Lectura Recomendada: El papel del Estado en la Economía

La búsqueda de un enfoque económico que reuniera aproximaciones potencialmente convergentes, pero, a veces, de facto, con cierta distancia entre ellas, llevó a la creación de la colección Economía Inclusiva de FUHEM Ecosocial dentro de la que este libro se ubica.

En el proyecto, tal como lo presentaron Santiago Álvarez Cantalapiedra y Ángel Martínez González-Tablas (2020), se anunciaba la publicación de materiales que sirvieran para construir una perspectiva integradora de diferentes enfoques procedentes de la económica heterodoxa y, en ese sentido, facilitaran un entendimiento de una realidad que es necesariamente compleja.

Como señalan ambos autores, son cuatro las fuentes tradicionales de provisión de recursos en una economía: la familia, el mercado, la comunidad y el Estado. En este sentido, con este libro pretendemos contribuir, desde nuestras posibilidades, a esos objetivos generales que hemos enunciado en el párrafo anterior, centrándonos en el estudio de esa cuarta fuente: el Estado.

El contexto en el que nos encontramos resulta proclive para materializar esta propuesta. En efecto, desde la crisis económica de los años setenta, se impuso en la teoría y en las políticas económicas un paradigma que cuestiona el modelo intervencionista anterior, y sin embargo, por razones que trataremos de explicar, salvo algunas excepciones, las siguiente décadas no vieron una caída notable ni del gasto ni de los ingresos públicos, sino más bien una transformación en el cometido que se reservaba al Estado.

La crisis de 2008 dio argumentos a los (numerosos) autores y autoras que situaron precisamente en los rasgos distintivos del capitalismo de las últimas décadas la causa de los problemas que derivaron en ella. No obstante, los primeros programas de estímulo y de rescate bancario enseguida dieron paso a nuevas políticas de recorte que situaban la responsabilidad de la crisis en esos mismos Estados.

Desde entonces, y cuando parecía que el retorno al cuestionamiento del papel económico del Estado era inevitable, una pandemia mundial y el subsiguiente parón de la economía capitalista global han vuelto a poner de manifiesto la importancia de ese intervencionismo para reactivar la economía, más aún teniendo en cuenta que esas crisis, incluso las debidas a shocks externos, dejaban entrever problemas estructurales, como los derivados del impacto de la acción humana en la biosfera y la consiguiente degradación medioambiental o la vieja tendencia del sistema económico a crecer engendrando los mismos desequilibrios que culminan en dañinas crisis.

Estos problemas, enraizados en el propio sistema económico, han llevado a muchos autores y autoras, para quienes la actuación pública puede ser una solución, a pensar en el Estado como mecanismo para su resolución o, al menos, para la atenuación de sus consecuencias más perniciosas.

La cuestión es si estas mayores demandas de intervención pública van a consolidarse como ya hicieran tras la Segunda Guerra Mundial, dando lugar por lo menos a una interrelación entre Estado y mercado ahora diferente, o si, por el contrario, en realidad volveremos a asistir a una nueva vuelta a la primacía del mercado. Parecen, pues, regresar debates de hace varias décadas acerca del papel que el Estado puede y debe desempeñar en un sistema económico mundial que, a decir de Milanovic (2019), es ya exclusivamente capitalista.

¿Tiene capacidad el Estado para atemperar las crisis del sistema económico?

¿Serviría tal acción para algo más que para hacer al sistema, con todas sus contradicciones y problemas, más fuerte?

¿Hay resquicios para una acción colectiva que utilice al Estado para construir una sociedad mejor?

Este libro no pretende responder a estas preguntas, sobre todo, por razones de espacio, pero sí contribuir a los debates que suscitarían sus respuestas. Queremos por ello aportar un conjunto de reflexiones acerca del papel que está desempeñando en la actualidad el Estado, incluyendo su caracterización, y de lo que asoma como porvenir con el fin de enriquecer los debates ligados a esas preguntas.

Iremos para ello más allá de la cuestión estrictamente cuantitativa (que, eso sí, en un libro de estas características estará de todos modos presente) para desentrañar, más bien, el aspecto cualitativo de las funciones de ese Estado, que en todo caso es un Estado, como hemos dicho, dentro de un sistema económico capitalista, no una institución flotante en un vacío histórico. Se trataría, por tanto, de funciones que irían desde la legitimación del propio sistema económico a la protección social y la redistribución, pero también la producción y la regulación, para lo cual será necesario también observar el modo en que se articulan los movimientos sociales (realmente existentes) con esa intervención pública, es decir, los mecanismos en que la sociedad organizada trata de traducir sus demandas en acciones efectivas por parte del Estado (entendido en sentido amplio, por lo que incluimos cualquiera de los niveles de las Administraciones públicas). Y sin olvidarnos de la función que se le achaca en la necesaria transición energética que habrá que recorrer en los próximos años.

Así pues, con el fin de facilitar la comprensión del papel actual del Estado, hemos dividido el libro en nueve capítulos, más esta introducción y unas reflexiones finales.

En los dos primeros, se realiza un recorrido sintético por diferentes posiciones que, desde la teoría económica han convivido con respecto al papel que el Estado debe desempeñar en la economía. Así, en el capítulo 1, de la mano de Luis Buendía García y Alberto Ruiz Villaverde, se repasan diferentes corrientes utilizando como hilo conductor los cambios de paradigma dominante entre el liberal y el intervencionista desde el siglo XIX al XXI, terminando con una revisión de los elementos que apuntan (quizá) a un nuevo paradigma en estos últimos años.

Por su parte, June Sekera en el capítulo 2 recoge el testigo del capítulo anterior para, a través del contraste de ideas, en particular entre la escuela alemana de economía pública y la public choice, contribuir a esta obra con un examen de los rasgos que adopta la intervención pública en el ámbito de la producción, en el sentido, sobre todo, de los servicios y actuaciones de no mercado que proporciona hoy en día, y reivindicar en última instancia una propuesta analítica para su estudio que, por su propia naturaleza, debe alejarse de los manuales y libros que predominan en el pensamiento económico dominante.

En el capítulo 3, Rafael Muñoz de Bustillo, tras explicar los cambios que se han producido en el seno de los Estados de bienestar de los países industrializados en las últimas décadas, se ocupa de los principales retos que afrontan, incluyendo los problemas demográficos, los de la digitalización y el dilema existente entre el crecimiento económico (muy ligado al desarrollo de esos Estados de bienestar) y la crisis medioambiental, terminando con una recopilación de las posibles respuestas que se pueden dar a cada uno de ellos.

A continuación, en el capítulo 4, Pablo García García desarrolla uno de los dilemas planteados en el capítulo previo, a saber, la cuestión de las transiciones energéticas justas (es decir, transiciones energéticas que atenúen las consecuencias negativas de los cambios que es necesario acometer) y el papel que el Estado puede ejercer en su promoción. Tras explicar la genealogía del propio concepto de transiciones energéticas justas con el fin de comprender toda su naturaleza, muestra los desafíos a los que se enfrenta, incluyendo en particular la necesidad de compensar a los colectivos más perjudicados por el proceso, y repasa los argumentos que la literatura académica ha incorporado sobre el papel que los Estados de bienestar pue[1]den desempeñar en este proceso, incorporándose a ese debate con un análisis propio que le sirve de base para vincular esas transiciones a herramientas como la renta básica universal o los servicios básicos universales, como propuestas que se están planteando dentro del sistema económico vigente para resolver o, al menos, atenuar esos efectos perniciosos.

En el capítulo 5, Miguel Artola Blanco aborda un enfoque que ha ido ganando peso en los últimos años cuando se estudia el papel de la intervención pública, a saber, su impacto en la desigualdad, y lo hace por medio de una aproximación metodológica, la de las cuentas nacionales distributivas, que se ha desarrollado de manera muy reciente y, a pesar de lo cual, cuenta con un importante apoyo académico. Para ello, y con el fin precisamente de resultar clarificador, se explican las fuentes y las metodologías que requieren este abordaje para pasar a continuación a exponer los resultados de la desigualdad antes y después de la intervención pública, poniendo de manifiesto su efecto final.

Nuria Alonso y David Trillo revisan en el capítulo 6 los cambios en las políticas fiscales que se han puesto en marcha, en particular, desde la crisis de 2008, prestando atención a sus cambios y, dentro de Europa, el efecto que han tenido las directrices que manan de los órganos de poder de la Unión Europea. Se incide asimismo en cuestiones particulares del caso español, como las vinculadas al sistema impositivo, tema sobre el que se adopta igualmente una perspectiva más amplia y nos sitúa en el debate sobre el margen de maniobra existente que tienen los países a este respecto.

El capítulo 7 lo dedica Julián Sánchez a exponer las políticas monetarias que se han aplicado en la realidad, centrándose en el papel que el Banco Central Europeo ha desempeñado desde sus orígenes hasta la actualidad. Tras explicar pormenorizadamente su funcionamiento tradicional, se ocupa del programa de expansión cuantitativa puesto en marcha en los últimos años, incluyendo sus orígenes teóricos, así como los efectos que las tesis monetaristas han tenido en el diseño de las políticas monetarias que se han venido aplicando. El capítulo termina reivindicando la alternativa analítica contenida en la perspectiva del dinero endógeno y, por último, la Teoría Monetaria Moderna.

En el capítulo 8, Ángel Martínez González-Tablas se adentra en la cuestión de otra de las tareas asumidas desde la intervención pública: la regulación. Tras diseccionar los elementos que compondrían el análisis de la realidad que nos rodea, se ocupa de estudiar el efecto de la regulación pública en la economía actual y su contraste con la regulación privada de mercado, terminando con unas reflexiones acerca de cómo sería necesario abordar esa regulación pública con el fin de optimizarla.

Por último, el capítulo 9, escrito por María A. Ribón, se ocupa del gran elemento ausente en los análisis que le preceden: la articulación entre los movimientos sociales y el sector público, centrándose en el caso español. En efecto, si hasta el momento se han ido examinando diferentes aristas de la intervención del Estado en la economía, en este capítulo se trata la cuestión de la influencia que la sociedad organizada tiene en la forma que adopta dicha intervención, con el fin de terminar de dotar de mayor complejidad al objeto de estudio al que hemos dedicado el libro. En este sentido, se plantea un diálogo entre esos movimientos sociales y la economía heterodoxa para reclamar una economía inclusiva como mecanismo de transformación social en el perímetro del actual sistema económico.

El libro se cierra con unas breves reflexiones en las que trataremos, por un lado, de sintetizar las ideas expuestas en cada uno de los capítulos previos y, por otro, apuntar algunas otras que han quedado fuera del libro y que nos llevarían a un programa de investigación sobre el Estado y la economía también más allá del capitalismo. Con él terminamos un recorrido que, confiamos, sirva para entender mejor el tipo de intervención que el Estado está poniendo en marcha en las economías del siglo XXI, tanto desde una perspectiva cuantitativa como, sobre todo cualitativa, aunque también desde el enfoque de la evolución de las ideas, y permita asimismo vislumbrar las líneas por las que puede discurrir su evolución en los próximos años.

No queremos concluir esta Introducción sin explicitar nuestros agradecimientos a quienes han hecho posible este libro. En primer lugar, a Santiago Álvarez Cantalapiedra y a FUHEM, en cuyo seno tuvieron lugar los debates del Grupo de Economía Inclusiva que supusieron el punto de partida y la idea inicial del libro, y dieron pie a un encargo que nos ha dado la oportunidad de juntar una serie de ideas (y de diferentes autores y autoras) que nos llevaban años rondando la cabeza.

En segundo lugar, el esfuerzo y la paciencia con mis requerimientos que han desplegado esos autores y autoras de los diferentes capítulos no ha sido pequeño, lo que ha facilitado mucho nuestra labor de coordinación. Y por último, de suma importancia ha sido también la labor de Monica Di Donato, también de FUHEM Ecosocial, y de Carmen Pérez, de La Catarata, quienes han contribuido de manera decisiva en la forma final del libro, pero además, a pesar del caótico ritmo de trabajo que otras obligaciones nos han impuesto en los últimos tiempos, se han mostrado siempre comprensivas aportando además grandes dosis de optimismo.