Obesos y famélicos: el impacto de la globalización en el sistema alimentario mundial

¿Cómo es posible que si producimos más alimentos que nunca, haya también más hambre que en toda la historia? ¿Cómo es posible que, al mismo tiempo, una epidemia de sobrepeso afecte especialmente a los más pobres del planeta? ¿Por qué hay soja en casi todos los alimentos? ¿A quién benefician los transgénicos? ¿Quién decide lo que comemos’ ¿Nosotros empujando el carro de la compra en el super, o las multinacionales que controlan los mercados, los suministros y la producción de alimentos?
El autor ofrece una investigación que examina éstas y otras paradojas. Y demuestra que, desde la obesidad hasta las hambrunas, son muchas las consecuencias graves de un sistema globalizado en el que unas pocas pero enormes empresas han obtenido un poder casi absoluto sobre el ciclo de la alimentación, desde las semillas (a menudo transgénicas) hasta las tiendas de comestibles, pasando por los maizales o las inmensas zonas deforestadas de Brasil.
La política del Banco mundial y la OMC, el invento del supermercado, el acoso contra los agricultores por parte de los agronegocios, la pérdida de sabor de los tomates y las manzanas, la invasión de la comida rápida…, son algunos de los temas abordados por el autor, que dedica el capítulo 10 a plantear una lista de cambios para modificar la situación actual: transformas nuestros gustos, comer localmente y según temporada, comer agrocológicamente, apoyar el comercio local, todos los trabajadores tiene derecho a la dignidad, cambio rural profundo e integral, sueldos dignos para todos, apoyar una política alimentaria sostenible, romper el cuello de botella del sistema de producción de alimentos, y reconocer y compensar las injusticias del pasado y del presente.