Globalización y movimientos migratorios

Las políticas de reestructuración vinculadas a la globalización agravan la
fractura social y la inseguridad económica, factores que, a su vez, aumentan las presiones migratorias. En un mundo dividido entre ganadores y perdedores, no se puede pensar que los perdedores van a desaparecer por arte de magia: forzosamente deberán buscar mejor suerte en otro lugar. Los procesos de integración a la economía mundial han intensificado los efectos perturbadores de la modernización y el desarrollo capitalista. El potencial migratorio resulta de las diferencias salariales entre los puestos de trabajo “abiertos” a los inmigrantes, como las que existen entre México y EEUU, Polonia y Alemania o, incluso, entre Indonesia y Malasia. En numerosos países del Sur, la liberalización desenfrenada del comercio engendra un crecimiento del desempleo y estimula la emigración. Contrariamente a lo que se piensa, las empresas transnacionales y la Inversión Extranjera Directa (IED) tienen un impacto muy menor en términos de creación de empleo en los países de emigración. La libre circulación de bienes y de
capitales no disminuirá las necesidades de “circulación” de las personas, sino todo lo contrario.