Informe sobre los progresos realizados respecto de la utilización de biocarburantes y otros combustibles renovables en los Estados miembros de la Unió
Con el significativo aumento de los precios del petróleo y la creciente preocupación acerca de un suministro de energía estable, seguro y ambientalmente amigable, la promoción del uso de biocarburantes en el transporte es una prioridad en la agenda política europea. Hoy en día, los biocarburantes son la única manera de reducir significativamente la dependencia del petróleo en el sector del transporte. Como parte de su política energética para Europa, la Comisión se ha comprometido a estimular la producción y uso de biocarburantes, proponiendo fijar un objetivo mínimo obligatorio de biocarburantes del 10% del combustible de los vehículos para el año 2020.
Europa en la encrucijada mundial
En los últimos años ha surgido cierta inquietud respecto de la situación de Europa en general, y de la Unión Europea (UE) en particular, en relación con el resto del mundo, motivada fundamentalmente por la intensa incidencia de la crisis en algunos países del continente, unida a la presión provocada por el dinamismo de algunas potencias emergentes o las divergencias existentes entre los países europeos en relación con algunos asuntos cruciales. Este trabajo
aspira a proporcionar información y argumentos que permitan valorar esa visión de Europa, recurriendo no sólo a aspectos estrictamente económicos, sino también desde la perspectiva más amplia que ofrece la Economía Política Internacional.
Según palabras del autor, pese a la inquietud que suscita su situación, Europa, y específicamente la Unión Europea, cuenta con una posición privilegiada dentro del contexto global. Su poder se sustenta fundamentalmente en su capacidad actual de producción (proyectada hacia el exterior a través de sus empresas multinacionales) y en su elevada participación en el comercio internacional y en las relaciones financieras y monetarias internacionales. Su estatus no es tan destacado en los organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio), ni en el ámbito de la tecnología. Uno de los retos más importantes a los que se enfrenta el continente en estos dos últimos planos es el aumento del protagonismo de las potencias emergentes. En el contexto concreto de los organismos internacionales el poder de Europa se ve mermado, además, por la existencia de divergencias importantes entre los países del continente, especialmente entre los que forman parte de la UE. Si sus países miembros superaran esas divergencias y unificaran su representación en las instancias más relevantes, podrían dotar de más fuerza a sus aspiraciones y contribuirían a un funcionamiento más coherente de la gobernanza internacional.
Europe 2005: The Ecological Footprint
Este informe muestra cómo la Unión Europea usa el veinte por ciento de lo que los ecosistemas mundiales proveen en términos de fibra, comida, energía y absorción de los desechos. Europa es el hogar de tan sólo el siete por ciento de la población mundial. La demanda europea en el planeta ha crecido casi el setenta por ciento desde el año 1961. El presidente de la Comisión Europea señala en su introducción al informe que el desarrollo sostenible requiere salvaguardar la capacidad de la Tierra para apoyar la vida en toda su diversidad, respetando los límites de los recursos naturales del planeta.
La democracia en Europa
La Unión Europea (UE) es un Estado regional supranacional, con soberanía compartida, límites variables, identidad múltiple, economía muy diferenciada, gobernanza significativamente compuesta y democracia fragmentada. Como tal, ha tenido un importante impacto sobre sus Estados miembros, y no sólo por sus políticas, sino por su propia presencia institucional. Esto genera problemas específicos para la política nacional de los Estados miembros, y es la causa de un déficit democrático a nivel nacional. El autor a través de la pregunta ¿qué es la UE? introduce en el texto nociones para su conocimiento, sin el cual nunca podremos comprender del todo los efectos que tiene una democracia nacional. Su argumento es que la UE se caracteriza, en lo práctico, como un “Estado regional” supranacional en el que la democracia se basa en un equilibrio diferente de mecanismos legitimadores. Después, el artículo se centra en el impacto de la UE sobre la política nacional y especialmente sobre cómo la “políticas sin política” de la UE suponen una “política sin políticas” a nivel nacional. Concluye formulando otra pregunta en torno a la posibilidad de resolver el déficit democrático.
La crisis sin fin de la eurozona: una visión clásica-kaleckiana
Una comprensión profunda de la crisis europea y de las particularidades que presentan los países periféricos, nos obliga a retroceder en el análisis hasta situarnos en el origen, la evolución y las perspectivas sobre las que se ha constituido, no sólo la Unión Monetaria Europea, sino todo el proyecto de integración. El conocimiento de las dinámicas internas que han operado en el plano comercial –generando desequilibrios entre los países y efectos asimétricos en unos y otros–, las políticas de contención salarial en el ámbito nacional y el funcionamiento de las instituciones supranacionales, así como sus intereses, nos permiten comprender las enjundias del proceso de unificación y los efectos recesivos diferenciados en los países miembros. Ello nos permite, en último término, elaborar –de manera esquemática– pero desde una posición privilegiada, propuestas que respondan a nuestra actual coyuntura
económica.
El autor expone las políticas aplicadas hasta ahora:
a) Paquetes de rescate utilizados para rescatar a Grecia, Irlanda y Portugal, pero que sin embargo, adolecen de un problema básico: los países con dificultades también ponen el dinero, por lo que Italia y España “prestaron” dinero a otros países más pequeños con problemas, para salvar a los bancos alemanes (téngase en cuenta que Alemania presta a tipos de interés muy convenientes, y toma prestado a tipos muy rentables, mientras que en el caso de España e Italia sucede lo contrario).
b) La intervención del BCE se ha limitado a comprar bonos soberanos de los países periféricos sin ningún efecto persistente sobre el diferencial de rentabilidad de la deuda soberana.
c) La liquidez proporcionada por el eurosistema aseguraba que el sistema bancario de
la periferia no se hundiera fruto de las fugas de capitales al centro europeo.
d) Imposición de diversos paquetes de austeridad a Italia y España.
e) Plan de Transacciones Monetarias Directas (OMT) [Transacciones
Mercantiles Directas (también OMT) es el término con el que el BCE define las operaciones de mercado abierto el BCE podría intervenir en los mercados secundarios comprando, en principio, una cantidad ilimitada de bonos soberanos; sin embargo, los países que pidan ayuda deberán suscribir un memorando de austeridad con la Unión Europea por el que cederían su soberanía fiscal nacional.
Después el autor también ofrece una serie de políticas alternativas, aborda el concepto de Europa Federal y posibles consecuencias de la ruptura del euro.
Climate change: the cost of inaction and the cost of adaptation
Los futuros costes económicos del cambio climático, conocidos como costes de inacción, serán significativos en Europa, según este nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Este estudio, que se encuentra dentro de la serie EEA Technical Report (nº 13), revisa los costes económicos del cambio climático y su impactos a nivel europeo. Si bien estos costes están determinando de forma creciente el debate político sobre el clima, el informe resalta el hecho de que todavía existen cuestiones metodológicas e incertidumbres en la estimación de dichos costes.
Políticas migratorias en nombre de la cohesión social
La cohesión social ha surgido recientemente como una importante fuente de inquietud en los debates sobre las migraciones en la Unión Europea (UE).
Varios Estados miembros, como el Reino Unido, preocupados ante el aumento de la inmigración y el supuesto fracaso de la integración de los inmigrantes en la cultura, sociedad y política de los países de acogida, están proponiendo controles más estrictos sobre la inmigración como solución a la crisis de la cohesión social. Son numerosos los argumentos que pueden esgrimirse para justificar esta postura: desde una actitud alarmista ante lo que se percibe como un incremento exponencial en el número de nuevos inmigrantes, hasta las objeciones que plantean las autoridades locales, que consideran que tener que albergar un número creciente de inmigrantes en infraestructuras escolares, hospitalarias y alojamientos limitados, además de tener que hacer frente a la difícil asimilación de este colectivo, les supone una mayor carga sobre los recursos locales (públicos y privados).
¿Existió alguna vez un modelo social europeo? Evolución y perspectivas de los Estados de bienestar en Europa
El presente artículo aborda la idea del «modelo social europeo» –expresión en boga en determinados círculos desde los años noventa– como construcción ideológica, en buena medida útil como opuesto al American way of life.
Sin embargo, ya antes de la crisis, existían indicios que ponían en cuestión la existencia real de dicho modelo. Si bien es cierto que cabe hablar de cierta idiosincrasia social europea, también lo es que existe una notable diversidad en el seno de Europa. Un análisis detenido del contexto de la crisis pone de manifiesto que no ha habido convergencia real y que el signo de las políticas auspiciadas por la UE choca precisamente con los Estados de bienestar.
El autor se refiere a un concepto clave, el Estado de bienestar, como un conjunto institucional que se compone de diversas entidades sociales, organizativas y normativas, orientado hacia el logro de tres objetivos: el pleno empleo, la seguridad económica (entendida como garantía de cierto nivel de condiciones de vida) y la reducción de las desigualdades. Para alcanzar tales metas, el Estado de bienestar dispone de cuatro conjuntos de instrumentos: las políticas laborales y la regulación del mercado de trabajo; las prestaciones monetarias; los servicios públicos; y las políticas fiscales como mecanismo redistributivo y como forma de financiar los demás instrumentos.
El resto del artículo queda dividido de la siguiente manera: en el siguiente apartado repasa los argumentos defendidos por quienes sostienen que tiene sentido hablar de un «modelo social europeo» haciendo hincapié en aquellos aspectos que resultan diferenciadores de EEUU. Después elabora un argumento alrededor de distintas clasificaciones que nos permiten constatar la existencia de diferentes entramados de protección social dentro del continente europeo, cada uno con unas características específicas diferentes. A continuación, ofrece algunos aspectos de reflexión en torno a esta cuestión y al papel de la Unión Europea antes y después del estallido de la crisis mundial, para terminar con unas breves conclusiones.
Biocombustibles, Cultivos Energéticos y soberanía alimentaria en América Latina: Encendiendo el debate sobre los biocombustibles
La autora afirma en este libro que usar los biocombustibles como sustitutos del petróleo, sin políticas de reducción de consumo, tiene pésimas consecuencias. Aunque se puedan obtener biocombustibles a partir de algunos productos nativos para resolver los problemas energéticos a nivel local, el problema es la escala. Para suplir las necesidades energéticas globales e impactar de manera efectiva en reducir el calentamiento global, se necesitarían millones de hectáreas de tierras agrícolas y la incorporación de otras tantas a costa de ecosistemas naturales, lo que repercutiría en la soberanía alimentaria de los pueblos, en las pequeñas agriculturas familiares y en la biodiversidad.
La inmigración en España: racismo institucional y racismo social
Edoardo Bazzaco, responsable del informe que elabora anualmente la organización SOS Racismo, analiza la naturaleza racista de la normativa con la que se pretende regular el flujo de inmigrantes en nuestro país y el racismo social que aún impera en relación con la población gitana.
Según el autor durante el último año, tanto la Unión Europea (UE ) como el Estado español han demostrado, una vez más, su falta de capacidad para elaborar políticas reales y realistas en materia de inmigración. Las decisiones y actuaciones de los Estados miembros de la Unión en materia de inmigración han confirmado la realidad de una Europa-fortaleza, de una UE-isla inalcanzable para las personas que no reúnan determinadas condiciones de entrada. La obsesión de los políticos europeos por el control de las fronteras ha contribuido a provocar, en 2007, la muerte documentada de 1.861 personas –aunque fueron muchos más los fallecidos de los que nada se supo– mientras intentaban cruzar irregularmente, por mar o por tierra, los confines comunitarios. Y eso por no tener otra opción, al ser los mecanismos regulares de entrada de la UE totalmente y criminalmente desfasados respecto a la realidad de los procesos migratorios actuales.
Una nueva gobernanza económica de inspiración liberal
La crisis que estalla en 2007 no solo es financiera sino que es estructural en la medida en que refleja el agotamiento de un modelo de acumulación que ha impulsado una moderación salarial compensada por un endeudamiento generalizado de los agentes privados. Evitar la quiebra del sistema ha obligado a los gobiernos a practicar un keynesianismo conservador que ha desequilibrado las finanzas públicas. La eurozona, cuyo entramado inicial ya adolecía de grandes debilidades, va a responder a dicha crisis imponiendo las recetas liberales más radicales. Está configurando una nueva gobernanza restrictiva y antidemocrática que es la negación del necesario gobierno económico europeo basado en principios cooperativos.
Según el autor, los gobiernos van a pretender romper el círculo déficit/deuda imponiendo una mayor degradación de las condiciones laborales, salariales y sociales. Se tiende a asentar una nueva gobernanza económica cuyos componentes centrales están acordados por unos mercados financieros y unos bancos centrales liberados de la tutela estatal. Cuando los dirigentes alemanes se refieren a la necesidad de impulsar un gobierno económico europeo, no aluden a una federalización de la política económica que recogiera los intereses de los diversos Estados y creara mecanismos de solidaridad, sino a la imposición de unas nuevas reglas de gobernanza que incrementan el poder de los mercados respecto del Estado.
Otra enseñanza de la gestión de la crisis europea es que constituye un grave error no
compatibilizar consolidación fiscal a medio y largo plazo con políticas de crecimiento y de empleo a corto plazo y la consolidación presupuestaria debería haber sido coordinada y diferenciada según los países.
La integración europea es utilizada como coartada para emprender unos ajustes socioeconómicos regresivos y, pese a haber fracasado las políticas “austeritarias”, se mantienen debido a que forman parte de una estrategia destinada a desbaratar el Estado de bienestar.