Regula que algo queda: Nuevas tecnologías en entredicho

Una mirada histórica sobre el complejo mundo digital, nos devuelve una imagen de regulación técnica sin regulación política bastante efectiva y peculiar de la que apenas abundan ejemplos.

El despliegue más allá de los marcos legales nacionales, el desconocimiento de la técnica por parte de legisladores y jueces, el fulgurante crecimiento y la generación incansable de nuevas novedades, etc., no facilitó a ninguna empresa o Estado la intervención absoluta o inmediata de internet, aunque no quiere decir que no haya habido intentos de vigilancia y registro.

Las características propias del medio (instantaneidad, globalidad, interactividad, circulación digital de contenidos, etc.) y su relativo bajo coste para conseguir audiencias globales mediante una simple página web propiciaron los primeros problemas serios. Problemas surgidos de varios hechos, como que no existe una autoridad central única de internet a la que reclamar o apelar, su deslocalización geográfica y su transnacionalismo, la circulación digital fluida de todo tipo de materiales y la facilidad económica para la distribución de información.

El vertiginoso avance de las nuevas tecnologías genera nuevos conflictos, como el acceso (las nuevas tecnologías como bien público o bien privado y su acceso como derecho universal), la propiedad intelectual (copyright y derechos de autor), la libertad de expresión, la privacidad y el uso de los datos personales, etc.

El autor propone ante la ausencia de soluciones milagrosas y respuestas únicas, que el procedimiento debería estar a medio camino entre respetar una regulación técnica –que también es política– no interesada y una reglamentación legal escasa con amplios márgenes de independencia.