El estudio “La Formación y el Desarrollo Profesional de los docentes” recoge la opinión de profesores de Primaria y Secundaria sobre la formación inicial y permanente que han recibido hasta la fecha; las nuevas propuestas de formación que se irán implantando a partir de este curso; y sus condiciones laborales y las vías para desarrollarse profesionalmente. A modo de conclusiones, cabe destacar que en lo que respecta a la formación inicial, que los docentes otorgan más importancia a la formación pedagógica del docente, la formación especializada para Infantil y para los directores de centros educativos. En cuanto a la formación permanente, el profesorado encuestado destaca el valor de la formación en los propios centros y la necesidad de colaboración con la Universidad. En relación a su desarrollo profesional, los docentes consideran que las condiciones laborales y el desarrollo profesional son clave para aumentar la calidad de la enseñanza.
La oportunidad de abordar el tema de la formación y la carrera de los docentes viene dada por los importantes cambios que se están produciendo en este curso. En cuanto a la formación, las novedades pasan por la implantación de los nuevos grados de Maestro de Educación Infantil y Maestro de Educación Primaria; la sustitución del Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP) por el Máster de Formación del Profesorado de Educación Secundaria; y la introducción de la figura de los profesores mentores para tutelar a los docentes noveles. Por otro lado, también está abierto el debate en torno al contenido del futuro Estatuto de la función docente.
Esta encuesta pretende contribuir a estas modificaciones ofreciendo la perspectiva de los docentes de Educación Primaria y Secundaria de la Comunidad de Madrid, una opinión que puede ser semejante, a juicio de los autores del estudio, con la del profesorado de estas etapas del resto de España.
A la luz de los resultados de la encuesta, Charo Díaz Yubero y Elena Martín Ortega consideran que estamos ante una excelente oportunidad para introducir los cambios que permitan mejorar la situación de los docentes en aras de la calidad educativa y vencer las resistencias que todavía se constatan.
Formación inicial del profesorado
Las distintas respuestas apuntan que los docentes respaldan los cambios que se están implantando en su formación inicial y permanente. En este sentido, cabe destacar que:
– El 60% de los encuestados considera que las enseñanzas de Magisterio mejorarán con el nuevo plan de estudios de cuatro años de duración.
– Más del 60% de los docentes creen que el nuevo Máster de Formación del Profesorado de Secundaria mejora mucho las enseñanzas con respecto al CAP.
– Tres de cada cuatro docentes consideran que la incorporación de los profesores mentores en los centros educativos es una buena iniciativa.
Esta valoración positiva de los cambios que se avecinan, contrasta con la valoración de lo que ha sido su formación inicial y permanente hasta la fecha. En este sentido, el profesorado participante en este estudio es crítico con la calidad de la formación inicial que hasta ahora se venía impartiendo en el sistema educativo español. Incluso en las etapas que mejor se valoran, Infantil y Primaria, no llega a la mitad de los encuestados quienes la consideran buena o muy buena. Esta visión negativa muestra, no obstante, importantes diferencias. Así, mientras los estudios de Magisterio se consideran los de más calidad, la formación inicial del profesorado de ESO y Universidad recibe una valoración negativa. Llama la atención que los estudios de Magisterio reciban la mejor valoración cuando, por otra parte, a menudo son los que socialmente menos se valoran.
En cuanto a la formación pedagógica, cabe destacar que mientras un importante porcentaje del profesorado ha abandonado la infundada idea de que los profesores de la Universidad no necesitan una formación psicopedagógica específica, persiste una concepción aún muy anclada en la idea de que para ser buen profesor lo importante son los conocimientos disciplinares.
Respecto al ciclo de la Educación Infantil (0-3 años), tres de cada cuatro docentes creen que debe ser impartido por profesorado especialista en esta etapa. Una respuesta casi unánime de los docentes frente al debate que existe sobre la naturaleza de este ciclo cuya consideración educativa, en lugar de asistencial, supondría un gran avance en la calidad de la enseñanza.
Por último, cabe destacar que más del 85% de los docentes considera que los directores deberían haber sido antes docentes y que tendrían que recibir una formación inicial específica.
Formación permanente del profesorado
En cuanto a la formación permanente, uno de cada dos docentes encuestados cree que la formación permanente que ha recibido es buena o muy buena.
Entre los distintos modelos formativos, la formación en centros es la modalidad de formación permanente más valorada, si bien es un tipo de actividad muy poco frecuente en las instituciones públicas de formación permanente.
Tres de cada cuatro docentes está de acuerdo con la idea de que la formación permanente debe realizarse en coordinación con la Universidad. Este mismo porcentaje piensa que sería bueno hacer equipos de investigación mixtos entre docentes de Primaria y Secundaria y profesorado universitario.
Las condiciones laborales
Más del 90% de los docentes participantes en el estudio cree que la experiencia práctica es el factor del profesorado que más influye en la calidad de la enseñanza. Este dato se puede relacionar con la insatisfacción de los docentes hacia su salario y su desarrollo profesional, ya que el incremento salarial a lo largo del desarrollo profesional se percibe también como inadecuado. Mientras que el sueldo inicial de los docentes no es muy diferente del que se recibe en otros países, el aumento salarial es muy escaso y no resulta acorde con el valor añadido que aporta la experiencia docente.
En el tema salarial, como era esperable, los colectivos con sueldo más bajo, profesorado de Primaria y de la red privada, no encuentran justificada la diferencia que existe en el salario de unos y otros, mientras que los más beneficiados en esta situación sí consideran adecuada la diferencia.
Cabe destacar la valoración que el profesorado hace de la evaluación docente, un elemento hacia el que existe una clara resistencia. Si bien tres de cada cuatro creen que debe ser obligatoria, no se está de acuerdo en que influya en las condiciones laborales.
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