliza periódicamente datos de geolocalización disponibles comercialmente, que se recopilan a partir de los teléfonos celulares personales, en ocasiones sin órdenes judiciales.4 Las agencias militares y de inteligencia pueden utilizar este tipo de datos no solo para espiar, sino también para reconstruir redes sociales e incluso para lanzar ataques mortales contra personas.

Los drones, los programas informáticos de geolocalización, los programas espía y otras herramientas similares son emblemáticas de una nueva serie de colaboraciones entre las grandes empresas tecnológicas y los organismos de defensa. En los últimos veinte años, el Departamento de Defensa y diecisiete organismos gubernamentales de los Estados Unidos que, en conjunto, son conocidos como la comunidad de inteligencia estadounidense, han intentado captar la innovación tecnológica en su origen: Silicon Valley. Agencias militares y de espionaje lo han logrado mediante la creación de puestos en la costa oeste del país; la organización de una junta asesora de alto perfil que vincula al Pentágono con grandes empresas tecnológicas; la coordinación de cumbres, foros y reuniones privadas con inversores y empresarios influyentes; y apelando al compromiso emocional e intelectual de emprendedores, ingenieros, informáticos e investigadores que, en ocasiones, son escépticos respecto de los burócratas del gobierno, especialmente los que trabajan en el Departamento de Defensa.

No es posible tener un entendimiento cabal de las fuerzas armadas estadounidenses en la actualidad sin realizar un análisis de su profunda conexión con la industria tecnológica.

Las interconexiones entre los mundos de la tecnología de red y la defensa se remontan a más de cincuenta años atrás. Por ejemplo, desde comienzos de la década del sesenta, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa (DARPA) desempeñó un papel crucial en financiar la investigación en informática que dio lugar a la creación de ARPANET, precursora de Internet. El desarrollo temprano de Silicon Valley fue financiado en gran parte por organismos de defensa y de inteligencia, y el Pentágono tuvo un interés especial en las empresas tecnológicas durante la Guerra Fría.5

 

 ¿Qué es la guerra virtual?

La guerra virtual tiene significados diferentes para diferentes personas. No hay una definición acordada –lo cual deja espacio para interpretar el término ampliamente, holística y antropológicamente. Personalmente, tengo una visión amplia, centrada en cuatro elementos diferentes: sistemas robóticos y de armas autónomas; una versión de alta tecnología de operaciones psicológicas; programas de estimulación y modelización predictiva, que algunas personas denominan contrainsurgencia informática; y guerra cibernética, es decir, el ataque y la defensa de infraestructuras fundamentales. Estas tecnologías y técnicas se basan en la producción, disponibilidad y análisis de un volumen enorme de datos –a menudo datos de vigilancia– recopilados a partir de drones, satélites, cámaras, teléfonos celulares, transacciones electrónicas, redes sociales, mensajes de correo electrónico y otras fuentes de Internet.

También podemos pensarlo en términos de una guerra por algoritmos. Las tecnologías utilizan cada vez más inteligencia artificial para automatizar procesos de adopción de decisiones. La elaboración de armas virtuales se basa en los esfuerzos combinados de una gran variedad de científicos y expertos técnicos, no solo químicos, físicos, ingenieros, informáticos y analistas de datos, sino también investigadores de biotecnología, politólogos, psicólogos y antropólogos. Gran parte de la labor es banal y tiene lugar en edificios anodinos dentro de parques de oficinas suburbanos, campus tecnológicos o laboratorios universitarios. Silicon Valley se convirtió en el principal centro para este tipo de trabajo de defensa e inteligencia.

De algún modo, la guerra virtual es una continuación de la denominada Revolución en Asuntos Militares, una doctrina elaborada por la Oficina de Evaluación Neta del Pentágono en las décadas del ochenta y del noventa. Se orientaba fundamentalmente a hallar soluciones tecnológicas. Tras los atentados del 11 de septiembre, cuando los Estados Unidos iniciaron la guerra mundial contra el terrorismo y entraron en guerra con redes mundiales de insurgentes con tecnologías relativamente sencillas, como bombas improvisadas, rifles y lanza granadas, la Revolución de Asuntos Militares perdió impulso y la contrainsurgencia se puso de moda tras una larga pausa. Pero en la actualidad, en un periodo marcado por la rápida innovación, los modos de gobernanza algorítmicos y el ascenso al poder de naciones rivales como China y Rusia –que están desarrollando sus propias tecnologías bélicas virtuales– el combate informatizado ha vuelto a ocupar un lugar central entre las élites de las instituciones militares estadounidenses.

 

La intersección entre las grandes agencias de defensa y las grandes empresas tecnológicas: la creación de DIUx

Mountain View se encuentra entre las montañas boscosas de Santa Cruz y las costas del sur de la Bahía de San Francisco. Durante la primera mitad del siglo XX era una localidad tranquila, donde había explotaciones de ganado, huertas frutales y calles pintorescas. Pero después de que un equipo de científicos, encabezado por William Shockley, inventara el semiconductor allí en 1956, la localidad creció rápidamente junto con el resto de Silicon Valley. Hoy en día es un barrio periférico con más de 80.000 habitantes.

A primera vista, parece extraño que las agencias militares y de inteligencia se instalen allí. Mountain View está a casi 4.000 km de distancia del Pentágono. Está más cercano de San Francisco Honolulu que Washington, D.C.

El Pentágono y Silicon Valley no solo están geográficamente lejos, sino que además hay otras diferencias. El Departamento de Defensa suele considerarse una burocracia inflada, tediosa y derrochadora, con estructuras institucionales jerárquicas y normas de trabajo inflexibles. En cambio, la mayor empleadora de Mountain View, Alphabet, la empresa matriz de Google, es una de las compañías más valiosas del mundo. Su campus de diez hectáreas, conocido como Googleplex, incluye más de treinta cafés, comida y bebida gratuitas para sus empleados, gimnasios y piscinas. Frente al edificio principal se erige el esqueleto de un Tyrannosaurus rex de tamaño real, que los empleados de Google apodaron Stan, de manera cariñosa.

 

Nicolas Grevet/Flickr/(CC BY-NC-SA 2.0)  Una réplica de un esqueleto de Tyrannosaurus Rex llamado «Stan» se encuentra en medio del patio de la sede de Google, el Googleplex en Mountain View, California.

A pesar de estas diferencias –y como consecuencia de ellas– el secretario de Defensa durante el Gobierno de Obama, Ash Carter, creó un puesto del Pentágono a menos de 3 km de distancia de Googleplex. La Unidad de Innovación de Defensa (DIU, por sus siglas en inglés), fue creada en agosto de 2015 para identificar rápidamente a empresas que desarrollan tecnologías de vanguardia, que podrían ser útiles para las fuerzas armadas, e invertir en ellas.6 Con DIUx, el Pentágono construyó su propia aceleradora de empresas emergentes dedicada a financiar empresas especializadas en inteligencia artificial, sistemas robóticos, análisis de megadatos, ciberseguridad y biotecnología.

La nueva sede de DIUx no estaba tan fuera de lugar. Su sede estaba en un edificio que había sido ocupado por la Guardia Nacional del Ejército, en territorio del Centro de Investigación Ames, la mayor instalación de campo de la NASA, y Moffett Field, que en otra época albergaba al Escuadrón de Rescate número 130 de la Guardia Nacional Aérea de California. Las gigantes de defensa Lockheed Martin y Northrop Grumman tiene oficinas a menos de 3 km de distancia. En 2008, el propio Google estaba ocupando ilegalmente territorio del gobierno: firmó un contrato de alquiler de cuarenta años con NASA Ames por un nuevo campus de investigación.  Luego firmó un acuerdo de sesenta años con la NASA para alquilar Moffett Field, una superficie de 400 hectáreas, que incluye enormes hangares para dirigibles.7 Hoy en día, Google utiliza los hangares para construir  globos estratosféricos que un día podrían brindar servicios de Internet a personas que viven en zonas rurales,8 o quizá puedan llevar a cabo misiones de vigilancia militar a gran altitud.

La oficina de DIUx estaba muy cerca de las oficinas de otras empresas tecnológicas: Lab126 de Amazon (donde se crearon Kindle, Amazon Echo y otros dispositivos digitales); la sede de LinkedIn; y el campus de Microsoft en Silicon Valley. Las oficinas de Apple se encuentran a 8 km de distancia en la localidad vecina de Cupertino. Las nuevas oficinas del Pentágono estaban literalmente en la intersección de las grandes empresas tecnológicas y las grandes compañías de defensa. La oficina de DIUx, que se encuentra en un edificio de ladrillos ocupado, personificaba las contradicciones de la oficina del Pentágono en el oeste de los Estados Unidos. “Los pasillos son grises, las puertas tienen cerraduras de combinación. Pero dentro del edificio, los recién llegados han renovado sus espacios con pizarrones, pizarras y escritorios colocados en diagonales aleatorias para que estén en armonía con el estilo no jerárquico de una empresa emergente de Silicon Valley”, informó un observador.9

El plan de Ash Carter era ambicioso: aprovechar las mentes más brillantes de la industria tecnológica para beneficio del Pentágono. Carter, que es originario de Pennsylvania, trabajó durante varios años en la Universidad de Stanford antes de ser nombrado secretario de Defensa y quedó impresionado con el espíritu innovador y los magnates millonarios de la Bahía de San Francisco. “Están creando nueva tecnología, prosperidad, conectividad y libertad” afirmó Carter.10 “Se consideran empleados públicos y quisieran tener a alguien en Washington con quien establecer un contacto”. Sorprendentemente, Carter fue el primer secretario de Defensa que visitó Silicon Valley en más de veinte años.

El Pentágono tiene su propio organismo de investigación y desarrollo (DARPA), pero promueve proyectos que tardarán decenios, no meses. Carter quería una oficina ágil y optimizada que pudiera servir como una especie de intermediario, que canalizara decenas o cientos de millones de dólares del enorme presupuesto del Departamento de Defensa a empresas prometedoras que desarrollan tecnologías a punto de concluirse. Idealmente, DIUx funcionaría como enlace para negociar las necesidades de generales veteranos de cuatro estrellas, líderes civiles del Pentágono e ingenieros y emprendedores jóvenes. Pronto, DIUx abrió oficinas en otras ciudades con un sector tecnológico pujante: Boston y Austin.

Carter esperaba que, en el corto plazo, DIUx entablaría relaciones con empresas emergentes locales, contrataría personal de alto nivel, contaría con la participación de reservistas del Ejército en proyectos específicos y simplificaría los engorrosos procesos de adquisiciones del Pentágono. Sus objetivos de largo plazo eran aún más ambiciosos: asignar a oficiales militares de carrera a proyectos futuristas en Silicon Valley durante periodos de varios meses, para “exponerlos a nuevas culturas e ideas, que puedan aplicar en el Pentágono e invitar a los expertos informáticos a pasar un tiempo en el Departamento de Defensa”.11

En marzo de 2016, Carter organizó la Junta de Innovación de Defensa (DIB), un grupo de especialistas civiles encargado de brindar asesoramiento y recomendaciones a las autoridades del Pentágono.12  Nombró al ex director ejecutivo de Google y miembro de la junta directiva de Alphabet, Eric Schmidt, para presidir la junta, que incluía a actuales y antiguos ejecutivos de Facebook, Google e Instagram, entre otros.

Tres años después del lanzamiento de DIUx, el organismo fue renombrado Unidad de Innovación de Defensa (DIU), para señalar que ya no estaba en una fase experimental. A pesar de haber atravesado algunas dificultades iniciales, el entonces Subsecretario de Defensa Patrick Shanahan describió a DIUx como “un activo demostradamente valioso”. “La organización en sí ya no es experimental”, afirmó en 2018.13 “DIU sigue siendo fundamental para fomentar la innovación en todo el Departamento y transformar el modo en que este construye una fuerza más letal”. A comienzos de 2018, el Gobierno de Trump solicitó un aumento considerable del presupuesto de la DIU para el año fiscal 2019, de 30 millones de dólares a 71 millones de dólares.14 Para 2020, el Gobierno solicitó 164 millones de dólares, más del doble de lo que había solicitado el año anterior.15

 

El fondo de capital de riesgo de la CIA

Si bien funcionarios del Pentágono presentaron a la DIUx como una organización pionera, en realidad se inspiró en otra empresa fundada para brindar servicios a la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos. A finales de la década del noventa, la CIA creó una entidad sin fines de lucro denominada Peleus, con el fin de capitalizar las innovaciones que se estaban desarrollando en el sector privado, con especial hincapié en Silicon Valley.16 Poco tiempo después, la organización pasó a llamarse In-Q-Tel.

Su primer presidente, Gilman Louie, describió como la organización fue creada para resolver “el problema de los megadatos”:

[Las autoridades de la CIA] temían lo que en el momento denominaron un posible “Pearl Harbor digital”… Cuando ocurrió el ataque a Pearl Harbor, las diferentes partes del gobierno tenían información parcial, pero no lograron reunirla para concluir que “el ataque a Pearl Harbor es inminente”… En 1998, comenzaron a darse cuenta de que la información estaba aislada en diferentes agencias de inteligencia y que no era posible vincularla… por lo que estaban intentando resolver el problema de los megadatos. ¿Cómo reunir esa información para obtener inteligencia?17

Al destinar fondos de la CIA a empresas emergentes que desarrollan tecnologías de vigilancia, recopilación de inteligencia, análisis de datos y guerra cibernética, el organismo esperaba obtener una ventaja respecto de sus rivales internacionales al cooptar a ingenieros, hackers, científicos y programadores creativos. En 2005, la CIA destinó alrededor de 37 millones de dólares a In-Q-Tel. En 2014, la financiación anual destinada a la organización aumentó exponencialmente a alrededor de 94 millones de dólares. Ese mismo año, la CIA había realizado 325 inversiones en una serie de empresas tecnológicas.18

Si In-Q-Tel suena a algo salido de una película de James Bond es porque la organización (al igual que su nombre) está parcialmente inspirada en la División Q, la oficina ficticia de investigación y desarrollo del servicio secreto británico en las novelas de espionaje de Ian Fleming, popularizada en su exitosa adaptación cinematográfica de Hollywood. In-Q-Tel y DIUx se crearon para transferir tecnologías emergentes del sector privado a agencias militares y de inteligencia de los Estados Unidos, respectivamente. Una interpretación  un tanto diferente es que estas organizaciones se crearon para “captar innovaciones tecnológicas… y nuevas ideas».19 Algunos críticos señalan a In-Q-Tel como un excelente ejemplo de la militarización de la industria tecnológica.

En términos monetarios y tecnológicos, probablemente la inversión más rentable de InQTel haya sido Keyhole, una empresa con sede en San Francisco que desarrolló un programa informático que conectaba imágenes satelitales con fotos aéreas para crear modelos tridimensionales de la superficie de la Tierra. El programa podía básicamente crear un mapa de alta resolución de todo el planeta. In-Q-Tel brindó financiación al programa en 2003 y en unos meses, las fuerzas armadas de los Estados Unidos estaban usando Keyhole para apoyar a los soldados estadounidenses en Irak.20

Fuentes oficiales nunca revelaron cuánto In-Q-Tel había invertido en Keyhole, pero en 2004, Google adquirió la empresa emergente. La renombró Google Earth. La adquisición fue significativa: el periodista Yasha Levine señaló que el acuerdo entre Keyhole y Google “marcó el momento en que la empresa dejó de ser exclusivamente una empresa de Internet dirigida a los consumidores y comenzó a integrarse en el Gobierno de los Estados Unidos”.21 En 2007, Google estaba intentando obtener contratos con el gobierno en organismos militares, de inteligencia y civiles.22

Además de Google, la cartera de In-Q-Tel incluye a empresas con proyectos futuristas como Cyphy, que fabrica drones conectados a Internet que pueden realizar misiones de reconocimiento durante periodos prolongados gracias a una continua fuente de energía; Atlas Wearables, que produce rastreadores de actividad física que monitorizan los movimientos del cuerpo y los signos vitales; Fuel3d, que vende un dispositivo de bolsillo que produce imágenes tridimensionales detalladas de estructuras u objetos; y Sonitus, que ha desarrollado un sistema de comunicaciones inalámbricas, que entra parcialmente en la boca del usuario.23 Mientras que  DIUx ha apostado a las empresas de robótica e inteligencia artificial, In-Q-Tel ha intentado generar tecnologías de vigilancia –empresas de satélites geoespaciales, sensores avanzados, equipos biométricos, analistas de ADN, dispositivos de lenguaje y traducción y sistemas de ciberdefensa–.

Más recientemente, In-Q-Tel ha comenzado a centrarse en empresas que se especializan en extraer datos de las redes sociales y otras plataformas de Internet. Estas incluyen Dataminr, que transmite datos de Twitter para detectar tendencias y posibles amenazas; Geofeedia, que recopila mensajes de redes sociales indexados geográficamente, vinculados con noticias de último momento, como protestas; y TrasnVoyant, una empresa que recopila datos de satélites, radares, drones y otros sensores.24

Es probable que algunas personas incluso aplaudan que los organismos militares y de inteligencia de los Estados Unidos hayan contratado a empresas tecnológicas. Habida cuenta del rápido desarrollo y despliegue de sistemas armamentísticos y programas de vigilancia de alta tecnología por países rivales como China –que ha puesto en marcha tecnologías similares contra sus propios ciudadanos en la provincia de Xinjiang–,25  sus defensores suelen afirmar que las fuerzas armadas de los Estados Unidos no pueden darse el lujo de estar rezagadas en la carrera armamentista de inteligencia artificial. Pero esos argumentos no tienen en cuenta que la fusión de las grandes empresas de defensa con otra gran industria atará aún más a la economía estadounidense a guerras interminables en el extranjero y al control policial militarizado dentro del país.

El Proyecto Maven

Muchas empresas financiadas por In-Q-Tel y DIUx son pequeñas empresas emergentes desesperadas por efectivo. Pero el interés del Pentágono en Silicon Valley también se extiende a las mayores empresas en Internet.

Analicemos el caso del Proyecto Maven, conocido formalmente como el Equipo Interfuncional de Guerra Algorítmica. El Subsecretario de Defensa Robert Work creó el programa en abril de 2017 y lo describió como un intento de “acelerar la integración por el Departamento de Defensa de megadatos y aprendizaje automático y para convertir el enorme volumen de datos disponible en inteligencia y análisis con aplicaciones prácticas”.26 El Boletín de Científicos Atómicos resume el problema:

Aviones y satélites estadounidenses recopilan más datos brutos de los que el Departamento de Defensa podría analizar incluso si dedicara toda su fuerza de trabajo a ello.  Lamentablemente, el análisis de imágenes suele ser una tarea tediosa –implica mirar pantallas para contar automóviles, personas o actividades… la mayoría de los datos de los sensores simplemente desaparecen y nunca se observan–, a pesar de que el Departamento ha contratado a la mayor cantidad posible de analistas durante años.27

El Pentágono había gastado decenas de miles de millones de dólares en sensores. Crear algoritmos para clasificar y analizar las imágenes tenía sentido desde el punto de vista económico. A un costo previsto de 70 millones de dólares, el Proyecto Maven seguramente pareciera una ganga. La magnitud de la labor era abrumadora. En su estado actual, los sistemas de inteligencia artificial necesitan una gran cantidad de datos para el “aprendizaje profundo”, que básicamente significa aprender mediante el ejemplo. En la segunda mitad de 2017, las personas que trabajaban en el Proyecto Maven supuestamente etiquetaron más de 150.000 imágenes visuales para crear los primeros conjuntos de datos con el fin de entrenar a los algoritmos. Las imágenes –fotos de vehículos, personas, objetos y acontecimientos– debían representar cientos o incluso miles de condiciones variables: diferentes altitudes, ángulos fotográficos, resolución de imagen, condiciones de iluminación, etcétera.

¿Qué organización podía asumir una tarea de esa magnitud? Funcionarios del Pentágono no revelaron qué empresas participaron, pero personal interno dio a entender que actores de importantes empresas tecnológicas estuvieron involucrados.28 El Coronel de la Infantería de Marina, Drew Cukor, que encabezaba el proyecto Maven, observó: “Estamos en una carrera armamentista de inteligencia artificial. Está ocurriendo en la industria y las cinco grandes empresas de Internet están dedicando todos sus recursos a desarrollar esta tecnología”. Muchos habrán notado que Eric Schmidt [el entonces director ejecutivo de Alphabet, Inc., la empresa matriz de Google] ahora considera a Google una empresa de inteligencia artificial, no una empresa de datos”.29

Apenas ocho meses después de que el Departamento de Defensa lanzara el Proyecto Maven, las fuerzas armadas estaban utilizando los algoritmos del programa para apoyar misiones con drones contra el ISIS en Irak y Siria.

En marzo de 2018, Gizmodo publicó una serie de artículos de investigación incendiarios, en los que se revelaba que el Pentágono había contratado a Google para trabajar en el Proyecto Maven en septiembre de 2017.30 Según correos electrónicos internos de ejecutivos de Google, el contrato era de al menos 15 millones de dólares, y estaba previsto que ascendería a 250 millones de dólares.31

En algunos correos electrónicos se detallaban reuniones entre ejecutivos de Google y el Subsecretario de Defensa Jack Shanahan.32 Más de 10 empleados de Google fueron asignados al proyecto y la empresa se había asociado con otras, como DigitalGlobe, una compañía de imágenes geoespaciales, y CrowdFlower, una empresa de colaboración abierta. CrowdFlower (que desde entonces ha cambiado su nombre a Figure Eight) contrató a los denominados “trabajadores colaborativos” –personas que realizan tareas repetitivas en línea, como identificar fotografías– para que etiquetaran miles de imágenes para el “aprendizaje profundo” algorítmico. Al parecer, estos trabajadores no sabían lo que estaban construyendo ni a quién beneficiaría.33

Algunos mensajes internos de Google daban a entender que la empresa tenía aspiraciones de ir más allá de lo que se había sugerido inicialmente en los anuncios del Pentágono. En un correo electrónico se hacía referencia a la creación de un sistema de espionaje “parecido a Google Earth” que diera a los usuarios la posibilidad de “hacer clic en un edificio y ver todo lo que está asociado a él”, incluidas personas y vehículos.

A algunos funcionarios de Google les preocupaban las posibles repercusiones públicas de que se filtraba el Proyecto Maven: “Creo que deberíamos realizar una buena campaña de relaciones públicas sobre la colaboración entre el Departamento de Defensa y GCP desde una perspectiva de la tecnología en la nube (almacenamiento, redes, seguridad, etcétera)”, escribió Fei-Fei Li, principal científico de inteligencia artificial de Google Cloud, “pero debemos evitar a toda costa mencionar o hacer referencia a la inteligencia artificial”.34

Sin embargo, finalmente se filtró la información.

 

La revuelta de los ingenieros

En febrero de 2018, correos electrónicos internos sobre el Proyecto Maven se circularon ampliamente entre empleados de Google. Muchos de ellos se sorprendieron y alarmaron por lo que habían hecho los principales ejecutivos de la empresa. En unos meses, más de 4.000 investigadores de Google habían firmado una carta dirigida al director ejecutivo de la empresa, Sundar Pichai, para exigir la anulación del contrato del Proyecto Maven. La carta, firmada por varios ingenieros de alto nivel, comenzaba con la siguiente declaración: “Creemos que Google no debería participar en el negocio de la guerra”. También instaba a Google a elaborar “una política clara que establezca que ni Google ni sus contratistas construirían tecnología de guerra”. Al final del año, alrededor de una decena de empleados renunció en protesta contra los contratos militares de la empresa y la falta de transparencia de los ejecutivos.35

Sorprendentemente, los empleados lograron su objetivo, al menos temporalmente. A principios de junio, Google anunció que la empresa dejaría de trabajar en el Proyecto Maven cuando venciera el contrato. Días más tarde, Google publicó un conjunto de directrices éticas o “principios de inteligencia artificial, en los que se afirmaba que la empresa “no diseñaría ni desplegaría inteligencia artificial” destinada a sistemas armamentísticos para “vigilancia que violara las normas internacionalmente aceptadas” o para tecnologías utilizadas en contravención del derecho internacional y los derechos humanos.36

El compromiso de Google de no renovar su contrato con el Proyecto Maven era demasiado bueno para ser cierto. En marzo de 2019, The Intercept obtuvo un correo electrónico de Google en el que se señalaba que una empresa tercera seguiría trabajando en el Proyecto Maven utilizando “la Plataforma Google Cloud disponible (un servicio informático básico, en lugar de Cloud AI u otros servicios en la nube) para alivianar parte de la carga de trabajo”. Walker añadió que Google estaba trabajando con el “Departamento de Defensa para realizar la transición de conformidad con los principios de inteligencia artificial y los compromisos contractuales”.37

Otros informes revelaron que el Departamento de Defensa había adjudicado el contrato del Proyecto Maven a Anduril Industries, conocida por haber creado los anteojos de realidad virtual Oculus Rift. El año anterior, Anduril había puesto a prueba un sistema de vigilancia desarrollado para agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos. El sistema utiliza inteligencia artificial para detectar la presencia de personas que intentan cruzar la frontera de los Estados Unidos.

Aunque los informes periodísticos daban a entender que Google (y posteriormente Anduril) eran las únicas empresas que habían participado en el Proyecto Maven, la realidad es mucho más compleja y preocupante. Un examen cuidadoso de la organización de investigación sin fines de lucro Tech Inquiry documenta la participación más profunda de numerosos contratistas y subcontratistas.38 El Pentágono otorgó las “adjudicaciones principales” a ECS Federal y Booz Allen Hamilton, y las “subadjudicaciones” a una serie de empresas, como Microsoft, Clarifai, Rebellion Defense, Cubic Corporation, GATR Technologies, Technical Intelligence Solutions y SAP National Security Services, entre otras. Estos contratos nunca fueron ampliamente publicitados.

Aunque los empleados de Google que se opusieron al Proyecto Maven representaban tan solo un pequeño porcentaje de los 70.000 empleados de la empresa, lograron comenzar la discusión sobre los contratos militares en el sector tecnológico y generaron un debate más amplio sobre la ética en la inteligencia artificial.

La revuelta en Google se amplió a otras grandes empresas tecnológicas e inspiró a otras personas a seguir el ejemplo. En febrero de 2019, más de 200 empleados de Microsoft exigieron que la empresa cancelara un contrato de 480 millones de dólares con el Ejército de los Estados Unidos para abastecer a soldados con más de 100 mil anteojos de realidad aumentada HoloLens. El llamado a licitación del Pentágono establecía que se necesitaba una pantalla montada en la cabeza capaz de dar a los soldados visión nocturna, la búsqueda sigilosa de armas y la capacidad de reconocer amenazas automáticamente. Según el anuncio, idealmente otorgaría a los soldados “mayor letalidad, movilidad y percepción situacional”.39

En una carta abierta al director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, los trabajadores de la empresa expresaron preocupación de que si HoloLens caía en manos de las fuerzas armadas, podría “diseñarse para ayudar a personas a matar” y “convertiría a la guerra en un videojuego simulado”. Los empleados añadieron que “no acordamos trabajar en el desarrollo de armas y exigimos que se tenga en cuenta nuestra opinión con respecto a cómo se utiliza nuestro trabajo”.40 Los ejecutivos de Microsoft se negaron a anular el contrato. Nadella afirmó: “no vamos a retener tecnología de instituciones que hemos elegido democráticamente para que protejan nuestras libertades”.41

A mediados de 2018, alrededor de 450 empleados de la gigante tecnológica Amazon firmaron una carta para exigir a la empresa que dejara de vender Rekognition –un programa de reconocimiento facial– a organismos de orden público.[42] La carta de los empleados también pedía a la división de Servicios Web de Amazon que dejara de alojar a Palantir, una empresa que brindaba programas informáticos de análisis de datos al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos, debido a que este organismo deportaba a niños no acompañados y sus familiares. El presidente de Amazon Jeff Bezos hizo caso omiso de la carta de los empleados. “Una de las tareas del equipo de dirección es adoptar la decisión correcta, aunque no sea la más aceptada”, dijo en octubre de 2018. “Si las grandes empresas tecnológicas dan la espalda al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, este país estará en problemas”.43

Cuando los trabajadores del sector tecnológico expresaron renuencia a participar en proyectos militares, los ejecutivos vendieron los productos de la empresa a funcionarios del Pentágono. Microsoft anunció Azure Government Secret, un servicio en la nube para el Departamento de Defensa y clientes de la comunidad de inteligencia, que implicaba “tareas clasificadas secretas de los Estados Unidos”.44 Los sitios web de Oracle se jactaron de que sus productos “ayudan a organizaciones militares a mejorar su eficiencia, preparación y ejecución de misiones”. 45 Y Amazon creó un sofisticado video promocional de noventa segundos en agosto de 2018, titulado simplemente “Servicios web de Amazon para el combatiente de guerra”.46

La oposición a la fusión de las grandes empresas tecnológicas y los grandes organismos de defensa

Las tecnologías de Silicon Valley demuestran las consecuencias impredecibles de desplegar nuevo hardware y software. La idea de que una invención pueda utilizarse tanto para fines pacíficos como militares, es decir, la noción de la tecnología de uso dual, se ha vuelto ampliamente aceptada en la sociedad estadounidense en los últimos 100 años. 47 La historiadora Margaret O’Mara nos recuerda que durante la Guerra Fría, “Silicon Valley construía pequeños dispositivos: microondas y radares para comunicación de alta frecuencia, transistores y circuitos integrados. Silicon Valley construía máquinas miniatura elegantes que podían alimentar misiles y cohetes, pero también podían ser utilizados con fines pacíficos –en relojes, calculadoras, electrodomésticos y computadoras–”.48

Estas tecnologías siguen teniendo aplicaciones de uso dual. Google Earth puede utilizarse para trazar mapas y para la investigación geográfica, pero puede utilizarse también por equipos de las Fuerzas Especiales para atacar redes de electricidad, puentes y otro tipo de infraestructura (Tucker, 2015).49 En un principio Microsoft comercializó HoloLens como un dispositivo de realidad aumentada para jugadores de videojuegos, artistas y arquitectos, pero el consumidor más redituable probablemente sea la infantería. El programa de reconocimiento facial de Amazon puede utilizarse para garantizar la seguridad de transacciones bancarias y de cajeros automáticos, pero también puede utilizarse como tecnología de vigilancia para organismos militares, de inteligencia o del orden público, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos. Las plataformas en la nube ofrecidas por Amazon, Oracle, Microsoft y Google tienen la capacidad de almacenar datos para investigadores científicos, funcionarios de salud pública y empresas comerciales. Pero también pueden aumentar la letalidad de las fuerzas militares.

Quizá haya quienes digan que los ingenieros y científicos disidentes de Google son ingenuos. ¿No sabían, acaso, en lo que se estaban metiendo? Si los científicos son conscientes de que cuando producen conocimientos probablemente no tienen control de cómo se utilizan esos conocimientos, entonces seguramente sepan que los dispositivos y aplicaciones que estaban creando en algún momento podían ser utilizados como armas. ¿O no?

Es posible que muchos científicos e ingenieros que ahora se oponen al trabajo militar de Silicon Valley nunca habrían imaginado que serían arrastrados al complejo militarindustrial-tecnológico. Quizá incluso decidieron trabajar para empresas tecnológicas porque pensaban que esas empresas no formaban parte del negocio de armas. A fin de cuentas, la carta de los manifestantes a Microsoft dice: “No acordamos trabajar en el desarrollo de armas”.

Los investigadores quizá hayan tenido una fe ciega en los ejecutivos de las empresas. Los empleados de Google se sintieron engañados por decisiones secretas que dieron lugar al contrato del Proyecto Maven. Los periodistas suelen reconocer que la empresa tiene la mejor cultura empresarial de los Estados Unidos, no solo porque los empleados pueden llevar a sus mascotas al trabajo y tienen acceso a alimentos orgánicos preparados por chefs profesionales, sino también porque su organización tiene una reputación de valorar la colaboración de los empleados.

Cuando el Proyecto Maven salió a luz, la falsa conciencia de los trabajadores tecnológicos comenzó a evaporarse. Cuando se obtiene un salario de seis dígitos como ingeniero o programador al salir de la universidad, es difícil considerarse proletario, especialmente cuando gozas de los beneficios que ofrece la industria –comidas gourmet gratuitas, gimnasio en la oficina y servicio de guardería gratuito, por nombrar algunos. Para miles de empleados, ser excluidos de las discusiones acerca de si la empresa debería colaborar en el desarrollo de armas de inteligencia artificial despertó un sentido de conciencia de clase latente.

Pero, había otro problema: Las relaciones de larga data de Silicon Valley con el Pentágono. Como explica el presente artículo y como ha observado  Margaret O’Mara “Aunque sus empleados no se den cuenta, las gigantes tecnológicas hoy en día contienen algún elemento de la industria de defensa… Ello implica un reconocimiento más cabal de la larga y complicada historia de Silicon Valley y el negocio de la guerra”.50

La separación entre el Pentágono y Silicon Valley es en gran medida un mito, nunca existió realmente, al menos no de manera significativa. Las diferencias son superficiales y estilísticas. Durante la mayor parte de un siglo, la economía y cultura regionales se han visto afectadas por lo que podría denominarse el complejo militar-industrial-universitario. Durante la Guerra Fría, el Pentágono ayudó a construir la industria informática al adjudicar contratos militares en campos como la electrónica de las microondas, la producción de misiles y satélites, y los semiconductores.

El historiador Thomas Heinrich nos recuerda que las representaciones populares de “ingeniosos inventores-empresarios e inversores de capital de riesgo que forjaron una economía dinámica de tecnología avanzada sin la intervención del Gobierno” alejaron la atención del papel fundamental de la “financiación del Pentágono para investigación y desarrollo, que contribuyó a sentar las bases tecnológicas para una nueva generación de empresas emergentes” en el siglo XXI.51 Desde la década del cincuenta hasta finales de la década del noventa, el mayor empleador del sector privado de Silicon Valley no era Hewlett Packard, Apple, Ampex o Atari. Era la gigante de defensa Lockheed. Hoy en día, la región afronta un patrón conocido, aunque el tamaño y la influencia colosales de las empresas tecnológicas actuales eclipsan a las empresas informáticas de antaño.

Posiblemente ello tendrá grandes repercusiones en el futuro cercano. Jack Poulson, un ex científico de alto nivel de Google y cofundador de Tech Inquiry, me lo explicó de la siguiente manera: “Creo que estamos ante la transformación de las principales empresas tecnológicas de los Estados Unidos en contratistas de defensa y me atrevería a vaticinar que en los próximos años adquirirán a contratistas de defensa, algo similar a cuando Amazon compró Raytheon”.

La verdadera separación no es entre el Pentágono y Silicon Valley, sino que está en el seno de Silicon Valley, donde un modesto contingente de ingenieros y científicos políticamente comprometidos han ejercido presión en contra de militarizar su trabajo. Pero, ¿bajarán los brazos ante el ataque frontal de relaciones públicas, campañas sensibleras, discusión “colaborativa”, más remuneración y privilegios, y quizá la amenaza tácita de perder sus empleos o de que estos sean externalizados?

Es muy pronto para saber lo que sucederá, pero el futuro de la guerra virtual y los campos de batalla digitales posiblemente esté en manos de esos empleados. 

Roberto J. González es catedrático del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de San José. Es autor de varios libros, entre ellos War Virtually: The Quest to Automate Conflict, Militarize Data, and Predict the Future (enlace externo), Connected: How a Mexican Village Built Its Own Cell Phone Network (enlace externo), y la colección coeditada Militarization: A Reader (enlace externo). Es miembro fundador de la Network of Concerned Anthropologists.

Traducción: Mercedes Camps (TNI)

NOTAS:

[1] Scahill, Jeremy y Greenwald, Glenn (9 de febrero de 2014). The NSA’s Secret Role in the US Assassination Program. The Intercept.

[2] Friedersdorf, Conor (24 de octubre de 2012). How Team Obama Justifies the Killing of a 16-Year-Old American. The Atlantic.

[3] Taylor, Adam (23 de abril de 2015). The US Keeps Killing Americans in Drone Strikes, Mostly by Accident. Washington Post.

[4] Tau, Byron (2021). Military Intelligence Agency Says It Monitored US Cellphone Movements without Warrant. Wall Street Journal.

[5] Heinrich, Thomas (2002). Cold War Armory: Military Contracting in Silicon Valley. Enterprise & Society, 3(2), 247-284.

[6] Kaplan, Fred (19 de diciembre de 2016). The Pentagon’s Innovation Experiment. Technology Review.

[7] Kastrenakes, Jacob (10 de noviembre de 2014). Google Signs 60-Year Lease on NASA Airfield and Hangars. The Verge.

[8] Myrow, Rachael (11 de abril de 2019). That Giant Structure off 101 once Housed a Flying Aircraft Carrier. KQED Bay Curious .

[9] Kaplan, Fred (19 de diciembre de 2016). The Pentagon’s Innovation Experiment. Technology Review.

[10] Hempel, Jessi (18 de noviembre de 2015). DOD Head Aston Carter Enlists Silicon Valley to Transform the Military. Wired.

[11] Hempel, Jessi (18 de noviembre de 2015). DOD Head Aston Carter Enlists Silicon Valley to Transform the Military. Wired.

[12] Mehta, Aaron (10 de junio de 2016). Carter Names Three to Innovation Board. Defense News [en línea], 10 de junio.

[13] Mitchell, Billy (9 de agosto de 2018). No Longer an Experiment—DIUx Becomes DIU, Permanent Pentagon Unit. FedScoop.

[14] Williams, Lauren (12 de febrero de 2018). DIUx Gets a Big Boost in FY19 Budget. FCW.

[15] Behrens, J. (28 de mayo de 2019). FY 20 Budget Request: DOD Science and Technology. AIP.

[16] Reinert, John T. (2013). In-Q-Tel: The Central Intelligence Agency as Venture Capitalist. Northwestern Journal of International Law & Business, 33(3), 677-709.

[17] Louie, Gilman (8 de mayo de 2017). Citado en una entrevista con Ernestine Fu en la Universidad de Stanford.

[18] Paletta, Damian (30 de agosto de 2016). The CIA’s Venture-Capital Firm, Like Its Sponsor, Operates in the Shadows. Wall Street Journal.

[19] Cook, Cynthia R. (23 de noviembre 2016). DIUx: Capturing Technological Innovation. The RAND Blog.

[20] Schachtman, Noah (18 de julio de 2010). Google, CIA Invest in “Future” of Web Monitoring. Wired.

[21] Levine, Yasha (2018). Google Earth: How the Tech Giant is Helping the State Spy on Us. The Guardian.

[22] Kehualani Goo, Sar y Klein, Alan (28 de febrero de 2007). Google Makes Its Pitch to Expand Federal Business. Washington Post.

[23] Szoldra, Paul (21 de septiembre de 2016). 14 Cutting Edge Firms Funded by the CIA. Business Insider.

[24] Fang, Lee (14 de abril de 2016). The CIA Is Investing in Firms that Mine Your Tweets and Instagram Photos. The Intercept.

[25] Wang, Maya (1 de mayo de 2019). China’s Algorithms of Oppression. Human Rights Watch Report

[26] Work, R.O. (2017). Memorando oficial de los Estados Unidos, 26 de abril.

[27] Allen, Gregory C. (21 de diciembre de 2017). Project Maven Brings AI to the Fight against ISIS. Bulletin of the Atomic Scientists.

[28] Allen, Gregory C. (21 de diciembre de 2017). Project Maven Brings AI to the Fight against ISIS. Bulletin of the Atomic Scientists.

[29] Pellerin, Cheryl (21 de julio de 2017). Project Maven to Deploy Computer Algorithms to War Zone by Year’s End. DOD News.

[30] Conger, Kate (21 de mayo de 2018a). The Pentagon’s Controversial Drone AI-Imaging Project Extends beyond Google. Gizmodo.

[31] Statt, Nick (1 de junio de 2018). Google Reportedly Leaving Project Maven Military AI Program after 2019. The Verge.

[32] Conger, Kate (1 de junio de 2018b). Google Plans Not to Renew Its Contract for Project Maven. Gizmod.

[33] Conger, Kate (1 de junio de 2018b). Google Plans Not to Renew Its Contract for Project Maven. Gizmod.

[34] Conger, Kate (14 de mayo de 2018c). Google Employees Resign in Protest against Pentagon Contract. Gizmodo.

[35] Conger, Kate (14 de mayo de 2018c). Google Employees Resign in Protest against Pentagon Contract. Gizmodo.

[36] Pichar, Sundar (7 de junio de 2018). AI at Google: Our Principles. Google Blog.

[37] Fang, Lee (9 de marzo de 2019). Defense Tech Startup Founded by Trump’s Most Prominent Silicon Valley Supporters Win Secretive Military AI Contract. The Intercept.

[38] Tech Inquiry (10 de septiembre de2021). Easy as PAI.

[39] Kelly, Makena (28 de noviembre de 2018). Microsoft Secures $480 Million HoloLens Contract from US Army. The Verge.

[40] Lecher, Colin (22 de febrero de 2019). Microsoft Workers’ Letter Demands Company Drop Army HoloLens Contract. The Verge.

[41] Riley, Charles y Burke, Samuel (25 de febrero de 2019). Microsoft CEO Defends US Military Contract That Some Employees Say Crosses a Line. CNN.

[42] Conger, Kate (21 de junio de 2018d). Amazon Workers Demand Jeff Bezos Cancel Face Recognition Contracts with Law Enforcement. Gizmodo.

[43] Leskin, Paige (6 de noviembre de 2018). Amazon Employees Are Reportedly Gearing Up to Confront CEO Jeff Bezos at an All-Staff Meeting This Week about Selling Facial Recognition Software to Law Enforcement. Business Insider. -11

[44] Keane, Tom (16 de Agosto de 2021). Azure Government Top Secret Now Generally Available for US National Security Missions. Microsoft Azure Blog.

[45] Oracle (2023). Oracle Cloud for the Defense Department. Oracle website. eb Services for the Warfighter … https://www.youtube.com/watch?v=HHbBizyTet4

[47] Price, D. dual use.

[48] O’Mara, Margaret (26 de octubre de 2018). Silicon Valley Can’t Escape the Business of War. New York Times.

[49] Tucker, Patrick (7 de enero de 2015). How US Special Forces Uses Google Maps. Defense One.

[50] O’Mara, Margaret (26 de octubre de 2018). Silicon Valley Can’t Escape the Business of War. New York Times.

[51] Heinrich, Thomas (2002). Cold War Armory: Military Contracting in Silicon Valley. Enterprise & Society, 3(2), 247-284.


Atar a Goliat

Atar a Goliat

Estrategias activistas para confrontar y aprovechar el poder digital

Anastasia Kavada, Tina Askanius, Anne Kaun, Alice Mattoni y Julie Uldam

En los últimos años, la derecha ha tenido más éxito en el uso de herramientas digitales que los movimientos progresistas. ¿Cuáles son las estrategias y tácticas que los movimientos progresistas pueden utilizar para construir un contrapoder digital?

En la última década se ha producido un cambio radical en nuestra percepción de las plataformas de redes sociales y su papel en los movimientos sociales. En la oleada de protestas de 2011, desde la llamada Primavera Árabe hasta las movilizaciones Occupy, estas plataformas se presentaron a menudo como tecnologías de liberación. Diez años después, sin embargo, las redes sociales han pasado a ser vistas como espacios de vigilancia y represión capturados por el capitalismo y los gobiernos autoritarios. Las revelaciones de Edward Snowden en 2013 supusieron un punto de inflexión en este sentido, cuando quedó meridianamente claro el papel de las plataformas comerciales de redes sociales en la vigilancia de activistas. Desde entonces, muchas de las principales plataformas de medios sociales se han visto saturadas por la desinformación y el discurso ofensivo. A menudo se han apoderado de ellas fuerzas de extrema derecha que, bajo la bandera de la libertad de expresión, las han utilizado para atacar sin piedad a sus oponentes. En 2022 puede que hayamos asistido a otro punto de inflexión en esta historia, ya que fue un año en el que el poder de las redes sociales se enfrentó a intensos desafíos. La caótica adquisición de Twitter por Elon Musk, las recientes pérdidas de valor de Meta (antes Facebook) y los crecientes llamamientos a regular los contenidos en estas plataformas han ido acompañados de un modesto éxodo de las redes sociales, y de Twitter en particular, y la migración a plataformas alternativas como Mastodon, aunque este movimiento podría ser efímero.

Por supuesto, las principales plataformas de medios sociales siguen teniendo un poder significativo. Se han convertido en importantes canales de noticias e información, y los estudios realizados tanto en Estados Unidos1 como en el Reino Unido demuestran que plataformas como Facebook y YouTube son cada vez más espacios en los que los usuarios obtienen sus noticias. El modelo empresarial de estas plataformas promueve el capitalismo de la vigilancia, la incesante recopilación y venta de datos sobre el comportamiento de los usuarios. Además, las empresas que están detrás de ellas se han hecho demasiado grandes para regularlas y controlarlas, ya que no han dejado de adquirir pequeñas empresas de nueva creación y de añadir diversas plataformas y aplicaciones a su lista de productos. Así pues, aunque las plataformas de medios sociales pueden haber ofrecido más oportunidades a los usuarios para expresar su voz, siguen reforzando la capacidad de los poderosos para moldear la opinión pública, ya que disponen de los recursos necesarios para pagar las tarifas que cobran algunas de estas plataformas, para llevar a cabo propaganda negra mediante bots y cuentas falsas, y para invertir en campañas publicitarias digitales. Estas plataformas también mantienen una relación ambivalente con los regímenes represivos de todo el mundo, a veces en connivencia con ellos –como demostraron ampliamente las revelaciones de Snowden– y a veces proporcionando un canal para la disidencia que no está controlado por el gobierno, aunque siga estando moldeado por complejos intereses geopolíticos.

En este contexto, los activistas progresistas deben desafiar y aprovechar el poder de las redes sociales en un esfuerzo por construir el mundo que les gustaría ver. Pero, ¿cómo pueden hacerlo los movimientos sociales? ¿Cuáles son los obstáculos a los que se enfrentan? En este ensayo, exploramos algunas estrategias que los activistas pueden utilizar centrándonos en el ejemplo del movimiento ecologista, y en particular en los grupos y organizaciones que se movilizan contra el colapso climático. Estos son diversos y heterogéneos, y van desde las organizaciones no gubernamentales (ONG) tradicionales y las organizaciones benéficas, hasta grupos más recientes como Extinction Rebellion (XR), que se centran en la acción directa, pasando por las movilizaciones asociadas a Greta Thunberg y el movimiento Fridays for Future.

Nuestro análisis se basa en el trabajo del estudioso de los movimientos sociales Dieter Rucht sobre las estrategias que adoptan los activistas frente a la tendencia de los principales medios de comunicación (MSM) a tergiversar, trivializar y marginar las causas activistas. A principios de la primera década del siglo XXI, Rucht observó que, en respuesta, algunos activistas deciden dejar de lado la visibilidad y se abstienen de la prensa dominante. Otros optan por culpar abiertamente a la prensa generalista en un intento de hacerla responsable de su información sesgada sobre las protestas. Y otros optan por eludir a la prensa generalista creando alternativas para atender a sus electores. Por último, algunos grupos intentan obtener una buena cobertura de los principales medios de comunicación tratando de entender cómo funcionan y adaptando su comunicación a ellos. El marco de Rucht recibió el nombre de cuádruple A, ya que cada una de las cuatro estrategias empieza por la letra «A»: Abstención, Ataque, Alternativas, Adaptación. Aunque las estrategias de Rucht se referían originalmente a una época de dominio de la prensa dominante, siguen resonando hoy en día, cuando las plataformas de medios sociales, así como la prensa, ocupan un lugar central en las estrategias de comunicación de los grupos activistas.

Dado que los principales medios de comunicación siguen un modelo capitalista, no es de extrañar que estas cuatro estrategias se hagan eco de la discusión de Erik Olin Wrigh2 sobre las cuatro lógicas que caracterizan las luchas anticapitalistas: aplastar, escapar, erosionar y domesticar el capitalismo.3 Cuando los activistas se comprometen en la acción colectiva con la lógica de aplastar el capitalismo, están en sintonía con las estrategias de comunicación que giran en torno al ataque a las plataformas de medios sociales. Del mismo modo, cuando los activistas promueven una acción colectiva que permitiría a la gente escapar del capitalismo, son coherentes con la estrategia de abstención de las plataformas de medios sociales. Cuando los activistas desarrollan una acción colectiva que no rechaza totalmente el capitalismo, sino que busca domesticarlo, podemos ver un parecido con la estrategia de adaptación. Por último, las luchas anticapitalistas que pretenden erosionar el capitalismo se vinculan a activistas que están creando alternativas a las plataformas de medios sociales, construyendo y comisariando espacios de contención que pueden gestionar directamente.

Teniendo en cuenta estas diferentes lógicas anticapitalistas y las cuatro estrategias que los grupos activistas pueden emplear para abordar la cuestión de la visibilidad, exploramos cómo el movimiento ecologista se ha comprometido con las plataformas de redes sociales.

Abstención (escapar del capitalismo)

 Las estrategias de abstención consisten en rehuir por completo las redes sociales dominantes como forma de protesta y protección frente a sus modelos de negocio y mecanismos de vigilancia. Decidir no delegar la visibilidad de tu grupo a la lógica del beneficio de las plataformas de redes sociales es liberador. Quita a los activistas la presión constante de ser visibles y producir contenidos en estas plataformas. También emancipa a los grupos activistas de la opacidad que caracteriza a los algoritmos de las redes sociales, cajas negras cuyo funcionamiento es difícil, si no imposible, de entender. La estrategia de la abstención puede promover formas más sostenibles de mantener la membresía más allá de los grupos de Facebook o los hilos de Twitter, desarrollando los propios medios de comunicación del grupo. También puede proteger a los activistas de los ataques y la vigilancia en línea. Como ha demostrado el caso de Greta Thunberg, los activistas destacados pueden ser objeto de ataques mordaces en las redes sociales que van desde el trolling hasta las amenazas de muerte. Estar presente en las redes sociales también hace que los grupos de activistas sean vulnerables a la vigilancia de las autoridades. Esto es especialmente peligroso para los activistas que utilizan tácticas de desobediencia civil o que sobrepasan los límites de la legalidad.4]Por lo tanto, abstenerse de utilizar plataformas de medios sociales es crucial para mejorar la privacidad y la integridad de los datos de la organización interna.

Además de la abstención, algunos grupos activistas también han lanzado campañas en las que instan a la gente a desconectarse de dichas plataformas o a participar en prácticas de desintoxicación digital o de datos. Por ejemplo, Tactical Tech ofrece un kit de herramientas para concienciar sobre los rastros de datos que dejamos en internet y para desarrollar prácticas alternativas para lo que ellos llaman «una relación más segura con la tecnología».5

Desconectarse de las redes sociales también puede hacerse por razones medioambientales. Como señala Tactical Tech,6 las estrategias de desintoxicación digital pueden ayudar en la lucha contra el cambio climático, ya que las tecnologías digitales son actualmente responsables del 3,7 % de las emisiones mundiales de carbono, una cifra que puede aumentar hasta el 8 % en 2025. Por tanto, los grupos ecologistas pueden optar por abstenerse de las redes sociales para reducir sus residuos electrónicos y su huella de carbono.

Sin embargo, las prácticas de desintoxicación digital suelen estar relacionadas con políticas de estilo de vida individual más que con esfuerzos colectivos para lograr un cambio sistémico. Asistir a campamentos de desintoxicación digital o restringir nuestra huella de datos digitales mediante el uso de navegadores y configuraciones específicas implican prácticas y formas individuales de relacionarse con los medios sociales. Por lo tanto, pueden tener un impacto menor en la lucha contra el capitalismo y las grandes empresas tecnológicas que, por ejemplo, la promoción de un cambio estructural a través de la regulación.

Además, una abstención total de las plataformas digitales parece prácticamente imposible, especialmente para las causas políticas de carácter transnacional o las que pretenden movilizar a un gran número de simpatizantes. En un mundo en el que la visibilidad en las redes sociales se ha vuelto crucial para ampliar la comunidad de un movimiento, abstenerse de estas plataformas significa aislarse de una densa red de relaciones que ha sostenido numerosas protestas en todo el mundo durante la última década. El movimiento ecologista no es una excepción, como demuestra el amplio uso de las redes sociales por parte de organizaciones como Greenpeace y Extinction Rebellion o movimientos como Fridays for Future. En cambio, y como señalamos en las secciones dedicadas a las estrategias de Adaptación y Alternativas, los grupos activistas optan a menudo por utilizar las principales plataformas para promover su causa ante un público más amplio, aunque se abstengan de utilizarlas para la organización interna.

Atacar (Smashing capitalism)

Los activistas y los movimientos sociales también pueden atacar a las plataformas de medios sociales y hacer campaña para que reformen sus prácticas empresariales o la normativa que regula su funcionamiento. Las estrategias de ataque incluyen acciones antimonopolio que cuestionan el tamaño y la concentración de las empresas de medios sociales, así como campañas de derechos digitales que atacan el uso indebido o la apropiación indebida de datos por parte de empresas y gobiernos nacionales.

También hay muchas campañas contra la desinformación en los medios sociales, un problema que también está afectando enormemente a las campañas sobre el cambio climático. Las grandes empresas contaminantes, como las petroleras, realizan elaboradas campañas de lavado verde en las redes sociales. Han proliferado las declaraciones falsas sobre el cambio climático, a menudo difundidas por cuentas falsas y campañas astroturf.

El negacionismo del cambio climático está aumentando en las plataformas de medios sociales, también como resultado del fortalecimiento de las cuentas de extrema derecha y la falta de una moderación eficaz. En febrero de 2022, Reuters informó de que Facebook «no marcó la mitad de las publicaciones que promueven la negación del cambio climático».7 La investigación llevada a cabo por Global Witness ha descubierto que el algoritmo de Facebook no solo encierra a los usuarios escépticos del clima en cámaras de eco del negacionismo climático, sino que también los dirige «a información peor, de modo que lo que comenzó en una página llena de narrativas de distracción y retraso, terminó en páginas que propugnan la negación absoluta del clima y la conspiración».8 En Twitter, la situación parece haber empeorado tras la adquisición de Elon Musk, que provocó el despido de equipos de gestión de contenidos, el desmantelamiento de la rama de sostenibilidad de la plataforma y el regreso de usuarios vetados a la plataforma, algunos de los cuales tienen un historial significativo de negacionismo climático.9 En consecuencia, el hashtag #ClimateScam ha escalado posiciones y «ahora es regularmente el primer resultado que aparece cuando se busca ‘clima’ en el sitio».10

Las campañas contra la desinformación en las redes sociales han incluido la campaña #StopHateForProfit en 2020, en la que varios grupos y organizaciones de la sociedad civil pidieron a los anunciantes que boicotearan Facebook por este motivo. La campaña fue iniciada por una coalición de grupos activistas, entre ellos la Liga Antidifamación, Free Press y GLAAD. En febrero de 2020, Avaaz llevó a cabo una campaña específica sobre el negacionismo del cambio climático en YouTube y otras plataformas que se basaba en un informe detallado elaborado por la organización.11, 12 Avaaz pidió «a todas las plataformas de medios sociales que desintoxiquen sus algoritmos poniendo fin a la amplificación y monetización de la desinformación y el discurso del odio». También instaba «a los reguladores a convertir esto en un requisito legal» y exigía que «las plataformas trabajen con expertos independientes para rastrear y degradar a los creadores de desinformación repetida y deliberada».13 Cabe señalar que el grupo modificó el texto inicial de la petición para eliminar la «exigencia de ‘desinformar’ a los creadores de desinformación repetida y deliberada».14 Aunque no se dio ninguna razón para esta enmienda, sospechamos que está relacionada con la pendiente resbaladiza en la que las peticiones de desinformar a individuos o grupos que venden desinformación pueden volverse en contra de los actores progresistas y utilizarse para restringir sus voces en las redes sociales. Los llamamientos al boicot y a la desinformación deben tener en cuenta las implicaciones para la libertad de expresión en todo el espectro político. Además, para que tales acciones sean eficaces, necesitan el respaldo de destacados grupos activistas y anunciantes, de modo que se consideren lo suficientemente eficaces como para que otros se unan a ellas y puedan atraer suficiente cobertura informativa.

Los ataques también pueden producirse de forma más directa, como la piratería informática. Por ejemplo, Twitter y Facebook han sido blanco de ataques de denegación de servicio en los que los ordenadores impiden a los usuarios acceder a la plataforma o ralentizan su uso. Estos ataques no siempre han estado claramente relacionados con críticas a las plataformas en sí, sino con protestas contra el papel de dichas plataformas a la hora de dar voz a determinados puntos de vista políticos, por ejemplo en relación con los conflictos de Rusia con los países vecinos.15 Sin embargo, el hacktivismo requiere sofisticados conocimientos técnicos y conlleva el riesgo de detención y otras repercusiones. Esta es probablemente la razón por la que no hay constancia de casos de hacktivismo medioambiental, ni siquiera por parte de grupos como Extinction Rebellion, que se centran en la acción disruptiva (al menos hasta su reciente cambio de estrategia), aunque el grupo mantuvo debates internos sobre hacktivismo durante la pandemia.16 Para la académica Gabriella Coleman, que ha llevado a cabo una amplia investigación sobre Anonymous, esto puede deberse a que hay pocas coincidencias entre los hackers empedernidos y los ecologistas empedernidos,17 lo que significa que el movimiento ecologista carece de las habilidades y la experiencia necesarias para participar en este tipo de activismo. Por el contrario, son los activistas medioambientales quienes han sido víctimas de ataques de piratas informáticos. Por ejemplo, en 2017, grupos ecologistas que llevaban a cabo una campaña contra Exxon Mobil por el cambio climático recibieron correos electrónicos de suplantación de identidad por parte de cuentas que se hacían pasar por sus colegas y abogados, como parte de «una extensa operación de pirateo por encargo que durante años ha tenido como objetivo las cuentas de correo electrónico de funcionarios gubernamentales, periodistas, bancos, activistas ecologistas y otras personas”.18

Las acciones colectivas que siguen una estrategia de ataque suelen considerarse intervenciones espectaculares, por lo que es probable que atraigan la atención de los medios de comunicación. Sin embargo, la información de los medios de comunicación tiende a centrarse en el ataque en sí, más que en el mensaje que intenta transmitir, lo que dificulta su resonancia entre el público en general y los responsables políticos. Al mismo tiempo, los ataques que perturban el uso cotidiano de las redes sociales por parte de los usuarios corren el riesgo de generar molestias, lo que de nuevo puede restringir el impacto del mensaje.

 

Alternativas (erosión del capitalismo)

La estrategia de las alternativas (o erosión del capitalismo) implica que los activistas construyan sus propias plataformas de medios sociales o propiedades digitales donde puedan trabajar en red sobre cuestiones sociales y difundir información alternativa al público. Estas plataformas funcionan con reglas diferentes: a menudo están diseñadas por defensores del software libre y de código abierto (FOSS), lo que significa que el código está abierto para que todos puedan utilizarlo, adaptarlo y cambiarlo, siempre que no lo hagan por motivos comerciales. Estas plataformas también operan con diferentes políticas de anonimato y privacidad, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de sus usuarios. Algunos ejemplos son la plataforma N-1 desarrollada por activistas en España justo antes de la primera etapa del movimiento de los Indignados en 2011, así como RiseUp!, Crabgrass, y Occupii, la alternativa activista a Facebook creada por Occupy Wall Street en 2011.19 Otros ejemplos incluyen plataformas de streaming de vídeo como BitChute (antes también Vine o Periscope) o canales de podcast alojados fuera de las plataformas comerciales dominantes para eludir la moderación. Los activistas pueden utilizar además plataformas como Mastodon, que está surgiendo ahora como alternativa a Twitter, que, aunque no han sido desarrolladas explícitamente por movimientos sociales, siguen funcionando de forma acorde con los valores progresistas.

También existen alternativas a la mensajería instantánea o al correo electrónico que facilitan procesos de organización interna más seguros para los movimientos sociales. Por ejemplo, Riseup.net, una red social independiente con sede en Seattle, ha proporcionado servicios cifrados de correo electrónico seguro y gestión de listas de correo para los movimientos sociales desde su creación en 1999-2000. Más recientemente, plataformas como Signal, Telegram o GroupMe también se han utilizado para la coordinación, con Telegram en particular facilitando tanto la comunicación interpersonal como la difusión. Estos canales también son utilizados por activistas medioambientales que emplean tácticas más disruptivas.

Los movimientos sociales han creado sus propias plataformas para difundir información sobre sus causas e informar sobre sus movilizaciones, en un esfuerzo por hacer frente a la marginación y la desinformación que difunden la mayoría de los principales medios de comunicación y plataformas de redes sociales. Un ejemplo es Unicorn Riot, un colectivo de noticias en línea sin ánimo de lucro fundado en 2015 por activistas que participaron en medios de comunicación alternativos en torno al movimiento Occupy, las movilizaciones contra las arenas bituminosas y las protestas de Ferguson.20 y 21 Unicorn Riot informó desde el terreno en Dakota del Norte durante las protestas #NODAPL o Dakota Access Pipeline Protests en 2016, cuando diferentes tribus de nativos americanos se opusieron a la construcción de un oleoducto que transportaba crudo desde Dakota hasta Illinois. Los manifestantes consideraban que el oleoducto, que iba a atravesar la reserva india de Standing Rock, suponía un grave peligro de contaminación del agua.22 Autodenominados protectores del agua, los activistas establecieron un campamento de protesta en la zona e intentaron detener la construcción del oleoducto. Los principales medios de comunicación ofrecieron escasa cobertura informativa, mientras que destacados periodistas de investigación, como Amy Goodman, cofundadora y presentadora de Democracy Now!, fueron detenidos acusados de disturbios. En cambio, Unicorn Riot pudo ofrecer una cobertura independiente de las protestas, con periodistas que permanecieron en el campamento y entrevistaron a los manifestantes.23 La plataforma en línea descentralizada es, por tanto, un buen ejemplo del tipo de medios de comunicación comunitarios creados al servicio de los movimientos sociales y de la importancia que sigue teniendo el periodismo producido desde dentro de las comunidades activistas.

Con algunas excepciones notables, sin embargo, los esfuerzos por construir alternativas anticapitalistas tienden a ser efímeros, carecen de financiación y son incapaces de sustituir por completo los servicios que ofrecen los medios sociales corporativos. De lo que también carecen estas plataformas es de efectos de red, un término que apunta a una dinámica crucial de las redes sociales: cuantos más miembros adquieren, más útiles resultan, ya que pueden utilizarse para comunicarse con un mayor número de participantes. En realidad, muchas plataformas alternativas solo las utilizan los conversos, activistas experimentados que ya están familiarizados con las movilizaciones en cuestión. Por lo tanto, al comunicarse únicamente en estos espacios, los activistas pueden permanecer invisibles dentro de un nicho comunicativo.

Adaptación (domar el capitalismo)

Las limitaciones de las plataformas alternativas a pequeña escala llevan a menudo a los activistas a utilizar aplicaciones corporativas como Facebook, Twitter e Instagram para atraer a un público más amplio. Los activistas adoptan así una estrategia de adaptación, es decir, se adaptan a las reglas de las plataformas corporativas, tratando de aprovechar su poder para aumentar la visibilidad de su movimiento.

Las plataformas corporativas de medios sociales se han convertido en canales clave para publicar información sobre el cambio climático. La mayoría de los principales grupos y movimientos activistas utilizan sus cuentas en las redes sociales para difundir información sobre su causa. Las redes sociales también han facilitado el auge de los influencers verdes, activistas medioambientales que cuentan con un gran número de seguidores en las redes sociales.24 Junto a ellos, encontramos colectivos como EcoTok, que informan sobre cuestiones medioambientales en TikTok.25 Según el Reuters Institute for the Study of Journalism (Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo), estos canales son especialmente importantes para los usuarios menores de treinta y cinco años, que «suelen ser dos o tres veces más propensos a decir que prestan atención a famosos, personalidades de las redes sociales o activistas para obtener noticias sobre el cambio climático que las personas mayores de treinta y cinco años».26

También hay casos en los que los canales de las redes sociales han permitido que voces marginadas salgan a la palestra. Un ejemplo es la página de Facebook Digital Smoke Signals, fundada por el fallecido periodista nativo americano Myron Dewey, que proporcionó una importante cobertura de las protestas #NODAPL. La página fue uno de los medios de noticias más seguidos sobre las protestas y algunos de sus videos acumularon más de 2,5 millones de visitas. Facebook live también se utilizó para informar en directo de las protestas, lo que permitió a los activistas informar desde el terreno sin filtros ni censura. En los años transcurridos desde la Primavera Árabe, la retransmisión en directo se ha convertido en una importante aplicación en manos de los reporteros ciudadanos. Mientras que en la oleada de movilizaciones de 2011 la retransmisión en directo corría a cargo de pequeñas empresas de nueva creación, a mediados de la década de 2010 la mayoría de las principales plataformas de medios sociales, incluidas Instagram y Facebook, empezaron a ofrecer esta funcionalidad, eclipsando así a los actores más pequeños del sector.

Las estrategias de adaptación también incluyen el desarrollo de nuevos enfoques para comprometerse con los objetivos de la campaña o para demostrar el propio apoyo a una causa, que se adaptan al entorno de las redes sociales. Puede tratarse de actos relativamente sencillos, como añadir un banner a la foto de perfil en las redes sociales para mostrar el apoyo a una causa medioambiental. Aunque estas tácticas son útiles para ganar visibilidad en un panorama mediático saturado, a menudo se las califica de clicktivismo, un término que combina click y activismo. Los críticos señalan el escaso compromiso necesario para participar en este tipo de activismo y su potencial para crear una sensación engañosa de eficacia y conexión. Sin embargo, esto depende del contexto político, ya que en los países más restrictivos y autoritarios un tuit o una publicación en Facebook puede llevarte fácilmente a la cárcel, o incluso enfrentarte a una pena de muerte. En otras palabras, el clictivismo depende del ojo del espectador.

Las estrategias de adaptación también están asociadas a la aparición de nuevas tácticas activistas como las tormentas de Twitter, por las que los usuarios bombardean un hashtag con tuits para convertirlo en trending topic. El secuestro de hashtags es una variante de esta táctica, en la que los activistas se hacen con el control del hashtag de un objetivo. Los activistas medioambientales también han sido pioneros en la táctica del greentrolling de las cuentas de redes sociales que difunden desinformación sobre el clima o se dedican al lavado verde. El «greentrolling» es una estrategia de adaptación, ya que se basa en la adopción de «una forma de refutación que se asocia mejor con el «trolling» de los «ne’er-do-wells» de internet, impregnada de voz, brío y humor mordaz».27 Al dirigirse a las redes sociales de grandes empresas, los activistas climáticos consiguen un mayor alcance para sus mensajes y atraen el interés de los principales medios de comunicación. Un ejemplo famoso se produjo en noviembre de 2020, cuando Shell publicó una encuesta en las redes sociales en la que preguntaba a los usuarios «¿qué estás dispuesto a hacer para reducir las emisiones?». La encuesta recibió muchas respuestas irónicas de activistas medioambientales, políticos y usuarios de a pie, incluidas personas de alto perfil como Greta Thunberg y Alexandria Ocasio-Cortez, que utilizaron la encuesta para denunciar el papel de Shell en el aumento de las emisiones.28

Sin embargo, para llevar a cabo estrategias de adaptación, los activistas tienen que obtener un conocimiento íntimo de cómo funcionan las plataformas de medios sociales comerciales. Esto puede exigir una mayor profesionalización de las comunicaciones de los activistas, lo que llevaría a los movimientos a contratar a profesionales de los medios sociales o a proporcionar formación a los administradores de estos medios, así como a desarrollar directrices y protocolos específicos.

La estrategia de adaptación tiene varios riesgos para los activistas progresistas. Les obliga a renunciar a la gestión directa de sus espacios de visibilidad, ya que pueden ejercer un control muy limitado sobre los materiales que publican en plataformas comerciales o sobre la infraestructura que permite su publicación. Esto hace que su visibilidad sea especialmente frágil: si un medio de comunicación social decide eliminar el perfil de un grupo, es probable que desaparezca todo el archivo de contenidos publicados hasta ese momento, junto con la red de contactos creada gracias al uso continuado de la plataforma.

Las plataformas comerciales de medios sociales ajustan constantemente sus algoritmos para impedir que los creadores de contenidos atraigan a audiencias más amplias sobre la base del alcance orgánico. Esto les permite cobrar a los creadores por llegar a sus propios seguidores con precios que a veces resultan desorbitados para la mayoría de los grupos activistas. También crea asimetrías de poder en los esfuerzos de los activistas por contrarrestar la desinformación. Los grupos que difunden información falsa sobre, por ejemplo, el papel de los contaminadores en la ralentización de la adopción de políticas sobre el cambio climático suelen estar financiados por esos mismos contaminadores, capital que les permite pagar por un mayor alcance. Las redes sociales también explotan los datos de los usuarios creados por la actividad de los movimientos sociales en la plataforma. Cuanto más polarizante es la causa, más beneficios genera para la empresa, ya que alimenta el tráfico y la actividad de los usuarios. Por tanto, no es de extrañar que la estrategia de adaptación tienda a estar reñida con valores fundamentales de las comunidades activistas de izquierdas, como su aversión al capitalismo. De hecho, el uso de plataformas propietarias suele estar en el centro de los conflictos internos de los grupos activistas, entre quienes apoyan su uso por razones pragmáticas y quienes se niegan a utilizarlas.

La vigilancia corporativa de las principales redes sociales también alimenta los sistemas de vigilancia estatal. Se trata de la doble espada de la visibilidad, en la que hacerse más visible en las redes sociales también hace a los grupos activistas más vulnerables ante las autoridades. Una estrategia clave a este respecto es utilizar plataformas comerciales para promocionar actos públicos, pero mantener toda la organización interna en plataformas alternativas con comunicación encriptada o fuera de los medios digitales, empleando los viejos métodos de las reuniones secretas cara a cara. En otras palabras, los grupos activistas deben combinar diferentes estrategias y plataformas, en función de las tareas que deban realizar y de su privacidad o necesidad de mayor visibilidad.

 

Avanzar: colaboración, interconectividad y curaduría

 Los movimientos sociales progresistas, y los activistas medioambientales en particular, pueden utilizar diferentes estrategias tanto para desafiar como para aprovechar el poder de las redes sociales comerciales. Pueden abstenerse, construir alternativas, pasar al ataque y adaptarse. Cada una de ellas tiene ventajas e inconvenientes en términos de eficacia e impacto, y depende del contexto. En la práctica, los activistas suelen desplegar algunas o todas las formas.

En otras palabras, los cuatro tipos de estrategias descritas en la cuádruple A de Rucht funcionan mejor combinadas que por separado. Sin embargo, es precisamente este arte de perseguir diferentes estrategias simultáneamente lo que resulta más formidable. ¿Cuál debe ser el equilibrio entre desafiar a las plataformas corporativas y, al mismo tiempo, aprovechar su poder? ¿Y puede un grupo hacer todo esto solo o debe trabajar en coalición, de modo que pueda especializarse en estrategias específicas?

En este sentido, trabajar en colaboración parece ser el camino a seguir. Esto puede adoptar la forma de coaliciones más formales y plataformas paraguas o producirse de manera más informal mediante el desarrollo de temas comunes en las campañas, el intercambio de recursos, así como compartiendo los contenidos de los demás y creando cabeceras de comunicación más densamente hipervinculadas. Los grupos ecologistas, por ejemplo, también han empezado a trabajar de un modo más interseccional, considerando las cuestiones sobre las que hacen campaña desde las perspectivas de las distintas partes interesadas y trazando un mapa de los sistemas de poder entrelazados que hay que superar[29 Este tipo de colaboración y formación de coaliciones debe reflejarse con más fuerza en el ámbito digital, con una mayor hipervinculación e interconectividad entre los grupos ecologistas, ya sea a través de cuentas de redes sociales en plataformas comerciales o de medios de comunicación alternativos. En este sentido, los estudios sobre el activismo en vídeo en torno a la justicia climática y los movimientos de justicia social en la segunda década del siglo XXI mostraron conexiones muy débiles entre los actores en YouTube.30 Las acciones y los actores dentro de los movimientos de justicia social estaban en gran medida desconectados, o al menos no se unían de manera significativa en esa plataforma en particular. Por lo tanto, como posible lugar de resistencia, YouTube no proporcionó un espacio para prácticas mediáticas sostenibles, horizontales y radicales (Tactical Tech).

Esto parece aún más cierto hoy en día, una década después y en un contexto en el que YouTube se discute principalmente en términos de madrigueras de conejo, radicalización y desinformación en lugar de difusión democrática, pruebas visuales y testigos oculares radicales. Cuando hay pruebas que sugieren que se está materializando de hecho una red de acciones conectivas, el proceso está dirigido por fuerzas reaccionarias antidemocráticas y de extrema derecha. En gran medida, han logrado conectarse por encima de las líneas partidistas y las diferencias internas del movimiento, crear una audiencia considerable y formar una red coherente de canales y contenidos relacionados que se extienden a una ecología mediática más amplia de medios de extrema derecha alternativos. Lo hacen a través de una serie interconectada de prácticas conectivas que incluyen apariciones como invitados en los canales de YouTube de los demás, retransmisiones en directo conjuntas, así como diversas prácticas de referencias e hipervínculos.

Incluso cuando la derecha ha sido desplazada, por ejemplo tras la manifestación Unite the Right en Charlottesville en 2017, los grupos de extrema derecha han migrado a plataformas Alt-Tech que son más difíciles de controlar, como Gab, Parler, Gettr, BitChute, Rumble, PewTube, Odysee, Hatreon y muchas otras. Estas plataformas han sido diseñadas siguiendo los modelos de las grandes plataformas tecnológicas e imitan sus características, al tiempo que ofrecen anonimato y muchas menos restricciones sobre el nivel de material ofensivo y dañino que puede publicarse.

La extrema derecha ha sido muy capaz de participar en una amplia gama de plataformas al mismo tiempo y con diferentes propósitos –combinando lo alternativo y lo dominante–, adoptando deliberadamente un tono diferente para las distintas plataformas con cierto grado de éxito. A ello contribuye, por supuesto, que, en comparación con los movimientos progresistas, los activistas de extrema derecha tienen menos escrúpulos a la hora de utilizar un tono más ofensivo, irreverente y populista que funciona bien en las redes sociales en términos de viralidad y optimización algorítmica. La extrema derecha también es menos reacia a utilizar plataformas comerciales y lucrativas, y ha encontrado formas de monetizar sus contenidos intercalando estrategias comerciales con técnicas de propaganda política.

Los activistas de extrema derecha han construido así un ecosistema de plataformas Alt-Tech que ha superado a los medios alternativos progresistas en términos de crowdsourcing y éxito en la recaudación de fondos para start-ups tecnológicas. Por supuesto, el reciente éxito de la extrema derecha ha sido el resultado no solo de hábiles estrategias en las redes sociales, sino también de un contexto político más amplio que favorece sus objetivos. Tras la represión –y, en algunos sectores, el fracaso percibido– de los movimientos progresistas de 2011, parte de la misma ira contra el establishment ha sido aprovechada por actores reaccionarios y conservadores. Los activistas de extrema derecha han aprovechado así al máximo las oportunidades que les brinda estar en línea con corrientes políticas más amplias y, en particular, con el auge de la política del miedo que acompaña a la incertidumbre y al aumento de la desigualdad. Sin embargo, la tormenta perfecta de crisis económica, social y climática a la que nos enfrentamos actualmente también está abriendo la puerta a un cambio radical en el lado progresista del espectro político. En este contexto, es fundamental desarrollar una mayor conectividad entre grupos, temas y medios digitales.

Aparte de los hipervínculos y la interconectividad, la coherencia y la continuidad también ayudarán a los grupos progresistas, y al movimiento ecologista en particular, a aprovechar el poder digital. Los vínculos duraderos de colaboración pueden aliviar los inmensos esfuerzos del trabajo voluntario para establecer y gestionar plataformas alternativas mediante el desarrollo de rutinas y un depósito de conocimientos y experiencia. Ese trabajo también es necesario para atacar a las redes sociales comerciales, que a menudo se basan en la meticulosa recopilación de información sobre la lógica lucrativa de las grandes tecnológicas. La colaboración sostenida a lo largo del tiempo hace posible este trabajo voluntario, ya que permite la transferencia de conocimientos entre diferentes grupos y generaciones de activistas, recopilando información de experiencias pasadas, de lo que funciona y lo que no, y garantizando que estas lecciones se transmitan y se combinen con nuevas ideas para las nuevas generaciones de activismo.

Como demuestra el ejemplo de la extrema derecha, la selección de contenidos digitales es otro aspecto crucial de la interconectividad y la colaboración. La curación se refiere al proceso de encontrar, seleccionar, organizar e interrelacionar mensajes adecuados. De este modo, ayuda a crear una red colaborativa de actores y comunicaciones interconectados que proporciona un mensaje rico y coherente y ofrece a los usuarios diferentes puntos de entrada al espacio de mensajes de los movimientos progresistas. En el fondo, la curación tiene que ver con el cultivo de la comunidad, la conectividad y la participación, una lógica que va en contra de los modelos de negocio de las redes sociales, que fomentan el individualismo y la personalización de la acción política.

Obviamente, estas estrategias de colaboración suelen tropezar con numerosos obstáculos. Las diferencias doctrinales e ideológicas, por ínfimas que parezcan a los de fuera, pueden dividir a los movimientos progresistas y aumentar el faccionalismo. Una mayor colaboración puede plantear riesgos para la legitimidad, ya que los grupos pueden temer alinearse más estrechamente con, por ejemplo, un actor más radical, ya que pueden verse manchados por asociación. O la razón puede ser más interesada, ya que los grupos pueden querer conservar audiencias en sus propias propiedades de medios sociales en lugar de compartirlas con actores afines. La falta de financiación y recursos para la política progresista puede llevar a competir por las audiencias y a una falta de conectividad entre los grupos activistas en línea.

Así pues, para que la colaboración funcione, los activistas deben comprometerse a trabajar juntos para ofrecer alternativas. De cara al futuro, esta creencia en el valor de construir redes de redes más amplias es lo que puede ayudar a los activistas a aprovechar el poder de los medios digitales, resistir a las grandes tecnológicas y cambiar el mundo.

 

Anastasia Kavada es profesora de Medios y Política en la Escuela de Medios y Comunicación de la Universidad de Westminster, donde dirige el Máster en Medios, Campañas y Cambio Social. Su investigación se centra en los vínculos entre medios digitales, movimientos sociales, democracia participativa y campañas para el cambio social.

Tina Askanius es profesora asociada de Medios y Comunicación en la Escuela de Artes y Comunicación de la Universidad de Malmö e investigadora afiliada al Institute for Future Studies de Estocolmo. Su investigación se centra en la interacción entre movimientos sociales, tecnologías mediáticas y procesos de mediación.

Anne Kaun es catedrática de Medios y Comunicación en la Universidad de Södertörn. En 2021 fue  Wallengerg Academy fellow y dirige varios proyectos que exploran el estado de bienestar digital y la toma de decisiones automatizada. En 2023 saldrá a la luz su libro Prison Media, que publicará MIT Press.

Alice Mattoni es profesora asociada en el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Bolonia. Investiga la relación entre los movimientos sociales y los medios de comunicación, digitales y de otro tipo. Es una de las tres cofundadoras y actual editora de la Routledge Series Media and Communication Activism.

Julie Uldam es profesora asociada en la Copenhagen Business School, donde dirige el proyecto Imagining Digital Power and the Power of Digital Imagination in Business and Society Encounters. Su investigación explora el papel de los medios digitales de activismo en los retos sociales, incluida la crisis climática y el debate democrático.

Traducción: FUHEM.

1 Shearer, Elisa (12 de enero de 2021). More than eight-in-ten Americans get news from digital devices. Pew Research Center.

2 Wright, Erik Olin (2019). How to be an anti-capitalist in the 21st century. Londres: Verso. Books

3 Ver Data Detox Kit (26 de enero de 2021). How many trees does it take to power the internet?

4 Bacchi, Umberto (23 de febrero de 2022). Explainer: Facebook and climate change: can falsehoods be reined in? Reuters.

5 Global Witness (28 de marzo de 2022). The climate divide: How Facebook’s algorithm amplifies climate disinformation.

6 Tactical Tech. Data Detox Kit. Data Detox Kit (26 de enero de 2021).

7 Milman, Oliver (2 de diciembre de 2022). #ClimateScam: denialism claims flooding Twitter have scientists worried. The Guardian.

8 Ver Our podcast: Digital News Report 2021. Episode 2: How and why do consumers access news on social media?

Ver: https://www.freepress.net/sites/default/files/2022-11/stop_toxic_twitter_coalition_open_letter_to_twitter_final.pdf

9 Avaaz (16 de enero de 2020a). Why is YouTube Broadcasting Climate Misinformation to Millions?

10 Avaaz (5 de febrero de 2020b). Social media: Detox the Algorithm.

11 Kavenna, Joanna (4 de octubre de 2019). Shoshana Zuboff: ‘Surveillance capitalism is an assault on human autonomy’. The Guardian.

12 Live 5 news (6 de agosto de 2009). Hackers attack Twitter, Facebook also slows down.

13 Noone, Greg (30 de septiembre de 2021). The return of the hacktivists. Techmonitor 30.

14 Ibid.

15 Hong, Nicole, Meier, Barry y Bergman, Ronen (9 de junio de 2020). Environmentalists Targeted Exxon Mobil. Then Hackers Targeted Them. The New York Times.

16 Ver https://riseup.net/

17 Rucht, Dieter (2004). The quadruple ‘A’: Media strategies of protest movements since the 1960s’. En WimVan De Donk, Brian D. Loader, Paul G. Nixon y Dieter Rucht (eds.), Cyberprotest: New media, citizens and social movements (pp. 25-48). Londres: Routledge.

18 Kolodny, Lora (15 de octubre de 2016). Multi-media journalists face jail time after reporting on North Dakota pipeline protest. Join Tech Crunch.

19 Ver  Robertson, Craig (15 de junio de 2022). How people access and think about climate change news. Reuters institute.

20 Las movilizaciones contra las arenas bituminosas fueron protestas contra la construcción de oleoductos que transportan arenas bituminosas en Canadá en 2014. Las arenas bituminosas son un tipo de petróleo de baja calidad cuya extracción y procesamiento suele ser más peligroso para el medio ambiente. En las movilizaciones contra las arenas bituminosas a los grupos ecologistas se unieron manifestantes de los Pueblos Originarios. Idle No More fue uno de los grupos clave en la organización de las protestas.

21 The Ferguson protests [las protestas Ferguson] constituyó un evento clave en el movimiento Black Lives Matter. Surgieron en Ferguson, Misouri tras el asesinato de Michael Brown a manos de la policía en agosto de 2014.

22 Standing Rock.

23 Robertson, Craig (15 de junio de 2022). How people access and think about climate change news. Reuters institute.

24 Martini, Michele (2018). Online distant witnessing and live-streaming activism: emerging differences in the activation of networked publics. New Media & Society, 20(11),  4035–4055.

25 Kavada, Anastasia y Specht, Doug (2022). Environmental movements and digital media. En María Grasso y Marco Guigni (eds.), Routledge Handbook of Environmental Movements. Nueva York: Routledge.

26 Telford, Taylor (30 de julio de 2021). These self-described trolls tackle climate disinformation on social media with wit and memes. The Whashington Post.

27 Just Stop Oil

28 Askanius, Tina (2012). Radical online video: YouTube, video activism and social movement media practices [Tesis doctoral]. Lund Studies in Media and Communication 17, Lund University.

29 Wright, 2019. Op. cit.

30 Uldam, Julie (2018). Social media visibility: challenges to activism. Media, Culture & Society, 40(1), 41–58.


El capitalismo digital es una mina, no una nube

El capitalismo digital es una mina, no una nube

Explorando el extractivismo en las raíces de la economía de los datos

Maximilian Jung

Las grandes empresas tecnológicas buscan, a través de abstracciones de la “nube”, ocultar el agotamiento de la naturaleza y la explotación y vigilancia de la mano de obra que se encuentran en el corazón de su proyecto de mercantilizar los datos.

El mayor centro de datos de la ciudad de Berlín (Alemania) se encuentra en un edificio anónimo y gris entre una oficina de pago de impuestos, dos negocios de venta de coches usados y un almacén de materiales en el barrio de Siemensstadt. Satisface su alta demanda energética a partir de la central térmica de carbón de Reuter West, que nutre de electricidad a más de un millón de hogares en Berlín, y que no está lejos del centro. Desde afuera, no se asemeja, ni mucho menos, a esa representación hipertecnológica de la nube como un espacio digital irreal y etéreo. Dentro del edificio, hay innumerables pilas de servidores, ronroneando y consumiendo grandes cantidades de agua y de electricidad de origen fósil para permitir la circulación de un flujo masivo de datos.

Parece improbable que este lugar, operado por la compañía japonesa de telecomunicaciones NTT, pudiera tener alguna conexión con la historia del barrio, que fue levantado por el gigante industrial Siemens para la producción y el alojamiento de sus trabajadores hace ya más de ciento veinte años. Y aun así, este edificio y la infraestructura que representa están detrás de las más ricas y poderosas compañías del mundo. Se trata de una manifestación de la explotación de las personas y del extractivismo que está devastando al planeta y que crecientemente intenta colonizar nuestras vidas y relaciones sociales en forma de datos.

A las grandes compañías tecnológicas, como Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft o Meta, al igual que sus equivalentes chinas como Alibaba, Tencent y Weibo, les gusta decir que los datos son las nuevas materias primas que están ahí para extraerse. Una reserva que espera a ser descubierta por actores capaces de hacerlo, que aprovecharán todo su potencial para el beneficio de la humanidad. El último giro lingüístico del director de finanzas de Google, por ejemplo, ha sido el de abandonar la metáfora de los datos como el nuevo petróleo y emplear, en su lugar, la de la radiación solar, implicando que los datos son un recurso “recargable, inagotable (especialmente en comparación con el petróleo finito) y sin dueño, que puede ser recogido de modo sostenible”.1

Esta narrativa naturaliza y oculta las omnipresentes infraestructuras que se construyen para generar los datos, y la aspiración empresarial de transformar potencialmente toda experiencia humana e interacción social en datos a ser extraídos. Esto no solo violaría nuestra privacidad, dejándonos sin medios para un consentimiento aceptado, sino que –como los datos son siempre relacionales– nos obligaría a relaciones en las que participaríamos en la opresión de unos por otros.2

Esta narrativa también esconde la existencia de los actores que se apropian, agregan y venden estos datos para obtener beneficio económico y, de este modo, las decisiones subyacentes sobre los datos que merece la pena recolectar, cómo se almacenan, etiquetan y analizan. Esto minimiza la violencia implícita en la extracción de los materiales usados para la transformación digital, así como la explotación que hace que funcione, en la propia minería metálica, el manufacturado de partes mediante la brutalización y desposesión de recursos vitales para las comunidades, el vertido de residuos tóxicos en vertederos, o la descarga del peor trabajo de moderación en trabajadores del click traumatizados. Y, en última instancia, despolitiza aquellas decisiones que dieron lugar a la economía digital y pretende robarnos los medios para imaginar futuros diferentes.

Llevado al mercado, pero no producido para la venta

Más que concebir los datos como un recurso, deberíamos entender este fenómeno como experiencias humanas y relaciones sociales que han sido convertidas en datos (datificadas) y, de este modo, transformadas en una mercancía que se puede vender. Esto no ocurre de modo natural, sino que requiere una gran cantidad de intervención política y de violencia, y tiene graves consecuencias tanto para los individuos como para las sociedades. Retomemos las reflexiones de Karl Polanyi para guiar nuestras ideas sobre el proceso de mercantilización y sus consecuencias. En su clásico La Gran Transformación,3 describe la violencia histórica necesaria para asegurar que la tierra, el trabajo y el dinero se transformen en mercancías, así como para la creación de la sociedad de mercado como un sistema económico separado y autorregulado, dirigido y controlado por mecanismo de mercado. Esta lógica económica, sin embargo, colonizaría y dominaría pronto la lógica social.

La diferencia fundamental entre las mercancías ordinarias (como el petróleo o el maíz) y la tierra, el trabajo o el dinero es que el trabajo y el dinero son lo que Polanyi denomina mercancías ficticias, dado que son esenciales para la vida humana. Tratarlas como si fuesen mercancías ordinarias socaba las bases mismas de la producción de mercancías y es la causa de tres crisis interrelacionadas: la desintegración de las comunidades y la creciente presión sobre el trabajo de cuidados, el agotamiento de la naturaleza, y la financiarización de la economía, con su recurrente destrucción de los medios de vida en todo el mundo.4

Este desarrollo no hubiera sido posible sin procesos coloniales de apropiación, posesión, esclavización y extracción. Tales procesos fueron la base de la mercantilización del trabajo, la tierra y el dinero en Europa, y de la creación de la sociedad de mercado y su subsiguiente expansión.5 La expropiación violenta de la tierra en América fue la precursora de la privatización de los comunes. Sin la esclavitud, la racialización y la mercantilización de millones de personas negras, la mercantilización del trabajo es impensable.6 El trabajo esclavo en las plantaciones, el saqueo y las emergentes instituciones financieras íntimamente asociadas a la esclavitud fueron clave a la hora de proporcionar el capital para la industrialización y los procesos que Polanyi describe.7, 8

¿Cómo se mercantilizó el trabajo en Europa? Tomemos la descripción del trabajo de Polanyi. En esta argumenta que el trabajo es esencialmente otro nombre para una actividad que no se puede separar de la vida humana misma. Para mercantilizarlo, hubo que privatizar las tierras comunes, desposeer violentamente a la población campesina, abolir las formas incipientes y locales de generación de bienestar, y obligar a hombres, mujeres y niños a una migración para trabajar en las fábricas de los emergentes centros urbanos. Solo cuando sus medios de subsistencia fueron robados, solo cuando fueron forzados violentamente a hacerlo, solo entonces las personas vendieron su trabajo en un mercado nacional de cambio institucionalizado por un salario escaso. El trabajo había sido finalmente mercantilizado.

La innovación tecnológica, pagada con el capital que venía de las colonias, necesitó esta forma de organización del trabajo para funcionar. El trabajo de cuidados en este sistema –limpieza, alimentación y cuidado de los mayores y de los niños– se convierte en una actividad apropiada por el capital, transformándose en la acción de reproducir la fuerza de trabajo más que en la de sostener y nutrir la vida humana.9

Desde entonces, la lógica del mercado se ha expandido tanto en el mismo territorio como en todas las áreas de la sociedad. Tal y como Polanyi escribía: “Una economía de mercado puede existir solo en una sociedad de mercado”.10 Aunque nuestra comunicación con los amigos y la familia, compartiendo nuestros pensamientos y experiencias íntimas, nuestras funciones corporales, o lo que hacemos en nuestro día a día no se conciban como una fuente de datos, bajo el capitalismo digital se han convertido en una mercancía, transformada a través de los procesos de extracción, abstracción y agregación. Estos datos se pueden vender y acaban volviendo a nosotros en forma de anuncios personalizados.

Las tres crisis interrelacionadas de trabajo, tierra y dinero se unen en ese proceso de mercantilización de los datos que habitualmente entendemos como digitalización. Más que suponer un alivio, la digitalización profundiza el agotamiento de la naturaleza a través de la extracción de materiales. Se construye con trabajo explotado a la vez que aumenta la vigilancia sobre los trabajadores y eleva su precariedad. Y esto hace posible la financiarización de la economía, lo cual, a la vez, la financia.

La gran transformación, la sociedad de mercado en el siglo XXI, está encaminada a capturar la vida humana misma y a mercantilizarla hasta el final. Este ensayo trata acerca de la historia de esa mercantilización, su relación con la crisis ecológica y las formas de salir de este proceso.

 

La generación de los datos y su mercantilización

La digitalización tiene una historia más larga de lo que habitualmente se conoce. Los primeros ordenadores –operados por mujeres– se usaron para gestionar el enorme volumen de datos que venían de los censos a principios del siglo XX. Los gobiernos querían conocer a sus ciudadanos y el entorno para gobernarlos. Los ciudadanos, cuyos datos habían sido recogidos, fueron convertidos por los burócratas en el término abstracto población, con atributos particulares que debían ser gestionados y administrados. Igualmente, los militares –ahora muy decisivos a la hora de configurar las tecnologías esenciales para capturar los datos– querían predecir el tiempo para la guerra o para el incremento de los resultados de un sector agrícola en proceso de industrialización.11

Para comprender la mercantilización de los datos es crucial entender la historia de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Internet, y muchas otras tecnologías, desde los microprocesadores hasta los sistemas de geoposicionamiento global (GPS) o las pantallas táctiles que hacen inteligentes a nuestros teléfonos, proceden de inversiones estatales e investigación del complejo militar-industrial de EEUU (y en menor extensión del de Reino Unido.12 El predecesor de internet, ARPANET, fue diseñado para cimentar la hegemonía estadounidense y anticipar las convulsiones sociales, externas e internas, que planteaba la feroz oposición del movimiento antiguerra.

Los esfuerzos por crear redes similares en la antigua Unión Soviética o en Chile muestran que había alternativas a este desarrollo, pero que esas redes fueron diseñadas y usadas para la planificación democrática o centralizada.13,14,15.Con el comienzo de las políticas neoliberales de los años ochenta y noventa, esta tecnología se comercializó a la vez que se construían muchas dotaciones e infraestructuras públicas, con el apogeo de este proceso durante la administración Clinton y la privatización y comercialización de internet. El mantra de la autorregulación significaba que las compañías podían dar forma a las políticas iniciales de internet a su gusto. Mientras continuaba la vigilancia estatal, las compañías tendrían libertad para dar forma a internet durante las próximas décadas.

Esta aproximación desregulatoria prevaleció hasta la primera década de los 2000, momento en el que los políticos en Norteamérica y, especialmente Europa, frente a las poderosas compañías tecnológicas y las amenaza a sus democracias, decidieron intervenir para frenar sus principales excesos.

Desde los años setenta, la industria financiera se desarrolló paralelamente a la industria de la información y la comunicación. La digitalización hace posible la financiarización, proporcionándole un amplio abanico de aplicaciones a cambio de capital riesgo.16 Durante los años noventa, por ejemplo, un volumen sin precedentes de capital fue bombeado a las compañías de internet que prometían grandes oportunidades de negocio. La crisis de las puntocom a principios de los años dos mil frustró esos sueños, pero aquellos otros basados en el desarrollo de la publicidad se mantuvieron. Su modelo se basaba en la recolección de datos orientados a hacer anuncios destinados a los usuarios más relevantes, de tal modo que estos gastarían más.

De esta forma, la recolección de datos estuvo presente en el corazón de internet desde el inicio. Además de la vigilancia del Estado, nació la vigilancia privada –destinada al beneficio–, permitiendo la generación y almacenaje digital de la actividad del usuario en forma de datos.17 Mientras que el público es muy crítico con la vigilancia del Estado (de manera acertada), la vigilancia privada destinada al beneficio se escapa con frecuencia de dicho escrutinio, a pesar de la actual cooperación entre las grandes empresas tecnológicas y el complejo militar-industrial.18 La participación activa del usuario en su propia vigilancia se busca mediante todo tipo de medios posibles, incluyendo estrategias como convertirla en juegos o la de generar adicción. Tal y como señalaba Blayne Haggart, investigador en política digital de la Universidad de Brock en Canadá: “Hemos construido una economía y una sociedad dirigida por datos en la cual la lista de lo que puede transformarse en datos y ser mercantilizado –pulsaciones, conversaciones, nuestras preferencias expresadas– está únicamente limitada por nuestra imaginación”.19

Palimpsestos de infraestructura

En la percepción popular, las innovaciones tecnológicas y los avances en informática son una historia de desmaterialización creciente –una historia que permite la creencia en la digitalización como la salvación ecológica. Tecnologías como la nube hacen de su ubicuidad o su desconexión del medio ambiente físico una seña de identidad. La invisibilidad es una característica central de sistemas de infraestructuras a gran escala –se supone que no se ven. Descubrir estas historias nos ayudará a entender mejor cómo es posible la mercantilización de los datos, el coste ecológico de los mismos, y cómo estos se relacionan con el extractivismo y las relaciones coloniales.

Volviendo al período en el cual el telégrafo comenzó a unir a las metrópolis y sus colonias, particularmente a través de cables submarinos, se visibilizaba la naturaleza material de las redes de comunicación. Aunque persiste la desigualdad inherente a estas infraestructuras globales, el cambio experimentado en los actores involucrados en la financiación de los cables que yacen sobre el fondo oceánico muestra también las discontinuidades de aquellos que ostentan el poder sobre las comunicaciones globales y su infraestructura. Hace 120 años, estos cables eran financiados por imperios, que pensaban que esto les llevaría a una tutela más eficiente y a un sistema de dirección más inmediato en su tarea colonizadora, y se usaban recursos coloniales para construirlos.

Una ventaja importante de las compañías de cables británicas para controlar el mercado durante el siglo XIX fue su capacidad de aislar cables submarinos a través de la goma de gutapercha –látex natural–, similar al caucho, que procedía de las colonias de la península malaya. Los malayos compartieron con los oficiales coloniales británicos los conocimientos indígenas sobre su medio ambiente y esta particular savia del árbol y sus propiedades, y todo ello se transformó en algo imprescindible para el inicio de la historia de internet. Su extracción pronto se convirtió en un desastre ecológico. El primer cable transatlántico, colocado en 1857 entre el oeste de Irlanda y la zona de Terranova y Labrador, en Canadá, se aisló con 250 toneladas de goma de gutapercha, y sabemos que un árbol talado podía producir una media de 312 gramos de este material. Cuando los británicos impusieron la prohibición de tala en 1883, este árbol ya se había extinguido de muchas regiones de la actual Malasia. A principios del siglo XX, cerca de 200 mil millas náuticas (370.000 km) de cables cruzaban los fondos marinos, aislados mediante una cantidad de goma equivalente a unos 88 millones de árboles.20

Hoy día, los antiguos países y personas colonizadas se tratan en primer lugar y principalmente como recursos que pueden ser aprovechados en lugar de considerarlos por sí mismos. Muchos cables de fibra óptica submarina todavía siguen las rutas establecidas durante la época colonial. Los grandes gigantes tecnológicos globales financian, construyen y controlan cada vez más nuevos cables. En 2012, Amazon, Google, Meta y Microsoft solamente eran dueños de un cable submarino de larga distancia. Para 2024 serán más de 30. Este número incluye proyectos como el cable Equiano de Google que conectará toda la costa de África Occidental, o el cable 2Africa de Meta que rodeará todo el continente y se ramificará hacia los estados del Golfo Pérsico, Paquistán y la India, dando servicio a 3.000 millones de personas con una capacidad todavía sin parangón. La construcción de sus propios cables da a las grandes compañías tecnológicas un control técnico y operativo sin precedentes –qué tráfico de datos va a dónde y a qué velocidad– y un acceso privilegiado a los datos y la posibilidad de dar servicio a 1.400 millones de potenciales usuarios de internet.21

Meta y Google se pueden permitir las grandes inversiones de capital necesarias para desplegar estos cables incluso sin tener que vender el ancho de banda, dado que los retornos de beneficio potenciales de un nuevo usuario son considerados como una amortización suficiente a su inversión. Nanjira Sambuli, un abogado de derechos digitales con sede en Nairobi, remarca:

Lo que es más interesante en la tecnopolítica es la carrera para conectar a los desconectados y retenerlos en una cierta plataforma […] puesto que todo tiene que ver con los datos. Cuántos datos puede obtener de una persona, de tal modo que pueda vender anuncios, para crear predicciones que los tengan enganchados a lo que ofrezco.22

 

Extractivismo (de datos)

La naturaleza colonial de la economía digital se visibiliza mejor en los viejos y en los nuevos campos del extractivismo a lo largo y ancho del globo. El extractivismo se presenta en diversas formas: la fabricación de un creciente volumen de aparatos electrónicos y digitales se basa no solo en la explotación de tierras raras, otros metales y trabajo humano, sino también en la logística de su transporte impulsada por combustibles fósiles. Es más, su producción y desecho genera residuos, contaminación y toxicidad.

La minería a menudo es el sector más letal para las personas y para los defensores de los derechos de la naturaleza, con frecuencia pertenecientes a comunidades indígenas. Los informes de la asociación Global Witness señalan que 1.733 defensores de los derechos ambientales han sido asesinados en los últimos diez años, con muchos más que nunca fueron contabilizados, tratando de defender sus tierras de la explotación.23 Tanto la transición verde como la digital están incrementando la naturaleza extractiva de la economía.

 

El metal del diablo

Gran parte de la atención pública acerca de los metales necesarios para la economía digital se ha preocupado por la minería del litio en Bolivia, el trabajo esclavo e infantil en la minería artesanal del cobalto en la República Democrática del Congo, o los conflictos geopolíticos alrededor de las tierras raras. El estaño se asocia habitualmente a las latas más que a los ordenadores, pero la mitad de la oferta mundial de esta sustancia la utiliza la industria electrónica; y el 30 % es extraído en las islas del estaño de Bangka y Belitung en la costa de Sumatra, donde la minería ilegal convierte ricos ecosistemas de bosque tropical húmedo en vertederos tóxicos. Desde que los holandeses colonizaron las islas en la década de los setenta del siglo XIX, la administración colonial ha tratado de intensificar e industrializar las prácticas mineras preexistentes.24 La minería actual de baja tecnología, muy intensiva en trabajo y peligrosa, ha destruido los ecosistemas costeros, que son la fuente de sustento de los pescadores locales, ha creado piscinas de agua estancada que son el nido de los vectores del dengue y la malaria, y se han convertido en una fuente de muerte para los mineros.25

Pequeños chips, grandes tóxicos

Incluso tras la extracción del recurso, la producción con alta tecnología contamina y envenena a los trabajadores y sus comunidades. La producción de microchips, por ejemplo, que ha sido externalizada desde California o Nueva York a lugares más económicos y con una regulación más laxa y globalizada como Silicon Island (Taiwan) o Silicon Paddy (China), implica un empleo intensivo de insumos químicos para extraer las menas. En 2002, para ensamblar un microchip se empleaba 630 veces más masa que la que tenía el peso final del producto en forma de insumos, en un proceso que suponía hasta 300 pasos de procesado. Esto requiere grandes cantidades de electricidad, agua y productos químicos. La compañía Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), por ejemplo, consume un 7,2 % de la electricidad de la isla de Taiwan, y en medio de las sequías causadas por la crisis climática, las instalaciones de TSMC consumen cerca de 63.000 millones de litros de agua cada año.26

En la ciudad de Endicott, en el estado de Nueva York, miles de litros de disolventes cancerígenos como el tricloroetileno (TCE) y el percloretileno (PERC) acaban vertidos en el suelo, envenenando las aguas subterráneas y generando un incremento en las tasas de cáncer y enfermedades congénitas. Durante toda una serie de procedimientos legales emprendidos por unos 1.000 habitantes de Endicot, IBM tuvo que desclasificar el contenido de un archivo de mortalidad corporativa, en el cual había hecho el seguimiento de los datos demográficos y la causa de muerte de 33.730 antiguos empleados. Los datos mostraban el incremento de las tasas de cáncer de pecho, intestinal y respiratorio al menos desde 1969. IBM trató de extraer las aguas contaminadas, pero a la compañía le llevó 24 años y una orden del Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York controlar la calidad del aire e instalar sistemas de mitigación en las casas y los edificios públicos. La contaminación en Endicott no es un caso aislado.27 El valle de Santa Clara, en California, con frecuencia conocido como Silicon Valley, tiene 23 lugares catalogados como sitios contaminados –con sustancias peligrosas–, más que ningún otro condado de EE.UU. Y, dada la situación, no está claro que una limpieza eficaz de los suelos vaya a producirse alguna vez. Muchos más lugares afrontan problemas parecidos a lo largo y ancho de todo el mundo.

 

Enfriamiento de los servidores, calentamiento del agua y clima

El acceso al agua juega un papel decisivo no solo en la producción de semiconductores, sino también en la localización geográfica de las grandes granjas de servidores, insaciables en su hambre de poder y agua para asegurar su funcionamiento y constante refrigeración. Las empresas frecuentemente se aseguran de llegar a buenos tratos con las administraciones municipales o estatales para satisfacer su sed de agua durante décadas. Los efectos de esto se hacen visibles cada vez con más frecuencia bajo situaciones de estrés hídrico inducidas por la sequía. Por ejemplo, el Centro de Datos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Utah (uno de los estados más secos de EE.UU.), en el momento de su construcción el tercer mayor sistema de servidores del mundo, usa cerca de 6,5 millones de litros de agua al día, que se sustraen al uso de las comunidades y los hábitats locales. Inicialmente, la NSA incluso se negó a desclasificar este dato, aludiendo a “cuestiones de seguridad nacional”. Las protestas por esta situación no han tenido mucho éxito ya que la ciudad de Bluffdale ha garantizado a la NSA agua a precios bajos durante los próximos años.28

La efímera nube se localiza frecuentemente en áreas rurales como Utah o las colinas de Guizhou, y países fríos como Finlandia, Islandia, Irlanda o Suecia. La imaginación imperial y los anuncios empresariales presentan estas localizaciones como remotas o naturales, lo que oculta su impacto ambiental a la vez que la intervención política que facilita su construcción. Como de costumbre, la imagen abstracta y desmaterializada de la nube oculta lo contrario.

 

The Basel, Rotterdam and Stockholm Conventions/Flickr/(CC BY-NC-SA 2.0)  Residuos electrónicos en Ghana

Tierra desechable, personas desechables

Últimamente, los aparatos electrónicos y digitales, especialmente por su baja vida útil, acaban en vertederos. Cada año, el mundo desecha casi 50 millones de toneladas de residuos electrónicos. La gran mayoría de los que proceden del Norte Global acaban siendo exportados al resto del mundo, desde Norteamérica y Europa a Nigeria o Ghana, desde Japón y China, hasta Singapur o la India. La mayor parte de los residuos acaban en vertederos, donde los metales pesados, como el plomo, el mercurio, el cadmio y otras sustancias tóxicas se infiltran en el suelo y contaminan el agua subterránea y la cadena alimentaria. En estos lugares el reciclaje y la recogida tienen lugar en condiciones precarias a través de métodos perjudiciales y fuertemente tóxicos, incluidos el desmenuzado, la quema al aire libre y el baño electrónico en ácidos para la recolección de pequeños fragmentos de materiales preciosos que puedan ser vendidos. La exposición a humo tóxico es peligrosa para los trabajadores, con frecuencia niños, e inhibe el desarrollo del cerebro, el sistema nervioso y el sistema reproductivo. Muchas personas no alcanzan los treinta años y son víctimas de heridas no tratadas, enfermedades respiratorias o cáncer.29

Zygmunt Bauman dice que esta forma de colonialismo tóxico se caracteriza por la existencia de tierra y personas desechables.30 Además, se extiende al mundo virtual. Los trabajadores del sector digital en las Islas Filipinas o la India tienen que afrontar contenido pornográfico, extremadamente violento o abusivo en su trabajo para los gigantes de las redes sociales. La visión una y otra vez de videos de suicidas, decapitaciones, masacres o abusos sexuales a niños causan un trauma severo y otros daños mentales, hasta el punto de que los mismos trabajadores tratan de suicidarse. A diferencia de los moderadores que se encuentran en los EE.UU., los trabajadores de la mayoría del mundo no disponen de una asistencia psicológica adecuada ni son compensados cuando llegan a obtener sentencias legales favorables en los EE.UU. La regulación legal exime con frecuencia a las grandes firmas tecnológicas de gran parte de sus responsabilidades respecto a sus empleados, dejando a esa otra reserva global de trabajadores en esos países y dejándoles claro que son intercambiables y desechables.31,32

La extracción de datos

Solo cuando observamos el capitalismo (digital) a través de las lentes coloniales somos capaces de entender esos procesos de extracción y desposesión, así como la frontera contemporánea de la expansión capitalista. En el impulso por abrir nuevos mercados, generar nuevo crecimiento y aprovechar cada vez más lo que está afuera, el capitalismo se ha dirigido hacia el interior. Las compañías digitales que maximizan sus beneficios han penetrado en cada vez más capas de la vida humana englobando y colonizando tiempo y espacio privado previamente no mercantilizado.33

Volviendo a Polanyi, esta transformación tiene toda su lógica. Si mientras que, con la mercantilización de la tierra, el trabajo y el dinero, la economía de mercado naciente podría existir solo en una sociedad de mercado, la mercantilización de los datos también requiere su propia transformación social violenta y disruptiva hacia una sociedad datificada. Esta transformación se expresa mediante las distintas formas que se han discutido aquí.

Más relevante aún, las relaciones sociales ya no están solamente incorporadas a un sistema económico, sino que “se transforman en sistema económico, […] la vida humana se convierte en la materia prima para el capital a través de los datos”.34 La experiencia humana y las relaciones sociales se reducen a un insumo productivo y se transforman de modo que generan más datos, que pueden ser extraídos, abstraídos, agregados y vendidos.

Este es el fin último de las grandes tecnológicas: convertir todo en datos que finalmente generen un beneficio. Incluso si la violencia de la recolección misma de los datos no es tan evidente y grosera como lo fue durante el colonialismo histórico, la masa de datos capturados y mercantilizados, particularmente a través de su procesado automático y los algoritmos, tiene profundos efectos sobre las actuales formas de opresión racial, de género y de clase. Todo se justifica bajo la ideología de conocer el mundo a través de la objetividad de los datos.

 

El doble movimiento: gobernanza de datos emancipatorios y desmercantilización

Ninguna transformación a gran escala ni nuevo orden social o económico emergente ha estado libre de formas de contestación. Polanyi describe esto como un doble movimiento: las sociedades no esperaron sentadas a la mercantilización del trabajo, la tierra y el dinero. Las personas colonizadas resistieron contra la violencia colonial. La mercantilización del trabajo, la tierra y el dinero dio lugar a una reacción de creación de instituciones y reglas que protegían a la sociedad de los efectos de una mercantilización desenfrenada. Gran parte de esta regulación, como es el caso de la protección de los trabajadores o los estados de bienestar, están volviendo a ser atacadas por la mercantilización de la información y la transformación de la sociedad a través del colonialismo de los datos.35 Igualmente, las comunidades que se encuentran en la línea de este frente, en la actualidad resisten diariamente a las empresas que tratan de destruir su medio ambiente y transformarlo en zonas sacrificables. Los políticos y activistas por los derechos digitales de todo el mundo luchan continuamente contra el poder de las grandes empresas tecnológicas. Que el futuro digital sea social, ecológico y justo significa afrontar la mercantilización de los datos, y también las crisis derivadas de la mercantilización del trabajo, la tierra y el dinero.

¿Cómo podemos encontrar formas de dirigir los datos y su infraestructura material de un modo más democrático? Una respuesta legal muy popular es el reforzamiento del derecho a la privacidad como, por ejemplo, en la Unión Europea con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), o la prohibición de la recolección de datos y publicidad dirigida, con la Ley de Servicios y Mercados Digitales.

Sin embargo, concebir la mercantilización de los datos simplemente como un problema que afecta a los individuos frente a las empresas no es verdaderamente emancipatorio. Salomé Viljoen, profesora de la Facultad de Derecho de Michigan, propone reconceptualizar la gobernanza de los datos de un modo más democrático, de tal forma que se considere el conocimiento generado a nivel de población, porque, incluso si hubiera formas de retirar el consentimiento individual a la extracción de los datos por parte de empresas o estados, el conocimiento sobre aquel individuo podría seguir siendo inferido de los datos agregados recolectados a partir de personas categorizadas dentro del mismo grupo demográfico.

Ser conscientes de estas relaciones entre datos y entender la gobernanza de los datos de este modo abre la puerta a concebir los datos como un bien común o de utilidad pública. Los datos tendrían que ser recopilados y usados solo por instancias que tengan una legitimidad democrática previa y cuando beneficien a los ciudadanos. Esto permitiría construir un contrapoder y reducir drásticamente la extracción de datos.36 Esto permitiría un modelo de propiedad de los datos a través de fideicomisos públicos o propiedad común, formas que están emergiendo de abajo hacia arriba.37 Los datos existentes y los datos que están siendo recolectados por parte de las empresas privadas deberían ser transferidos al dominio y las instituciones públicas, igual que cuando finalizan los derechos de propiedad intelectual antes de que se extingan completamente.38 Un fideicomiso como este actuando en nombre de las personas dueñas de los datos, si existe una cierta pluralidad, aseguraría el empoderamiento social frente a las poderosas empresas bajo el sistema actual.

Las aproximaciones al tratamiento de los datos como un bien común –que implica una contribución, acceso, uso y empoderamiento del ciudadano– se están implementando de modo exitoso en Barcelona (España), donde los funcionarios públicos subrayan la necesidad de transparencia, medición y confianza, y podría ser escalado (hacia arriba) a nivel nacional a través de la propiedad común, instituciones públicas sujetas a vigilancia científica y fiscalización democrática que actúen independientemente de las instituciones judiciales o militares.39,40,41 Este empuje hacia regulaciones diferentes y creación de estructuras comunitarias para la participación en la gobernanza de los datos puede complementarse con “experiencias utópicas actuales” (“nowtopias”), espacios donde el futuro deseable esté siendo ya implementado, tales como proyectos subversivos de “comunes digitales” o a través de “una política contenciosa de activismo digital”.42

El problema con la economía digital no reside exclusivamente en la capacidad de ciertas empresas poderosas de extraer información para su beneficio, sino más bien en la lógica colonial y extractiva sobre la cual descansa el capitalismo. Así pues, la respuesta de cualquier movimiento radical y transformador tiene que ser más amplia, más exhaustiva, y desafiar las relaciones de poder inherentes a la economía digital y al capitalismo en general, a la vez que representa también la pluralidad y la heterogeneidad de toda la realidad.

Esto requerirá luchas en áreas muy distintas. Los trabajadores de todo el mundo ya han expresado esta resistencia a través de huelgas, buscando y construyendo la solidaridad y el poder de la clase trabajadora a través de los sindicatos, pero también mediante un amplio abanico de estrategias.43,44 Desde esos movimientos de oposición emergen nuevos modelos de propiedad en la economía digital, tales como el de las plataformas cooperativas. Más que dar apoyo a estas florecientes cooperativas locales a pequeña escala, los legisladores deberían tratar de socializar las plataformas existentes.45 Esto último también incluye a (la infraestructura de) internet, que tiene que ser orientada a servir como bien público y para el bien público en lugar de tener una columna vertebral financiada con publicidad.

Aunque estas propuestas no supondrían un fin inmediato del fenómeno de la mercantilización de la información, nos situarían en el camino hacia su desmercantilización. Esta desmercantilización tiene que realizarse junto con la reducción del consumo material de la economía (digital), una reorientación hacia la suficiencia en lugar de hacia la eficiencia. Las propuestas decrecentistas identifican acertadamente la imposibilidad de desacoplar la intensidad de recursos (y emisiones) del crecimiento de la economía y la necesidad de asegurar un bienestar global.46 Es necesario establecer objetivos vinculantes para reducir la extracción de recursos. Las comunidades indígenas y locales deberían tener una verdadera capacidad de participación en las consultas sobre los proyectos extractivos que les afectan.

Los partidarios de la desmercantilización de la información deberían buscar alianzas entre ellos y aprender de los grupos de justicia climática y ambiental que se encuentran a la cabeza de las luchas locales contra los proyectos extractivistas y por un modelo posextractivista que afronte la lógica colonial que requiere la economía digital y que está devorando el medio ambiente a lo largo y ancho del planeta, con el objetivo de llegar a un futuro solidario en el que sea posible la sostenibilidad de los ecosistemas globales.

 

Maximilian Jung se graduó recientemente en el Programa de Estudios Globales de las Universidades de Leipzig y Gante. Su interés se centra en investigar las historias medioambientales, decoloniales y globales de la economía digital. También es activista por la justicia climática en Degrowth Belgium.

Traducción: Pedro L. Lomas (FUHEM).

NOTAS:

1 Couldry, Nick y Mejias, Ulises (2019a). Making data colonialism liveable: How might data’s social order be regulated? Internet Policy Review, 8(2).

2 Viljoen, Salomé (2021). A relational theory of data governance. The Yale Law Journal, 131(2), 370–781.

3 Polanyi, Karl (1957 [1944]). The Great Transformation: The political and economic origins of our time. Boston: Beacon Press. Existe versión en español: Polanyi, Karl (1989). La Gran Transformación. Madrid: La Piqueta.

4 Fraser, Nancy (2014). Can society be commodities all the way down? Post-Polanyian reflections on capitalist crisis. Economy and Society, 43(3), 541–558.

5 Bhambra, Gurminder K. (2021). Colonial global economy: Towards a theoretical reorientation of political economy. Review of International Political Economy, 28(2), 307–322.

6 Ashiagbor, Diamond (2021). Race and colonialism in the construction of labour markets and precarity. Industrial Law Journal, 50(4), 1–26.

7 Beckert, Sven y Rockman, Seth (eds.) (2016). Slavery’s Capitalism: A new history of American economic development. Filadelfia: University of Pennsylvania Press.

8 Berry, D. R. (2017). The Price for Their Pound of Flesh: The value of the enslaved, from womb to grave, in the building of a nation. Boston: Beacon Press.

9 Fraser, 2014. Op. cit.

10 Polanyi, 1957. Op. cit. p. 54.

11 Ensmenger, Nathan (2018). The environmental history of computing. Technology and Cutlure, 59(4), S7–S33.

12 Mazzucato, Mariana (2013). The Entrepreneurial State: Debunking public vs. private sector myths. Londres: Anthem Press.

13 Peters, Benjamin (2016). How Not to Network a Nation: The uneasy history of the Soviet internet. Cambridg: MIT Press.

14 Medina, Edén (2011). Cybernetic Revolutionaries: Technology and politics in Allende’s Chile. Cambridge, MA: MIT Press.

15 Levine, Yasha (2018). Surveillance Valley: The secret military history of the internet. Nueva York: Public Affairs.

16 Staab, Philipp (2019). Digitaler Kapitalismus. Berlín: Suhrkamp.

17 Crain, Matthew (2021). Profit over Privacy. How surveillance advertising conquered the internet. Minneapolis: University of Minnesota Press.

18 Levine, 2018. Op. cit.

19 Haggart, Blayne (2018). The government’s role in constructing the data-driven economy. Center for International Governance Innovation, s/p.

20 Tully, John (2009). A Victorian ecological disaster: Imperialism, the telegraph, and gutta-percha. Journal of World History, 20(4), 559–579.

21 Blum, Andrew y Baraka, Carey (10 de mayo de 2022). ‘Sea change’, Rest of World.

22 Al Jazeera [Al Jazeera English] (2019). Is Big Tech colonising the internet? | All Hail The Algorithm [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=_fC7acShZkg  

23 Global Witness (2022). A deadly decade for land and environmental activists—with a killing every two days.

24 Ross, Corey (2014). The tin frontier: Mining, empire, and environment in Southeast Asia, 1870s-1930s. Environmental History, 19, 454-479.

25 Friends of the Earth (26 de noviembre de 2012). Mining for smartphones: The true cost of tin;  Simpson, C. (24 de Agosto de 2012). The deadly tin inside your smartphone

26 Zhong, Raymond y Chang Chien, Amy (8 de abril de 2021). Drought in Taiwan pits chip makers against farmers. The New York Times.

27 Gaydos, Ellyn (7 de diciembre de 2019). In the shadow of big blue: The birthplace of IBM is struggling to live in its shadow. Logic, 9.

28 Hogan, Mél (2015). Data flows and water woes: The Utah data center. Big Data & Society, 2(2).

29 Adjei, Asare (19 de abril de 2014). Life in Sodom and Gomorrah: The world’s largest digital dump. The Guardian.

30 Bauman, Zygmunt (2004). Wasted Lives: Modernity and its outcasts. Cambridge: Polity.

31 Dwoskin, Elizabeth, Whlen, Jeanne y Cabato, Regine (25 de julio de 2019). Content moderators at YouTube, Facebook and Twitter see the worst of the web—and suffer silently. The Washington Post.

32 Elliott, Vittoria y Tekendra, Parmar (22 de julio de 2020). The despair and darkness of people will get to you. Rest of World.

33 Couldry, Nick y Mejias, Ulises (2019b). The Cost of Connection: How data is colonizing human life and appropriating it for capitalism. Stanford: Stanford University Press.

34 Polanyi, 1957. Op.cit. , p. 117.

35 Cohen, Julie E. (2019). Between Truth and Power: The legal constructions of informational capitalism. Oxford: Oxford University Press.

36 Viljoen, 2021. Op. cit.

37 Micheli, Marina et al. (2020). Emerging models of data governance in the age of datafication. Big Data & Society, 7(2). https://doi.org/10.1177/2053951720948087

38 Sadowski, Jathan, Viljoen, Salomé y Whittaker, Meredith (2021). Everyone should decide how their digital data are used—not just tech companies. Nature, 595, 169–171.

39 Bria, F. (2018). A new deal on data. En McDonnell, John (ed.), Economics for the many (pp. 164– 171). London: Verso.

40 Hind, Dan (20 de septiembre de 2019). The British digital cooperative: A new model public sector institution. Common Wealth

41 Delacroix, Silvie y Lawrence, Neil D. (2019). Bottom-up data trusts: Disturbing the ‘one size fits all’ approach to data governance. International Data Privacy Law, 9(4), 236–252.

42 Beraldo, Davide y Milan, Stefania (2019). From data politics to the contentious politics of data. Big Data & Society, 6(2).

43 Piasna, A. y Zwysten, W. (2022). New wine in old bottles; organizing and collective bargaining in the platform economy. International Journal of Labour Research, 11(1-2), 36-46.

44 Qadri, Rida y Raval, Noopur (2021). Mutual aid stations. Logic 13.

45 Kwet, Michael (2022). The digital tech deal: A socialist framework for the twenty-first century. Race and Class, 63(3), 63–84.

46 Hickel, Jason y Kallis, Giorgos (2019). Is green growth possible? New Political Economy, 25(4), 469–486.


Ver el mundo como una palestina

Ver el mundo como una palestina

Luchas interseccionales contra las grandes empresas tecnológicas y el apartheid de Israel

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En mayo de 2021, mientras las fuerzas israelíes lanzaban una intensa oleada de ataques aéreos sobre la asediada Franja de Gaza −con el resultado de 256 víctimas palestinas y decenas de miles de heridos−, Google y Amazon Web Services (AWS) firmaron el Proyecto Nimbus, un contrato de 1.200 millones de dólares para proporcionar servicios en la nube al gobierno y al ejército israelíes. Las dos corporaciones proporcionarían, de hecho, la columna vertebral tecnológica de la ocupación israelí de los territorios palestinos. Ya están en marcha tres centros de datos para este proyecto. Amazon Web Services también proporcionó la plataforma en la nube para el programa espía Pegasus hasta que saltó la noticia sobre el Proyecto Pegasus, y sigue haciéndolo para la aplicación Blue Wolf, que permite a los soldados israelíes capturar imágenes de palestinos en toda la Cisjordania ocupada y luego cotejarlas con bases de datos militares y de inteligencia.

Este contrato, de un alcance y unas repercusiones sin precedentes, es solo una manifestación de los profundos vínculos entre Israel y las grandes empresas tecnológicas. Hewlett-Packard Enterprise (HP), por ejemplo, tenía un contrato exclusivo de 2017 a 2020 para suministrar servidores para la base de datos de población de Israel, que también se utilizó para determinar diversas formas de exclusión de los ciudadanos palestinos de Israel y los residentes de la Jerusalén Este ocupada. Las grandes tecnológicas han contribuido a sostener una ocupación basada en el control militar y la vigilancia perpetua, que los palestinos llevan décadas denunciando como una forma de apartheid y de colonialismo de colonos. Amnistía Internacional y otras organizaciones internacionales, el Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) y un número creciente de gobiernos consideran que Israel está cometiendo el delito de apartheid.

La ubicuidad de la tecnología y el control digitales, junto con la monetización de los datos personales, han llevado a que los datos se conviertan en la nueva frontera del colonialismo. Comprender el papel de las grandes empresas tecnológicas en la consolidación de la violación de los derechos humanos de los palestinos por parte de Israel pone de relieve la urgente necesidad de hacer frente a este colonialismo global de los datos. Esto se debe tanto a que los métodos de represión probados contra los palestinos se están adoptando en todo el mundo como a que cuestionar a las grandes empresas tecnológicas, su connivencia con las agencias militares y de vigilancia y su robo de nuestros datos nos permite construir luchas interseccionales contra la matriz de opresión −militarización, capitalismo neoliberal y apartheid israelí− que las grandes empresas tecnológicas refuerzan y de la que se benefician.

Los profundos vínculos entre Israel y las grandes empresas tecnológicas han permitido la existencia de un flujo bidireccional de beneficios, delitos y complicidad. Esto permite a Israel desplegar tecnología de rápida innovación desarrollada por empresas transnacionales e integrarla en su vigilancia, control y represión de la población palestina. Al mismo tiempo, la tecnología israelí desarrollada para controlar al pueblo palestino se pone a disposición de las empresas tecnológicas israelíes e internacionales para que la amplíen y exporten a otros países con fines represivos. Consideremos algunas de estas estadísticas recopiladas por la campaña palestina Stop the Wall en su informe Digital Walls:

– Durante las últimas décadas, más de 300 empresas multinacionales tecnológicas líderes establecieron centros de I+D (investigación y desarrollo) en Israel, lo que representa alrededor del 50 % del gasto en I+D  de las empresas.

– Estas multinacionales han adquirido un total de 100 empresas israelíes. Algunas de ellas, como Intel, Microsoft, Broadcom, Cisco, IBM y EMC, han adquirido más de diez empresas locales durante el tiempo que llevan operando en Israel.

– Más de 30 “empresas unicornio” − emergentes valoradas en más de 1.000 millones de dólares− del ámbito tecnológico tienen su sede en Israel. Esto supone alrededor del 10 % de las “empresas unicornio” del mundo.

Esta relación simbiótica impulsa la inversión de las grandes empresas tecnológicas en Israel y refuerza el crecimiento de la vigilancia y la tecnología digital militarizada, de la que Israel ha sido pionero, aunque no sea el único Estado.

 

‘Big Tech’ y guerras imperiales globales

 El contexto específico de las grandes corporaciones tecnológicas y el apartheid de Israel forma parte de una estructura de poder global de dominación, racismo y estados coercitivos. La tecnología digital incluye sistemas de vigilancia utilizados por primera vez por los militares, como sostiene el informe Digital Walls:

Ambos procesos –la digitalización y la militarización– no son solo desarrollos parcialmente paralelos en el tiempo. Están profundamente entrelazados: los primeros ordenadores surgieron de la Segunda Guerra Mundial e Internet fue desarrollado en la Guerra Fría por el ejército estadounidense. No es de extrañar que la tecnología, la investigación y la industria militares estén obteniendo enormes beneficios a partir de la economía digital.

El Proyecto Maven del Pentágono ilustra cómo estos procesos y sus interrelaciones siguen creciendo a la par que las guerras globales e imperiales. Desde inicios de los años 2000, el ejército estadounidense ha utilizado aviones no tripulados para atacar objetivos en otros países, causando también víctimas civiles. El Proyecto Maven está orientado a fomentar los ataques con aviones no tripulados mediante el análisis de imágenes de vigilancia con el uso de Inteligencia Artificial (IA). Google fue contratado inicialmente para este proyecto, pero se retiró a raíz de las objeciones de sus propios empleados. El contrato pasó entonces a AWS y Microsoft, y desde entonces se ha transferido a la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de Estados Unidos (NGA).

El proyecto Big Tech Sells War, que ha seguido la senda de connivencia entre las empresas tecnológicas estadounidenses y la violencia antimusulmana y la islamofobia, señaló que «la Ley [Patriota] proporciona amplios poderes al Gobierno para vigilar a los estadounidenses e incluso detener indefinidamente a inmigrantes que no estén acusados de delitos. Su aprobación abrió las puertas para que las grandes empresas tecnológicas se convirtieran, ante todo, en intermediarias de nuestros datos personales, vendiéndolos a agencias gubernamentales y empresas privadas dentro y fuera del país  einiciando así una nueva era en la economía de datos». La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), cuyo programa de vigilancia masiva sacó a la luz el excontratista Edward Snowden, tuvo acceso a los servidores de Microsoft en septiembre de 2007; a los de Google en enero de 2009; a los de Facebook en junio de 2009; a los de YouTube en 2010; y a los de Apple en octubre de 2012, por mandato de las enmiendas a la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, que, desde entonces, ha sido reformada.

Décadas de normalización de las actividades de vigilancia masiva, la introducción de ataques remotos con drones por parte del ejército estadounidense, y la construcción de muros y otros mecanismos de control fronterizo para impedir la entrada de inmigrantes han dependido de una tecnología en constante avance para clasificar, vigilar y atacar a las personas. Esta dinámica ha ido paralela a la transformación de las grandes empresas tecnológicas en la industria multimillonaria que es hoy día. Una cronología de ambas trayectorias –la evolución de las tecnologías de represión y el crecimiento de las grandes empresas tecnológicas– puede encontrarse en la campaña Big Tech Sells War. En 2013, AWS consiguió su primer contrato en la nube en Estados Unidos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la NSA y otras agencias de inteligencia estadounidenses. En abril de 2022, la NSA volvió a adjudicar a AWS un contrato  de 10.000 millones de dólares para servicios de computación en la nube. Microsoft protestó contra la obtención de este contrato por parte de AWS, sucesor del contrato Joint Enterprise Defense Infrastructure (JEDI) IT, que Microsoft tenía en 2019. En marzo de 2021, Microsoft firmó para proporcionar gafas de realidad aumentada HoloLens al ejército estadounidense en un contrato por valor de unos 21.880 millones de dólares en 10 años.

Big Tech Sells War calcula que, en los últimos 20 años, los contratos de las grandes empresas tecnológicas con el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han ascendido aproximadamente a 44.000 millones de dólares. En el momento de escribir este artículo, Steve Pandelides, Director de Seguridad de AWS, había trabajado para el Buró Federal de Investigaciones (FBI) durante más de 20 años, entre otras cosas en el Centro Nacional de Lucha contra el Terrorismo y en la División de Tecnología Operativa. Jared Cohen trabajó en Google, donde fundó Jigsaw, encargada de desarrollar herramientas antiterroristas para plataformas de medios sociales, entre otras cosas. Anteriormente fue personal de planificación de políticas del Departamento de Estado de Estados Unidos y ahora trabaja en Goldman Sachs.

En muchos sentidos, las grandes empresas tecnológicas se basan en el modelo del complejo militar-industrial para crear un nuevo complejo tecnológico-militar. Pero a diferencia de la naturaleza descarada de la industria armamentística tradicional, en la que las armas están obviamente diseñadas para matar y reprimir, la ‘Big Tech’ es más insidiosa porque pretende ser democrática y accesible al mismo tiempo. La difusa distinción entre uso militar y civil contribuye a normalizar su ubicuidad y diluyenuestra respuesta a los urgentes desafíos que plantea.

 

La tecnología del apartheid israelí

Ver la situación desde la perspectiva de la ciudadanía palestina ayuda a despejar la niebla, dada la complicidad de las grandes tecnológicas con el sistema de apartheid de Israel. Desde antes de su establecimiento en 1948, mediante la limpieza étnica de cientos de miles de palestinos, Israel ha desplegado su aparato militar y de vigilancia para desposeerlos, fragmentarlos y restarles aún más poder. El Cuerpo de Inteligencia de las Fuerzas de Ocupación Israelíes, Unidad 8200, se fundó en 1952. Desde entonces, se encarga de recopilar información y descifrar códigos. El espionaje y la vigilancia masiva de los palestinos es la fuerza motriz de gran parte del rápido desarrollo de nuevas tecnologías por parte de Israel. He aquí cómo la Autoridad de Innovación de Israel habla de la ciberguerra:

La ciberguerra siempre ha estado a la vanguardia de la industria israelí de alta tecnología. […] La combinación ganadora de graduados de las unidades tecnológicas de las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] y un entorno de innovación apoyado por la Autoridad de Innovación permite que la tecnología israelí de vanguardia dé forma al futuro a partir de hoy (Israel Innovation, s/f).

Israel exporta este paradigma de seguridad –de miedos fabricados que justifican respuestas autoritarias por parte de los estados para garantizar su seguridad y supervivencia– junto con sus armas y tecnologías. En el caso del régimen de apartheid de Israel, esta necesidad de seguridad se extiende solo a la población judía, mientras que los palestinos viven en diversos grados de privación de derechos, despojados de seguridad por las políticas de Israel.

La Unidad 8200 puede intervenir cualquier conversación telefónica en los TPO. Hay cámaras de reconocimiento facial instaladas –una por cada 100 palestinos– en el Jerusalén Este ocupado. La información privada se utiliza para chantajear a los palestinos para que se conviertan en informantes (Mondoweiss, 2014). Las cámaras Hawk Eye, diseñadas para leer las matrículas, permiten a las fuerzas policiales israelíes obtener la información y la ubicación de los vehículos en tiempo real. Los puestos de control israelíes tienen instalada tecnología de reconocimiento facial, inicialmente proporcionada por HP. La aplicación Lobo azul, apodada el Facebook para palestinos secreto del ejército israelí, capta imágenes de palestinos de toda Cisjordania ocupada y las coteja con la base de datos gestionada por los servicios militares y de inteligencia israelíes. Los soldados israelíes son recompensados por capturar un gran número de fotografías de palestinos bajo ocupación (Abukhater, 2022).

Ni siquiera el Panóptico de Jeremy Bentham tenía estas implicaciones, ya que solo pretendía vigilar para controlar, mientras que Israel y su aparato tecnológico pretenden vigilar, coaccionar, chantajear y violar, todo ello en el marco de su régimen de apartheid.

Al igual que la industria armamentística, la esfera de la tecnología digital israelí se despliega dentro de un sistema de apartheid, por el que las herramientas y aplicaciones se prueban sobre el terreno en palestinos antes de exportarlas. Jalal Abukhater, en el artículo citado anteriormente, señala:

Para las empresas israelíes dedicadas al desarrollo de tecnologías de vigilancia y programas espía, los territorios ocupados no son más que un laboratorio donde probar sus productos antes de comercializarlos y exportarlos a todo el mundo con fines lucrativos. Para el Gobierno israelí, este régimen de vigilancia es tanto una herramienta de control como un negocio para hacer dinero.1

De hecho, como reveló el Proyecto Pegasus, el programa espía Pegasus del Grupo NSO israelí se ha utilizado en todo el mundo para espiar a periodistas y activistas, así como a dirigentes gubernamentales y de la oposición. En India, por ejemplo, la lista de objetivos del programa espía Pegasus incluye a cualquiera que plantee un desafío serio al Gobierno derechista de Modi. Es bien sabido que las armas y tecnologías militares israelíes se utilizan como medio de represión en todo el mundo. Sin embargo, sigue estando oculto el papel de las grandes empresas tecnológicas en la producción y exportación de tecnologías represivas por parte de Israel.

 

Las grandes empresas tecnológicas, beneficiarias del apartheid

Mientras que su régimen colonial de apartheid y de colonos es el laboratorio para la producción de armas y tecnología represivas, son las grandes empresas tecnológicas las que proporcionan la inversión necesaria y apoyan la proliferación de la industria israelí de las tecnologías de la información y ciberseguridad, de la que se beneficia ampliamente.

Los principales gigantes tecnológicos, desde Microsoft hasta Google y AWS, participan activamente en la industria tecnológica israelí. Microsoft habría adquirido dos empresas israelíes de ciberseguridad entre 2015 y 2017. Adallom, fundada por un veterano de la unidad especial de Inteligencia israelí, fue comprada en 2015 por 320 millones de dólares, y Hexadite por 100 millones en 2017.

En 2019, AWS, contratada junto con Google para construir la plataforma en la nube de Israel, trabajó con centros de datos locales para establecer dicha infraestructura. Como parte del proyecto Nimbus, Google ha creado recientemente una región local de nube en Israel. Según el contrato, las dos empresas se han «comprometido a realizar compras recíprocas y a poner en marcha una cooperación industrial en Israel equivalente al 20% del valor del contrato» (Scheer, 2022). El segundo mayor centro de I+D de Facebook también tiene su sede en Israel.

Los estados que compran programas espía y tecnología digital israelíes para reprimir a sus ciudadanos están afianzando el régimen de apartheid de Israel, y, como tal, deben ser cuestionados, junto con la denuncia de la complicidad y la especulación de las grandes empresas tecnológicas con sede en Estados Unidos.

 

Praxis de la interseccionalidad: la campaña No Tech for Apartheid

La expansión del control y la complicidad de las grandes empresas tecnológicas en la represión militar se ha visto contrarrestada por diversos retos y por la resistencia popular. Desde la primera fase de denuncias de irregularidades hasta las campañas actuales que exponen cómo las grandes empresas tecnológicas se benefician de la guerra existe una demanda creciente para poner fin a la militarización de la tecnología.

En Estados Unidos, por ejemplo, una campaña popular, No Tech for ICE, destaca el papel clave desempeñado por Palantir y AWS al proporcionar la infraestructura para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) junto con otras agencias policiales involucradas en la brutal política de separación familiar de la administración Trump. Palantir recopiló información sobre individuos, lo que permitió a las agencias estatales rastrear y construir perfiles de inmigrantes para ser deportados, mientras que AWS proporcionó servidores para alojar las herramientas de Palantir.

Los líderes comunitarios están reconociendo y respondiendo rápidamente al modo digital de militarización y represión, que se observa no solo en las exportaciones de los gigantes tecnológicos a estados represivos, sino también en cómo la censura digital y el silenciamiento se utilizan para aplastar las voces de la resistencia y amplificar las ideologías regresivas de derechas. Esto también lo han puesto de relieve grupos de derechos digitales como 7amleh, el Arab Center for Social Media Development y Sada Social, que han demostrado cómo durante el asalto a Gaza de 2021, y en la lucha popular posterior, plataformas de medios sociales como Facebook e Instagram censuraron el contenido relacionado con Palestina. Existe un discurso creciente sobre los derechos digitales que reúne a organizaciones de base y expertos en tecnología que trabajan para que la esfera digital sea abierta y democrática en lugar de servir como herramienta de sometimiento.

A estas fuerzas se han unido varios empleados actuales (y antiguos) de empresas tecnológicas, en huelga contra el uso de sus productos para violar los derechos de los marginados y con fines militares. Destacaron las profundas implicaciones éticas de involucrarse de la manera que sea en la automatización de la guerra. En 2018, un año antes de su vencimiento, Google anunció que no renovaría su contrato con Project Maven. Como ya se ha dicho, Microsoft y AWS ganaron el contrato.

La campaña contra el Proyecto Nimbus presenta una oportunidad crucial para unir las luchas contra las ‘Big Tech’ desde varios ángulos: palestinos y activistas solidarios, trabajadores tecnológicos, derechos digitales y activistas sindicales y antimilitaristas.

Meses después de que se anunciara el contrato, noventa empleados de Google y trescientos de Amazon escribieron una carta abierta condenando y oponiéndose a la decisión de sus empleadores de «suministrar al Gobierno y al ejército israelí tecnología que se utiliza para dañar a los palestinos». Algunos de los manifestantes se enfrentaron a represalias, como Ariel Koren, a quien se le dio un ultimátum para trasladarse de Estados Unidos a Brasil, a pesar de las grandes peticiones públicas en contra de esta acción. Koren abandonó Google en agosto de 2022, señalando en su declaración de dimisión que «Google silencia sistemáticamente las voces palestinas, judías, árabes y musulmanas preocupadas por la complicidad de Google en las violaciones de los derechos humanos de los palestinos, hasta el punto de tomar represalias formales contra los trabajadores y crear un ambiente de miedo». Otros se unieron a ella para denunciar las represalias tomadas contra quienes apoyaban esta campaña.

Junto con la profunda complicidad de AWS en la industria de TI y ciberseguridad de Israel, y su apoyo a la represión en otros lugares como se ve en el ejemplo de ICE, se ha denunciado ampliamente su historial en el trato inhumano de los trabajadores y la represión sindical (Kantor, 2021). La formación del sindicato Amazon Labor Union en Staten Island fue, por tanto, un momento histórico en el movimiento sindical estadounidense. En conjunto, es probable que las acciones de estos empleados causen cierta preocupación entre los actuales directores ejecutivos de las grandes tecnológicas.

Más allá del apoyo a las agencias militares y de vigilancia que, en esencia, contribuyen a una militarización cada vez mayor de la vida cotidiana de las personas, también está la cuestión del control de las grandes tecnológicas sobre nuestros datos. Aspectos de nuestras vidas que dejan huellas en el mundo virtual –ahora casi inevitables– se entretejen en algoritmos que influyen profundamente en nuestras elecciones, opiniones políticas y decisiones. Los movimientos por los derechos digitales exigen la defensa de nuestra privacidad y seguridad y están contra la comercialización de los datos personales, en ningún espacio más evidente que en Google. Existe un creciente desafío al control de las grandes tecnológicas sobre las vidas individuales y las elecciones codificadas en datos. Las alternativas al colonialismo de los datos también han suscitado animados debates sobre el código abierto, la propiedad pública, etc.

En el extremo más agudo del colonialismo digital, Palestina es, por tanto, un signo de lo que está por venir y, por tanto, el punto en el que primero debemos resistir. En nombre de la reducción de la brecha digital, las grandes empresas tecnológicas están cada vez más arraigadas, extrayendo datos y lucrándose con ellos. La pandemia de la COVID-19 exacerbó esta situación, ya que personas de todo el mundo tuvieron que trabajar y estudiar desde casa, en su mayoría sin acceso a tecnología y equipos digitales.

El creciente interés de estudiantes y académicos por cuestionar el control de las grandes empresas tecnológicas, como Google, en el ámbito de la educación, y su relación directa con la opresión de los palestinos, impulsó la campaña mundial No Tech for Apartheid a elaborar un conjunto de herramientas para organizarse en los campus universitarios.

La campaña contra el Proyecto Nimbus se sitúa en la intersección de la solidaridad palestina y los movimientos contra el apartheid, los derechos laborales, los derechos digitales, la descolonización y la desmilitarización. Este movimiento en evolución ofrece una visión clara de la matriz de opresión de la militarización, el capital neoliberal y el apartheid israelí, que refuerza a las grandes empresas tecnológicas, y de la cual obtienen enormes beneficios. Se basa en sensibilización desarrollada por las campañas contra las grandes empresas tecnológicas en la guerra, y reúne a muchas comunidades que luchan contra un contrato que tiene profundas implicaciones para todos. Los sistemas interconectados que nos oprimen exigen que nuestras formas de resistencia también se unan para desafiar a las fuerzas que pretenden aislarnos. La solidaridad solo existe en la acción, y a través de su propia existencia como fuerza interseccional socava la violencia infligida por el colonialismo, el patriarcado, el racismo y el neoliberalismo. La tecnología no está diseñada para ser neutral, y mientras aspectos de nuestras vidas se adentran cada vez más en esta esfera, y sus operaciones y mecanismos siguen estando lejos de ser democráticos, con la fuerza de la resistencia global sus herramientas básicas aún pueden democratizarse y hacerse accesibles.

 

Apoorva PG es coordinadora de campañas para Asia y el Pacífico del comité nacional de Palestinian Boycott, Divestment and Sanctions (BDS). Es una de las organizadoras de las campañas de BDS contra HP y el Proyecto Nimbus, el contrato de Google y Amazon para proporcionar servicios en la nube al gobierno y al ejército israelíes. Estudió Sociología y anteriormente participó en campañas de acceso a la educación, copyleft y software libre en la India.

Traducción: FUHEM.

 1 Abukhater, Jalal (2022). Under Israeli surveillance: Living in dystopia, in Palestine. Aljazeera.

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Control económico: el papel de la financiación en las grandes empresas

Control económico

El papel de la financiación en las grandes empresas

Nils Peters

Para entender el poder de las grandes empresas tecnológicas es preciso examinar a sus financiadores. El capital de riesgo ha alentado el entusiasmo y la especulación y ha motivado a plataformas a monopolizar al público y limitar la remuneración y los derechos de los trabajadores.

Web3 ocupa un lugar destacado en la agenda de los fundadores y financiadores de Silicon Valley. El más reciente paradigma tecnológico del libertarismo promete a grandes rasgos descentralizar Internet, mediante el uso de tecnologías como la cadena de bloques, para salvarlo del actual control empresarial de las plataformas. A un año del entusiasmo inicial, el resultado es, en el mejor de los casos, dispar.1 Pero, además de las deficiencias y la falta de entusiasmo del público en general, las personas del medio han identificado un problema más profundo con respecto al próximo gran avance tecnológico. Jack Dorsey, cofundador de Twitter, señaló el motivo por el cual el optimismo de quienes promueven la descentralización es infundado. El 21 de diciembre de 2021, tuiteó: “No se es propietario de ‘Web3’. El capital de riesgo y sus socios limitados lo son. Nunca escapará a sus incentivos”.2 En el debate contemporáneo sobre el poder digital no se suele prestar mucha atención a los inversores de capital de riesgo y sus financiadores (socios limitados). Sin embargo, hace tiempo que deberíamos centrarnos en los actores financieros que están detrás de las revoluciones tecnológicas. ¿Cómo funcionó Uber durante casi diez años sin obtener ganancias? ¿por qué Google creó su negocio de publicidad en primer lugar? ¿cómo Facebook (ahora Meta) ahuyentó a sus competidores iniciales? Construir y mantener una plataforma es extremadamente costoso. Cuando intentamos indagar en el poder digital y analizar las medidas que adoptaron determinadas empresas para ser dominantes, debemos formular la siguiente pregunta: ¿cómo se financiaron?

El capital de riesgo es una forma de inversión de alto riesgo y alto beneficio. La mayoría de las inversiones fracasan, pero un pequeño número de inversiones extremadamente exitosas generan ingresos enormes. Un famoso ejemplo de ello es la inversión de 12 millones de dólares de la empresa de capital de riesgo Benchmark en Uber, que aumentó su valor en 7.000 millones de dólares.3 Los inversores de capital de riesgo, a su vez, recaudan el dinero que invierten de fondos de jubilación, legados, aseguradoras, empresas y personas con una elevada riqueza. Al invertir, se convierten en socios limitados de un fondo de capital de riesgo (o fondo de «capital riesgo», como son conocidos en el argot financiero).

Los financiadores están muy lejos de ser intermediarios neutros que simplemente asignan capital. Afrontan presión para obtener ganancias para sus accionistas y partes interesadas, y participan activamente en transformar el mundo que los rodea para que se adapte a sus objetivos financieros. Muy pocas grandes empresas tecnológicas pueden crecer sin fondos de capital riesgo. Algunos ejemplos destacados son Amazon (que recibió US$8 millones en financiación de capital riesgo), Google (que recibió US$36 millones), Facebook (que recibió US$800 millones), Airbnb (que recibió US$2.444 millones) y Uber (que recibió US$6 523 millones).4 Habida cuenta de la magnitud de las inyecciones de liquidez, es muy poco probable que se pueda fundar una gran empresa tecnológica sin fondos de capital de riesgo. ¿Cómo puede un emprendedor cualquiera competir con una empresa que atrae fondos de esta magnitud? Y si no puede, ¿no debería la financiación ser un aspecto más importante de nuestro análisis del poder digital?

Es decir, si queremos entender el poder digital, debemos entender cómo está financiado. A fin de cuentas, el poder digital es parte de una economía financiarizada.5 Si ignoramos los pilares financieros de la economía de plataformas corremos el riesgo de perder de vista el modo en que las grandes empresas tecnológicas nos afectan más allá de la naturaleza del trabajo y las preocupaciones sobre la privacidad. Como demostrará este ensayo, los elementos financiarizados de la vida diaria, desde los seguros y fondos de pensiones hasta los préstamos, están vinculados con la suerte de las grandes empresas tecnológicas.

Podemos aprender mucho sobre el funcionamiento de las grandes empresas tecnológicas que cotizan en la bolsa mediante el estudio de sus comienzos en el mercado privado. No me centraré en las grandes empresas tecnológicas ya consolidadas, como Amazon, Alphabet, Apple y Meta. Cuando las empresas tecnológicas comienzan a cotizar en la bolsa, las compañías de capital de riesgo pierden la mayor parte de su influencia sobre ellas. Sin embargo, durante el periodo crucial entre su constitución y el momento en que empiezan a cotizar en la bolsa, los financiadores desempeñan un papel fundamental en la configuración de las empresas tecnológicas emergentes. Entender cómo se forja la próxima generación de grandes empresas tecnológicas puede contribuir a protegernos contra su poder. Al centrar la atención en ello, el presente artículo intenta desarrollar herramientas para entender y resistir a las grandes empresas tecnológicas a medida que se desarrollan.

La financiación del auge tecnológico

Larry Summers sostuvo que desde el comienzo de la primera década del siglo XXI, las economías de Occidente están en un estado de “estancamiento secular”6 De ese modo se describe a la situación en que los ahorros excesivos provocan un descenso de la demanda porque no se gastan ni generan nuevos ingresos. Como se ha demostrado, el aumento de la riqueza desenfrenada ha provocado un crecimiento considerable de los ahorros entre el 1 % más rico de la población. Los ahorros excesivos en este caso reflejan las enormes desigualdades en el ingreso y la distribución de la riqueza. Además de ello, Summers explica que las plataformas digitales conservan el capital al estimular los ahorros: “Un ejemplo de ello es el impacto de Airbnb en la construcción de hoteles, el impacto de Uber en la demanda de automóviles, el impacto de Amazon en la construcción de centros comerciales o el impacto más general de la informática en la demanda de fotocopiadoras, impresoras y espacios de oficina”.7 Los resultados de estos dos acontecimientos son la baja inversión, el bajo crecimiento, una recuperación débil de las crisis económicas y un capitalismo desprovisto de dinamismo. Este es el contexto financiero en el que debe interpretarse el auge de la economía de plataformas.

Este acontecimiento fue especialmente problemático tras la crisis financiera mundial de 2008. Los gobiernos y los bancos centrales debían contener la crisis y trazar una recuperación de la que pasaría a conocerse como la Gran recesión. Las respuestas clave fueron la austeridad fiscal y una política monetaria expansiva. Los principales bancos centrales como la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo disminuyeron las tasas de interés casi a cero.8Al mismo tiempo, los bancos centrales implementaron programas de expansión cuantitativa.9 Sin entrar en los detalles más técnicos, ello significó que los bancos centrales comenzaron a adquirir bonos del gobierno y de empresas, lo que, a su vez, provocó un aumento del precio y una disminución del interés de dichos bonos. La intención era fomentar la inversión y el crecimiento económico al abaratar la obtención del crédito.

En efecto, la expansión cuantitativa dificultó que muchos inversores dependieran del pago de intereses para obtener los ingresos deseados. Ese fue especialmente el caso de inversores institucionales como los fondos de pensiones, fondos de cobertura y aseguradoras, a las que les resulta cada vez más difícil hallar salidas rentables para su capital, por lo que quedan a merced de grandes administradoras de activos como BlackRock. Si hubo un crecimiento significativo en este clima, este ha provenido de ganancias de capital en mercados bursátiles. Ello provocó la conversión de ahorros en niveles de inversión insosteniblemente elevados, como consecuencia de la deuda. El flujo de dinero barato causó una disminución aún mayor del rendimiento de los bonos y un aumento del rendimiento del capital accionarial. Es decir que la estrategia de comprar las deudas de los gobiernos y las empresas (bonos) −que ha sido demostrada, pero que resulta cada vez más inadecuada para los inversores institucionales− se complementó mediante la compra de acciones y valores (capital) de las empresas.

Ello dio lugar a diez años de mercado alcista de las acciones de las grandes empresas tecnológicas que cotizan en la bolsa −y de acciones privadas de empresas tecnológicas emergentes−, en el cual los precios de los activos aumentaron sin cesar. Los unicornios, es decir, las empresas privadas con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares, se volvieron figuras centrales muy publicitadas de la aparentemente incesante trayectoria al alza. El número de unicornios en el Reino Unido aumentó de diez en 2010 a ochenta en 2020.10 Lo mismo ocurrió con el exceso de ahorros, lo cual demuestra la estrecha relación entre las tendencias macroeconómicas, las finanzas y el destino de las grandes empresas tecnológicas.

El nexo entre el capital de riesgo y la plataforma

Los inversores de capital de riesgo adquieren participaciones minoritarias en empresas privadas en la fase inicial. En general, los inversores de capital de riesgo son miembros de las juntas directivas de esas empresas, les brindan asesoramiento y consultoría. Son conocidos por financiar a la nueva generación tecnológica. Por ese motivo, el capital de riesgo a menudo es considerado un capital paciente, debido a que los inversores deben asumir un compromiso de diez años antes de ver resultados. La única forma en que los inversores de capital de riesgo pueden obtener ganancias es cuando la empresa en la que invierten es adquirida (generalmente mediante algún tipo de fusión o adquisición) o empieza a cotizar en la bolsa de valores mediante una oferta pública inicial. En el caso de Uber, transcurrieron diez años desde su constitución hasta la oferta pública inicial. A pesar de la paciencia, los fondos de capital de riesgo suelen tener una duración limitada, lo que significa que el entendimiento entre los inversores y las empresas emergentes es que estas últimas deben procurar tasas de crecimiento ambiciosas para ampliar su escala rápidamente.

Para obtener ganancias, los inversores institucionales están optando cada vez más por salidas alternativas y más riesgosas para su capital. El capital de riesgo es el principal beneficiario de esta dinámica. La relación entre los inversores institucionales y los inversores de capital de riesgo puede imaginarse como una cadena de inversiones. Los inversores institucionales gestionan grandes carteras de inversión de manera conservadora. Las ganancias que generan financian planes de jubilación, prestaciones de seguros, gastos de dotación de fondos o simplemente enriquecen aún más a los ricos. Los fondos de capital de riesgo gestionan volúmenes y carteras mucho más pequeños y tienen una estructura inversa de riesgo-recompensa. Actúan como intermediarios entre los inversores institucionales y las empresas tecnológicas emergentes que aún no han despegado, absorbiendo así el desfase en el riesgo y 11i enviando el dinero a mercados privados de dudosa reputación.

Además de los factores macroeconómicos, las características del capital de riesgo impulsaron el aumento de las inversiones en sus fondos. Los inversores de capital de riesgo invirtieron en primer lugar en empresas relacionadas con la tecnología, uno de los pocos sectores que aún generaba crecimiento en una fase de recesión del capitalismo.12 Además, el sector del capital de riesgo sabe cómo vender y publicitar ampliamente sus triunfos. Las empresas de capital de riesgo más exitosas generan ganancias más elevadas de las que puede ofrecer el mercado de valores. Como consecuencia de ello, el capital de riesgo experimentó un aumento pronunciado de los volúmenes de financiación a finales de la primera década del siglo XXI. En 2020, la inversión de capital de riesgo en empresas tecnológicas en el Reino Unido fue de 14.900 millones de dólares.13 Esa cifra se ve opacada por el mercado de capital de riesgo de los Estados Unidos, que alcanzó  inversiones de 144.300 millones de dólares. A nivel mundial, las inversiones de capital de riesgo aumentaron de 59.000 millones de dólares en 2012 a más de 650.000 millones en 2021.14

Además del dinero barato, los inversores de capital de riesgo se vieron atraídos por los nuevos modelos de negocios. El ensayo general para la economía de plataformas actual fue el auge de las empresas puntocom de la década del noventa, cuando las empresas de comercio digital fueron las primeras en proponer muchas de las ideas que diez años más tarde se volvieron moneda corriente. La burbuja de las empresas puntocom (y su posterior explosión) suele ser objeto de burla debido a que muchas ideas ridículas terminaron en los mercados públicos a valores exorbitantes. Sin embargo, los modelos de negocios y la financiación de empresas como Pets.com (que entregaba insumos para mascotas pedidos en línea) no eran drásticamente diferentes de las gigantes de plataformas de hoy en día.15

Las estrategias de negocios de las plataformas dependen de inversores que estén dispuestos a soportar pérdidas financieras durante un año entero. A través de un acuerdo mutuo, las plataformas como Uber pierden dinero porque dan más importancia al crecimiento rápido (o el aumento de escala) que a la rentabilidad. Las plataformas aplican estrategias diferentes para impulsar su crecimiento. Por un lado, hay un crecimiento impulsado por los usuarios mediante lo que se denominan efectos de red. La posición de las plataformas como intermediarias digitales de grupos de usuarios diferentes implica que creen redes de usuarios. Los efectos de red ocurren cuando el valor del servicio o producto que ofrece la plataforma aumenta a medida que más personas comienzan a utilizarla. Por ejemplo, el valor de utilizar Instagram aumenta a medida que aumentan sus usuarios (efectos de red directos) y el valor de solicitar un coche o de conducir para Uber aumenta a medida que cada grupo crece (efectos de red indirectos). En algún momento, los efectos de red se convierten básicamente en un monopolio natural, similar a la infraestructura de ancho de banda o los sistemas de ferrocarriles, donde los usuarios dependen cada vez más de los servicios, mientras que a los competidores les resulta cada vez más difícil ingresar.

De manera alternativa o adicionalmente, las plataformas pueden gastar el dinero de los inversores al duplicar sus gastos. Pueden usar el dinero de los inversores para obtener clientes, como a través de descuentos o publicidad. Mediante el crecimiento impulsado por el capital de riesgo, las plataformas pueden expulsar a los competidores y mantenerlos alejados. Más que una opción, el crecimiento rápido es una condición necesaria para que muchas plataformas sean rentables en el futuro, debido a que su rentabilidad depende del dominio del mercado.

En resumen, el modelo de las plataformas se basa en grandes volúmenes de capital paciente que financia la rápida ampliación de escala de las operaciones de la plataforma. Los efectos de red son una herramienta poderosa que hace posible este proceso. Dominar el mercado no solo es deseable, sino que es necesario para que las plataformas sean sostenibles y para que sus inversores de capital de riesgo obtengan ganancias suficientes por sus inversiones. Ello fue propiciado por un entorno macroeconómico de bajos intereses a partir de la primera década del siglo XXI, que generó condiciones en las cuales las plataformas no obtuvieron ganancias durante años. Aunque este acuerdo de financiación es anterior a Internet, la digitalización aumentó la velocidad y la escala de la expansión de las empresas en las que se invierte.

Se puede concluir, entonces, que existe una estrecha relación entre el capitalismo financiero y de plataformas. El surgimiento de las plataformas desempeña una función en una búsqueda más amplia de ingresos para los inversores. El problema de las bajas ganancias de los inversores institucionales se resolvió al canalizar dinero a los fondos de capital de riesgo. Los inversores de capital de riesgo corrieron hacia las plataformas debido a su capacidad para utilizar grandes volúmenes de efectivo y la baja probabilidad de obtener grandes ganancias. A cambio, la disponibilidad de este capital empujó a las grandes empresas tecnológicas a modelos que intentaban volverse dominantes y excluían a los competidores. La otra cara del ahorro excesivo fue un régimen de inversión liderado por capital de riesgo para el cual las plataformas se volvieron una salida ideal. La financiación desempeña un papel fundamental respecto de quién avanza en la economía digital, y el poder digital se reduce al poder de financiación.

 

El poder digital desde una perspectiva financiera

Examinar las plataformas emergentes desde una perspectiva financiera permite realizar un análisis diferente de la situación actual. Alphabet, Amazon y compañía acaparan la mayor parte de la atención pública. Sin embargo, decenas de plataformas emergentes intentan hacerse espacio y trastocar a los sectores tradicionales. Al parecer, la atención de los inversores se centra cada año en un producto nuevo. Hace algunos años, los servicios de transporte privado con conductor inauguraron esta tradición con un enfrentamiento feroz entre Uber y Lyft. Desde entonces, los servicios de envío de alimentos (JustEat, Uber Eats, Deliveroo), la micromovilidad a través del alquiler de bicicletas y monopatines (Bird, Lime, Bolt) y los bancos retadores (Monzo, Revolut, N26) se han sumado a esta tendencia. Más específicamente, tras la pandemia, el envío rápido de comestibles (Getir, Gorillas) y las herramientas de colaboración de oficina se han visto inundados de efectivo de inversores.

Cada una de estas plataformas fue presentada al público como un cambio revolucionario en el modo en que funcionan la economía y la sociedad. Uber es el caso más destacado. Tras años de escándalos en que se han visto involucradas las grandes empresas tecnológicas, resulta difícil recordar que, en sus inicios, Uber fue aplaudida como la precursora de la economía colaborativa. Por un periodo muy breve, se creyó verdaderamente que las plataformas podían lograr un capitalismo más democrático y sostenible al permitir que las personas compartieran sus activos subutilizados. Gracias a ese discurso, Uber obtuvo más de 6 mil millones de dólares en financiación de capital de riesgo en los años posteriores para cumplir esta profecía. Su lista de inversores abarca a los nombres más importantes en inversión de mercado, en los que se incluyen la empresa de capital de riesgo Benchmark, Vision Fund de SoftBank y el fondo soberano de Arabia Saudita, el Fondo de Inversión Pública. 16

Con su cofre repleto, Uber se embarcó en la típica estrategia de plataforma señalada anteriormente. Como han revelado más recientemente los archivos de Uber, los empleados optaron por estrategias agresivas para provocar la quiebra de las industrias tradicionales de servicios de vehículos con conductor (es decir, los taxistas).17 Los competidores fueron superados en los precios, donde Uber podía fijar tarifas por debajo del costo para aumentar su cuota de mercado. Para mantener los efectos de red, la empresa pudo utilizar el dinero de sus inversores para mantener costos de adquisición sorprendentes. En un momento, la empresa pagaba a sus conductores un bono de recomendación de 750 dólares: los nuevos conductores recibían 750 dólares por inscribirse y se daba 750 dólares a la persona que los había recomendado. Como se jactaba el entonces ejecutivo de Uber, Andrew Chen: “gastamos cientos de millones de dólares tan solo en programas de recomendación de conductores y casi mil millones en marketing”.18 A la luz de estas estrategias, la falta de rentabilidad de Uber no resulta sorprendente.

Aunque en sus comienzos Uber parecía imparable, un análisis más sobrio plantea la pregunta de qué quedaría de este poder digital sin el enorme apoyo financiero. “Uber Technologies Inc.”19 es el nombre oficial registrado de la empresa, pero ¿qué cambios considerables logró su tecnología? Es cierto que Uber construyó una excelente aplicación con una buena interfaz de usuario. Pero ello no resolvió ninguno de los problemas que los servicios de taxi han tenido desde siempre: trayectos de regreso vacíos debido a un desequilibrio geográfico en la demanda, el elevado costo de la capacidad máxima o el riesgo de sobrecapacidad.20 Esto es emblemático de la economía de plataformas en general, donde unas pocas empresas tecnológicas a menudo disfrazan el hecho de que las empresas de plataformas no están resolviendo antiguos problemas, sino que simplemente los están repitiendo.

Entonces, ¿por qué los servicios de plataformas son tan populares con los consumidores? En este artículo, la demanda de servicios de plataforma se explica en gran medida a través de la distorsión de los precios posibilitada por el dinero de capital de riesgo. Ello significa que, en el comienzo, los servicios o bien son gratuitos o son insosteniblemente baratos. No resulta para nada sorprendente que a las personas les encantan las cosas gratis. Pero la demanda del servicio al precio real que los consumidores pagarán a la larga será inevitablemente más baja.  Por lo tanto, el reto para la plataforma es perjudicar a sus competidores e insertarse en el deseo de conveniencia de las personas antes de alcanzar ese punto. A medida que la financiación del capital de riesgo y las ganancias de la oferta pública inicial de Uber comienzan a acabarse, la empresa ha comenzado a aumentar los precios de manera constante.21

Algo similar ha ocurrido en otros sectores. Las plataformas de micro movilidad llenaron a ciudades europeas de servicios de alquiler de bicicletas y monopatines eléctricos ante la consternación de los habitantes locales.22 Al analizar las narrativas del acceso fácil, el intercambio y la conveniencia, muchas de estas empresas parecen ser el resultado de un acto de desesperación por crear el “próximo gran producto”.23  Ello pone de manifiesto los límites de la plataformización propiciada por el apoyo financiero. Estos límites ahora se han vuelto cada vez más evidentes debido a las cambiantes condiciones macroeconómicas. La inflación elevada y el aumento de las tasas de interés han disminuido el flujo de efectivo hacia las empresas emergentes de alto riesgo. En un momento en que los inversores quieren ver un flujo positivo de efectivo, en lugar de un índice elevado de gasto de ese efectivo, muchos factores alteradores están sumidos en el caos. Un ejemplo destacado de ello es el sector del envío rápido de productos alimenticios, en el que Gorillas despidió a cientos de trabajadores y se fue de cuatro países.24 Ni las gigantes tecnológicas Meta, Alphabet, Amazon y Twitter se salvaron, y según los datos de despidos se estima que se eliminaron más de 130 mil puestos de trabajo.25

Un análisis de la situación actual de las plataformas emergentes desde el punto de vista financiero, nos hace cuestionar nuestra concepción del poder digital. Los nuevos servicios que nos venden como una revolución en el transporte o en las compras comienzan a parecer intentos desesperados de inversores para obtener ganancias en un entorno de bajo rendimiento. La capacidad de Uber, Bolt y Gorillas (por nombrar a algunas) para convertir a su tambaleante modelo de negocios en una profecía autovalidante se basó en torrentes de capital de sus inversores de capital de riesgo. Y estos grandes flujos de capital eran una función de una economía mundial inundada de liquidez. La cuestión es que muchos servicios de plataformas existen únicamente debido a que la abundancia de capital debe canalizarse en algún lado.

Desfinanciarizar para desplataformizar: Repercusiones y resistencia

No es posible hablar de poder digital sin hacer referencia al poder financiero que está detrás de las plataformas. Este nuevo ángulo revela nuevas dependencias a medida que la marea macroeconómica en 2022 ha puesto mucha presión en las empresas tecnológicas. El aumento de las tasas de inflación ha provocado que los bancos centrales aumenten sus tasas de interés. Los inversores lo sintieron de inmediato y adoptaron un enfoque más conservador hacia las inversiones de alto riesgo.

Pero este no es motivo de regocijo. Si seguimos la cadena de inversores, la disminución de la inversión en tecnología tendrá efectos colaterales para la sociedad en general. Cuando el dinero era barato y los mercados estaban al alza, las empresas emergentes mantenían felices a los inversores de capital de riesgo.  El aumento de los valores de la cartera de capital de riesgo implicó mejores ganancias para sus socios de responsabilidad limitada, los fondos de pensiones, las empresas de seguros, las dotaciones, etcétera. Ello, en última instancia, aseguró la viabilidad de programas de contribución jubilatoria y planes de seguros definidos. Los inversores institucionales asignan tan solo un pequeño porcentaje de sus carteras a clases de activos riesgosos y no se verán afectados drásticamente por la desaceleración en el sector tecnológico. No obstante, cabe señalar que nuestras decisiones cotidianas están vinculadas con las altas finanzas.

Aunque el capital de riesgo es una forma de inversión extremadamente especulativa, las decisiones de inversión tienen efectos concretos en el presente. Hay sumas de dinero considerables vinculadas con empresas cuya existencia depende de gastar el dinero de inversores de capital de riesgo. Independientemente de las estrategias financieras sostenibles, las plataformas han perjudicado de forma permanente a los competidores y las industrias tradicionales. Las empresas de transporte como Uber son un ejemplo claro de ello, y lo mismo puede decirse de los efectos de las plataformas de alojamiento en las cadenas hoteleras (o los hoteles familiares), el efecto de las redes sociales en los periódicos y la perturbación provocada por las plataformas de streaming en las industrias musical y cinematográfica. En su ausencia, podríamos correr el riesgo de no tener acceso a servicios importantes.

Y más allá de la relación entre las plataformas y los consumidores, las plataformas también podrían depender unas de otras: al igual que muchas empresas emergentes son clientes de otras, la quiebra de una de ellas puede tener consecuencias sistémicas.26 Los intercambios de criptomonedas son un ejemplo de ello. Un ejemplo extremo es lo que el Financial Times denominó el “complejo financiero Tesla” en referencia a su impacto desproporcionado en el mercado de valores.27 Ello describe una “red vasta e interrelacionada de vehículos dependientes de la inversión, simuladores empresariales y un gran mercado de productos derivados de una amplitud, profundidad e hiperactividad sin parangón”.

La conclusión es que si queremos desplataformizar y reducir el poder digital, primero debemos desfinanciarizar. El poder digital es el producto de un sistema financiero con características específicas. Sin embargo, disminuir la financiarización es una tarea mucho más difícil. Los cambios fiscales, monetarios y legales que han permitido la financiarización en términos más generales y han alentado flujos de dinero en la industria del capital de riesgo, más específicamente, están vinculados con el deseo más amplio de reactivar el crecimiento en economías estancadas. Limitar estos flujos haría necesario un sistema de crecimiento alternativo creíble. Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto?

A pesar de que es un plan ambicioso, en el pasado ya se ha cuestionado el poder de los sistemas financieros establecidos. Más recientemente, y especialmente en relación con la catástrofe climática, el activismo se ha centrado mucho más en los actores financieros que la han provocado.28 Estudios realizados por activistas han revelado el modo en que las administradoras de activos como BlackRock, Vanguard y State Street acumularon poder mediante la concentración de acciones.29] Tan solo BlackRock gestiona 10 billones de dólares. La empresa ha utilizado este dinero para comprar acciones en empresas que cotizan en la bolsa. Por ser accionistas importantes en empresas que abarcan toda la economía, las administradoras de activos como BlackRock han influido en el índice de mercado, al construir una cartera que sigue el rendimiento de grandes partes de la economía. Es decir, cuando el mercado está al alza, la cartera de BlackRock también lo está. Un efecto secundario de ello es que BlackRock como accionista tiene poder de decisión respecto de la gobernanza empresarial de un gran número de empresas. Se ha politizado cada vez más el modo en que se utiliza ese poder y para qué fines, ya que las campañas de activistas intentan coaccionar a las administradoras de activos para que asuman la responsabilidad que corresponde a su poder.

Cuestionar el capitalismo de las administradoras de activos es una vía de resistencia contra el sistema de inversiones impulsado por el capital de riesgo. Además de vigilar a los mercados públicos, se debe prestar más atención a lo que está ocurriendo en los mercados privados. Resulta interesante que algunos inversores de capital de riesgo han comenzado a imitar la estrategia de indexación de las grandes administradoras de activos. Por ejemplo, Tiger Global y Vision Fund de Softbank han adquirido acciones en un gran número de empresas privadas.30 Debido a que los requisitos para la presentación de informes son más flexibles, es más difícil vigilar a los mercados privados. Sin embargo, un esfuerzo concertado para reunir la información disponible al público podría contribuir a conocer mejor el panorama de inversión.

Asimismo, es preciso saber qué inversores institucionales suministran capital al sector del capital de riesgo. Queda mucho por hacer para realizar un relevamiento de esas relaciones y dar seguimiento a la cadena de inversión de inversores institucionales a fondos de capital de riesgo o empresas emergentes. Algunos inversores institucionales poseen requisitos de presentación de informes públicos, lo cual podría ser una medida inicial que contribuiría a determinar el desempeño financiero real de los fondos de capital de riesgo.

En lugar de responder a las crisis existentes, centrarnos en los actores financieros de las grandes empresas tecnológicas nos permitirá prever los problemas que podrían surgir en el futuro. Si queremos saber qué ocurrirá, debemos analizar qué tipos de fondos están recaudando las empresas de capital de riesgo, cuál es su finalidad y qué empresas se incluyen en las carteras de los fondos de capital de riesgo más exitosos. Ello podría darnos una idea de qué sectores serán los próximos en afrontar presiones y cuáles, debido a su naturaleza, están a punto de experimentar una importante transformación. Por ejemplo, desde hace mucho tiempo se ha intentado que los servicios de oficina formen parte de un sistema laboral de plataforma. Prepararse para los efectos que ello tendría podría permitir a los trabajadores organizarse y prever problemas futuros.

El entorno macroeconómico en constante evolución promete un cambio, aunque es imposible determinar en este momento de qué tipo de cambio se trata. Para desafiar el poder digital hay que comenzar por cambiar el suministro de capital, y este se ve extremadamente afectado por el endurecimiento de la política monetaria. Si bien esto está fuera del control de los activistas, se pueden extraer lecciones históricas de situaciones similares. La molestia de Jack Dorsey por la trayectoria de web3 debería convertirse en el grito de batalla de los activistas. En el deseo de descentralización hay una añoranza de la Internet de los inicios, de restaurar las nobles ambiciones de la web 1.0, antes de la captura empresarial de la web 2.0. Ello tiene un potencial progresista. Entender los incentivos de las empresas de capital de riesgo y los socios limitados de los inversores institucionales puede allanar el camino para cuestionar el poder digital y hacerlo efectivo.

 

Nils Peters es investigador de Sociología Económica en la London School of Economics (LSE).

Traducción: Mercedes Camps (TNI)

NOTAS:

  1. Wayt, Theo (23 de diciembre de 2021). Jack Dorsey blocked on Twitter by Marc Andreessen over ‘Web3’ heckling. New York Post.
  2. Muoio, Danielle (2017). The early Uber investor suing Travis Kalanick turned its $12 million investment into $7 billion stake. Business Insider.
  3. Ver Crunchbase (2022a) Amazon—Funding, Financials, Valuation & Investors.
  4. Ver Crunchbase, 2022b, 2022d, 2022e; StartupRanking, 2022c; Klinge et al., 2022.
  5. Summers, Lawrence H. (15 de febrero de 2016). The age of secular stagnation. Foreign Affairs.
  6. Ver Bank of England (2022). Quantitative easing.
  7. Summers, Lawrence H., 2016, cit.
  8. Bank of England (2022). Quantitative easing.
  9. Ver Tech Nation (2021). The future UK tech built—Tech Nation Report 2021.
  10. Ver Comisión Europea (2017). Un sistema impositivo justo y eficaz en la Unión Europea para el Mercado Único Digital.COM/2017/0547 final.
  11. Tech Nation (2021). The future UK tech built. Tech Nation Report 2021.
  12. Ibidem.
  13. Teare, Gené (2022). Global Venture Funding And Unicorn Creation In 2021 Shattered All Records. Crunchbase News.
  14. Nicholas, Tom (2019). VC: an American history. Cambridge: Harvard University Press. StartupRanking (2022c). Facebook Funding Rounds. Startup Ranking.
  15. Ver Uber Technologies Inc. (2019). Form S-1 Registration Statement.
  16. Davies, Harry et al. (11 de julio de 2022). Uber broke laws, duped police and secretly lobbied governments, leak reveals. The Guardian.
  17. Chen, Andrew (2021). The cold start problem: How to start and scale network effects. Nueva York: Harper Business.
  18. Horan, Hubert (2019). Uber’s path of destruction. American Affairs Journal, 3(2).
  19. Uber Technologies Inc. (2019). Form S-1 Registration Statement.
  20. Levingston, Iván (15 de agosto de 2022). Uber raises prices by about 5% in London to attract more drivers. Bloomberg.
  21. Ver Agence France Presse (25 de febrero de 2018). bike pulls out of France due to ‘mass destruction’ of its dockless bike fleet. The Guardian.
  22. Taylor, Alan (22 de marzo de 2018). Bike share oversupply in China: Huge piles of abandoned and broken bicycles. The Atlantic.
  23. Lunden, Ingrid (2022). Berlin’s Gorillas lays off 300, exits four markets. TechCrunch.
  24. Lee, Roger (2022). Layoffs.fyi.
  25. Steinschaden, Jakob (2019). Startups Spend $44b on Google, Facebook and Amazon. Could this be a sign for a new bubble burst? Trending Topics.
  26. Wigglesworth, R. (23 de noviembre de 2021). The ‘Tesla-financial complex’: how carmaker gained influence over the markets. Financial Times.
  27. Greenfield, Patrick (2 de octubre de 2019). World’s top three asset managers oversee $300bn fossil fuel investments. The Guardian.
  28. Buller, Adrienne y Braun, Benjamin (7 de septiembre de 2021). Under new management: Share ownership and the growth of UK asset manager capitalism (Finance). Common Wealth.
  29. Kruppa, Miles y Parkin, Benjamin (27 de julio de 2021). Tiger Global: the technology investor ruffling Silicon Valley feathers. Financial Times.
  30. Muoio, 2017. Op. cit.


No hay mercado

No hay mercado

Del neoliberalismo a las Big Tech

Ken Birch

El poder de las grandes empresas tecnológicas no solo se debe a su tamaño, sino al hecho de que recopilan, controlan y monetizan la información que necesitamos para que los mercados funcionen. Se han convertido en mercados en sí mismos. Para controlarlas será necesario realizar un análisis que trascienda la regulación.

 

En sus inicios, el lema original de Google era “No seas malvado”. Hoy en día, la empresa no es capaz de honrar este noble principio, como lo ha demostrado ampliamente un juicio pendiente en su contra. El documento más reciente relacionado con el litigio afirma que “intenta asegurar que Google deje de ser malvado”. Aunque esta demanda no es muy conocida, nos da una idea no solo de cómo actúa Google, sino también de la estructura que las grandes empresas tecnológicas han construido en los últimos diez años y que progresivamente ha asumido el control de las economías y socavado los mercados.

El juicio contra Google fue entablado por el estado de Texas, junto con otros dieciséis estados de los Estados Unidos. Se trata de una demanda antimonopolio titulada In re: Litigio contra el monopolio de Google respecto de la publicidad digital , que fue anunciada en 2020 por el Fiscal General de Texas, y cuya versión más reciente fue publicada en enero de 2022.1 El juicio tiene lugar al mismo tiempo que la demanda antimonopolio que el Departamento de Justicia entabló contra Google a finales de 2020..[2

El argumento principal de la demanda sobre la publicidad digital de Google radica en el monopolio de la empresa respecto de las tecnologías y la información de mercado en las que se basa la publicidad programática en línea, incluido el uso de nuestros datos personales para intentar vendernos productos.3 La publicidad programática es un enorme y complejo sistema dominado por Google, ya que es a la vez comprador y vendedor del espacio publicitario en Internet. De modo similar, Facebook (ahora Meta) desempeña un papel central en este mercado de publicidad en línea.

A continuación, ofrecemos una breve descripción del modo en que funciona la publicidad programática y cómo se ha explotado este mercado.

Imagina que eres un anunciante y quieres vender un libro –aunque podría ser cualquier otro producto o servicio–, por lo que probablemente quieras llegar a las personas que realmente lo comprarán. Google ofrece conectarte con el espacio publicitario en Internet más adecuado para ese fin mediante su intercambio de anuncios. Lo hace mediante la recopilación y acumulación de tus datos personales a partir de tus búsquedas, correos electrónicos, teléfonos inteligentes, terceros que utilizan sus aplicaciones analíticas, etcétera. No somos conscientes de la medida en que entregamos nuestros datos personales. Es parte de la letra chica que figura en los términos y condiciones que la mayoría de las personas simplemente firmamos para utilizar productos y servicios digitales.

Mediante el uso de nuestros datos personales, Google puede realizar inferencias acerca de nuestras preferencias personales –por ejemplo, me gusta la ciencia ficción– y decisiones –probablemente haré clic en un anuncio en línea. Con esta información, Google automatiza la compra y venta de espacio publicitario en los microsegundos que transcurren entre que abrimos una página web y vemos un anuncio. Google vende espacio publicitario en Internet a anunciantes para que todos los usuarios de una página puedan ver tu anuncio. Un tercero, como un periódico, por ejemplo, vende espacio publicitario en su sitio web a Google. Es decir, que Google compra y vende espacio publicitario, además de mediar entre compradores y vendedores a través de una subasta que controla y de la que obtiene un porcentaje.

Google básicamente cobró de más a los anunciantes y a los editores mal pagados al controlar las tecnologías y la arquitectura de fijación de precios de mercado; diseñaron el mercado para beneficiarse ellos mismos y expulsar a los competidores.

Travis Wise/Flickr/CC BY 2.0

El juicio de Texas realiza dos denuncias fundamentales.

  • En primer lugar, que Google y Facebook han conspirado para tener el monopolio del mercado de publicidad en Internet, excluyendo a los competidores del mercado; este acuerdo fue denominado Jedi Blue.
  • En segundo lugar, que Google inició un programa secreto en 2013 denominado Proyecto Bernanke, que supuestamente estaba diseñado para engañar a los anunciantes y los publicadores de sitios web.

El proyecto Bernanke gira en torno al diseño de Google del sistema de subasta utilizado para vender y comprar espacio publicitario.

Las subastas pueden diseñarse de diferentes maneras. Por ejemplo, las subastas que utilizan ofertas en pliegos cerrados suelen presentarse como una función clave de la competencia del mercado debido a que permiten a actores del mercado revelar sus verdaderas preferencias sin temor a ser explotados o a que otros actores del mercado utilicen el sistema en beneficio propio. Ello se debe a que nadie puede ver la otras ofertas hasta que estas se hayan revelado al final del proceso de subasta. Por lo tanto, nadie puede cambiar su oferta en función de la oferta de otros postores. Las subastas con ofertas en pliegos cerrados deberían, entonces, ser el mecanismo más eficiente para determinar los precios ideales en una economía de mercado.

Los economistas han intentado teorizar durante mucho tiempo acerca del cuál sería el diseño óptimo de una subasta. William Vickery ganó el Premio Nobel por su labor sobre los beneficios de las subastas de la segunda mejor oferta, ahora denominadas subastas Vickery. La subasta de segunda mejor oferta se establece para asegurar que gane el mejor postor, pero que este pague el precio ofrecido por la segunda mejor oferta, por lo que se incentiva a los oferentes a revelar sus verdaderas preferencias (es decir que no tendrán problema en ofrecer un precio demasiado elevado). También hay subastas de tercer mejor postor, en las cuales el mejor oferente pagará el valor ofrecido por el tercer mejor postor.4

Google y el Proyecto Bernanke. Según el juicio entablado en Texas, Google diseñó su intercambio de anuncios publicitarios como subastas de segundo mejor postor e informó a todas las partes al respecto. Sin embargo, de acuerdo con la demanda, Google “cambió de manera subrepticia el intercambio de anuncios Google Adx de una subasta de segundo mejor postor a una subasta de tercer mejor postor en miles de millones de impresiones al mes”.5

Aunque puede parecer complicado, no lo es. Básicamente, Google dijo a los anunciantes que pagarían la segunda mejor oferta y dijo a los sitios web que publicarían los anuncios que recibieran el precio de la segunda mejor oferta. Se alega que, en realidad, el Proyecto Bernanke cambió el sistema para que los publicadores de anuncios recibieran el precio de la tercera mejor oferta, mientras que Google se quedó con la diferencia. Según los alegatos, ello significó que los publicadores de anuncios perdieron alrededor de un 40 % de sus ganancias sin saberlo. A continuación, Google utilizó los ingresos adicionales para “inflar las ofertas de los anunciantes mediante Google Ads para ayudarlos a ganar impresiones que de otro modo habrían perdido frente a otros anunciantes que realizaron ofertas a través de herramientas de compra distintas de la de Google”.6 Como observó un analista, Google básicamente cobró más dinero a los anunciantes y pagó menos dinero a los publicadores al controlar las tecnologías y la arquitectura de los precios del mercado. Google diseñó el mercado para beneficiarse y eliminar a la competencia.

Los mercados y la cola larga del neoliberalismo

El mensaje es que el control de las plataformas digitales permite a las grandes empresas tecnológicas como Google diseñar mercados en formas que mejor les convienen. La falta de transparencia en estas plataformas implica que los mercados pueden alejarse considerablemente de los supuestos de pensadores y responsables de políticas favorables al mercado, que han dominado el modo en que entendemos las economías y sociedades desde la década del setenta.

A menudo definidos como neoliberalismo, los supuestos en que se basa esta visión del mundo pueden describirse como un proyecto político-económico y moral para rediseñar sociedades a fin de colocar a los mercados en el centro de la adopción de decisiones de Gobiernos, organizaciones o personas.7 Evocando la obra de pensadores como Friedrich Hayek, –el famoso economista peripatético de Austria– el neoliberalismo se basa en la premisa de que ningún organismo (por ejemplo, el Gobierno) puede coordinar la economía o la sociedad debido a que carece de capacidad cognitiva para procesar toda la información que producimos  y utilizamos individualmente para tomar decisiones a diario. Para Hayek y otros neoliberales, los mercados son los mejores procesadores de información para coordinar nuestras sociedades de manera eficiente. Como explica Hayek: “La razón de esta insuficiencia estriba en que los ‘datos’ de los que parte el cálculo económico no están, y nunca pueden estar, ‘dados’ para una mente individual que pueda establecer las implicaciones para el conjunto de la sociedad”.8

Por lo tanto, los mercados son la mejor forma de coordinar la sociedad ya que nos pueden brindar información para adoptar las decisiones correctas. Lo hacen a través del mecanismo de precios, de manera que los precios representan información sobre qué debemos producir y cuánto, cuándo hemos de cambiar nuestras preferencias y cómo hemos de gestionar nuestros recursos colectivos de la mejor manera. En este marco, los mercados son tanto un mecanismo fáctico como moral; nos dicen cómo tomar decisiones y cuáles son las mejores decisiones que debemos adoptar.

En esta narrativa neoliberal, la información se vuelve un elemento fundamental del funcionamiento de los mercados. Las personas no pueden revelar sus preferencias ni adoptar decisiones sin información. Desde Hayek, el problema de la información atraviesa gran parte del pensamiento económico ortodoxo.9 Sin embargo, es precisamente en el pensamiento neoliberal sobre la información que sus hipótesis sobre los mercados comienzan a fallar. Ello se debe a que, al menos en las esferas legal y de políticas, el pensamiento neoliberal pasó progresivamente del punto de vista de Hayek, de que las sociedades evolucionan gradualmente hacia los mercados y el pensamiento de los mercados, a una perspectiva en que se supone que las sociedades simplemente funcionan como mercados y todas las personas se comportan como si fueran actores del mercado que responden a incentivos, definidos por precios, que representan información.

S.M. Amadae plantea esto de manera excelente en su libro Prisoners of Reason.10 Su argumento básico es que el objetivo del pensamiento y la elaboración de políticas neoliberales es que una vez que hemos descifrado lo que los mercados deberían hacer, ya no es necesario dejar que los mercados surjan espontáneamente, como planteaba Hayek. Sino que es posible diseñar mercados para que hagan lo necesario a fin de lograr el resultado deseado en materia de políticas.

Y eso es exactamente lo que sucedió. Las diversas ideas acerca del diseño de un mercado o un mecanismo, como las subastas del segundo mejor postor, se vincularon con suposiciones acerca de cuáles deberían ser nuestros objetivos individuales y colectivos a fin de que los responsables de la elaboración de políticas puedan diseñar mercados con ese fin. Entonces, cuando los Gobiernos intentan privatizar activos públicos, desregular el suministro de electricidad o licitar los servicios de radio o telefonía celular, utilizan el diseño de mecanismos.11 Los resultados son variados, a veces generan grandes ingresos gubernamentales (por ejemplo, la licencia G3 en el Reino Unido), pero otras veces generan problemas considerables (como la desregulación de la electricidad en California).

Este tipo de diseño de mercado o mecanismo tiene una historia relativamente breve. Se remonta a la labor de economistas como Vickery en la década del sesenta, pero fue en la década de los ochenta cuando realmente se volvió exitoso y se convirtió en un elemento fundamental de la elaboración de políticas.12 Las subastas del segundo y tercer mejor postor, explicadas anteriormente, son un ejemplo de cómo diseñar mercados. Dichas subastas se basan en la suposición de que somos seres racionales que actuamos en interés propio, lo cual generará beneficios sociales colectivos. Por ejemplo, las subastas de telefonía celular deberían generar los máximos ingresos posibles para el Gobierno, sin desalentar la innovación.

Entonces, la clave es crear mecanismos de mercado mediante los cuales revelemos nuestras preferencias a través del diseño de arquitecturas de la elección, como subastas, que aseguren que siempre seamos fieles a nuestros deseos en la adopción de decisiones. Muchas concepciones contemporáneas de los mercados –y no solo la versión neoliberal– están fundadas en esta idea de que los mercados revelan información sobre la cual todos podemos actuar en cuanto individuos sin la (supuesta) interferencia distorsionadora de un planificador central (por ejemplo, un Gobierno). Sin embargo, el diseño de los mercados contradice esta teoría. Los diseñadores de mercados pueden crear los mercados que deseen para alcanzar los resultados que deseen; las preferencias y decisiones individuales quedan relegadas, ya que los diseñadores de mercados pueden construir la arquitectura de mercado que necesitan para incentivarnos a hacer lo que ellos quieren (por ejemplo, aumentar los ingresos, el bienestar o la eficiencia).

El ascenso de las grandes empresas tecnológicas

Hasta hace relativamente poco tiempo, no era posible ampliar el diseño del mercado más allá de un objetivo o resultado específico. Sin embargo, todo ello ha cambiado con el auge de las grandes empresas tecnológicas como Apple, Amazon, Alphabet/Google, Microsoft y Meta/Facebook.13 Estas empresas han transformado el modo en que funcionan nuestras economías y sociedades, y cada vez tienen más problemas de funcionamiento –como temores sobre la desinformación, impactos cognitivos, patrones oscuros, etcétera. Volveré sobre este punto más adelante.

En la actualidad, podemos decir con certeza que las grandes empresas tecnológicas son las intermediarias clave en nuestra vida cotidiana y de la información de la que dependemos: nos conectan con otras personas, hacen que funcione la infraestructura que utilizamos para trabajar o en nuestro tiempo libre, nos brindan productos y servicios útiles y mucho más. En gran parte de esta mediación se utilizan plataformas digitales, como las que nos conectan con otras personas (como Uber), con contenido (como YouTube) o con anuncios (como Facebook/Meta). Obviamente, no lo hacen por amabilidad, sino que, a cambio de sus servicios obtienen nuestros datos personales, comerciales y de usuario, y esos datos a su vez se convierten en otros productos, servicios e infraestructuras.

Estas empresas han diseñado y reconfigurado sus tecnologías cada vez más, como plataformas digitales o interfaces de programación de aplicaciones, con el objetivo específico de recopilar nuestros datos, ya que su éxito depende de sus enclaves de datos.14 Estos enclaves representan el acervo de datos creado mediante la ampliación de la influencia de las grandes empresas tecnológicas a través de su ecosistema de dispositivos, aplicaciones, programas informáticos y plataformas.

Es preciso entender el tamaño monumental de las grandes empresas tecnológicas para tener una idea clara del modo en que su existencia hace una enorme diferencia en nuestras vidas, en comparación con otras empresas. Hasta hace poco, las grandes empresas tecnológicas formaban parte de las cinco mayores empresas del mundo con una capitalización de mercado superior a los 5 billones de dólares en 2020, lo cual representa casi el 25% del mercado de capitalización de mercado de valores de los Estados Unidos. Desde entonces, su valor en el mercado ha disminuido, pero no porque se hayan vuelto menos importantes para nuestras vidas. Según un informe de 2020, que es el resultado de una investigación del Congreso de los Estados Unidos, el 81 % de todas las búsquedas generales y el 94 % de todas las búsquedas en teléfonos celulares utilizan Google; el 99 % de los teléfonos inteligentes utilizan los sistemas operativos Android o Apple; el 80 % de los buscadores son Google Chrome o Safari de Apple; Facebook, Instagram, Messenger y WhatsApp, tomados en conjunto, tienen 2.470 millones de usuarios activos a diario; alrededor del 50 % de todo el comercio digital de los Estados Unidos tiene lugar a través de Amazon; y Amazon, Microsoft y Google dominan la infraestructura de computación en la nube.15 Las grandes empresas tecnológicas son tan omnipresentes que resulta difícil vivir sin ellas.

Mientras que los críticos, entre los que me incluyo, debatían si el neoliberalismo estaba muerto, estaba muriendo o había resurgido tras la crisis financiera mundial de 2008, las grandes empresas tecnológicas simplemente se sumaron a la ola del dinero fácil desatada por los bancos centrales mediante la expansión cuantitativa para asentarse como los actores dominantes de nuestras economías. Este es especialmente el caso de los Estados Unidos, donde la Reserva Federal imprimió más dinero entre 2008 y 2010 que en los noventa y cinco años anteriores. El periodista Christopher Leonard señala las consecuencias negativas e imprevistas de esta política en The Lords of Easy Money.16 Según señala, este flujo de dinero fácil dio lugar a un sistema de bajas tasas de interés durante diez años –que solo se estancó con el reciente aumento de la inflación– con la esperanza de los bancos centrales de que ese dinero barato se aprovecharía para invertir en nuevos activos y empleos. Pocos lo hicieron y prefirieron en cambio utilizar ese dinero para la recompra de acciones o para invertir en burbujas de activos, incluida la industria tecnológica en auge, que experimentó un crecimiento espectacular en la financiación de capital de riesgo.

En cambio, las grandes empresas tecnológicas hicieron un buen uso de ese dinero, especialmente al aumentar su oferta de activos tangibles, como los centros de datos, cables de alta velocidad y similares, lo que les permitió ampliar sus actividades de recopilación de datos y la capacidad informática necesaria para convertir a esos datos en valor y consolidar su poder en el mercado. 17, 18 Amazon, Google y Facebook (Meta), en particular, aumentaron considerablemente la cuota de activos tangibles en sus balances.

Pero la peor parte ocurrió con la digitalización del diseño de mercado instituido por el ascenso de las grandes empresas tecnológicas y sus ecosistemas de plataformas. Como señalan Salomé Viljoen, Jake Goldenfein y Lee McGuigan,19 el diseño de mercado ha estado cargado de tecnologías algorítmicas propiciadas por la recolección masiva de datos personales y la enorme capacidad informática de las grandes empresas tecnológicas.20 Los autores se refieren al modo en que el “diseño del mecanismo algorítmico o automático” otorga a las grandes empresas tecnológicas una capacidad especial sin precedentes para establecer perfiles de usuarios, clientes, proveedores y otros.

En lugar de preocuparse sobre los resultados de políticas, las grandes empresas tecnológicas han aplicado el diseño de mecanismos para hacer dinero, como lo ilustra mi ejemplo inicial, en sus diversas plataformas y ecosistemas. Están utilizando el diseño de mecanismos para incentivar tipos específicos de participación e impresiones de usuarios con y dentro de sus ecosistemas, alentándonos a pasar más tiempo utilizando sus productos y servicios.

Como observan los diseñadores de la experiencia de los usuarios,21 una función simple como deslizar verticalmente de manera constante (scrolling), que es una característica determinante de plataformas como Facebook, Twitter e Instagram, fue diseñada precisamente porque las empresas sabían que generaría una conducta adictiva, que haría que nuestra atención no se despegara de la pantalla. Lo mismo ocurre con las notificaciones, los me gusta y otras herramientas de la interacción digital. Y cuanto más tiempo y atención dediquemos a nuestros dispositivos, las grandes empresas tecnológicas podrán obtener más valor a partir de nuestro comportamiento. Al diseñar mercados de este modo, Viljoen y otros afirman que las grandes empresas tecnológicas pueden cultivar y explotar las denominadas asimetrías de información, es decir, la información que las grandes empresas tecnológicas poseen, pero que no es accesible a los usuarios.

 

La oposición a las grandes empresas tecnológicas

Debido a su poder social y en el mercado, las grandes empresas tecnológicas afrontan una creciente oposición a su dominio. En algunos casos se trata de oposición colectiva, pero en otros surge de las contradicciones inherentes e internas dentro de sus propias estrategias y funcionamiento.

El juicio entablado en Texas mencionado al comienzo es tan solo una de varias demandas colectivas presentadas contra grandes empresas tecnológicas, tanto por Gobiernos como por competidores. Diversas jurisdicciones han realizado esfuerzos más concertados para limitar el poder de las grandes empresas tecnológicas, algunos de ellos parecen ser más eficaces que otros.22 La Unión Europea, en particular, ha estado activa en este ámbito a medida que ha aumentado la preocupación acerca de los efectos anticompetitivos de las grandes empresas tecnológicas. Recientemente, la Unión Europea ha presentado varias políticas y reglamentos, como, por ejemplo:

  • La Ley de Mercados Digitales que establece reglamentaciones ex ante para controlar el comportamiento de las empresas denominadas guardianas, como las grandes empresas tecnológicas. La Ley prohíbe determinadas acciones como combinar datos personales de plataformas con datos recopilados de otros servicios. Entró en vigor en 2023;
  • La Ley de Servicios Digitales diseñada para aumentar la transparencia de la publicidad en línea y reducir el contenido ilegal y la desinformación. Entrará en vigor en 2024; y
  • El Reglamento de Gobernanza de Datos para la libre circulación y la normalización del intercambio de datos entre organizaciones, a través de la limitación de la capacidad de las empresas para acumular datos. Aún se encuentra en la fase legislativa.

Otros países y jurisdicciones, como Australia y los Estados Unidos, están adoptando medidas a pesar de la fuerte presión de las grandes empresas tecnológicas y las empresas impulsadas por datos.

Otro tipo de oposición parece estar surgiendo de las propias empresas tecnológicas como consecuencia de los crecientes efectos contradictorios provocados por sus operaciones y estrategias. Como probablemente todos los usuarios lo hayan notado, los productos y servicios ofrecidos por las grandes empresas tecnológicas son cada vez menos útiles e incluso disfuncionales. Mis experiencias personales incluyen: comprar productos de dudosa calidad en Amazon que son imitaciones o estafas; tener que deslizar el ratón hasta la mitad de la página para evitar los anuncios en el motor de búsqueda de Google; desistir de buscar en Facebook debido a la cantidad de anuncios; tener que cambiar la configuración de los productos de Microsoft debido a algún efecto automático extraño; y evitar a Apple a toda costa porque no quiero quedar atascado en un enclave.

Otras plataformas están teniendo experiencias similares; a las empresas impulsadas por datos les resulta cada vez más difícil alcanzar sus objetivos: por ejemplo, las empresas de arrendamiento en línea de vehículos con conductor como Uber y Lyft han debido aumentar sus precios al mismo nivel o incluso a niveles más elevados que las empresas de taxis;23 las empresas de entrega de comida como Doordash o Deliveroo han perjudicado a los restaurantes de los que depende su propia existencia;24 y Airbnb está plagado de estafas, además de que está transformando el mercado inmobiliario de un modo problemático.25 Y ni hablemos de productos como las granjas de clics.26

En general, debemos encontrar formas de limitar la recolección y el uso de nuestros datos personales y creo que cada vez hay más espacio político para hacerlo, a medida que empresas impulsadas por datos encuentran nuevos problemas con sus modelos de negocios e innovación. Existen opciones. Una de ellas consiste en canalizar los sentimientos a favor del mercado al convertir nuestros datos en nuestra propiedad,27 lo cual, aunque suena atractivo, probablemente no resuelva nada, ya que es difícil determinar quién debería ser propietario de qué información. Otra opción es crear fideicomisos de datos,28 quizá administrados por Gobiernos u organismos públicos, que brinden acceso a todo tipo de datos digitales, mientras que supervisan el modo en que se utilizan. Ello podría contribuir a resolver algunos problemas y permitir que nuestros datos se utilicen de un modo en el que estamos de acuerdo. Sin embargo, no impediría necesariamente que las grandes empresas tecnológicas accedan a nuestra información personal. Una tercera opción es crear cooperativas o comunas de datos descentralizadas,29 que colectivicen nuestros datos personales y permitan una mayor supervisión y rendición de cuentas a nivel local. Estas cooperativas estarían administradas por grupos, organizaciones o comunidades, pero daría mucho trabajo gestionar todas las preocupaciones de las personas respecto de la seguridad de sus datos personales.

Hay algo que es seguro: veremos muchos más datos digitales a lo largo de nuestras vidas y si queremos utilizarlos para nuestro beneficio colectivo, tendremos que hallar el modo de controlarlos en forma colectiva y democrática, en lugar de dejarlos en manos de las empresas poderosas que harán lo que les plazca.

 

Conclusión

El diseño de mercado ha sustentado el auge de las grandes empresas tecnológicas en los últimos diez años. Un nuevo conjunto de tecnologías digitales y algorítmicas ha permitido que estas y otras empresas impulsadas por datos moneticen la información de la cual se supone que dependen los mercados (por ejemplo, quién quiere comprar X, qué persona Y pagaría por Z, cuántas personas ven A). Esta información sobre el mercado intenta ser transparente y veraz para asegurar la competencia, pero cada vez más se acapara y oculta en enclaves de datos creados por grandes empresas tecnológicas a fin de garantizar su monopolio. Entonces, en lugar de simplemente monetizar información personal, las grandes empresas tecnológicas han ido mucho más allá de los temores de vigilancia expresados por muchos críticos, como Shoshana Zuboff.30

No obstante, en la actualidad, las grandes empresas tecnológicas afrontan distintos tipos de cuestionamientos: tanto de políticos y responsables de la formulación de políticas que elaboran nuevos marcos para limitar su poder, como los que surgen de las contradicciones internas y el mal funcionamiento de sus propias operaciones. Todo ello hace que nos planteemos la siguiente pregunta: ¿regresarán los mercados para vengarse o es este el comienzo de algo nuevo? Es importante que activistas, grupos de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y el público en general recuerden que al sensibilizar e interactuar con Gobiernos acerca del poder de las grandes empresas tecnológicas, si ya no hay mercados, las formas anticuadas de los reguladores de entender el mundo no servirán para controlar a las grandes empresas tecnológicas. Debemos pensar más allá del mercado.

 

Kean Birch es director del Institute for Technoscience & Society y profesor asociado del Programa de Postgrado en Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de York (Canadá), donde investiga la aparición y las implicaciones del capitalismo tecnocientífico. Su web es: http://www.keanbirch.net/.

Traducción: Mercedes Camps (TNI)

NOTAS:

  1. Texas Attorney General et al. (2022). Google Digital Advertising Antitrust Litigation.
  2. Departamento de Justicia de los Estados Unidos (2020). Justice Department Sues Monopolist Google For Violating Antitrust Laws, Washington DC: Departamento de Justicia.
  3. Dentro de la publicidad en línea se puede diferenciar entre la publicidad programática y la contextual. La primera representa la publicidad dirigida a personas sobre la base de sus intereses y preferencias, que se infieren de sus datos personales, mientras que la segunda representa la publicidad que figura en los sitios web que corresponden a los contenidos del anuncio. Para más información, véase Hwang (2020).
  4. Mirowski, Philip y Nik-Khah, Edward (2017). The Knowledge We Lost in Information. Oxford: Oxford University Press.
  5. Texas Attorney General et al. (2022). Google Digital Advertising Antitrust Litigation, p. 104.
  6. Ibid, p. 107.
  7. Birch, Kean (2 de noviembre de 2017). What Exactly is Neoliberalism? The Conversation.
  8. Hayek, Friedrich (1945). The Use of Knowledge in Society.
  9. Véase el libro de Mirowski y Nik-Khah sobre la historia de la información en la economía ortodoxa.
  10. Amadae, S.M. (2016). Prisoners of Reason. Cambridge: Cambridge University Press.
  11. McMillan, John (2003). Market Design: The Policy Uses of Theory. Stanford Business School: Working Paper No.1781.
  12. Birch, Kean (2020). Automated neoliberalism? The digital organization of markets in technoscientific capitalism. New Formations, 100-101, 10-27.
  13. Birch, Kean y Bronson, Kelly (2022). Introduction: Big Tech. Science as Culture 31(1), 1-14. Hay varios libros sobre el auge de las grandes empresas tecnológicas que vale la pena leer (y muchos que no). Sugiero leer a Cohen (2019), Doctorow (2020), Foroohar (2019), Lanier (2014), Pasquale (2015), Srnicek (2016) y Zuboff (2019). Existen, por supuesto, muchos otros libros, artículos, etc. que vale la pena leer, pero simplemente no tengo espacio de incluirlos en esta nota al pie.
  14. Utilizo el término enclaves en lugar de recinto para reflejar el hecho de que los datos personales digitales deben fabricarse y no existen en estado bruto para que alguien los recopile y utilice. De modo que su recopilación define el uso en modos que dan lugar a resultados problemáticos, como he discutido en un artículo periodístico de libre acceso que escribí junto a dos colegas (Birch et al., 2021).
  15. Cámara de Representantes de los Estados Unidos (2020). Investigation of Competition in Digital Markets. Washington, DC: House of Representatives.
  16. Leonard, Christopher (2022). The Lords of Easy Money. Nueva York: Simon & Schuster.
  17. Birch, Kean, Cochrane, D.T. y Ward, Callum (2021). Data as asset? Unpacking the measurement, governance, and valuation of digital personal data by Big Tech. Big Data & Society, 8(1), 1-15.
  18. Morozov, Evgeny (2022). Critique of Technofeudal Reaso. New Left Review, 133/134, 89-126.
  19. Viljoen, Salomé, Goldenfein, Jake y McGuigan, Lee (2021). Design choices: Mechanism design and platform capitalis. Big Data & Society, 8(2), 1-13.
  20. Viljoen, Salomé, Goldenfein, Jake y McGuigan, Lee (2021). Design choices: Mechanism design and platform capitalis. Big Data & Society, 8(2), 1-13. Las tecnologías algorítmicas se refieren a una serie de desarrollos a menudo referidos como inteligencia artificial o aprendizaje automático. En lugar de debatir en qué medida estas tecnologías representan una inteligencia real (personalmente no creo que lo hagan), prefiero referirme a ellas en términos de cómo funcionan, es decir, fundamentalmente como algoritmos (toman insumos y expulsan productos basadosen alguna operación interna, que puede ser transparente u opaca). Me gusta especialmente la opinión de Meredith Whittaker (2021) sobre estas tecnologías, ya que las desmitifica: “debemos reconocer, en primer lugar, que los ‘avances’ en inteligencia artificial celebrados en los últimos 10 años no se debieron a acontecimientos científicos fundamentales en técnicas de inteligencia artificial. Sino que fueron y son principalmente el producto de datos y recursos informáticos muy concentrados que están en manos de unas pocas grandes empresas tecnológicas”.
  21. Collins, Grant (2020). Why the infinite scroll is so addictive.
  22. Donde vivo, en Canadá, el Gobierno federal ha propuesto legislación para actualizar las reglamentaciones sobre protección y privacidad de datos, que no han cambiado en los últimos veinte años. Sin embargo, el enfoque del Gobierno a la reforma se basa en permitir a las empresas seguir recopilando y procesando nuestros datos en un nuevo marco de privacidad, en lugar de cuestionar la recopilación y el uso de esos datos en sí (Birch, 2022).
  23. Doctorow, Cory (10 de agosto de2021). End of the Line for Uber. Pluralistic.
  24. Roy, Ranjan (17 de mayo de 2020). Doordash and Pizza Arbitrage. Margins.
  25. Goldfischer, Emily (3 de agosto de 2022). Scams: The Dark Side of Alternative Accommodations. Hertelier.
  26. Birch, 2020. cit.
  27. Posner, Eric y Weyl, Eric Glen (2019). Radical Markets. Princeton: Princeton University Press.
  28. Wiley, Bianca y McDonald, Sean Martin (9 de octubre de 2018). What is a Data Trust? Centre for International Governance 
  29. Scholz, Trebor y Calzada, Igor (19 de abril de 2021). Data Cooperatives for Pandemic Times. Public Seminar.
  30. Zuboff, Shoshana (2019). The Age of Surveillance Capitalism. Nueva York: Public Affairs.


Nos vamos al teatro con el Colegio Montserrat

Nos vamos al teatro con el Colegio Montserrat

El 21 de diciembre compartiremos la obra titulada ‘Tan solo el fin del mundo’, en las Naves del Español. Reserva tu entrada con Comunidad FUHEM antes del 11 de diciembre.

El próximo 21 de diciembre tenemos la oportunidad de hacer comunidad yendo juntos al teatro. La propuesta parte del Colegio Montserrat, que ha organizado una reserva de grupo para asistir a la representación de Tan solo el fin del mundo, a las 20 horas, en las Naves del Español-Matadero (Pza. Legazpi, 8. Madrid).

¿Qué vamos a ver?

 Dirigida por Israel Elejalde, Tan solo el fin del mundo, es una obra de Jean-Luc Lagarce escrita en 1990. Poco tiempo antes de escribirla, su autor supo que había contraído el VIH, un virus que, en aquel entonces, causaba una enfermedad con unos índices de mortalidad muy elevados y también un fuerte estigma social. Con un elemento autoficcional innegable, la obra no se vertebra sobre la enfermedad o la muerte, sino sobre la familia y su papel en un momento crucial para el protagonista.

La obra está protagonizada por: Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson.

¿Cómo reservar mi entrada? En la web de FUHEM, antes del 11 de diciembre

 Hemos hecho una reserva de grupo para la sesión del jueves 21 de diciembre, a las 20 horas, en las Naves del Español-Matadero, Sala Fernando Arrabal (Nave 11). El precio de cada entrada es de 15 euros (5 euros de descuento sobre el precio habitual). Para disponer de tu localidad, es necesario que la adquieras en el siguiente botón de reserva. La reserva estará disponible hasta el 11 de diciembre de 2023, fecha en la que devolveremos las entradas que no se hayan reservado.

¿Cómo accedo al teatro? Recogiendo la entrada que te daremos el mismo día

El jueves 21 de diciembre, desde las 19 hasta las 19.45 horas, varias personas de FUHEM estaremos en el Café Naves, junto al teatro, en el mismo recinto de Matadero, para entregar a las personas que hayáis reservado previamente la localidad que os permite acceder a la sala.

Hacer Comunidad junto al Colegio Montserrat

La vinculación del Colegio Montserrat y las artes escénicas cuenta con una larga trayectoria que se remonta ya a cinco cursos escolares, cuando comenzó el Proyecto de Innovación Educativa “Actuamos”. En el marco del mismo y evolucionando en el tiempo, junto al alumnado y sus docentes, siempre ha supuesto un acercamiento al mundo del arte, la danza, el teatro, la música o el cine, relacionándolo con asuntos sociales. El proyecto se ha dirigido a los grupos de Bachillerato, tanto en horario escolar como fuera del mismo (en este caso, de forma voluntaria).

Con esta actividad conjunta, abrimos la experiencia del Colegio Montserrat a otras personas vinculadas a FUHEM, con el ánimo de seguir construyendo Comunidad FUHEM.

Tras la celebración de Carrera Solidaria de Hipatia, la inauguración de la Sala Magenta en Lourdes y esta actividad teatral concluimos las actividades de este año, pero ya estamos preparando las de 2024. Si quieres sumarte a Comunidad FUHEM, inscríbete aquí:

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    Educar con perspectiva feminista

    Educar con perspectiva feminista

    Desde FUHEM queremos contribuir a la construcción de escuelas más equitativas, más justas, que eduquen desde y para los valores ecosociales. Escuelas que permitan a la comunidad crecer en colectivo, cuidarnos, transformarnos para transformar nuestro entorno.

    Han pasado 5 años de la publicación de “71 propuestas para educar con perspectiva de género”. Cincos años en los que los movimientos feministas han sufrido e impulsado grandes transformaciones avisada y que queríamos reflejar en una nueva edición revisada y ampliada donde incorporamos puntos de vista más amplios que se han venido señalando en los feminismos en los últimos años: miradas más interseccionales, que tengan en cuenta las diversas estructuras de poder que operan en la sociedad y, por tanto, también en los espacios educativos.

    «73 propuestas para educar con perspectiva feminista» es una obra colectiva en cuya autoría además de su coordinadora Alicia de Blas han participado los grupos feministas de FUHEM, docentes y personas de las áreas y departamentos de la entidad, que responde al mandato del Proyecto Educativo de la Fundación, donde se recoge el deseo de contribuir a la construcción de una sociedad más justa, inclusiva e igualitaria, también en materia de género.

    Ningún resultado.

    Por qué educar con perspectiva feminista

    Desde la pedagogía feminista buscamos construir una educación que nos sirva para la vida, que ayude a vivir vidas que merezcan la pena ser vividas, que ponga los cuerpos y los sentires en el centro, que rompa con los mandatos, la normalización y la socialización de género. Para ello hay que tener en cuenta las estructuras de poder que atraviesan la sociedad desde una mirada inclusiva y crítica, y que empodere.

    «Queremos contribuir a la construcción de escuelas más equitativas, más justas, que eduquen desde y para los valores ecosociales. Escuelas que permitan a la comunidad crecer en colectivo, cuidarnos, transformarnos para transformar nuestro entorno. Queremos aportar nuestro granito de arena para contribuir a que estas sean espacios de escucha, de reconocimiento de la diversidad, donde haya hueco para el crecimiento de todas, donde podamos revisar de forma crítica y consciente qué enseñamos y cómo», señala Mara Nieto, una de las coautoras de la publicación en el prólogo de esta segunda edición.

    Las propuestas se agrupan en cuatro estrategias para educar con perspectiva feminista:

    • Reconocimiento de la diversidad
    • Reconocimiento de las mujeres
    • Valoración y corresponsabilidad en los trabajos de cuidados
    • Convivencia democrática y empoderamiento feminista

    Y se clasifican a su vez en seis ámbitos de actuación:

    • Los objetivos y contenidos del currículo
    • La metodología y organización del aula
    • Las relaciones
    • Los espacios
    • El lenguaje
    • Los materiales didácticos

    El libro está disponible a la venta en librerías y en nuestra tienda online.


    La exposición "Corazón roto" inaugura la Sala Magenta del Colegio Lourdes

    La exposición "Corazón roto" inaugura la Sala Magenta del Colegio Lourdes

    La Sala Magenta abrirá sus puertas el el próximo jueves, 23 de noviembre, a las 16.30 horas, con la exposición  de los trabajos realizados por el alumnado «Corazón Roto».

    Sala de exposiciones Magenta del Colegio Lourdes FUHEM

    La Sala de exposiciones Magenta es fruto del trabajo, el deseo y la inspiración del Departamento de Artes del Colegio que, durante dos cursos, ha desarrollado el Proyecto de Innovación Educativa titulado “Del papel al muro”, a través del cual se ha creado, transformado y desarrollado el espacio escolar existente para crear la sala de exposiciones “Magenta”.

    La exposición inaugural, que lleva por título “Corazón roto”, incorpora piezas realizadas por el alumnado de las materias de Expresión Artística de 4º de ESO y Volumen y Dibujo Artístico de 1º de Bachillerato Artístico. Esta exposición se suma a las distintas actividades que se realizarán en el Colegio con motivo del Día contra la Violencia de Género que se celebra el 25 de noviembre.

    Este nuevo espacio expositivo nace con un doble objetivo: ser un lugar de exhibición profesional para el alumnado de Bachillerato de Artes y de Educación Plástica Visual y Audiovisual del Colegio Lourdes y también para acoger la obra de otros colectivos que quieran aprovecharlo.

    Las profesoras que conforman el Departamento Artístico del Colegio Lourdes y que compaginan su labor docente con la de artistas en activo, saben que una sala de exposiciones es un espacio lleno de oportunidades. Así pues, la inauguración de la “Sala Magenta” es el primer hito de un largo recorrido que permitirá disfrutar del arte y establecer nuevos vínculos en torno a esta actividad, entre el Colegio Lourdes, los otros centros escolares de la Fundación y las personas que se están sumando a Comunidad FUHEM.

    Las exposiciones generan afinidades entre la comunidad correspondiente (alumnado, antiguo alumnado, familias, docentes…), y el patrimonio que se muestra. Así mismo, la gestión de un espacio como la Sala Magenta debe ser eficaz y relevante para ofrecer oportunidades de aprendizaje y participación en todos los aspectos. Entre ellos, podemos destacar: dar a conocer la obra plástica y de diseño que realiza el alumnado en cada ciclo para que se aprenda y conozca la gestión y promoción de la obra artística; valorar el trabajo creativo holístico que se desarrolla con el alumnado, desde 1°de ESO a 2°de Bachillerato; proporcionar información precisa conectando con audiencias de todas las edades, intereses y habilidades, es decir, haciendo una sala de exposiciones accesible que permita la participación del visitante.

    Se accederá por la puerta principal del colegio. La Sala se encuentra situada en el piso inferior.

    Os esperamos en la inauguración de la Sala Magenta, en Lourdes. El jueves 23 de noviembre a partir de las 16.30 horas.

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      ¿Cuánta energía cuesta conseguir energía?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE | 4º ESO

      ¿Cuánta energía cuesta conseguir energía?

      La energía es imprescindible para el funcionamiento de cualquier sociedad. Sin energía no hay trabajo útil, y sin trabajo útil nada funciona. Pero no podemos pagar cualquier precio por la obtención de energía, pues si este es demasiado alto, directamente no nos compensará el esfuerzo; esto es, no saldrá a cuenta. Así, si se llega un punto en el que un yacimiento, por ejemplo, requiere más energía para su explotación que la energía que se obtiene del recurso extraído, esa actividad será por definición ineficiente en términos energéticos. Y también lo será, por lo tanto, en términos económicos.

      Bajo estos mimbres, proponemos esta situación de aprendizaje ecosocial formada por 8 sesiones para trabajar en las aulas de 4º de la ESO, en la asignatura de Física y Química.

      No cabe duda de que en el contexto de crisis energética global en el que nos encontramos, cada vez nos costará más conseguir energía. Pero… ¿Nos cuesta lo mismo conseguir energías renovables que combustibles fósiles? ¿Y qué implicaciones sociales conlleva disponer de fuentes de energía que proporcionan mucha energía neta frente a otras que proporcionan menos?

      Reflexionar sobre estas preguntas guiará al alumnado a comprender que no todas las fuentes de energía son iguales. Las energías renovables se presentan en la naturaleza muy dispersas y muy poco concentradas. Justo al contrario que los combustibles fósiles, que tienen una densidad energética sin igual. Esto hace que para obtener una misma cantidad de energía a partir de fuentes renovables requiramos muchas más unidades de energía invertida que si lo hacemos a partir de fuentes fósiles, altamente concentradas. Estas reflexiones conducirán al alumnado a reconocer que el planeta Tierra tiene límites, que los recursos energéticos no renovables son finitos, y que, además, su máximo de producción conjunta se está comenzando a alcanzar. Esta realidad orientará al mismo tiempo al alumnado a reconocer que las energías renovables son sin duda las energías del futuro; pero no de un futuro cualquiera, sino de un futuro que, forzosamente, deberá ser construido a partir de mucha menos energía neta. Y es que por muchas cosas nuevas que se descubran o inventen, lo cierto es que las fuentes de energía renovable nunca podrán llegar a cubrir el total de energía que se consume hoy en el mundo gracias a los combustibles fósiles. Nos toca, por lo tanto, aprender a vivir con menos energía.

      La era de la abundancia y el derroche que permitieron los combustibles fósiles no va a poder mantenerse en base a las energías renovables. Pero esto no tiene por qué ser una mala noticia, pues las fuentes fósiles de energía no sólo son inviables por su carácter finito, sino también por los altos impactos ambientales y sociales que su utilización ha demostrado tener. Que todas las personas de este mundo vivamos bien con un menor consumo global de energía no sólo es posible y necesario, es conveniente.

      A continuación, presentamos la ficha completa para el desarrollo en el aula de esta situación de aprendizaje:

      Situacion-de-aprendizaje-energia

      DESCARGA

       


      Celebramos las III Jornadas de educación ecosocial en Valencia

      Celebramos las III Jornadas de educación ecosocial en Valencia

      Más de un centenar de docentes de todo el estado se dan cita en Las Naves de Valencia en las III Jornadas de Educación Ecosocial, que organizó la Fundación FUHEM en el seno de proyecto Vínculo Ecosocial y que supuso una jornada de trabajo destinada a soñar y construir colectivamente la escuela del futuro.

      III Jornadas de Educación Ecosocial en las Naves (Valencia)

      “Construimos futuros ecosociales posibles y deseables” ha sido el tema de la edición de este año y bajo ese paraguas centraron sus intervenciones las dos primeras invitadas: Yayo Herrero y Belén Gopegui, que dibujaron los escenarios utópicos que se vislumbran en el contexto actual.

      Yayo Herrero recordó que en el debate entre utopía y distopía existe el riesgo de caer en planteamientos excesivamente duros que pueden llevar a la desmovilización o se pueden convertir en una reivindicación muy banal: “Primero hay que pensar en lo que no puede ser, que viene determinado por lo que somos, una especie viva inserta en la trama de la vida que se interrelaciona densamente y que genera las propias condiciones de existencia. No hay forma posible que la vida humana se desgaje de ella”. En esa misma línea se mostró Belén Gopegui, que recordó que “hoy es el futuro del ayer y que ahora estamos haciendo el futuro de mañana, para ello vamos a tener que conseguir formas de decir e influir en lo que hay que hacer”, reivindicó la escritora madrileña. Porque “hemos pasado mucho tiempo en un contexto capitalista que nos dice cómo hay que hacer las cosas aunque, aparentemente, en un mundo libre donde cada uno hace lo que quiere: alimentación saludable/comida ultraprocesada, importancia del cuidado/precariedad de cuidadoras…)

      Vislumbrando escenarios futuros posibles y que fueran deseables, Belén Gopegui se mostró tajante: “Tengo la certeza de que estamos en el momento más grave de nuestras vidas y tenemos que partir de ahí. Cuando pensamos en utopías las situamos lejos y tenemos que situarlas ya porque no hay mucho tiempo”.

      El papel y la importancia del trabajo colectivo para construir futuros esperanzadores siempre estuvo presente en la charla, así Belén Gopegui interpeló al profesorado de distintas etapas que llenaba la sala: “Hay que empezar a enseñar esto, la educación no es para insertarse mejor en el mundo laboral, es para intervenir y tener capacidad de intervenir en la sociedad”.

      Me lo llevo al cole:  así se aplica la educación ecosocial en un centro FUHEM

      Tras la charla inspiradora entre Belén Gopegui y Yayo Herrero fue el turno de Marta González Reyes, maestra de Educación Primaria en C.E.M. Hipatia FUHEM, que transmitió con mucho entusiasmo el modo en que se ha llevado a cabo la transformación ecosocial de un centro educativo, el colegio Hipatia FUHEM, con tres contextos de actuación: el entorno, el centro educativo y el aula.

      Al abordar las intervenciones sobre el entorno, Marta recordó la importancia que adquieren metodologías de gran impacto como el aprendizaje servicio, que permiten e impulsan un servicio a la comunidad. Un ejemplo de esto es el centro sociocomunitario que se construyó en la Cañada Real ( Madrid) a partir de la colaboración entre la escuela y otros agentes del barrio, dando muestra de cómo las prácticas escolares desde áreas curriculares, como pueden ser las matemáticas o el dibujo técnico, se traducen en prácticas que pueden ser transformadoras. Otros ejemplos mencionados fueron el bicibús implementado en el centro gracias a la autoorganización de las familias para llevar a niños y niñas al colegio, la instalación de paneles solares en todos los centros de FUHEM o el proyecto «Alimentando otros modelos»  y sus tres dimensiones sostenibles: introducción de ingredientes agroecológicos, sostenibles y saludables en el comedor escolar, la creación de grupos de consumo agroecológico en todos los centros FUHEM y la inserción desde la perspectiva educativa de la alimentación bajo esta perspectiva agroecológica  en todas las aulas.

      De las intervenciones y buenas prácticas de educación ecosocial sobre el centro educativo, Marta González Reyes destacó estos otros proyectos:

      La escuela de cuidado mutuo para mejorar la convivencia en la comunidad educativa, que pone el foco en toda la comunidad no solo en el alumnado y proponiendo la gestión de los conflictos a través de prácticas restaurativas.

      La transformación de espacios comunes, como hacer los patios inclusivos y sostenibles, partiendo de la idea de considerar el espacio como el tercer maestro.

      Empoderamiento del alumnado, como uno de los objetivos de la educación ecosocial se pone a disposición del alumnado las herramientas necesarias para convertirse en un agente de transformación social. Existen varias iniciativas para impulsarlo: alumnado ayudante presente en todas las aulas desde 4º primaria, equipo de mediación escolar con formación específica, grupo de «ecolegas», desayunos por la diversidad para compartir experiencias sobre diversidad sexual y de género o asambleas feministas, que incluyen a familias, docentes en todos los centros FUHEM y el Personal de Administración y Servicios (PAS).

      Aterrizando la educación ecosocial en el aula, Marta González Reyes fue clara sobre el currículo y el método. Empezando por el segundo: «el método educa y sobre todo para una educación emancipadora como pretender ser la educación ecosocial». En este aspecto, destacó el trabajo que viene realizando la Fundación en los últimos años con la creación de un currículo ecosocial, apostando por metodologías activas a nivel cognitivo y basadas en la construcción colectiva del conocimiento. Ejemplificando el método de la educación ecosocial, Marte mencionó posibles acciones a llevar a cabo para lograr una educación ecosocial: los grupos interactivos, las asambleas de aula o el Aula Viva.

      Sobre el fin de la enseñanza en la escuela, Marta González Reyes fue clara: «Consideramos que es clave poner el foco en el qué se enseña. Es absolutamente clave poner el foco en lo que se hace en el cole y esto es el currículo. Los contenidos ecosociales tienen que ocupar un lugar central en el aprendizaje. Para ello el currículo ecosocial tiene que tener al menos la misma importancia que el oficial y asegurar que se trabaja en todos los cursos y de manera explícita».

       

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      Para finalizar, Marta González Reyes recordó la eterna división que tradicionalmente sufre la educación y su finalidad: «El cultivo del talento individual para no ser excluidas del tren del progreso y fomentar el compromiso social para transformar el mundo». Lejos de esa división, la educación ecosocial responde al reto de dotar al alumnado de las herramientas necesarias para el mantenimiento de la vida y la igualdad de oportunidades. Como cierre a su intervención, Marta nos recordó una cita de Eduardo Galeano que dice: «Hay que ser capaces de clavar los ojos más allá de la infamia para adivinar otros mundos posibles».

      A continuación, Luis González Reyes, responsable de Educación Ecosocial en FUHEM, tomo la palabra para explicar una nueva herramienta elaborada en colaboración con la Fundación y que permite evaluar el desempeño en educación ecosocial, tanto a nivel de aula como de centro y que ya está disponible para su implementación.

      Me lo llevo al aula: el protagonismo de las situaciones de aprendizaje en la educación ecosocial

      Tras las dos charlas iniciales llegó el eje central de las jornadas: el trabajo en grupo y la creación colectiva. En una docena de grupos de trabajo se repartieron los más de 100 asistentes en espacios diferenciados. La coordinación dentro de los equipos fue responsabilidad del equipo de FUHEM, que acompañó a las personas participantes a lo largo del proceso de creación de las Situaciones de Aprendizaje (SA). La misión era dar respuesta y crear narrativas de aprendizaje para poder llevar al aula una serie de preguntas conductoras como: ¿Qué necesitaríamos seguir haciendo en caso de apagón? ¿Es posible habitar un cuerpo sano en un mundo enfermo? ¿Por qué ya no podemos bañarnos en el río Júcar? ¿Crees que tiene un coste tu huella digital? ¿Necesitamos a los bichos para vivir? ¿Cómo podríamos sobrevivir si no tuviéramos supermercados? ¿Por qué hay gente que entra en nuestro país en avión y otra en patera? ¿Qué harías si solo tuvieras 2 horas de energía al día? Nos han pedido renovar la plaza del barrio. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo sería tu vida si fueras una hormiga del patio?

      Siempre a través de un enfoque competencial, surgieron resultados y productos finales tales como un mapa de los privilegios en relación con espacios de salud de la clase, un estudio de la contaminación del río junto a una acción colectiva de limpieza de un tramo o la organización de un evento de divulgación y sensibilización en el barrio de los movimientos sociales locales que defienden la soberanía alimentaria, la producción ecológica y el consumo de proximidad, entre otros muchos resultados finales a los que llegaron los diferentes grupos de trabajo (consulta aquí los resultados y conclusiones de los grupos de trabajo).

      La educación ecosocial por la geografía española

      Tras la pausa para comer, con un catering ofrecido por la empresa de inserción social Integras tú, llegó el turno de conocer las experiencias de éxito que ya se están implementando en las diferentes etapas de distintos colegios de la geografía española:

      INFANTIL

      • “Participar para poner la vida en el centro”, una iniciativa presentada por Ana Jiménez Talavera, de la cooperativa sevillana Ecotono, en torno al trabajo de los cuidados en las primeras etapas educativas.
      • «Recapaciclando por un entorno natural»: una experiencia que llevaron a Las Naves Vanesa Asensio Acosta y Saray Garrigos, docentes CEIP La Baia,en Elche. 
      • «Descubriendo en común», presentada por  Mayte Pellicer San Juan y Marus Carmona Alcalá del colegio Ponce de León de Madrid.

      PRIMARIA

      • «¡Qué emoción!»: Las compañeras Vicky Ruiz y Patricia St. Maur, docentes del Colegio Montserrat compartieron el trabajo que viene realizando el centro sobre el cuidado de las emociones de la comunidad educativa.
      • «¿Qué pasaría si sólo comiéramos chocolate?», Alba Sánchez, docente del CEIP La Baia de Elche, explicó esta situación de aprendizaje elaborada en torno a la alimentación saludable y sostenible.
      • “¿Hay alguna relación entre dieta y cambio climático? El ciclo completo de los alimentos”, donde  María Estela Manzanares Vieco, docente del CEIP Virgen de Loreto de Santa Pola, explicó  una situación de aprendizaje para enlazar las dietas saludables y sostenibles con el respeto al medio ambiente.

      SECUNDARIA

      • “10 turnos para el colapso. Educar en la crisis climática. Una propuesta ABJ”, es una divertida propuesta presentada por (Eduglobal STEM, Barcelona) para comprender la crisis climática y conocer los límites del crecimiento presentada por los docentes Felip Lorenzo, Oriol Guinart Berrueco y Albert Marques.
      • “Aprendizaje Circular en clave de Transformación”, un proyecto para alumnado de secundaria de regeneración estética y ecológica de espacios degradados presentado por Lucía González Navarrete (Natives).
      • «Del diseño al aula: Materiales didácticos ecosociales»: Manuel Mesegar, compañero del Colegio Lourdes FUHEM explicó cómo trabajar los materiales curriculares e interdisciplinares 

      Las jornadas concluyeron con una pequeña manifestación en la que los grupos de trabajo plasmaron sus mejores deseos para la educación del futuro. Estos deseos quedaron plasmados en pequeñas pancartas que mostraron desde el escenario de la sala central de Las naves, para luego dar paso al cierre musical de las jornadas de la mano de los acordes latinos y comprometidos de Daniela Trovati.


      Conversaciones con Elena Martín: “La evaluación de la práctica educativa”

      Conversaciones con Elena Martín: “La evaluación de la práctica educativa”

      Veinte minutos de conversación explican la necesidad de asumir una evaluación formativa que mejore los procesos educativos. Esperamos que nuestra experiencia inspire e impulse a otros centros.

      Al hilo del proceso de evaluación de la práctica educativa que ha realizado FUHEM en sus centros escolares y la edición del libro que lo recoge, hemos conversado con Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Consejo Asesor del Área Educativa de FUHEM.

      La conversación gira en torno a preguntas y temas como estos:

      • ¿Cómo concebir la evaluación?
      • ¿Por qué no hay que confundir evaluar con calificar, teniendo solo en cuenta la función acreditativa de la calificación?
      • ¿Cómo realizar una evaluación formativa que sirva para mejorar los procesos? Es decir, ¿cómo hacemos una evaluación competencial?
      • ¿Por qué existe cierta resistencia en el profesorado a ser evaluado?

      Ningún resultado.

      El libro Evaluación de la práctica educativa. Orientaciones y estrategias.

      Uno de los compromisos que ha asumido FUHEM ha sido el de poner a disposición de la comunidad y los centros educativos materiales y recursos que puedan servir de ayuda en su labor. La publicación Evaluación de la práctica educativa. Orientaciones y estrategias responde a este deseo de facilitar el trabajo docente. Porque evaluar es dotarse de procedimientos que permitan comprobar en qué medida se están consiguiendo los objetivos propuestos, con el fin de reorientar la actividad a su logro. Desde esta perspectiva, toda acción intencional necesita una evaluación continua para tener éxito.


      Instalado el playground de La Cañada Real

      Instalado el playground de La Cañada Real

      Fotos: Todo por la praxis

      En los últimos días, se ha levantado el “playground protesta” en la Cañada Real para cuya construcción organizamos la Carrera Solidaria que se celebró el curso pasado en las instalaciones de Hipatia.

      La participación en aquella jornada de deporte y comunidad sirvió para reunir los fondos necesarios para el diseño, montaje e instalación de esta zona de juegos, emplazada en el sector 6 de la Cañada Real, de la que se ha encargado Todo por la Praxis junto a la Asociación de mujeres de la Cañada Tabadol Cultural.

      Nuestro lema de entonces, “Con la luz no se juega”, ya es visible cuando cae la noche sobre esta zona de Madrid, donde viven familias y vecindario del alumnado de Hipatia, que siguen reivindicando su derecho a la luz, tres años después de que les fuera arrebatado.


      ¿Hay animales que no sirven para nada?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Hay animales que no sirven para nada?

      Cuando se habla de invertebrados nos referimos a un grupo extremadamente heterogéneo de animales, que incluye a más del 95% de los animales conocidos y que han poblado la Tierra durante más de 500 millones de años.

      La definición biológica los describe como organismos que carecen de esqueleto interno. Esta categoría comprende una gran variedad que se distingue por formas, características y funciones vitales. Entre los más comunes recordamos los moluscos, artrópodos, anélidos, etc., que se adaptan y especializan a diferentes hábitats (marino, terrestre, lacustre, etc.) llegando a desarrollar funciones cruciales para el funcionamiento de esos ecosistemas. En ese sentido pueden ser depredadores, presas, descomponedores, polinizadores, etc., contribuyendo así a la cadena alimentaria y al ciclo de nutrientes.

      ¿Qué sería de nuestra agricultura sin la actividad de esas pequeñas “trabajadoras” de la polinización como son las abejas?

      ¿Qué seria de la fertilidad y la salud del suelo sin la acción incansable de las lombrices “comelotodo”?

      Frente a esto, sin embargo, asistimos a una preocupante perdida de muchas de estas especies (sobre todo pequeños insectos) debido, por ejemplo, al uso indiscriminado de plaguicidas o sustancias toxicas empleadas en el sector agrícola, a la pérdida de hábitats por deforestación, etc. que facilitan además la introducción de especies invasoras y exóticas que introducen modificaciones sustanciales en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas.

      En definitiva, estos pequeños (o no tanto) seres tienen una función primaria para mantener el equilibrio de los ecosistemas y también como parte de la biodiversidad del planeta. Estudiarlos, aprender a entender las dinámicas en las que participan y preservarlos resulta fundamental para comprender mejor y respetar la compleja trama de la vida que, en definitiva, es la única apuesta y garantía de un futuro más sostenibles para todos y todas.

      Y precisamente esa es la intención de esta situación de aprendizaje (SA) que nos propone Charo Morán, a través de 8-10 sesiones para el trabajo en el aula de 1ºa 3º de la ESO de Biología y Geología.

      Así, el reto de identificar el sesgo cultural que tenemos con respecto a la valoración y aprecio a los distintos tipos de animales, se consigue a través de tres grandes objetivos competenciales trabajados en el desarrollo de la SA: empezando con desarrollar la biofilia hacia todos los seres vivos, en especial los invertebrados y su papel en la biosfera, pasando por conocer el papel que tienen todas las especies en las redes de la vida, por identificar, en ese sentido, la relación entre la salud ecosistémica, humana y de otros seres vivos a través del concepto de one health (una sola salud), y profundizando finalmente con los conceptos de ecodependencia y ecocentrismo.

      Este recorrido conducirá el alumnado a la elaboración de una serie de vídeos cortos sobre el papel de diversas especies en los ecosistemas.

      A continuación, presentamos la ficha completa para el desarrollo en el aula de esta situación de aprendizaje.

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      Presentamos una herramienta para evaluar el desempeño en educación ecosocial

      Presentamos una herramienta para evaluar el desempeño en educación ecosocial

      La herramienta, Diagnóstico de desempeño en educación ecosocial, creada por FUHEM y la Fundación SM se presenta el próximo 28 de septiembre en CaixaForum (Madrid). Permitirá evaluar el trabajo tanto a nivel de centro como de aula y estará disponible tanto en castellano como en catalán.

      Mejorar la educación ecosocial

      La LOMLOE es una ley educativa que destaca, entre sus señas de identidad, por la promoción de sociedades justas, democráticas y sostenibles (es decir, ecosociales) a través del currículo escolar. Una línea novedosa que plantea nuevos retos y preguntas a la comunidad escolar: ¿Lo estoy haciendo bien en mi aula? ¿Y en el colegio? ¿Cómo podemos mejorar?

      Para facilitar estas respuestas, junto a la Fundación SM hemos creado una aplicación digital que evalúa el desempeño en educación ecosocial, tanto a nivel de centro escolar como de aula, abarcando todas las etapas: Infantil, Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional que estará disponible tras su presentación, el 28 de septiembre (gratuita para las 50 primeras altas).

      Programa

      17:00 – 17:10 h. ¿Qué valor tiene para las escuelas diagnosticar el desempeño en educación ecosocial?

      • Mayte Ortiz, directora general de la Fundación SM

      17:10 – 17: 30 h. El sentido de una herramienta de diagnóstico de la educación ecosocial

      • Miriam Campos Leirós, coordinadora en Teachers ForFuture Spain
      • Teresa Susinos: Profesora del Área de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Cantabria

      17:30 – 18:00 h. ¿Cómo se utiliza la herramienta? Luis González Reyes, responsable de Educación Ecosocial de FUHEM.

      18:00 – 18:30 h. Turno de preguntas.

      Esta herramienta digital ofrece sencillos cuestionarios dirigidos al alumnado, al profesorado, a las familias, al personal de administración y servicios (PAS) y a los equipos directivos de cada centro escolar que, en el caso del diagnóstico de aula, se reduce a los tres primeros grupos. Los resultados, ofrecidos en gráficas fáciles de interpretar, muestran el desempeño en ocho dimensiones: aprendizajes, método, evaluación, integración curricular, espacios físicos, tiempo extraescolar, gestión del centro, y equipo docente y PAS. En total, se evalúan 52 indicadores englobados en esas ocho dimensiones.

      El informe de evaluación viene acompañado por una serie de propuestas de mejora. La herramienta también permite realizar una planificación estratégica, ya que:

      • Las preguntas dirigidas al conjunto de la comunidad educativa facilitan identificar qué elementos son claves para poner en marcha una educación ecosocial.
      • La baremación de los pesos de las distintas dimensiones y de los indicadores, y el nivel alcanzado en cada uno de ellos, posibilita realizar un plan de mejora en la puesta en marcha de una educación con perspectiva ecosocial.
      • Las sugerencias de mejora, que incluyen una bibliografía seleccionada, complementan la dimensión formativa y estratégica implícita de la herramienta.

      Este trabajo ha sido realizado en el marco de Vínculo ecosocial, una red integrada por fundaciones, redes de profesorado, universidades, ayuntamientos y empresas del sector educativo o cercanas a él. Tras un pilotaje previo realizado en varios centros escolares, la herramienta está lista para su uso, tanto en castellano como en catalán.


      Tres situaciones de aprendizaje para el nuevo curso

      Tres situaciones de aprendizaje para el nuevo curso

      Empieza un nuevo curso y desde FUHEM continuamos con nuestra misión de ofrecer los mejores materiales didácticos para incrementar las capacidades reales dentro del cuerpo docente español para llevar a cabo una educación ecosocial.

      «La Evolución» (Biología para 4º ESO), «De la Modernidad a la Globalización» (Historia para 4º de la ESO) y «Software libre» (Atención educativa, Tecnología, Educación en valores cívicos y éticos para 4º de la ESO) son los títulos de las tres nuevas situaciones de aprendizaje que estrenamos este curso 2023-2024 con las que damos un paso más en una de nuestras señas de identidad: la educación ecosocial.

      Luis Gonzáles Reyes, responsable de Educación Ecosocial en FUHEM destaca la importancia de estas nuevas publicaciones para el profesorado de 4º de la ESO: “Buscamos facilitar herramientas para que el profesorado pueda poner en marcha situaciones de aprendizaje acordes con la LOMLOE que, además, resalten el enfoque ecosocial que ya tiene la ley”.

      Las situaciones de aprendizaje incluyen:

      • Todo el material que necesita el alumnado para trabajar.
      • Abundantes consejos para el profesorado, sobre todo a nivel metodológico, pero también ecosocial, de cómo abordar esta situación de aprendizaje.
      • Las competencias específicas, los criterios de evaluación y los saberes básicos abordados, tanto desde la perspectiva curricular de la LOMLOE, como desde la mirada ecosocial.
      • Un sistema de evaluación competencial y la explicación de cómo realizar una evaluación competencial.
      • Un aula virtual con actividades, recomendaciones, ayudas y materiales extra.

      Situaciones de aprendizaje

      LIBRERÍA FUHEM

      Ningún resultado.

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      Elementos clave de la situaciones de aprendizaje:

        • Narrativa de la unidad
        • Competencias específicas, saberes básicos y criterios de evaluación
        • Objetivos competenciales y actividades en los que se trabajan
        • Evaluación de las competencias y de los aprendizajes ecosociales

      Ningún resultado.

      En «La evolución», se aborda el tema de la evolución y la pérdida de biodiversidad. El hilo conductor son las abejas y las conversaciones que van teniendo dos chicas sobre estos insectos y la evolución. Los contenidos básicos de cada estación son:

      • Estación de partida: detonante, activación y evaluación de conocimientos previos.
      • Estación 1: teorías evolutivas de Lamarck, Darwin y Margulis. Valoración de otras posibles formas de
        ver la evolución.
      • Estación 2: coevolución.
      • Estación 3: pérdida de biodiversidad.
      • Estación 4: medidas frente a la pérdida de biodiversidad.
      • Estación de llegada: recopilación y puesta en práctica de los aprendizajes.


      Ningún resultado.

      La situación de aprendizaje «De la Modernidad a la globalización» consiste en investigar si una demanda (ficticia) del pueblo mapuche que habita en el actual Chile sobre el Estado español para la restitución de la deuda histórica contraída por el segundo sobre el primero tiene fundamento. Esto sirve de excusa para estudiar desde una perspectiva de longue durée la relación entre los países centrales y los periféricos entre la Modernidad y el Globalización, desde finales del siglo XV hasta el XXI.

      La situación de aprendizaje se compone de las siguientes estaciones:

      • Zona de embarque: detonante que plantea el reto de esta situación de aprendizaje, activación y evaluación de conocimientos previos.
      • Estación 1: situación de América antes de su conquista por los Estados europeos.
      • Estación 2: la conquista de América y la América colonial.
      • Estación 3: la independencia de América y el neocolonialismo del siglo XIX.
      • Estación 4: el neocolonialismo de los siglos XX y XXI.
      • Estación de llegada: recopilación y puesta en práctica de los aprendizajes mediante la realización de un juicio sobre la existencia o no de una deuda histórica del Estado español con el pueblo mapuche.


      Ningún resultado.

      En «Software libre» se aborda el tema de cómo los programas informáticos no privativos representan una oportunidad para potenciar y trabajar la libertad y la democracia, así como para reflexionar sobre los impactos del consumismo, sus causas y alternativas. Los contenidos básicos de cada estación son:

      • Zona de embarque: detonante, activación y evaluación de conocimientos previos.
      • Estación 1: filosofía del software libre, aplicaciones y sistemas operativos.
      • Estación 2: la libertad y la democracia.
      • Estación 3: consumismo y alternativas.
      • Estación de llegada: recopilación y puesta en práctica de los aprendizajes.


      FUHEM inaugura el curso escolar 2023/2024

      El próximo viernes 1 de septiembre, FUHEM celebrará la jornada inaugural del nuevo curso 2023/2024, en un acto que, como viene siendo tradicional, servirá para el reencuentro de casi toda la plantilla. Echaremos de menos a las personas que tengan que permanecer en los centros escolares de FUHEM, para atender al alumnado de la Escuela Infantil Pippi Långstrump u otras tareas vinculadas al inicio del curso en el resto de etapas y centros: Hipatia, Lourdes y Montserrat.

      Bajo el título global ‘Soñar colectivamente la escuela del bienestar’, el acto tendrá lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid (Pl. de las Ciencias, 3), desde las 9.30 hasta las 14 horas.

      La jornada se desarrollará en función de siguiente programa:

      9.00 horas. Saludos

      9.30 horas. Bienvenida e introducción. Maite del Moral. Presidenta del Patronato de FUHEM.

      10.10 horas. Monólogo. Fernando Cembranos. Psicólogo y Sociólogo, experto en Psicología Clínica y Psicología Social y miembro del Consejo Asesor del Área Educativa.

      10.30 horas. Conferencia inaugural: La escuela desde la mirada de los cuidados y el bienestar. Teresa Susinos. Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria y miembro del Patronato.

      11.15 horas. Construcción colectiva: Narrativas del futuro.  Marta González y Mara Nieto.

      11.45 horas. Pausa desayuno.

      12.15 horas. Construcción colectiva: El camino hasta la escuela del bienestar. Marta González y Mara Nieto.

      12.45 horas. Presentación institucional. Intervenciones del Patronato y la Dirección del Área Educativa.

      • Concepción Piñeiro. Delegada del Patronato.
      • Mª Carmen Cava. Directora del Área Educativa.

      13.45 horas. Actividad de cierre. ¿Qué escuela soñamos?

      Con el deseo de que este primer acto del curso sea un espacio motivador en el que reencontrarnos y compartir abrazos, creatividad y nuevas sensaciones, os esperamos el próximo 1 de septiembre en la Facultad de Matemáticas.

       

      Programa_Jornada_inaugural_2023_24_FUHEM_1sep23

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      ¿Qué son los aprendizajes ecosociales?

      ¿Qué son los aprendizajes ecosociales?

      La mirada ecosocial abarca el desarrollo de la justicia, la democracia y la sostenibilidad. Pero ¿en qué se concreta todo esto?, ¿cuáles son los principales aprendizajes que hay que abordar? A continuación se describen los aprendizajes que proponemos para adquirir una competencia ecosocial englobados en ocho grandes bloques y 31 objetivos que permiten avanzar hacia escenarios transformadores en los órdenes políticos, económicos y culturales considerando el momento actual.

      1. Interiorizar la ecodependencia humana. Ser conscientes de que formamos parte del entramado de la vida.

      2. Venerar la biosfera. Valorar la importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas. Tener una visión crítica de la idea de que la naturaleza existe para ser controlada y explotada por los seres humanos. Trascender del antropocentrismo al ecocentrismo.

      3. Comprender que la biosfera (y las sociedades), como sistemas complejos, se rigen por el funcionamiento no lineal, multicausal y con bucles de realimentación.

      4. Conocer cuáles son las bases del funcionamiento de la vida en la Tierra: cierre de ciclos, uso de la energía solar, aumento de la diversidad y máxima cooperación

      5. Valorar que las soluciones que ha encontrado la naturaleza para adaptarse y transformar el entorno, para con ello expandirse, son muy superiores a las humanas. Necesitamos integrar las acciones humanas dentro del funcionamiento de los ecosistemas. Valorar la biomímesis como una estrategia de vida digna adecuada.

      6. Asumir la situación de crisis civilizatoria que atravesamos.

      7. Conocer qué es el cambio climático, sus causas, consecuencias y soluciones.

      8. Reconocer las tasas actuales de extinción de especies y la degradación de ecosistemas como un problema urgente a poner freno y saber cómo hacerlo.

      9. Conocer los grandes ciclos biogeoquímicos de la Tierra, en qué medida se están alterando y algunas formas de cómo restaurarlos.

      10. Reconocer los límites del planeta Tierra en recursos y sumideros. Reconocer a las energías renovables como las energías del futuro, pero de un futuro que no se va a poder parecer al presente.

      11. Valorar soluciones a la crisis ecológica y social que vayan a la raíz de los problemas.

      12. Reconocer el papel de los movimientos sociales, gracias a la organización colectiva, en la consecución de mejoras ecosociales en el pasado y en el presente.

      13. Crear tejidos relacionales resilientes mediante el desarrollo de todas las habilidades necesarias para el trabajo en equipo, que ayuden a superar situaciones adversas y a lograr cambios sociales.

      14. Desarrollar la empatía y la compasión a corta y a larga “distancia” temporal y espacial y con otras personas y especies.

      15. Desarrollar el pensamiento holístico y crítico.

      16. Desenvolverse en la incertidumbre y desarrollar la creatividad.

      17. Desarrollarse como persona y como comunidad de manera integral y equilibrada, ligando los aspectos emocionales, racionales y físicos.

      18. Entender que el desarrollo personal requiere de relaciones sociales de calidad y de un planeta sano. Interiorizar nuestra radical interdependencia. Reconocernos como seres vulnerables.

      19. Valorar la importancia del autocuidado, del cuidado de las demás personas y del cuidado de la naturaleza.

      20. Asumir la corresponsabilidad de los cuidados y ambientales según las posibilidades de cada momento vital.

      21. Mostrar que nuestras sociedades son desiguales desde la perspectiva interseccional (género, clase, orientación sexual, identidad, religión, origen, aspecto físico, especie, etc.) y cuáles son las causas. Ser conscientes de que el modelo de desarrollo occidental no es generalizable y está basado en el expolio de recursos y alteración de los sumideros de los ecosistemas, así como en el empobrecimiento de las personas más vulnerabilizadas.

      22. Mostrar que las relaciones jerárquicas no son las únicas posibles en la organización social y económica macro (escala internacional, estatal, municipal), ni micro (escala familiar, escolar, grupos de iguales).

      23. Valorar la justicia social como la capacidad universal de satisfacer las necesidades (subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad), dentro de un marco de conservación de la naturaleza de la que dependemos. Reconocer como privilegios las prácticas que no pueden ser universalizables.

      24. Crear redes de solidaridad y restitución con las poblaciones más vulnerabilizadas. También con el resto de seres vivos. Defender los Derechos Humanos y del Niño y la Niña. Sostener el derecho de los pueblos para decidir sobre su futuro y de las personas a migrar.

      25. Conocer satisfactores sostenibles, resilientes y justos enfocados hacia el cuidado de la naturaleza, los seres vivos y de todas las personas. Valorar modelos colectivos y cooperativos. Valorar la necesidad de promover una cultura de suficiencia y reparto, de vivir bien con poco.

      26. Desarrollar herramientas para la reflexión y la toma de decisiones colectivas que incluyan a quienes no pueden o no se les deja opinar (infantes, poblaciones lejanas, generaciones futuras, otras especies).

      27. Valorar las aportaciones de mujeres y hombres diversos (clase, origen, género, opción sexual, funcionalidad, etc.). Valorar la interculturalidad.

      28. Defenderse y regular conflictos socioambientales e interpersonales de forma no violenta, y actuar en contextos polarizados.

      29. Analizar la tecnología desde el punto de vista ecosocial. Cuestionar la neutralidad de la tecnología. Sopesar todos sus impactos, incluyendo los negativos.

      30. Asumir la incapacidad humana de entender plenamente y menos de controlar los sistemas complejos. Asumir que el sistema tecno-científico, como creación humana que es, siempre será limitado. Defender el principio de precaución.

      31. Manejar técnicas ecosociales.

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      Estos aprendizajes aparecen más desarrollados y ampliados en «Educar con enfoque ecosocial. Análisis y orientaciones en el marco de la LOMLOE», un libro se aborda de manera pormenorizada la LOMLOE desde una perspectiva ecosocial con el fin de ofrecer al profesorado las herramientas necesarias para integrar en los últimos niveles de concreción curricular esta perspectiva.


      ¿Dónde están los peces de nuestro río?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Dónde están los peces de nuestro río?

      Pero el río Mijares siempre ha sido así, ¿no? Nunca he visto muchos peces...

      Esta situación de aprendizaje pone el foco en la pérdida de biodiversidad en el río Mijares durante las últimas décadas debido a factores como la contaminación, la construcción de centrales hidroeléctricas o la introducción de especies invasoras. Durante la secuencia didáctica tomamos conciencia sobre el efecto de nuestras acciones en el medio natural y conocemos de qué manera podemos disminuir o eliminar nuestro impacto negativo. Para ello, resulta necesario conocer los aspectos básicos del ecosistema del río Mijares, para posteriormente saber de qué manera podemos dar una respuesta adecuada de cuidado y protección de sus características ecosistémicas.

      Esta situación de aprendizaje diseñada por María Bielsa Serrano para primer ciclo de Educación Primaria parte de una realidad estrictamente local (río Mijares a su paso por la localidad de Olba), para hablar de una problemática que afecta globalmente. En consonancia con la perspectiva ecosocial (y con la LOMLOE), que promueve entrenar la mirada crítica y holística, la mirada compleja, partir de aspectos locales ayuda a que el alumnado pueda contextualizar lo que está trabajando y, por tanto, aumente su grado de implicación en la fase de conceptualización y en la de aplicación. Esto favorece el trabajo competencial pero además ayuda a anclar los aprendizajes de una manera significativa.

      La autora propone distintos productos finales que tienen como objetivo informar, denunciar e intervenir de manera directa para dar respuesta a la problemática presentada. Para ello, propone:

      a) Elaborar documentos informativos sobre cómo cuidar el río Mijares y distribuirlos por la población de Olba.

      b) Elaborar pasta de dientes ecológica.

      c) Realizar una exposición de maquetas con propuestas.

      Las situaciones de aprendizaje pueden incluir diversos productos finales siempre que estén bien vertebrados con los saberes básicos y que se pongan en marcha tras una conceptualización profunda que permita ofrecer respuestas basadas en el conocimiento.

      Esta situación de aprendizaje incorpora tres aprendizajes ecosociales a los que dota de una importancia central en el diseño y los evalúa en base a seis criterios de formulación propia que permiten abordar con determinación la temática ecosocial propuesta.  Estos aprendizajes son:

      • Comprender los elementos básicos del funcionamiento de la biosfera (amplia diversidad y coordinación de las especies para la expansión del conjunto de la vida).
      • Aprender a trabajar eficientemente en equipo.
      • Manejar someramente técnicas que sean realmente sostenibles y justas, además de importantes para la vida (por ejemplo, cultivar de forma ecológica)

       

      .SA-donde-estan-los-peces-de-nuestro-rio-Primaria

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      Situaciones de aprendizaje: qué son y cómo se elaboran

      ¿Qué son las situaciones de aprendizaje?

      Las situaciones de aprendizaje son la planificación de un conjunto de actividades secuenciadas alrededor de un problema al que el alumnado debe dar respuesta. Plantea desafíos ante los cuales el alumnado moviliza y articula saberes, recursos y destrezas. Estos retos pueden estar inspirados en cualquier tema o ámbito, pero la LOMLOE promueve que se inspiren en asuntos de interés público y estén relacionados con la sostenibilidad ambiental, la convivencia democrática, la participación ciudadana, la igualdad de género y la justicia social, esto es, la educación ecosocial.

      Las situaciones de aprendizaje están compuesta por tres elementos:

      1. La concreción curricular:  elección de la temática, las competencias específicas, los criterios de evaluación y los saberes básicos que se van a trabajar durante la situación de aprendizaje.
      2. La secuenciación didáctica: conjunto de técnicas, tareas y recursos que se diseñan para dar respuesta al reto o problema propuesto.
      3. El sistema de evaluación: conjunto de indicadores y herramientas de evaluación que permiten evaluar el desarrollo competencial del alumnado durante y al final de la situación de aprendizaje.

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      Geografía e Historia con enfoque ecosocial para Secundaria

      Todas las competencias específicassaberes básicos y criterios de evaluación. Con perspectiva ecosocial competencial para articular toda la asignatura de 3º y 4º de la ESO según la LOMLOE.

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      Propuestas para elaborar situaciones de aprendizaje por etapas

      La LOMLOE introduce las situaciones de aprendizaje como una de las figuras fundamentales de la nueva estructura curricular.  ¿Cómo se integra la perspectiva ecosocial en las situaciones de aprendizaje?

      Estas son propuestas de situaciones de aprendizaje realizadas por profesorado en activo de distintas etapas educativas, que ya se están poniendo en marcha en sus centros educativos. Para poder ofrecer ejemplos replicables los compartimos sobre una plantilla que cumple con todos los apartados necesarios para llevarlas directamente a las programaciones de aula de infantil, primaria y secundaria.

      INFANTIL

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      PRIMARIA

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      SECUNDARIA

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      ¿Pueden las ciudades ser sostenibles?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Pueden ser las ciudades justas y sostenibles?

      La mayoría de la población mundial habita en ciudades, de manera que la situación de aprendizaje que nos propone Marcos García (profesor de educación secundaria de la red pública en la Comunidad Valenciana), que gira alrededor de si las ciudades pueden ser justas y sostenibles, tiene todo el sentido. Una situación de aprendizaje que, además de tener valor en sí misma, nos permite ejemplificar cómo elaborar situaciones de aprendizaje en ESO. Es decir, secuencias de actividades que tienen como foco la adquisición de las competencias específicas. En este caso, incorporando además el enfoque ecosocial.

      La situación de aprendizaje está diseñada para Geografía e Historia, en concreto de 2º de ESO, aunque tiene relación con otras materias como Lengua o Educación en valores cívicos y éticos.

      Su narrativa gira alrededor de la pregunta: “¿tenemos un entorno urbano útil para nuestro desarrollo ciudadano?”. El alumnado responderá al desafío a lo largo de unas 10 sesiones hasta destilar sus conclusiones en un podcast, con el que además buscará concienciar a su entorno de la necesidad de mejoras urbanas. Como se puede apreciar, el enfoque ecosocial está en el corazón de la situación de aprendizaje y gira alrededor de la evaluación del grado de insostenibilidad y segregación social que conllevan distintos espacios urbanos.

      Los aprendizajes que adquirirá el alumnado implican la compresión de los planos urbanos y de la evolución de las ciudades, relacionado todo ello con la calidad de vida de quienes las pueblan y su impacto ambiental.

      Las dos competencias específicas que se abordan son:

      • 3. Conocer los principales desafíos a los que se han enfrentado distintas sociedades a lo largo del tiempo, identificando las causas y consecuencias de los cambios producidos y los problemas a los que se enfrentan en la actualidad, mediante el desarrollo de proyectos de investigación y el uso de fuentes fiables, para realizar propuestas que contribuyan al desarrollo sostenible.
      • 9. Conocer y valorar la importancia de la seguridad integral ciudadana en la cultura de convivencia nacional e internacional, reconociendo la contribución del Estado, sus instituciones y otras entidades sociales a la ciudadanía global, a la paz, a la cooperación internacional y al desarrollo sostenible, para promover la consecución de un mundo más seguro, solidario, sostenible y justo.

      Y los principales aprendizajes ecosociales extractados de los propuestos por FUHEM:

      • 1. Interiorizar la ecodependencia humana. Ser conscientes de que formamos parte del entramado de la vida.
      • 6. Asumir la situación de crisis civilizatoria que atravesamos.
      • 13. Crear tejidos relacionales resilientes mediante el desarrollo de todas las habilidades necesarias para el trabajo en equipo, que ayuden a superar situaciones adversas y a lograr cambios sociales.
      • 18. Entender que el desarrollo personal requiere de relaciones sociales de calidad y de un planeta sano. Interiorizar nuestra radical interdependencia. Reconocernos como seres vulnerables.

      La esencia de la secuencia didáctica es esta:

      • Un detonante inicial en el que recopilan los desafíos urbanos.
      • Análisis de la ciudad medieval en relación a la organización social. En el análisis se incluye la interpretación de planos.
      • Evolución de la ciudad medieval hasta la actualidad atendiendo a cómo el crecimiento urbano ha venido condicionado por la disponibilidad material y energética, además de por cambios socioeconómicos. Para ello, se usan recursos como este, elaborado por FUHEM.
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      Este artículo ha sido realizado con el apoyo financiero del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Su contenido es responsabilidad exclusiva de FUHEM.


      Desafiando la crisis desde los IES: por una economía que ponga la vida en el centro

      Entre el próximo 15 de septiembre y el 27 de noviembre tendrá lugar el curso #DesafiandoLaCrisis desde los IES: por una economía que ponga la vida en el centro - 2023, que coordinamos junto a la ONGD Economistas sin Fronteras (EsF) y la Fundación Finanzas Éticas (FFE) y dirigido a personas que ejerzan o quieran ejercer como docentes de Institutos de Educación Secundaria y Formación Profesional, especialmente de asignaturas de la rama de economía y empresa, se plantea con el objetivo de dotar al profesorado de conocimientos teóricos y herramientas para, en el marco de la Agenda 2030, entender las causas interdependientes y los efectos económicos y sociales de la actual crisis y promover en el aula propuestas adaptadas al nuevo currículo para promover la transformación de la economía en clave medioambiental, de género y DDHH, con el fin de apostar por una economía sostenible.

      El curso tiene una duración de 20 horas, en las que el alumnado del curso obtendrá información teórica y recursos para el aula que podrá integrar directamente en las unidades didácticas de las diferentes materias y temas vinculados a la economía y el emprendimiento en torno a cinco ejes con el objetivo de ampliar la mirada de la disciplina de la economía incorporando propuestas de otras corrientes económicas para poder afrontar con mayor complejidad los retos socioeconómicos a los que nos enfrentamos.:

      1. Economía y Agenda 2030: una aproximación a la crisis global.
      2. Economía y ecología: recursos, capacidades y satisfacción de necesidades.
      3. Economía y cuidados: poner la vida en el centro.
      4. Economía y finanzas éticas: otras finanzas para otra economía.
      5. Economía y emprendimiento social y solidario.

      Programa

      MÓDULO 1. Economía y Agenda 2030: una aproximación a la crisis global

      • Introducción a la Economía heterodoxa
      • Los orígenes de la Agenda 2030
      • La Agenda 2030 y crisis global: economía mundial, poder transnacional y gobernanza del neoliberalismo

      MÓDULO 2. Economía y ecología: recursos, capacidades y satisfacción de necesidades

      • Elementos fundamentales de la crisis ambiental
      • Interrelación entre la crisis ambiental y el sistema económico
      • Economía ecológica y vidas dignas

      MÓDULO 3. Economía y cuidados: poner la vida en el centro

      • Introducción a la economía feminista
      • El enfoque de la sostenibilidad de la vida
      • Miradas feministas a las crisis

      MÓDULO 4. Economía y finanzas éticas: Otras finanzas para otra economía

      • Introducción a las Finanzas éticas: breve aclaración conceptual
      • Factores clave que definen a las entidades de finanzas éticas
      • Los retos de las finanzas éticas como propuestas de alternativa

      MÓDULO 5. Economía y emprendimiento social y solidario

      • Introducción al concepto de economía social y solidaria
      • Herramientas para el emprendimiento social y solidario I
      • Herramientas para el emprendimiento social y solidario II

      La inscripción es gratuita y se puede realizar a través de este enlace.


      Cuánto petróleo comes en un día

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      Cuánto petróleo comes en un día

      ¿Cómo que cuánto petróleo comes en un día? ¡Las personas no comemos petróleo!… ¿o sí?

      Esta provocadora pregunta es el hilo conductor de esta situación de aprendizaje que aborda las diferencias en el modelo y en las implicaciones socioambientales de la agricultura industrial y de la agroecológica. En esta comparativa, descubrimos cómo la agricultura industrial es petrodependiente, pues requiere de este combustible fósil (y de otros) para fabricar los insumos (pesticidas, abonos), la maquinaria, el empaquetado, la distribución, etc.

      La situación de aprendizaje está diseñada para 2º de ESO de Geografía e Historia, aunque en realidad se puede adaptar a otros cursos y trabajar también en otras materias, como Biología y Geología. El alumnado realiza un recorrido que comienza, tras la provocación de “comemos petróleo”, por la investigación de los consumos de petróleo de la agricultura industrial. A partir de ahí, se trabaja sobre los combustibles fósiles como fuentes no renovables y, más en concreto, se introduce el concepto de pico del petróleo. Una vez vista la insostenibilidad del modelo, se plantean otros modelos alimentarios distintos, los agroecológicos. La situación de aprendizaje concluye con un reto familiar: reducir su consumo de petróleo en la alimentación durante una semana.

      Los aprendizajes competenciales que aborda la situación de aprendizaje son los siguientes:

      1. Concebir la agricultura industrial como agricultura petrodependiente.
      2. Conocer los impactos sobre el clima de la agricultura industrial.
      3. Conocer los impactos sobre la biodiversidad de la agricultura industrial.
      4. Conocer el pico del petróleo y sus implicaciones para la agricultura.
      5. Valorar la agroecología como un sistema alimentario que responde a la crisis ambiental.
      6. La situación de aprendizaje viene acompañada de los materiales necesarios para llevarla a cabo en el aula.

      Os presentamos la ficha de la unidad:

      situacion-aprendizaje-cuanto-petroleo-comes-en-un-dia

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      El alumnado ecosocial de FUHEM comparte sus proyectos en Hipatia

      El pasado viernes 26, un grupo de 70 alumnos y alumnas de Primaria y Secundaria de Hipatia, Montserrat y Lourdes se reunieron en Hipatia para celebrar el encuentro de ecolegas, donde además de contarse todas las iniciativas ecosociales que han puesto en marcha durante este curso, disfrutaron de un tiempo compartido, de hacer nuevas amistades y de poner en común las ganas de mejorar el mundo.  

      El encuentro comenzó con el maravilloso y motivador testimonio de Samuel Santos, uno de los pioneros ecolegas, que contó cómo su compromiso ecosocial ha repercutido en su vida. Después llegó el turno de los y las ecolegas actuales que tuvieron un momento para presentar los proyectos que han desarrollado durante este curso. Tras el diálogo y las preguntas que surgieron, disfrutaron de un almuerzo donde pudieron conocerse y generar los primeros vínculos. El encuentro continuó con dos actividades interesantísimas: un taller de plantación en el Aula Viva y un taller de cianotipia donde además pudieron llevarse de recuerdo un marcapáginas. El encuentro terminó con la foto de grupo y las despedidas emplazándose al próximo encuentro ecosocial.  

      Una mañana de encuentro, de emociones y también de reforzar compromisos para transformar la sociedad. Una mañana repleta de alegría y de vínculos.  


      ¿Cómo hay que vivir para no freír la Tierra?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Cómo hay que vivir para no freír la Tierra?

      Mari Carmen Cárdenas Hernández es la autora de esta situación de aprendizaje que trabaja un elemento central de la crisis global contemporánea: la emergencia climática. No hace falta insistir en la importancia de la problemática, así que, sin más preámbulos, entramos en materia.

      La situación de aprendizaje aborda el cambio climático no solo para conocerlo, sino para impulsar una acción colectiva a favor del medio ambiente en el entorno próximo. Lo hace a través del diseño de carteles y pancartas que difundan un mensaje ecologista. Todo ello constituye una experiencia de aprendizaje servicio.

      El marco es el área de Conocimiento del medio social, natural, cultural en 5º de Primaria, aunque la situación de aprendizaje también se puede enlazar con Lengua castellana y Literatura, y Educación plástica. Se trabaja en concreto la competencia específica 5: Identificar, analizar y proponer soluciones a los problemas generados por la acción humana en el entorno, tanto a nivel local como de manera global, derivados de los factores demográficos, históricos, económicos, tecnológicos y ambientales.

      Pero como la situación de aprendizaje tiene un marcado carácter ecosocial, la autora desgrana estos aprendizajes específicos bajo esa mirada:

      • Conocer qué es el cambio climático, sus causas, consecuencias y soluciones.
      • Valorar soluciones a la crisis ecológica y social que vayan a la raíz de los problemas.
      • Reconocer el papel de los movimientos sociales, gracias a la organización colectiva, en la consecución de mejoras ecosociales en el pasado y en el presente.
      • Valorar la importancia del autocuidado, del cuidado de las demás personas y del cuidado de la naturaleza.

      Uno de los elementos característicos de esta propuesta es su uso variado de técnicas de aprendizaje cooperativo que se van insertando en la siguiente secuencia formativa:

      • La actividad comienza con un detonante que sitúa la problemática, recoge los conocimientos previos sobre el tema del alumnado y activa sus conocimientos previos.
      • A continuación, el alumnado realiza uno o varios experimentos para entender el fenómeno.
      • Eso abre la puerta a profundizar en él a través del análisis de datos gráficos, escritos y audiovisuales.
      • Finalmente, sintetizan todo lo aprendido y lo presentan a la comunidad educativa.

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      ¿Cuántos idiomas se hablan en mi escuela?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Cuántos idiomas se hablan en mi escuela?

      En nuestro entorno convivimos con personas de distintas nacionalidades y distintas culturas. La diversidad nos ofrece la posibilidad de enriquecernos culturalmente. Sin embargo, no siempre se aprecia como riqueza. Encontramos actitudes xenófobas y racistas que mellan en la convivencia y el diálogo y discriminan a las personas migrantes que llegan a nuestras escuelas. ¿Escuchamos y valoramos todas las voces de nuestro entorno o las silenciamos con el insulto?

      Esta situación de aprendizaje que hemos diseñado desde FUHEM aborda la diversidad cultural y pretende mostrar un ejemplo para trabajar el área de Conocimiento del medio natural, social y cultural en sexto de educación Primaria poniendo el foco en las actitudes xenófobas y discriminatorias, y buscando mejorar los procesos de acogida y poner en valor la diversidad lingüística como respuesta.

      ¿Cuántos idiomas se hablan en mi escuela?

      La situación de aprendizaje que se presenta está diseñada para el área de Conocimiento del medio natural, social y cultural, en concreto para sexto de Primaria, aunque se puede relacionar con otras áreas también como Lengua castellana o Matemáticas. Además, esta situación de aprendizaje se podría adaptar también a quinto de Primaria sin apenas cambios relevantes.

      La narrativa le plantea un reto claro al alumnado: ¿Cuántos idiomas se hablan en mi escuela? La manera de plantear el reto determina que el abordaje de la problemática no se va a realizar estrictamente desde la identificación y denuncia de comportamientos discriminatorios y xenófobos, sino que el objetivo es que el alumnado lo trate desde la puesta en valor de la diversidad en clave cultural y lingüística y de la riqueza que supone esto en la escuela. Esto se entronca a la perfección con uno de los retos del siglo XXI que identifica la LOMLOE en el perfil de salida, Cooperar y convivir en sociedades abiertas y cambiantes, valorando la diversidad personal y cultural como fuente de riqueza e interesándose por otras lenguas y culturas, y favorece además la integración del carácter ecosocial durante toda la secuenciación didáctica. Esta narrativa surge de una problemática fácilmente contextualizable para el alumnado y permite partir del entorno más próximo para acudir posteriormente a miradas más sistémicas.

      Como producto final se propone una actividad marcadamente competencial, el teatro foro (o teatro social). En esta actividad de cierre el alumnado representa escenas de discriminación que se pueden dar en la escuela por razones raciales y étnicas, y dialoga con los y las espectadoras para establecer los finales de las propias situaciones, procurando así identificar y eliminar las actitudes racistas y xenófobas.

      Los saberes básicos se equilibran con los aprendizajes ecosociales, de manera que se parte de todos los saberes relacionados con la población española y europea del currículo oficial, pero se integran aprendizajes ecosociales que ayudan a introducir y dar respuesta a la problemática relacionada con la diversidad cultural. De este modo se trabaja un conjunto importante de saberes al mismo tiempo que se dota al diseño de un marcado carácter ecosocial.

      En concreto, los saberes básicos ecosociales que se trabajan principalmente son:

      • La diversidad como riqueza.
      • La xenofobia y el racismo: consecuencia en la convivencia.
      • Deconstrucción de prejuicios xenófobos y racistas.
      • Proceso de acogida.
      • Culturas ajenas (de otros territorios).

      Incorporar estos saberes a la concreción curricular provoca que puedan ser evaluados, y cuando evaluamos los aprendizajes y saberes ecosociales les damos relevancia.

       

      La esencia de la secuencia didáctica es la siguiente:

      • Un detonante inicial en el que una migrante realiza un testimonio al alumnado relacionado con su experiencia personal, los procesos de acogida y las actitudes discriminatorias que ha vivido.
      • Se conocen las características más relevantes de la población española y europea en cuanto a su distribución, crecimiento, edad, etc.
      • Se identifican las minorías étnicas del territorio español y sus características demográficas.
      • Se trabajan las principales variables demográficas y su representación gráfica.
      • Se explican los movimientos migratorios históricos.
      • Se reflexiona sobre los factores de discriminación histórica y su representación hoy en día en nuestro entorno inmediato.
      • Y, por último, en el producto final, se realiza una representación, reflexión y denuncia de actitudes discriminatorias y xenófobas a través de la técnica del teatro foro.

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      ¿Cuánto tiene que trabajar mi madre para ganar lo mismo que Cristiano Ronaldo?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Cuánto tiene que trabajar mi madre para ganar lo mismo que Cristiano Ronaldo?

      Cuando hablamos de educación ecosocial hablamos, entre otras cosas, de justicia social. Tratar en el aula problemáticas relacionadas con la brecha salarial o la precariedad laboral resulta fundamental desde la etapa de educación Primaria, en la cual el alumnado configura su visión sobre el mundo y genera su sistema de valores.

      Esta situación de aprendizaje que nos propone María Isabel Belenguer Sofín (profesora de educación primaria en la red pública de la Comunidad Valenciana) aborda precisamente la brecha salarial y la precariedad laboral y nos permite ejemplificar cómo elaborar una situación de aprendizaje para el área de Lengua castellana poniendo el foco en la justicia social y dando respuesta desde la denuncia colectiva.


      ¿Cuántos meses tiene que trabajar mi madre para ganar lo mismo que Cristiano Ronaldo en una hora?

      La situación de aprendizaje está diseñada para el área de Lengua castellana y literatura, en concreto para sexto de primaria, aunque se relaciona de manera tangencial con otras áreas como Conocimiento del medio natural, social y cultural, o con el área de Valores cívicos y éticos.

      La narrativa que plantea María Isabel empieza planteando una pregunta: ¿Cuántos meses tiene que trabajar mi madre para ganar lo mismo que Cristiano Ronaldo en una hora? Esta pregunta podría tener una respuesta corta, pero su intención es introducir dos aspectos clave: la brecha salarial y la precariedad laboral. Para ello, emplea una figura pública muy reconocible por el alumnado y genera el impacto a través de la comparativa con los y las familiares del alumnado. A esta narrativa se dará respuesta a través de la grabación de un podcast que hablará sobre los dos aspectos clave, e incorporará la mirada social a partir de la denuncia. También se valdrá de la realización de entrevistas que se incluirán en el producto final.

      Los aprendizajes estrictamente curriculares aparecen con un peso muy equilibrado y acertado durante todo el diseño. María Isabel trabaja especialmente la entrevista y la exposición oral pero en todas las técnicas metodológicas incide en la producción y comprensión escrita.

      Para dar respuesta a la problemática propuesta, se desarrollan tres competencias específicas durante toda la situación de aprendizaje:

      • 3. Producir textos orales y multimodales, con coherencia, claridad y registro adecuados, para expresar ideas, sentimientos y conceptos; construir conocimiento; establecer vínculos personales; y participar con autonomía y una actitud cooperativa y empática en interacciones orales variadas.
      • 4. Comprender e interpretar textos escritos y multimodales, reconociendo el sentido global, las ideas principales y la información explícita e implícita, y realizando con ayuda reflexiones elementales sobre aspectos formales y de contenido, para adquirir y construir conocimiento y para responder a necesidades e intereses comunicativos diversos.
      • 6. Buscar, seleccionar y contrastar información procedente de dos o más fuentes, de forma planificada y con el debido acompañamiento, evaluando su fiabilidad y reconociendo algunos riesgos de manipulación y desinformación, para transformarla en conocimiento y para comunicarla de manera creativa, adoptando un punto de vista personal y respetuoso con la propiedad intelectual.

      Y para trabajar estas competencias desde un enfoque ecosocial, se integran los siguientes aprendizajes ecosociales extractados de los propuestos por FUHEM:

      • Aprender a trabajar eficientemente en equipo.
      • Desarrollar los pensamientos holísticos (globalizadores) y críticos.
      • Conocer las causas de las desigualdades y cómo unas se relacionan unas con otras (por ejemplo, la pobreza con el género y el color de piel).
      • Implicarse en luchas sociales por la justicia, la democracia y/o la sostenibilidad.

      En un nivel de concreción mayor, en esta situación de aprendizaje se trabajan saberes básicos de claro tinte ecosocial que se formulan expresamente para esta problemática. Incorporar estos saberes a la concreción curricular provoca que puedan ser evaluados, y cuando evaluamos los aprendizajes y saberes ecosociales les damos relevancia. Los saberes que se han integrado son:

      • Brecha salarial de género.
      • Trabajos precarios.
      • Trabajos no remunerados.

      La esencia de la secuencia didáctica es la siguiente:

      • Un detonante inicial en el que se trabajan diferentes noticias relacionadas con la problemática que se está tratando.
      • El trabajo de la exposición oral a partir de la recogida de datos fiables, con una lectura crítica y adaptada al nivel.
      • La entrevista y sus partes. El conocimiento de esta tipología textual y su aplicación sobre la problemática.
      • La preparación de la entrevista.
      • La preparación y grabación del podcast como producto final y la reflexión posterior sobre la experiencia vivida en la actividad competencial.
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      FUHEM, presente en el debate educativo transformador

      FUHEM, presente en el debate educativo transformador

      Durante el mes de abril, FUHEM continuará promoviendo y participando en el debate educativo.

      Luis González Reyes, responsable de Educación Ecosocial de FUHEM, estará presente en el debate digital, organizado por la Fundación Alternativas, Sostenibilidad y educación, juntas en la encrucijada transformadora, el próximo 20 de abril.

      Conchi Piñeiro, delegada del Patronato de FUHEM, participará en el diálogo Pedagogías para el mundo que viene, organizado por TRIPLE y Distrito Natural el próximo 21 de abril.

      El webinario Sostenibilidad y educación, juntas en la encrucijada transformadora,organizado por la Fundación Alternativas,tendrá lugar el jueves 20 de abril a partir de las 16.30 horas, y y se podrá seguir en directo a través de su canal de YouTube. Durante el mismo, se buscará el diálogo entre diversos especialistas en torno a seis cuestiones enfatizadas en el documento GreenComp. Marco europeo competencias en Sostenibilidad, que debería ser un eje principal de la acción política y educativa. Junto a Luis González Reyes, el acto contará con la participación de José Luis de la Cruz, Director de Sostenibilidad de la Fundación Alternativas; Carmelo Marcén, Investigador asociado Unizar y responsable del blog Ecoescuela abierta de El Diario de la Educación; Heike Freire, Creadora de “La Pedagogía verde”; María José Díaz González, Profesora de Enseñanza Secundaria (IES) y ámbito universitario; y Javier Benayas, Catedrático de Ecología de la UAM y miembro del Consejo de REDS.

      Por su parte, las II Jornadas REGEN, Jornadas sobre vivienda ecológica y cultura regenerativa, organizadas por TRIPLE y Distrito Natural, se llevarán a cabo entre el 19 y 22 de abril. El objetivo de estas jornadas es poner en el centro del diálogo la necesidad de reflexionar sobre los cambios necesarios en las maneras de vivir en un futuro inmediato y dar a conocer modos de vida más ecológicos, conscientes y regenerativos.

      Conchi Piñeiro, delegada del Patronato de FUHEM, participará en el diálogo titulado: Pedagogías para el mundo que viene, el próximo día 21 de abril  a partir de las 17 horas. Se parte de que, hoy más que nunca, es necesario hacer un cambio en la mirada pedagógica que proporcione a niñas, niños, adolescentes y jóvenes las capacidades y habilidades necesarias para enfrentar los retos de un futuro incierto. Esta mesa redonda contará con personas invitadas que ya están poniendo en práctica, desde sus respectivas entidades, pedagogías para el mundo que viene, pedagogías que generan comunidad, autodirección y un currículum ecosostenible.

      • Katia Hueso, Profesora asociada de la Universidad Pontificia Comillas, docente, consultora y autora sobre medio-ambiente y educación en la naturaleza. Es cofundadora de varios proyectos que aúnan naturaleza, educación y salud, como el Grupo de Juego en la Naturaleza Saltamontes, la primera escuela infantil al aire libre en España, la iniciativa Naturaleza Inclusiva y la Federación Nacional de Educación en la Naturaleza (EdNa). Es embajadora del movimiento “Children of nature worldwide hand in hand” y autora de los libros “Somos naturaleza, un viaje a nuestra esencia”, “Jugar al aire libre” y “Educar en la naturaleza”.
      • José M. Sánchez Galán es socio fundador de Origami for Change y coordinador de metodologías ágiles en Senbazuru Agile Learning Center, centro de educación infantil, primaria y secundaria en El Boalo, Madrid. Es también coordinador de la etapa de Secundaria en Senbazuru ALC. Compatibiliza su labor como profesor con el desarrollo de proyectos de innovación pedagógica e investigación en el ámbito de la pedagogía.
      • Conchi Piñeiro, delegada del Patronato de FUHEM Educación+Ecosocial.

      El evento tendrá lugar en las instalaciones de Triple Ferraz, en  la calle Ferraz, nº 56 de Madrid. Puedes consultar el programa completo de las jornadas aquí.

       

       


      FUHEM celebra el Día de la Mujer

      FUHEM celebra el día de la mujer

      Como cada 8 de marzo, los centros educativos FUHEM celebraron el Día Internacional de la Mujer con una agenda repleta de actividades que cubrieron todas las etapas de formación. Las aulas, los pasillos y los patios de los colegios Hipatia, Lourdes, Montserrat y de la Escuela Infantil Pippi Långstrump fueron escenario de encuentros, exposiciones, charlas en torno a un día marcado con color violeta en el calendario de la Fundación.

      Conchi Piñeiro, delegada del patronato de FUHEM, recordaba en este video de la Red de ONGD de Madrid los motivos por los que salir a las calles y la necesidad de de una perspectiva feminista a la hora de construir alternativas.  En la misma línea se mostraba Yayo Herrero, vicepresidenta del Patronato de la Fundación en la entrevista que vio la luz el pasado día 8: «Una forma feminista de comprender el mundo es una forma en la que la economía, la cultura y la política se sitúan al servicio de la vida. No de cualquier vida, sino de la digna y buena».

      Colegio Hipatia | Mural colectivo por la igualdad

      El día 7 de marzo, el grupo feminista de Hipatia organizó una merienda violeta para preparar las pancartas que decorarían el colegio el día siguiente y compartir una tarde de reflexiones, canciones, poesía y merienda.

      Ya el día 8, toda la comunidad educativa del Colegio Hipatia participó en la elaboración de un mural colectivo demostrando que feminismo e Hipatia son inseparables en el día a día  y en la manera de entender la educación.

       

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      En el segundo ciclo de Infantil se leyeron cuentos que trabajan el tema dela igualdad de género y junto a Primaria participaron en el taller «La huella morada».  En Primaria la actividad giró en torno a la lectura de cuentos infantiles con el objetivo de sensibilizar al alumnado más joven del centro: 1º y 2º Daniela pirata. Un cuento para trabajar la igualdad (en 1º y 2º de Primaria); «¿Has visto esa peli? Los micromachismos en las películas infantiles» ( 3º y 4º); «Efecto Matilde o por qué las niñas no tienen referentes en el mundo de la ciencia» (5º) y «Brecha salarial. Mismo trabajo, ¿distinta valía?» (6º) fueron los títulos de las actividades programadas para jornada.

      En Secundaria, una serie de charlas de sensibilización de la mano del alumnado ayudante recorrieron las aulas de los cuatro cursos:  Los números primos de Sophie Germain (1º ESO);  Los porcentajes de la desigualdad (2º ESO); Las matemáticas existen (3º ESO ) y un Pasapalabra sobre el comic «Mujeres científicas» (4º ESO)

      En Bachillerato, junto a Secundaria y Primaria compartieron las actividades: magia y mujeres matemáticas, lecturas compartidas por la igualdad y mujeres en las ciencias.

      Colegio Lourdes | Noche violeta y abrazo feminista

      La ‘Noche violeta’, un encuentro al que se unieron las alumnas del centro (a partir de 3º ESO), profesoras, trabajadoras del centro (secretaría, comedor, limpieza). volvió a crear un punto de encuentro donde compartir experiencias y visibilizar a las mujeres del Lourdes que comparten un mismo ideal y trabajan por un mismo objetivo. A lo largo de la noche, la proyección de cortometrajes, lecturas de poesía, juegos de mesa y música favorecieron la reflexión y los debates mientras se realizaban talleres de pancartas y de fotografía.

      Durante las primeras horas del día 8, toda la comunidad educativa del colegio Lourdes se movilizó una vez más para realizar un abrazo colectivo al edificio grande del centro, en el que participaron todas las familias que lo desearon, para luego presenciar el concierto de la batucada feminista.

      Abrazo colectivo de la comunidad educativa al colegio Lourdes.

      Colegio Montserrat | Visita de una científica referente

      Visita de Margarita del Val, en el patio del colegio Montserrat.

      Con el objetivo de seguir buscando referentes femeninos públicos y familiares para toda la comunidad educativa las paredes del colegio vieron cómo las aulas de Bachillerato se llenaban de niños y niñas de Primaria, algunos grupos de Primaria volvieron a Infantil y otros visitaron las clases de secundaria de ambos edificios. Con sus trabajos y sus cuentos intercambiaron conocimientos y saberes sobre distintas mujeres que, en distintas disciplinas, se han convertido en referentes. Se habló de Almudena Grandes, de Frida Kahlo, Emilia Pardo Bazán, Margarita del Val, María Montessori y un largo etcétera.

      La visita de Margarita del Val, viróloga e inmunóloga, todo un referente  y un ejemplo de mujer luchadora e imprescindible en nuestra historia, protagonizó el Día de la Mujer de este año en el Colegio Montserrat.

      Infantil, Primaria y Secundaria se juntaron en el patio del colegio para conocer a la científica a la que sometieron a un buen número de preguntas sobre su trabajo durante la pandemia, de su vida laboral y de los obstáculos que se ha ido encontrando así como de su mayor logro, animando a todo el alumnado a luchar por lo que queremos y a trabajar de manera unida.

      Las alumnas de 4º de ESO leyeron un manifiesto haciendo referencia a la importancia de seguir luchando de manera unida por los derechos de las mujeres y hemos terminado bailando la canción “Así bailaba” y exponiendo reflexiones sobre la efeméride.

      Tras la celebración, Margarita del Val ha impartido una conferencia en 2º de Bachillerato bajo el título ¿Está preparado nuestro sistema inmunológico para una nueva pandemia?, donde mostró cómo actúa el sistema inmunológico ante una infección e hizo un repaso histórico por las grandes pandemias que han afectado al ser humano.

      Escuela Infantil Pippi Långstrump | Las mujeres de nuestras vidas

      Nuestras compañeras Alma del Castillo y Mafalda Herans, profesoras de la Escuela Infantil Pippi Långstrump recordaron en El Diario de la Educación la importancia de trabajar con perspectiva feminista todos los días del año. Las instalaciones de la Escuela Infantil acogieron un mural que decía «Las mujeres de nuestras vidas», donde familias, alumnado y equipo  docente, al llegar por la mañana, fueron poniendo las fotos en blanco y negro de las mujeres de sus vidas (madres, abuelas, hijas, amigas…). Luego, el alumnado fue explicando quienes eran las personas de las imágenes. Mientras, en el pasillo, a la entrada y la salida iba sonando música acorde con la fecha que se celebraba. Ya por la tarde, se hizo un taller con las familias y niños y niñas donde pintaron camisetas con color morado en conmemoración del día. Fue un encuentro muy bonito con una muy alta participación por parte de las familias.

       

      Mural realizado por las familias de la escuela durante el 8M,

      ¿Son los bichos del huerto nuestros amigos?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Son los bichos del huerto nuestros amigos?

      Esta semana os mostramos una nueva situación de aprendizaje que lleva a la práctica los aprendizajes ecosociales y que se concreta en una propuesta curricular en el marco de la LOMLOE.

      Durante esta serie de ejemplos podréis ver diseños realizados por profesorado en activo de distintas etapas educativas, que ya se están poniendo en marcha en sus centros educativos. Se concretan en una plantilla en la que se recogen todos los apartados necesarios para llevarlas directamente a vuestras programaciones de aula. Esta plantilla se puede descargar en formato editable más abajo.

      ¿Son los bichos del huerto nuestros amigos?

      Os mostramos una situación de aprendizaje diseñada para Educación Infantil (3 años) por Rosalía Cabrera y Vanesa Asensio, profesoras del CEIP La Baia (Elche).

      Se enmarca en Área de Descubrimiento y exploración del entorno, pero también tiene un desarrollo importante en las otras dos áreas, Comunicación y representación de la realidad y Crecimiento en armonía.

      Su narrativa gira en torno al rechazo que muchos invertebrados provocan en las niñas y los niños, de forma que no se valora su importante papel para el mantenimiento de los ecosistemas y para las personas, como seres ecodependientes que somos. El centro educativo cuenta con huerto propio, lo que facilita poder observar y valorar los diversos invertebrados, su diversidad, grupos a los que pertenecen y el papel en el entramado de la vida.

      Los aprendizajes que adquirirá el alumnado tienen que ver con conocer el valor de biodiversidad, en este caso los ”bichos”, así como las funciones para el ecosistema y para la vida en su conjunto que realizan. Como resultado del proceso educativo elaborarán un “Bichario: Los bichos amigos del huerto” y diversas técnicas artísticas para la puesta en valor de todo lo investigado.

      Las competencias específicas que se trabajan en la SA son:

      Área 1:

      • Manifestar y compartir emociones, sentimientos, necesidades e intereses y pensamientos en situaciones de la vida cotidiana con respeto y seguridad.
      • Establecer interacciones con sus iguales y los adultos del entorno social más próximo mediante vivencias cotidianas y valorar la importancia del cuidado, la amistad, el respeto y la empatía.

      Área 2

      • Identificar algunas características básicas, propiedades y atributos en materiales, objetos, fenómenos habituales, seres vivos y las relaciones que tiene mediante la exploración del entorno.
      • Identificar e intervenir en las acciones y situaciones presentes en la vida cotidiana que pongan en riesgo la sostenibilidad del entorno próximo, mediante el cuidado y la conservación de este y el bienestar de las personas, y reconocer las relaciones básicas entre sí.

      Y los principales aprendizajes ecosociales extractados de los propuestos por FUHEM:

      • Interiorizar que el ser humano es ecodependiente, es decir que requiere de la naturaleza para vivir.
      • Comprender los elementos básicos del funcionamiento de la biosfera como la diversidad y funciones básicas de los invertebrados.
      • Aprender a trabajar eficientemente en equipo.
      • Desarrollar la capacidad de empatizar con el dolor ajeno.

      La secuencia didáctica se organiza en diversas sesiones que se inician con una fase de motivación y observación, en el huerto, seguido de diversas investigaciones  sobre las características e importancia de los invertebrados mediante diversas fuentes (fotografías, visita a la biblioteca, observación de un hormiguero artificial y visita al aula de un apicultor, experto en la vida e importancia de las abejas). Como propuesta final se propone una sesión para valorar todos los bichos como componentes importantes de los ecosistemas y la trama de la vida.

      En el diseño de la SA se vertebra lo estrictamente curricular, trabajando saberes básicos con la mirada de la ecodependencia, el aprecio a la biodiversidad de invertebrados y sus papeles en la trama de la vida.

      SA_Bichos_Educacion-Infantil

      DESCARGA


      16 de abril: una carrera con causa

      16 de abril: una carrera con causa

      El próximo domingo 16 de abril, bajo el lema “Con la luz no se juega”, se desarrollará una carrera solidaria en las instalaciones de la Ciudad Educativa Municipal Hipatia FUHEM. Se trata de una carrera muy especial que, por primera vez, se abre a la participación de toda la Comunidad FUHEM, con dos claros objetivos: conseguir fondos para una buena causa y tejer lazos.

      Destino de la recaudación

      Los fondos que se obtengan con la carrera “Con la luz no se juega” se invertirán en construir una zona de juegos que combine la interacción física del mobiliario con la producción de un mensaje que visibilice la problemática de la luz en la Cañada Real Galiana, donde los sectores 5 y 6 permanecen sin luz desde hace más de dos años, como consecuencia del corte del servicio por parte de la compañía eléctrica distribuidora y la inacción de las instituciones.

      Se fabricará un espacio de juego, una suerte de “playground protesta” que se ubicará en el sector 6, junto al campo de fútbol autogestionado por las vecinas de la Cañada. La pieza es una estructura para trepar, con forma de torre de alta tensión, acompañada de cuatro mecanismos de bicicleta que generarán energía cinética para darle mayor luminosidad al cartel, elaborado con luz led y energía fotovoltaica, que estará siempre iluminado. Cuando niños y niñas pedaleen, el cartel será mucho más luminoso y visible, y se leerá mucho mejor la frase que nos mueve: con la luz no se juega.

      El espacio de juego va a ser realizado por Todo por la praxis, y tiene un coste de 3.000 euros, que esperamos cubrir con las aportaciones voluntarias que surjan a raíz de esta carrera.

      Datos prácticos de la carrera: modalidades, horarios y recorridos

      Para participar en esta carrera, que no tiene dorsales ni medallas para los ganadores, hay que inscribirse en este formulario y realizar un pago de 7 euros, que incluye camiseta y avituallamiento al finalizar el recorrido. El pago de la inscripción se puede realizar a través de la web de FUHEM o de la APP Hiapptia.

      Para los corredores se han organizado cuatro circuitos, adaptados a las distintas edades de los posibles participantes. Una vez más, lo importante no es ganar sino compartir un día único y aportar fondos a una buena causa.

      Desde las 10 hasta las 12 horas, los participantes se repartirán en las siguientes modalidades y tramos horarios:

      • 10 horas: mayores de 16 años: recorrerán una distancia de 4.500 metros
      • 10.35 horas: alumnado de la ESO: 2.400 metros.
      • 11 horas: alumnado de 3º a 6º de Primaria. 1.200 metros.
      • 11.30 horas: familias. 1.200 metros.

      Además, hemos creado una inscripción digital para quienes no puedan acudir a la cita, pero quieran sumar 3 euros a la causa. Se trata de una participación en la fila cero de la carrera, disponible en nuestra tienda on-line. En este caso, no cerraremos la inscripción hasta el mismo 16 de abril.

      También es posible realizar donaciones de mayor cuantía para este proyecto a través de la web de Donaciones de FUHEM, donde cada persona podrá aportar el importe que desee, siguiendo el procedimiento habilitado. En este caso, deberá indicar en el concepto: «Donación para la carrera Con La Luz No Se Juega”. 

      Ningún resultado.

      Tejer lazos, tejiendo comunidad

      La carrera, que en anteriores ediciones ha servido para reforzar los lazos tanto entre la propia comunidad escolar de Hipatia como con su vecindario y el tejido social de la localidad, se abre en esta edición a todo el entorno FUHEM. Convocamos al profesorado, alumnado y familias de otros colegios de FUHEM y también a Comunidad FUHEM, aquellas personas vinculadas a nuestro proyecto, desde sus distintas implicaciones y experiencias.

      Al término de la carrera, y como novedad respecto a otras ediciones, el AFA de Hipatia dará continuidad a la causa social de la carrera, realizando una fiesta participativa para todas las personas que lo deseen. Este evento mostrará distintos proyectos que conforman esta nueva AFA. FUHEM contará con presencia en esa fiesta, con un espacio informativo, y se ha invitado a las AFAS de Lourdes y Montserrat a que participen o acudan a intercambiar experiencias.

      A partir de las 12 de la mañana, en las canchas deportivas exteriores se realizarán juegos de pistas, un gran mural colectivo, batucada y otras actuaciones musicales en directo, cuentacuentos y mucho más.

      A partir de las 14 horas, se ofrecerá paella de verduras y durante toda la jornada tendremos puestos de bebidas para que no falten las fuerzas ni las ganas de disfrutar.

      Nuestro compromiso con los vecinos de la Cañada Real

      La preocupación de Hipatia y de FUHEM por la vulneración de derechos básicos que padecen las personas que viven en la Cañada Real no es nueva. En Hipatia, como en el resto de los colegios de la zona, hay alumnado escolarizado que procede de los sectores 4 y 5 de la Cañada.

      En enero de 2021, tanto FUHEM como Hipatia firmaron, junto a otras entidades que trabajan en la Cañada Real, sendos manifiestos denunciando la vulneración de derechos básicos de las personas que viven en las zonas sin suministro eléctrico, haciendo hincapié en los derechos de niños y niñas.

      De ahí que el año pasado, aunque las restricciones derivadas de la Covid-19 no permitieron organizar un acto público, la cuarta edición de la carrera solidaria de Hipatia se realizó de forma virtual y los fondos recaudados se destinaron a LIGHT HUMANITY, que trabaja en la instalación de paneles solares en viviendas de la Cañada Real a través de su proyecto Cañada Solar – Light Humanity Energía Solar.

      La comisión de familias Hipatia Unida está especialmente implicada en este tema, y también muchos de los docentes y del personal del centro, que en su tiempo libre colaboran con diversos proyectos e iniciativas. Entre ellas, pueden servir de ejemplo: el bicibus y el taller de farolillos que se hizo en diciembre de 2022; la colaboración en la construcción de un centro socio-comunitario en el marco de un proyecto de Aprendizaje-Servicio; el proyecto escolar de centro del curso pasado, titulado “Apagamos la luz, encendemos la vida” que se reflejó en este artículo y este video; o el análisis que publicó El Salto, con el títuloEl negocio del relato en la Cañada Real y el compromiso ético de la comunidad educativa, que denunciaba una situación que se mantiene a muy pocos metros o kilómetros de donde tiene lugar la vida escolar de Hipatia y del resto de colegios de FUHEM.


      ¿Nos acordamos de cuando las montañas estaban llenas de vegetación y tenían su forma natural?

      SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

      ¿Nos acordamos de cuando las montañas estaban llenas de vegetación y tenían su forma natural?

      Una situación de aprendizaje diseñada por Erica Boisset Castells, profesora de Biología y Geología, actualmente impartiendo Ámbito científico-tecnológico en la escuela de FPA de Villar.

      Esta situación de aprendizaje (SA) está pensada para 3º de Educación Secundaria Obligatoria, diseñada para trabajar en el área de Biología y Geología, aunque también se puede vincular con Geografía e Historia, y con Economía.

      Fuente: elDiario.es

      Su narrativa gira en torno a las minas y su impacto en Villar del Arzobispo, un municipio de la Comunidad Valenciana. El planteamiento que la SA es el siguiente: Sólo con alzar la mirada vemos que las montañas están “rotas”, pero ¿por qué? ¿y qué supone para los y las habitantes del pueblo, los animales y las plantas que estén rotas? El enfoque ecosocial está muy presente en esta SA, puesto que trata una problemática tan importante como es la destrucción medioambiental causada por la minería y sus impactos sobre el medio físico y los seres vivos.

      Los aprendizajes que adquirirá el alumnado tienen que ver con conocer y poner en valor la biodiversidad y geodiversidad del entorno, así como los impactos que genera la minería a cielo abierto sobre el medio natural y los seres humanos, y desarrollará estrategias para informar y concienciar al resto de la población sobre el valor del entorno natural próximo y las graves consecuencias que tienen ciertas actividades humanas.

      Las dos competencias específicas del área que se abordan son:

      • CE.5. Analizar los efectos de determinadas acciones sobre el medio ambiente y la salud, basándose en los fundamentos de las ciencias biológicas y de la Tierra, para promover y adoptar hábitos que eviten o minimicen los impactos medioambientales negativos, sean compatibles con un desarrollo sostenible y permitan mantener y mejorar la salud individual y colectiva.
      • C.E.6. Analizar los elementos de un paisaje concreto valorándolo como patrimonio natural y utilizando conocimientos sobre geología y ciencias de la Tierra para explicar su historia geológica, proponer acciones encaminadas a su protección e identificar posibles riesgos naturales.

      Y los principales aprendizajes ecosociales extractados de los propuestos por FUHEM:

      • Interiorizar que el ser humano es ecodependiente, es decir que requiere de la naturaleza para vivir.
      • Comprender los elementos básicos del funcionamiento de la biosfera (uso de energía solar, cierre de ciclos de la materia, amplia diversidad y coordinación de las especies para la expansión del conjunto de la vida).
      • Comprender y asumir los impactos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el estar alcanzando los límites de disponibilidad energética y material no renovable.
      • Aprender a trabajar eficientemente en equipo.
      • Desarrollar la capacidad de empatizar con el dolor ajeno.
      • Desarrollar los pensamientos holísticos (globalizadores) y críticos.
      • Implicarse en luchas sociales por la justicia, la democracia y/o la sostenibilidad.

      La secuencia didáctica se divide en cuatro bloques, con actividades en cada uno.

      • ¿Qué pasa en Villar?
        • Con una actividad de motivación para conocer la historia de la minería en Villar del Arzobispo, e identificar las sensaciones que el sonido de la actividad de una cantera nos genera, en comparación con el de un bosque. Se plantea una reflexión conjunta a partir de estas propuestas.
      • ¿De qué está hecho el paisaje?
        • Geólogos y geólogas. Se plantea una investigación por grupos para conocer más sobre el origen geológico del entorno de Los Serranos.
        • Biólogas y biólogos. Se propone otra investigación por grupos, para indagar sobre las especies animales de la comarca, y otra sobre la flora, que incluye la elaboración de un herbario fotográfico de las plantas del entorno.
      • El valor del paisaje.
        • Ecólogas y ecólogos. Incluye una parte teórica sobre los ecosistemas, el bosque mediterráneo y su conservación.
        • La elaboración de un mural colectivo que presente cómo afecta la minería al entorno y qué supone para la población.
      • El significado de las minas en Villar.
        • Debate sobre las minas en el municipio a partir de las ideas extraídas en el trabajo anterior.
        • Desarrollo del Congreso científico-escolar “Las Minas”, como producto final de la SA, en el que se presentan todas las investigaciones de los grupos de alumnado, así como el mural colectivo, para conciencias a la comunidad educativa.
      ¿Nos-acordamos-de-cuando-las-montanas-de-nuestro-entorno-estaban-llenas-de-vegetacion-y-tenian-su-forma-natural-1