El final de la era del petróleo barato

Nuestra dependencia del petróleo es enorme. Es el símbolo de una época iniciada a finales del siglo XVIII. Hoy, los derivados del petróleo representan en torno al 40% de toda la energía primaria consumida por los seres humanos, y cerca del 95% de la empleada en le transporte mundial, lo que otorga al oro negro un papel estratégico de primer orden. Pero dos factores impiden que la era del petróleo pueda seguir sosteniendo el metabolismo social del mundo en el siglo XXI: la perspectiva de su encarecimiento creciente y el cambio climático.
El horizonte de una era postfosilista obliga a reconsiderar el modo de producir, comerciar, residir y consumir. No está nada claro que a largo plazo puedan mantenerse con fuentes alternativas el elevadísimo consumo de energía exosomática actual en los países ricos, y menos aún hacerlo extensivo a ocho o diez mil millones de personas.
El libro plantea, en definitiva, profundos dilemas técnicos, políticos y morales, así como la necesidad de un cambio radical del modelo de sociedad.