Las mujeres y el desarrollo humano

En la mayor parte del mundo, las mujeres carecen de lo más elemental para el desarrollo de una vida humana. Su alimentación es inferior a la de los hombres, tienen una salud más precaria que ellos, son más vulnerables a la violencia física y no disfrutan tampoco de los mismos derechos y libertades. Esta suma de desigualdades y de privaciones tienen como consecuencia que las mujeres no puedan desarrollar sus capacidades cognitivas, emocionales e imaginativas en la misma medida que los hombres.
La autora defiende es su libro un feminismo universalista que sea capaz de superar los límites del relativismo cultural. Su propuesta arranca del convencimiento de que las gentes que tienen distintas maneras de entender el bien, puede ponerse de acuerdo sobre algunos principios éticos universales que sean aplicables, donde quiera que se de una situación de desigualdad y de injusticia.
A partir de su propia experiencia personal en la India, y de argumentos tomados de la filosofía, la economía y el derecho, propone un marco constitucional y político, respetuoso con las tradiciones y las instituciones locales, que pueda traducirse en objetivos políticos concretos en contextos concretos. De este modo, la autora muestra cómo la argumentación filosófica acerca de la justicia puede conectarse con los asuntos prácticos de la política pública, y sienta las bases para fundamentar éticamente la ayuda al desarrollo.