Mujeres inmigrantes, ¿mujeres vulnerables?

En los nuevos “Estados de desorden” que ha provocado la globalización del
capital, se reproducen los viejos mitos de las migraciones femeninas: mujeres vulnerables traficadas por poderosas mafias internacionales que las engañan y explotan. Un recurso que se ha evidenciado muy eficiente a la hora de alentar políticas públicas represivas y de control de los movimientos migratorios en general, y de los protagonizados por trabajador@s del sexo, en particular.
Se trata de una estrategia interesada que oculta prejuicios étnicos y de clase y, desde luego, de género, frente a la temida autonomía de las mujeres, especialmente su autonomía sexual. Bajo ella, se silencian las raíces económicas, legales, sociales y políticas de una inmigración legítima, que buscan ser ignoradas a toda costa. Las verdaderas perdedoras son las mujeres, en la medida en que quedan a merced de pánicos populares –como “esclavas sexuales” –y de la falta de reconocimiento de su capacidad de agencia, y de la realidad de sus proyectos emancipadores.