¿Otro mundo es realmente posible? Reflexiones frente a las crisis

Víctor Toledo. miembro del equipo de Investigaciones en Ecosistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México, constata dos fenómenos que encabezan la crisis de civilización que estamos atravesando: el calentamiento global y el fin de la era del petróleo. Destaca las cuatro crisis que nos afectan: primero fue la crisis social la que generó conciencias, reacciones, iniciativas diversas, protestas. Después se ha agregado la crisis ecológica y en íntima relación con ella la crisis energética. Hoy ha hecho su aparición la crisis financiera, convertida ya en debacle económica de escala global. Todas ellas son la expresión de un intrincado conjunto de procesos cuyo devenir ha durado varias décadas. En suma, la crisis de civilización que hoy vive el mundo contemporáneo y cuya dinámica opera en ritmos mucho más lentos al de los procesos políticos y sociales habituales, sólo será superable bajo esquemas teóricos renovados y mediante acciones políticas de nuevo cuño.
El artículo hace incapie en algunos datos concretos que muestran la verdadera magnitud de la situación a la que nos enfrentamos, por ejemplo, que en los últimos cien años la presión que el hombre está ejerciendo en la naturaleza es superior a la de toda la historia de la humanidad. Que el incremento de la población humana durante el siglo XX supone la quinta parte del total histórico de la población humana (viva o muerta). Otro dato se refiera a la energía utilizada en el siglo XX ya que ha sido mayor que la utilizada a lo largo de toda la historia de la especie. Como la extracción de estos metales conlleva a su vez el uso de substancias tóxicas, el uso y contaminación del agua y el movimiento masivo de materiales. Y sobre todo, como todo lo anterior tiene como consecuencia la producción de desechos: la excreción de materiales, substancias, agua utilizada, radiaciones, genomas alterados y basura.

El autor introduce el concepto de huella ecológica creado por M. Wackernagel y J. Rees en 1996, como la cantidad de alimentos, energía, agua, materiales de construcción y desechos que cada individuo utiliza y expide a lo largo de un año. La crisis de civilización que hoy vive la especie humana es, antes todo, una “crisis metabólica”, en tanto que atañe al entramado de innumerables dimensiones. Por ello, no hay una solución económica, tecnológica, energética, social, política, institucional, epistemológica o ambiental, sino que la crisis son superables siempre que ese “otro mundo es posible” se construya sobre la justicia social, el respeto a la naturaleza, la reconfiguración de los sistemas financieros, el cambio de fuentes energéticas, la autogestión local y regional, la creación de nuevas tecnologías y sistemas de conocimientos, etc.