Economía solidaria: potencialidades y desafíos
Con motivo de la celebración de la 1ª Feria de la Economía Solidaria en Madrid el 1 y 2 de junio (ver noticia correspondiente en esta web) recuperamos y ofrecemos a texto completo los análisis recogidos en el Especial sobre Economía solidaria publicados en la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global nº 110 (verano de 2010).
INTRODUCCIÓN: Potencialidades y desafíos de la economía solidaria, por Santiago Álvarez Cantalapiedra
En la actualidad asistimos a un renacimiento de experiencias que buscan construir espacios sociales y económicos ajenos a la racionalidad y formas de organización típicamente capitalistas. En base a este hecho, el autor reflexiona sobre los factores de tal emergencia y sobre algunos de los retos que tiene pendientes.
¿Qué es la economía solidaria?, por Luis Razeto
La economía solidaria o economía de solidaridad es una búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía, basadas en la solidaridad y el trabajo. El principio o fundamento de la economía de solidaridad es que la introducción de niveles crecientes y cualitativamente superiores de solidaridad en las actividades, organizaciones e instituciones económicas, tanto a nivel de las empresas como en los mercados y en las políticas públicas, incrementa la eficiencia micro y macroeconómica, además de generar un conjunto de beneficios sociales y culturales que favorecen a toda la sociedad.
La economía solidaria no está en paro, por Jordi Garcia Jané
La economía solidaria constituye una vasta constelación de prácticas de producción, comercialización, consumo y crédito alternativas a las capitalistas, que se está desarrollando con fuerza a lo largo del mundo desde los años ochenta del siglo pasado. Más resistente a la crisis actual que las empresas
convencionales, la economía solidaria puede devenir embrión de una economía poscapitalista si consigue crecer, mantener su doble dimensión de sector socioeconómico y de movimiento social, articularse en mercados sociales que la desconecten del mercado capitalista y forjar alianzas con el resto de sujetos de cambio social y de economías críticas.
La economía solidaria en Latinoamérica, por Pablo Guerra
La economía solidaria puede ser vista como un fenómeno socioeconómico complejo donde se articulan tres dimensiones distintas de análisis: el movimiento social, con un fuerte discurso ideológico, proclive a la construcción de un nuevo modelo de desarrollo; el paradigma científico con una particular
vocación por generar teoría pertinente para dar cuenta de los fenómenos económicos alternativos; y el sector específico de nuestras economías donde convergen las distintas experiencias de base solidaria. En América Latina es posible observar un alto dinamismo en cualquiera de estas dimensiones de análisis, especialmente a partir del surgimiento de distintas redes que operan desde la sociedad civil y de la puesta en práctica de políticas públicas dirigidas al fortalecimiento del sector.
El planteamiento cooperativo: un enfoque autogestionario de la actividad económica, por Enrique del Río
El autor parte de su experiencia en el ámbito cooperativo de autoempleo para plantear algunas reflexiones y conclusiones. ¿Reproducen este tipo de iniciativas las pautas del mercado contra el que inicialmente surgen? Para que logren sus objetivos, es preciso que superen los meros requisitos legales que las convierten en socialmente responsables y pasen a regirse verdaderamente por los principios y valores universalmente reconocidos de democracia, participación, justicia, equidad, cooperación, intercambio y solidaridad, transparencia y respeto a las personas y a la naturaleza. La rentabilidad de las empresas, lejos de circunscribirse únicamente al éxito financiero, abarca las dimensiones social, cultural y ambiental. No pueden, ni deben, funcionar solas sino dentro de un contexto global amplio que sirva de base para la organización económica de la sociedad. Nada de ello será posible sin que se produzca un cambio de valores profundo hacia posturas cooperativas y solidarias.
Dilemas y oportunidades del conocimiento abierto, por Igor Sádaba
Los análisis más habituales sobre la sociedad de la información o del conocimiento suelen obviar y ningunear los intentos de construir alternativas a la mercantilización dominante a través del denominado conocimiento abierto (CA). Dicho movimiento trata de distribuir de forma libre bienes intelectuales públicos y de propiedad común y se erige como una posibilidad de desarrollo muy interesante para la economía solidaria. Potencialmente, el reto del conocimiento libre representa una alternativa real a la comercialización desenfrenada del conocimiento y la reivindicación de valores para un cambio social responsable. Sin embargo, uno de los trances o desafíos más duros de tales
iniciativas tiene que ver con las mitificaciones e idealizaciones que se cuelan en los imaginarios tecnológicos y sociales. Solo un planteamiento que sortee las trampas del determinismo tecnológico o del fetichismo cibernético podrá realmente utilizar el conocimiento abierto como elección real para una economía solidaria que merezca la pena.
La economía social: un desafío para los movimientos sociales, por Vicente Pérez Quintana
En tanto que las empresas de economía social son éticas, democráticas y anteponen el trabajo y las personas al capital, son congruentes con la impronta de los movimientos sociales y refuerzan su carga antagonista. Por ello, debe ser una tarea prioritaria de los movimientos promoverlas. En tal sentido, avanzamos, de manera muy escueta, tres propuestas de trabajo: los movimientos sociales pueden ayudar a la economía social colaborando a estructurar el medio en que se desenvuelve, creando mercado e impulsando una red de hombres y mujeres emprendedoras.
Dimensión político-cultural de la economía solidaria, por Daniel Jover
En la economía solidaria la propia práctica se convierte en un proceso de aprendizaje ético y de cambio cultural a partir de otros valores e ideas basados en la experimentación, la cooperación y la observación. Forma parte de una visión del mundo y de la humanidad más rica y extensa que la que dicta la uniformidad racionalista y reduccionista, y basa sus propuestas políticas en los principios de interdependencia y responsabilidad en favor de una ciudadanía activa. El reconocimiento de la estructura dinámica de la realidad y de una vida llena de posibilidades y la identificación, selección y análisis de las diferentes conexiones entre política-cultura y economía solidaria, entre riqueza y poder, se convierten en una responsabilidad central en cualquier intento de compromiso.
La buena sociedad. Por una izquierda europea anticapitalista e Internacionalista, por Fernando Álvarez-Uría
Bajo el rótulo del neoliberalismo se esconde un programa complejo, orquestado por influyentes personalidades políticas y económicas, y que concede un lugar central al mercado. Como alternativa, se presenta la subordinación de este a los intereses generales de la sociedad. El autor defiende un modelo de Estado social, cuya sociedad esté articulada por la propiedad común: la sanidad, la educación, el agua, la tierra, la naturaleza, los seres humanos, el patrimonio histórico y cultural no son mercantilizables. En este artículo plantea que la izquierda anticapitalista debe reflexionar en torno a un potencial sistema de protección social que permita el reparto del trabajo y de la riqueza y la garantía
de una ciudadanía social para todas y todos, es decir, que ofrezca la cobertura de las necesidades básicas. Para ello es precisa una nueva moral social anticapitalista, que incluya el respeto al medio ambiente y el civismo, la generosidad, el altruismo, la conciencia de la fragilidad de los seres humanos y del planeta, la sensibilidad social y una economía basada en el trabajo de cooperación.
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