Como argumenta Erik Assadourian, el cambio cultural necesario rechazaría el consumismo, la orientación cultural que induce a las personas a buscar sentido, satisfacción y aceptación a través del
consumo, catalogándolo como tabú y sustituyéndolo por un nuevo marco
cultural centrado en la sostenibilidad. Este proceso supondría una reforma radical del concepto de lo «natural»: significaría opciones individuales y sociales que originen un daño ecológico mínimo o, mejor aún, que devuelvan la salud a los sistemas ecológicos de la Tierra. Un cambio de este tipo, más profundo que la adopción de nuevas tecnologías o políticas
gubernamentales, consideradas a menudo como los principales motores de un cambio hacia sociedades sostenibles, transformaría radicalmente la forma de entender y de actuar de la gente en el mundo.
Como razona el autor de este artículo publicado originalmente en La situación del mundo 2010. Cambio cultural: Del consumismo hacia la sostenibilidad (FUHEM / Icaria, 2010), transformar las culturas no es una tarea fácil. Requerirá décadas de esfuerzo durante las que los pioneros culturales, las personas capaces de distanciarse de sus realidades culturales lo suficiente para someterlas a un examen crítico, deben trabajar sin descanso para reorientar las instituciones claves que modelan la cultura: la educación, las empresas, los gobiernos y los medios de comunicación, así como los movimientos sociales y unas tradiciones humanas consolidadas.
Aprovechar estos motores del cambio cultural será fundamental si queremos que la humanidad sobreviva y prospere durante los siglos y milenios venideros, demostrando que, efectivamente, «merecemos» salvarnos.
Acceso a «Auge y caída de la cultura consumista», de Erik Assadourian