¿Estabilización o paz sostenible? ¿Qué clase de paz es posible después del 11-S?

El autor realiza un balance de las operaciones de paz y la evolución de las mismas hacia operaciones de estabilización más enérgicas a partir del 11-S, en ocasiones fuera de los márgenes de la legalidad internacional. El informe incluye abundantes ejemplos de los casos de Afganistán, Mozambique, Guatemala, Palestina, Haití y Sri Lanka.


¿Palestina o ‘Palestistán'?

El cese de las negociaciones y la violencia que se vive en Palestina e Israel desde 2001 ha puesto de manifiesto las contradicciones y limitaciones del proceso de Oslo y la incapacidad de la comunidad internacional de actuar con coherencia ante este conflicto.


El conflicto por el agua en el contexto palestino-israelí

El artículo analiza la potencialidad para disparar conflictos de los recursos hídricos, a través del caso de Israel y Palestina.


La ONU tras la guerra del Líbano

La guerra en el Líbano, lamentablemente, ha constituido una nueva oportunidad para Naciones Unidas de demostrar su grado de coherencia entre los principios que defiende y su práctica. Ante una Naciones Unidas que en ocasiones se convierten en un instrumento geopolítico más que en un mecanismo de defensa de Derecho Internacional, el autor reflexiona y propone algunas ideas en relación al uso de la fuerza y a la sumisión de la ONU a los intereses de las grandes potencias.


Seguridad global en tiempos de extremismo religioso

Tras el 11 de septiembre de 2001 gran parte de la atención, tanto popular como académica, se ha centrado en grupos armados como Al Qaeda o el ugandés Ejército de Resistencia del Señor. Aunque el fundamentalismo religioso de estos actores no estatales constituye una seria amenaza para la seguridad nacional, regional e internacional, no hay que obviar las posibles consecuencias del fundamentalismo religioso patrocinado por el Estado. Cuando los extremistas religiosos acaparan el poder estatal, la amenaza para la seguridad internacional es mucho mayor que aquella que plantean actores no estatales. Para demostrarlo el autor ilustra su tesis con dos ejemplos: los EEUU de George W. Bush y el Irán de Mahmoud Ahmadinejad.


El problema con Israel

El conflicto en Oriente Medio está inmerso en una espiral de violencia que no ve la salida. A pesar de los intentos locales e internacionales por resolver el conflicto y de que los dos bandos invoquen la paz, ésta no termina de llegar. La duración del conflicto y el fracaso de las iniciativas de paz hacen dudar de que exista una auténtica voluntad de terminar con la guerra y despierta muchos interrogantes tanto a israelíes como a palestinos y a la comunidad internacional en su conjunto. ¿Realmente se busca la paz? ¿Paz para quién y a qué precio?


Iraquíes en caída libre

Decenas de miles de iraquíes han muerto desde la invasión de EEUU a Irak en el año 2003. Pero, ¿cómo viven los que se quedan? A pesar de las versiones oficiales y de los planes de recuperación, la experiencia real de los iraquíes es el desmoronamiento de sus medios de vida bajo la guerra y la ocupación. No hay cifras fiables sobre la situación económica del país, pero de lo que sí hay constancia es del abandono diario de Irak por parte de miles de sus ciudadanos y de la presencia de niños de la calle iraquíes en ciudades como Beirut. ¿Qué salidas se proponen? ¿Cuál es la verdadera situación de la economía iraquí?


Colonialismo hídrico en Oriente Medio

El reparto de los recursos hídricos en Oriente Medio ya ha ocasionado fuertes incidentes, e incluso guerras abiertas, y podría en el futuro engendrar graves situaciones de conflicto. La naturaleza “conflictiva” del agua es un hecho universal, pero en Oriente Medio es un problema especialmente virulento en la medida en la que se adosa a problemas políticos particularmente complejos, y se desarrolla en una región donde se condensan identidades magulladas y oposiciones irremediables. Un ejemplo de ello es la desigual explotación de la cuenca del Jordán y de los acuíferos de Gaza y Cisjordania.


Anuario CIP 2003. Tiempos difíciles: Guerra y poder en el sistema internacional

Colección de análisis de autores nacionales e internacionales sobre los cambios en el sistema mundial, la invasión de Irak, el renacimiento del imperio estaounidense, el futuro de las relaciones entre China y la Unión Europea, la campaña antiterrorista de Putin en Chechenia, la inestabilidad política en América del Sur, problemas internos de Israel, la deuda de la Guerra Fría con Afganistán, el nacimiento de Timor Oriental, la política exterior española durante el año 2002, la Corte Penal Internacional y la Cooperación al Desarrollo, la industria del petróleo y su relación con los conflictos por el control de los recursos naturales y el sida como problema global.


Impactos ambientales de la guerra

En esta breve reflexión, el autor habla de algunos de los casos investigados por la unidad de evaluación postconflictos del PNUMA para verificar los daños a los servicios de los ecosistemas debido a operaciones armadas y guerras. Los casos tratados se refieren a los Balcanes, Liberia, Palestina, Afganistán, Irán e Iraq. El elemento que se repite es el nivel crónico de deterioro ambiental general debido al desperdicio y uso de peligrosas sustancias tóxicas.


Anuario CIP 2005. Cartografías del poder. Hegemonía y respuestas

El Anuario CIP 2005 analiza los siguientes temas: los nuevos actores globales emergentes, las concepciones de seguridad estadounidense y su aplicación a Oriente Medio, la reforma de las instituciones económicas internacionales (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional), la cuestión nuclear iraní, la situación de Irak, el falso optimismo en las relaciones entre Palestina e Israel, la situación interna en Turquía, el ascenso de China, la respuesta internacional a los conflictos periféricos, una sección se dedicará a analizar la situación en algunos países de América Latina: Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador.


Palestina. Las raíces de los conflictos. Unidad Didáctica Nº 6

Unidad Didáctica perteneciente a la colección Observatorio de Conflictos que Centro de Investigación para la Paz dedicó al análisis de Las raíces de los conflictos. El número 6 de la serie se centra en el territorio de Palestina pues es el escenario de un conflicto que enfrenta durante décadas al Estado de Israel y al movimiento de liberación nacional palestino OLP. Los principales motivos de la disputa son el control del territorio y sus recursos naturales, aunque también tiene connotaciones religiosas, al ser considerada Palestina como la cuna del cristianismo y el judaísmo. El conflicto tiene sus orígenes en el choque entre el sionismo, movimiento encaminado a crear un Estado para los judíos dispersos por el mundo (para lo que se propició la inmigración masiva a los territorios de Palestina) y los árabes palestinos temerosos de perder sus derechos. Tras la II Guerra Mundial, la ONU sugirió la partición del territorio en dos Estados, algo a lo que se negó rotundamente la comunidad palestina. Pero en 1948, la idea de crear una nación para
los judíos se materializó con la proclamación unilateral del Estado de Israel. Desde entonces, los palestinos reclaman la recuperación de sus derechos nacionales, entre los que se encuentra la libre determinación, la disposición de un Estado propio y el retorno de los refugiados huidos tras la ocupación israelí. Los acuerdos de paz, celebrados entre
1993 y 1995, tendentes a ampliar la autonomía de los territorios palestinos no han
logrado poner fin al conflicto. El asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabin
por un extremista de su misma nacionalidad, los atentados integristas perpetrados a lo
largo de 1996 y la política del nuevo jefe de gobierno israelí., Benjamín Netanyahu, inclinada a la ampliación de los enclaves judíos, han puesto en peligro el proceso de pacificación de la región.


Darfur y Abu Ghraib

De entre los numerosos retos para la defensa de los derechos humanos en 2004, dos conllevan serias amenazas: la limpieza étnica en Darfur y la tortura de presos en Abu Ghraib. Uno supone la indiferencia frente a las peores atrocidades imaginables, mientras que el otro refleja la actuación de un país poderoso que incumple una de las prohibiciones más básicas. Uno presenta una crisis que amenaza la vida de innumerables personas, el otro es un caso de excepcionalidad que amenaza las reglas más fundamentales.


Anuario Procesos de Paz 2009

La Escuela de Cultura de Paz, presenta la cuarta edición de su Anuario sobre Procesos de Paz , que como novedad frente a los anteriores destaca que durante el año 2008 ha aumentado el número de casos de contextos en que las crisis afectan a los países vecinos, evidenciando la “regionalización” de muchos conflictos.

El Anuario analiza los conflictos en los que se llevan a cabo negociaciones para llegar a un acuerdo de paz, con independencia de que estas negociaciones estén formalizadas, se encuentren en fase exploratoria, transcurran satisfactoriamente o, al contrario, se encuentren estancadas o en plena crisis. La estructura del análisis de cada caso sigue una pauta en casi todos los casos: una breve sinopsis del contexto del conflicto, con una pequeña descripción de los grupos armados y de los principales actores que intervienen en cada conflicto; los antecedentes del proceso de paz; los acontecimientos ocurridos a lo largo del año 2008; un cuadro con los hechos más significativos del año, a modo de resumen; una selección de las páginas web que permiten seguir el conflicto; y un cuadro que permite visualizar la relación entre los actores primarios y secundarios de cada conflicto, señalando los espacios de intermediación existentes en cada caso. Al inicio de cada país se incluye un pequeño cuadro con datos básicos del mismo.


El Gran Oriente Medio: ¿tele-evangelismo o destino manifiesto?

El concepto de Gran Oriente Medio (GOM) hay que situarlo dentro del contexto de una nueva estrategia de EEUU. Solo así podrá entenderse cuáles son los objetivos de este proyecto y las contradicciones inherentes al mismo. También es necesario tener presentes las posturas de los Estados europeos y árabes ante esta iniciativa estadounidense. La tesis sostenida en este artículo es que a pesar de la validez y pertinencia de las numerosas críticas al GOM, sería poco prudente desecharla completamente, ya que la reforma árabe es una necesidad acuciante independientemente de la sinceridad de sus promotores estadounidenses.


Propaganda y guerra de información contra Siria: la última guerra por la paz.

El artículo nos habla sobre como la opinión pública global sufre el bombardeo de mensajes que inciden en la idea de que las guerras se libran por buenas causas, y en última instancia por la paz, algo que si se somete a un examen riguroso, exhaustivo y objetivo simplemente no tienen el menor sentido. Pero una sucesión de guerras recientes se han librado en nombre de preocupaciones “humanitarias”, las últimas la de Libia y la ofensiva para crear el pretexto para una guerra abierta contra el régimen de Asad en Siria.
Según el autor, la propaganda intenta explotar la percepción y la emoción para crear unas condiciones más favorables para iniciar las guerras con el fin de cumplir los objetivos de la política exterior, especialmente en relación con el cambio de régimen “patrocinado”. Un recurso habitual para cultivar la opinión pública consiste en presentar una opinión como noticia. Por ello resulta una cuestión decisiva comprender cómo se hace, a fin de reducir la eficacia de estas campañas. Como punto de partida, es necesario crear una idea de la propaganda y la guerra de la información como concepto y como práctica. De este modo se sentarán las bases para tamizar y analizar el contenido de los medios de comunicación sobre el conflicto sirio.
Simons sostiene a través del texto que la propaganda puede detectarse mediante la identificación de cuatro elementos simultáneos en los mensajes: la función persuasiva, el intento de llegar a una gran audiencia, la representación de la agenda de un grupo concreto y el uso de un razonamiento incorrecto y/o de apelaciones emocionales.


Anuario 2007 de procesos de paz

En este anuario se analizan los conflictos mundiales en los que se llevan a cabo negociaciones para llegar a un acuerdo de paz, la mayoría en conflictos armados. Examina también algunos procesos que ya han terminado mediante un acuerdo de paz, pero que merecen ser seguidos durante para ver si los acuerdos siguen un buen camino. El análisis está estructurado en una breve sinopsis del contexto del conflicto, con una pequeña descripción de los grupos armados y de los principales actores que intervienen en cada conflicto; los antecedentes del proceso de paz y los acontecimientos ocurridos a lo largo del año 2006. Se incluye además un capítulo especial sobre el País Vasco. Aunque el conflicto vasco no puede categorizarse como conflicto armado, se ha incluido por el evidente interés que suscitó en 2006 la declaración de alto el fuego permanente por parte de ETA, y la posterior ruptura del proceso al finalizar el año.


La cuestión nuclear iraní: ¿derecho soberano o desafío al sistema de no proliferación?

El Gobierno iraní, haciendo uso de sus derechos contemplados en el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), decidió reanudar sus investigaciones y desarrollo nuclear con fines pacíficos a partir del 9 de enero de 2006. Ello generó una vasta reacción de la comunidad internacional, ya que, si bien se trata de un derecho soberano, este proceso puede llevar a la posibilidad de enriquecer uranio y, eventualmente, a obtener la capacidad para fabricar armas nucleares. La escalada de tensiones llevó el caso hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.


La primavera árabe: el día después

El detonante de la primavera árabe fue la inmolación de Mohammad Buazizi
el 17 de diciembre de 2010. A partir de ese momento, todo un pueblo se puso en marcha sin temor, sin líderes, sin control de ningún partido político. Una vez derribado el muro del miedo, la dictadura se desplomó. El 14 de enero de 2011, Ben Ali huye. El 25 de febrero le toca el turno a Mubarak, apodado injustamente, «faraón de Egipto». Varios meses después, Gadafi es ejecutado. En Yemen, Ali Saleh resiste a la tempestad, pero se ve obligado a renunciar y viaja
a EE UU (¿extraño?) para un exilio médico. Bachar el Asad reprime a discreción, pero está con el agua al cuello. En Bahréin, la monarquía suní minoritaria debe su salvación únicamente al apoyo de las otras petromonarquías y a la complacencia de EE UU, que disponen de una gran base naval en el país.
El brusco surgimiento del hecho revolucionario fue la respuesta de las sociedades civiles árabes a decenios de derivas autoritarias ha sido el desgaste de la lógica autoritaria, o mejor dicho su deriva predadora y dinástica, amplificado por los “vientos de la globalización”, las redes sociales y las cadenas de televisión por satélite.

El estatus internacional de Oriente Medio y los modos de articulación árabe en el sistema internacional se han visto desbaratados. Las grandes potencias, que hasta hace tan poco tiempo eran las que imponían su criterio, son sacadas de los espacios de contestación, pierden sus intermediarios regionales y ven cómo su influencia sobre la región se atenúa.
La primavera árabe altera el juego internacional. Las sociedades árabes, al rebelarse, hacen que se muevan las líneas. El antiguo orden, dominado por EE UU, se tambalea: se establecerá un orden nuevo cuyos contornos resulta difícil atisbar en esta fase. La fluidez será el sello distintivo del periodo que se inaugura: no habrá ya alianzas definitivas, sino intereses nacionales que defender. La política exterior de los países árabes no será ya obra de “lacayos” bajo influencia: deberá reflejar el sentimiento popular y servir al interés público.
Según el autor, algunos de los grandes logros de la primavera árabe son: que cuatro países árabes se han librado ya de sus déspotas: Túnez, Egipto, Libia y Yemen; que Siria, el régimen de Bachar el Asad resiste, pero a costa de una represión incalificable, las consecuencias sobre Argelia y, que todos los regímenes monárquicos, en diversos grados, están expuestos a los mismos problemas sociales agudos: desempleo rampante, escasa apertura del sistema político, desigualdades sociales y regionales, desigualdad entre los sexos.
Las revoluciones democráticas árabes, por su carácter masivo y espontáneo y por su lógica amotinadora, integran las reivindicaciones obreras, superándolas para englobar reivindicaciones más generales: quiere decirse, por tanto, que son a la vez revoluciones democráticas y revoluciones sociales.
Khader destaca también el papel de las cadenas de televisión por satélite árabes, pues no solo han permitido romper el monopolio de la información que ejercían los regímenes autoritarios, sino que también han contribuido a informar de los acontecimientos en tiempo real y a difundir las imágenes en todo el mundo.
Otro hecho destacado en el artículo es el cambio que la primavera árabe ha producido en el concepto que tenían los árabes sobre sí mismos, en la imagen al uso que tenía Occidente del mundo árabe, e incluso ha cambiado también el concepto de la gente corriente, produciéndose una mayor empatía hacia unos pueblos que se levantan contra la dictadura y corean consignas modernas (libertad, dignidad, democracia).


Hamas, Israel y la destrucción del futuro

Uno de los efectos de la segunda Intifada palestina, iniciada en septiembre de 2000, ha sido el enorme incremento del apoyo popular a Hamás. Este apoyo tuvo resultados concretos en la victoria electoral de Hamás del pasado 25 de enero de 2006 y tiene que ver con el papel jugado por Hamás en relación a la satisfacción de las necesidades sociales de la población palestina a través de servicios de bienestar social en una sociedad en la que reinan las penurias y desesperación.


Armas nucleares y medios de comunicación: ¿una receta para la guerra? El caso de Irán

La cobertura informativa que ha recibido el reciente descubrimiento de otra
planta nuclear en Irán pone de manifiesto la extraña relación que parece predominar entre los medios de comunicación y la política. El análisis del marco en el que se mueven tanto los medios como los periodistas, y de los resultados de la producción informativa, provoca una cierta decepción. La cobertura de acontecimientos potencialmente similares a los previos a la invasión de Iraq en 2003 debe realizarse de forma más crítica y ecuánime, para evitar que se cometan los mismos errores. De lo contrario, los medios de comunicación de masas correrán el riesgo de servir, una vez más, de meros transmisores de un mensaje político. Irán constituye en la actualidad un buen ejemplo.


El fracaso de la consolidación de la paz y la relación entre seguridad y buen gobierno: El caso de Palestina, 1993-2005

Análisis de los acuerdos de Oslo y el inicio del proceso de paz en Palestina, deteniéndose en un examen del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y las propuestas para una buena gobernanza.


El uso del “ius ad bellum” para fabricar una causa de guerra contra Libia

Los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo proclaman triunfalmente el victorioso comienzo de la última guerra de Occidente. Esta guarda numerosos ecos y similitudes con guerras libradas anteriormente: la necesidad de proteger a la indefensa población civil que intenta liberarse de una violenta tiranía. Se trata del argumento favorito de algunos conflictos anteriores, desde Kosovo a Irak, y corre parejo a la idea de implicarse en una guerra limitada en la que la superioridad de “nuestra” fuerza aérea vencerá finalmente con mínimas bajas en nuestro bando –si es
que hay alguna–, un número reducido de muertes de civiles y una devastadora destrucción del enemigo.

En los medios se ha asentado el concepto del “ius ad bellum”, anunciado con orgullo por la clase política en Europa y EE UU. Esta guerra, igual que la mayoría en la era de la post guerra fría, se libra en nombre de la humanidad. El argumento sobre el que se sustenta es que se trata de una guerra justa, asumida desinteresadamente y por el bien de la población libia. Sin embargo, si uno se distancia de esta noble retórica, surge la pregunta ¿puede la guerra clasificarse como algo noble y justo?