¿Se puede exportar la democracia?

Las dos guerras principales con las que se ha iniciado el tercer milenio, la de Afganistán y la de Irak, han sido justificadas por EEUU y sus aliados con argumentos diversos. El primero, y quizá el principal, es la defensa propia: arrancar de raíz el terrorismo en Afganistán y destruir las presuntas armas de destrucción masiva en Irak. Además de esta motivación tradicional, se ha añadido otra: forzar un cambio de régimen y exportar la democracia. Sin embargo, ¿es la democracia un bien que se pueda exportar como las bananas? ¿En qué condiciones es factible y legítimo exportar la democracia?