Tiempo de resucitar el movimiento ecologista

Según el autor, desde su entrada en escena en los años sesenta, el movimiento ecologista ha recibido regularmente muchas críticas internas, desde la ecología profunda y el bio-regionalismo en los setenta, a valoraciones más recientes que mantienen que el ecologismo está excesivamente centrado en los síntomas, que no consigue cambiar valores más profundos, y que es esencialmente “un interés concreto más”, incapaz de lograr «ni la inspiración popular ni las alianzas políticas
que la comunidad necesita para lidiar con el problema»

Actualmente, el foco de atención del ecologismo permite albergar pocas esperanzas de que el movimiento pueda derrotar a las destructivas fuerzas políticas, económicas y culturales que erosionan las bases de la propia vida. Tendría que dar un giro espectacular para que pudiera revertir el rápido deterioro del planeta y contribuir a crear un futuro verdaderamente sostenible o, al menos, ayudar a la humanidad a atravesar la dura transición ecológica que con mucha probabilidad nos aguarda.

El movimiento ecologista está tratando de contener la marea del ecocidio global con estrategias que se quedan más que cortas respecto a lo que hace falta para crear una civilización verdaderamente sostenible, ya sea debido a un pensamiento cortoplacista, a la sobreespecialización, a la falta de visión o a las realidades que impone el hacer compromisos políticos, especialmente cuando se sientan a la mesa actores mucho más poderosos.

Por tanto, Assadourian opina que ya es hora de que el movimiento ecologista evolucione. Necesita acelerar el cambio a una sociedad sostenible y hacerse más independiente y resiliente, incluso si se da el peor escenario de una transición ecológica rápida. El ecologismo debe crear una filosofía más amplia –que se complete con una ética, una cosmología e incluso historias de redención−, capaz de influir en la gente y cambiar la forma de vivir.
El texto hace un recorrido por los movimientos misioneros y su potencial, partiendo de una cuestión: ¿cómo han logrado las filosofías religiosas misioneras expandirse hasta tal punto por todo el mundo?; reflexiona sobre el ascenso de eco-filosofías misioneras, y acaba con un mensaje positivo: “… Y que dentro de varios siglos veamos una civilización ecocéntrica, celebrando su fértil entorno en un planeta que florece una vez más. Una civilización que cuente historias de las comunidades y de los individuos comunes y corrientes que cambiaron el curso de la humanidad de forma tan espléndida”.