Desigualdad en salud: la mayor epidemia del siglo XXI

Con Joan Benach, Montse Vergara y Carles Muntaner nos introducimos en lo que constituye el núcleo incuestionable de la idea de justicia: la igualdad. Ello lleva a rechazar cualquier desigualdad con origen en diferencias biológicas (sexo, color de la piel, talentos naturales) o sociales (el lugar de nacimiento o la clase social), y sólo a admitir aquellas que son el resultado de acciones que son elegidas responsablemente. El capitalismo se traduce en un desigual acceso a la riqueza y en un reparto también profundamente asimétrico de los costes sociales y ambientales, lo que supone distribuciones incompatibles con la tesis «ninguna desigualdad sin responsabilidad».

Según los autores, cualquier transformación social tiene su origen en otra manera de mirar y entender la realidad. Hoy en día, la pobreza, la exclusión social y las desigualdades sociales son inmensas, escandalosas, mucho mayores de lo que observamos a simple vista, de lo que queremos ver o incluso de lo que podemos imaginar. Para ver esa otra realidad necesitamos buena información y mucha reflexión, y eso es difícil. Sólo con capacidad crítica, tiempo y esfuerzo se aprende a mirar mejor y entender lo oculto, lo invisible. En un tiempo de inmoralidad y barbarie, donde el pragmatismo todo lo invade, la codicia es omnipresente, se idolatra al dinero, se manipula la información, se falsea la historia, y donde casi todo se maquilla, es preciso preservar el sentido del horror y de la realidad. Es preciso comprometerse con el derecho a la protección y promoción de la salud que deben tener todos los habitantes del planeta.
No caben excusas, nos va en ello nuestra salud. El objetivo de este artículo es presentar alguna de las principales claves, a menudo invisibles, que caracterizan a la peor epidemia de nuestro siglo: la desigualdad en salud.