La economía del cambio climático: Las políticas preventivas y sus costes

Desde los comienzos de la Revolución Industrial la concentración de algunos gases invernadero en la atmósfera se ha ido incrementando a una tasa sin precedentes en la historia de la Tierra. Hechos tales como el aumento de las temperaturas, disminución de los glaciares, cambios en los patrones pluviales, incrementos en la intensidad de las tormentas y aumento del nivel del mar confirman día a día la variación del clima de la Tierra. Los factores causantes del cambio climático son las emisiones de gases invernadero procedentes de la actividad humana, en concreto la utilización de los combustibles fósiles, la deforestación y la actividad agraria. Si en las próximas décadas no somos capaces de reducir las emisiones de los gases invernadero (GHG) por debajo de los niveles actuales, entonces el calentamiento global y el nivel del mar aumentarán durante los siglos venideros. Esto resultará en impactos más severos para la salud humana, los ecosistemas naturales y la economía en si misma.
El riesgo de que el cambio climático endurezca los impactos hace que sea urgente el compromiso de tomar medidas significativas encaminadas a reducir las emisiones de GHG durante las próximas décadas. La política económica y la política medioambiental deben actuar conjuntamente en la consecución de este objetivo.
Este artículo pretende presentar, de forma sintética, la realidad actual del cambio climático, algunas de las políticas económicas que pueden prevenirlo o ralentizarlo y la importancia de los costes que de éstas se derivan.