Haciendo visible lo invisible. Los cuidados en la escuela

El pasado 31 de mayo participé, compartiendo teoría y experiencias educativas, en la cuarta sesión de “Al Salir del Cole”, un ciclo de Diálogos y experiencias educativas que han venido celebrándose a lo largo de todo el curso, donde se ha debatido a partir de la mirada experta y la visión de profesorado y alumnado de FUHEM sobre diversos temas como “Migraciones y derechos humanos”, “La crisis en la que estamos inmersos/as” o “Qué es calidad de vida”.

Esta cuarta edición estaba centrada en la importancia de hacer visible los cuidados en la vida y, concretamente, en la escuela, entendiendo por cuidados “las tareas de regeneración cotidiana del bienestar físico y emocional”, es decir, todas aquellas actividades que se hacen para sostener la vida.

La intención de este artículo no es otra que mostrar unas pinceladas de lo que allí conté, mostrando lo que somos en la Escuela Infantil del Colegio Lourdes y cómo visibilizamos los cuidados en nuestras aulas y las cosas a las que damos importancia para que, de manera transversal e indirecta, se avance en un trabajo que integre una mirada coeducativa en todos los ámbitos de la vida escolar.

La actitud en el aula

La actitud del docente o la docente debe de ser concienciada ante la necesidad de generar un modelo real de coeducación dentro de su aula. La forma de actuar y de expresarse servirá de modelo para el alumnado. No se puede transmitir un valor al que no se le da importancia y por el que no se lucha diariamente dentro y fuera de las aulas.

Creemos que hay que poner conciencia en esos micromachismos heredados, inconscientes, que nos hacen decir cosas como: “le decimos a mamá que nos cosa una prenda”, “¿de qué color es el coche de papá?”, “mamá va a hacer la comida”, “mamá lo lava”, “no te preocupes, papá te lo arregla”…
No se trata de decir “hoy voy a trabajar coeducación o los cuidados”, sino de que mi mirada ante la vida es coeducativa, y sólo así podré traerla al aula y transmitírsela a mis niños y niñas.

La importancia del lenguaje

El lenguaje que utilizamos dentro del aula debe de ser siempre inclusivo, porque no existe aquello que no se nombra. Hay que hacer un esfuerzo por encontrar palabras que incluyan a todas las partes y, si no es posible, nombrarlas y visibilizarlas.

Cambiemos las reuniones de padres por reuniones de familias. Esto no sólo incluye a la madre y al padre, sino a una diversidad familiar mucho más amplia donde todos los modelos caben.

En nuestras aulas hay chicas y chicos, son amigos y amigas, todas y todos… Y hemos observado, con el paso de los años, que los niños y niñas de nuestra escuela infantil lo tienen tan integrado que si alguna vez “nos despistamos” con el lenguaje son ellos y ellas los que matizan.

Además, no usaremos un lenguaje que encasille según el sexo. No tenemos princesas, ni machotes, ni campeones, ni niñas preciosas y niños fuertes…

La equidad en el reparto de tareas dentro del aula.

Relacionado directamente con el tema de los cuidados, en nuestras aulas hay un reparto equitativo de las tareas en el día a día.

Tenemos la suerte de contar con representación masculina dentro del Equipo de Infantil, algo complicado en otros centros, ya que la infancia se relaciona directamente con los cuidados y, en consecuencia, con la mujer.

Los niños y niñas de nuestra escuela reciben diferentes modelos con repartos equitativos de tareas: ellos también consuelan, ellos también cambian de ropa si alguien lo necesita, ellos también limpian mesas, friegan suelos, dan besos de buenas noches en la granja, cuentan cuentos o cantan canciones… Además, directamente relacionado con el alumnado, las tareas del aula se reparten equitativamente: todos y todas barremos cuando nos toca, todos y todas nos preocupamos por traer el desayuno para compartir con los/as demás, llevamos los vasos a la cocina para lavar…

Las asambleas. Trabajando el respeto y las sanciones de género

El momento de la asamblea es uno de los momentos fundamentales donde más pueden trabajarse temas como los micromachismos, estereotipos de género, reparto equitativo de tareas o las sanciones de género, entendiendo como sanciones de género aquello que es juzgado de manera negativa por no seguir los roles marcados (por ejemplo, niños a los que les gusta disfrazarse de princesa o niñas a las que les gusta jugar al fútbol).

A veces, los temas surgen de manera espontánea y otras veces somos los/as docentes los que lo trabajamos porque detectamos alguna necesidad (bien hemos visto alguna actitud que nos ha llamado la atención, algún comentario entre ellos y ellas…). Se trata de trabajar, fundamentalmente, el respeto hacia los gustos y las decisiones de nuestros iguales y de dar referentes alternativos que muestren que hay otras realidades.

No hay que olvidar que lo que hace daño a estos niños y niñas “disidentes” con lo que toca por ser chico o chica es la discriminación que recibirán a través de sanciones del grupo de iguales y de los adultos/as del entorno, de ahí la importancia de trabajar el respeto a las diferencias dentro del grupo.

Trabajar la sexualidad de manera positiva dentro del aula

La sexualidad puede parecer que no tenga que ver con los cuidados, sin embargo, es la base para generar una buena autoestima y autoimagen basada en la confianza y seguridad en sí mismos/as, lo que les permitirá defender lo que son y lo que quieran ser.

Tendrá que abordarse dentro del grupo el tema de la sexualidad siempre que se demande, ajustándose a la edad y teniendo en cuenta que los niños y niñas de estas edades están descubriendo su cuerpo y las diferencias con el de los/as demás.

Una buena educación afectivo-sexual significa que tiene que ser no sexista, es decir, trata por igual a niños y niñas, llama a las cosas por su nombre (vulva/vagina y pene), alejados de los tabúes y vergüenzas en los que muchos adultos/as estamos educados.

Las lecturas y recursos audiovisuales en el aula

De nada sirve una buena conciencia y un uso del lenguaje inclusivo si los recursos que llevamos al aula no lo son. Por esta razón, los cuentos y recursos audiovisuales que se utilicen tienen que ser minuciosamente elegidos y seleccionados.

¿Qué materiales y actividades elegimos para nuestro alumnado?

Igual de importantes que las lecturas y recursos audiovisuales es la elección de materiales y propuestas que se hacen en el aula. Por eso, dentro de nuestras aulas incluimos materiales que:

– Faciliten el acceso a los cuidados tanto a niños y niñas, a través del juego simbólico, aprovechando la oportunidad de generar conciencia a través del juego de imitación, de manera natural y respetando las necesidades y el momento evolutivo de los niños y niñas de esta edad.

– No estructurados: que no les digan a lo que tienen que jugar, de manera que no se estigmatice ni se responda a roles de género. Estos materiales ofrecen una amplia gama de posibilidades donde el único límite de uso está en aquel que quiera poner el niño o la niña.

Y elegimos actividades que:
– Que les acerquen directamente a las tareas de los cuidados, ayudando no sólo a visibilizarlas, sino a experimentarlas.
– Que les den igualdad de oportunidades tanto físicas como intelectuales y que les permitan desarrollarse y disfrutar sin discriminación.

Proyectos y mujeres importantes

Otro aspecto importante a tener en cuenta dentro de las aulas es empezar a visibilizar y dar importancia a las mujeres relevantes de la historia. Mujeres que hasta ahora han estado ocultas y que apenas conocemos. Por esta razón, a la hora de trabajar los proyectos o propuestas didácticas es importante dar a estas mujeres el lugar que les corresponde.

Está claro que el tema de la coeducación y la visibilización de los cuidados es algo que nos preocupa y también tenemos claro que esto no puede ser sólo una cosa de mujeres. Por eso, os invitamos a todas y todos a reflexionar sobre las prácticas diarias, tomando conciencia y ayudando a que la educación de vuestras hijas e hijos sea en igualdad de oportunidades, no marcando diferencias por el simple hecho de ser hombre o mujer.