La apuesta municipalista

En los municipios se encuentran las soluciones. Eso es lo que parece traslucir el nuevo ciclo de activismo que se inicia cuando la «indignación resignada» da paso, tras la irrupción del 15M, a una oleada de «indignación movilizada» que, buscando presencia y visibilidad pública, ocupa las plazas de un buen número de ciudades de nuestro país. Desde entonces asistimos a una nueva etapa en la que se aspira a tener representación en las instituciones. El municipalismo es su mejor expresión.
La apuesta por la toma del gobierno local sólo servirá de algo si consigue abrir los municipios para ponerlos bajo el control democrático de la ciudadanía. De no ser así, es difícil que dicha apuesta pueda ser contemplada también como parte de un proceso real de transición socioecológica en las ciudades orientado hacia la desmercantilización de la vida social, la descentralización política, el redimensionamiento de la economía y la desmaterialización de los estilos de vida urbanos.